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Thomas
Sterling y Don Becker (1994) del Center of Excellence
in Space Data and Information Sciences (CESDIS), bajo el patrocinio
del Proyecto Earth and Space Sciences (ESS), construyeron un cluster
de 16 procesadores DX4, conectados por un canal Ethernet a 10 Mbps (10
millones de bits por segundo), al que llamaron Beowulf.
Parece que esto fue sencillo, pero no es así, porque se enfrentaron
a diferentes problemas. Por ejemplo, los procesadores eran demasiado rápidos
para las tarjetas de red y los equipos de comunicación. En busca
de una solución a este problema, Becker modificó los controladores
de las tarjetas Ethernet para el sistema operativo Linux, con
el fin de crear uno que permitiera distribuir el tráfico de la
red en dos o más tarjetas, con la finalidad de balancear el sistema.
En aquella época fue necesario realizar este proceso porque se
contaba con una red de 10 Mbps y un protocolo de comunicación Ethernet.
Migrar a otros protocolos de red más eficientes, implicaba costos
muy elevados. Afortunadamente contamos en la actualidad con equipos de
comunicación rápidos y económicos, con una aceptación
de protocolos más eficaces, tales como el Fast Ethernet.
Proporcionar a los usuarios sistemas consistentes, básicamente, en componentes que se tienen a disposición o que pueden conseguirse fácilmente en el mercado cibernético (COTS, por sus siglas en inglés commodity off the shelf), abriendo la posibilidad de satisfacer las necesidades de cómputo paralelo, tuvo un gran éxito, que la idea se propagó rápidamente a través de la NASA (National Aeronautics and Space Administration) y los grupos académico y científico. La aceptación inmediata dio origen al proyecto Beowulf. Gracias a estas configuraciones, las universidades con recursos limitados y sin acceso a una supercomputadora, encontraron una excelente opción de acceso al cómputo de alto rendimiento, para trabajar problemas científicos complejos que utilizan programas o códigos paralelos. Esto se debe a que hoy en día se puede contar con diferentes componentes computacionales (procesadores, discos duros, memoria RAM, tarjetas madre y de red, etcétera) a precios accesibles, que pueden ser ensamblados perfectamente para dar origen a un cluster. Además, el desarrollo del software libre nos permite contar con sistemas operativos, tales como LINUX, compiladores GNU, herramientas de programación y bibliotecas tipo MPI (Message Passing Interfase) y PVM (Parallel Virtual Machine), capaces de funcionar en diversas plataformas de computadoras, eliminando así la dependencia con el hardware, en caso de existir. |