Vol. 22, núm. 1 enero-febrero 2021

Y de un día para otro las cosas cambiaron

Teresa Núñez Fortoul Cita

Resumen

Las cosas cambiaron de un día para otro y todos intentamos surfear la ola lo más rápido posible, pero muchas preguntas y sentimientos comenzaron a presentarse en el camino.
Palabras clave: covid, plataformas, artefactos digitales, educación.

And from one day to the next things changed

Abstract

Things changed from one day to the next, and we all are trying to pull through the wipeout. However, there are many questions and feelings on the road.
Keywords: covid, platforms, digital artefacts, education.




Dejé de ver a mis alumnas y alumnos, la socialización cara a cara desapareció y lo único que podíamos hacer era hablarnos entre artefactos digitales. Lo que más me preocupaba no era no verlos, sino intentar replicar las maneras en las que ellos aprendían, intercambiaban saberes y creaban controversias en el salón.

La llegada de Google Classroom nos asustó a todos (a estudiantes, profesores e instituciones). El formato era diferente, la comunicación con los estudiantes era breve y vertical, la cantidad de horas de trabajo incrementó, pero logramos sobrevivir. Sin embargo, atravesar por la educación en línea puso en perspectiva muchas cosas, por ejemplo: planear la clase para una plataforma en específico, intentar “replicar” la relación enseñanza-aprendizaje, pensar en ejercicios o actividades que fueran “visibles” para la institución y preparar los reportes semanales. Entre tantos formatos y ejercicios controlados por una plataforma, no me sentía cómoda. La educación en línea me parecía un lugar en donde la creatividad no fluía, regresábamos al esquema tradicional de enseñanza y los estudiantes no compartían saberes. “¡No nos podíamos despegar de la computadora, ni teníamos tiempo de rascarnos el ombligo!”, exclamaba uno de mis alumnos. Sin duda, ahora que lo escribo me doy cuenta de que me pasó lo mismo, solamente veía una pandemia, un distanciamiento social y una sana distancia.

Encerrarse al parecer era la única opción así que las fiestas en Zoom, cuidar que tu cámara no invadiera tus espacios íntimos, las Netflix-parties, los juegos en línea y las videollamadas entre familiares empezaron a crear nuevas relaciones que no contemplábamos.

Las vacaciones escolares llegaron y me cuestionaba: ¿por qué la enseñanza en línea no se está transformando? La mediación entre nosotros y la tecnología ahí seguía, pero ¿por qué teníamos que atenernos a esos espacios, los cuales no eran los que mi materia necesitaba?

Todo esto lo detonó la pandemia y, desde mi punto de vista, las plataformas de enseñanza en línea siguen respondiendo a la visión tradicional de la educación, situación en la que yo no me encuentro como docente. ¿Cómo romper la verticalidad en el espacio virtual de enseñanza? y ¿cómo lograr que el intercambio de ideas, fuera del salón exista en el mundo virtual?



Recepción: 07/10/2020. Aprobación: 1/12/2020.

Vol. 22, núm. 1 enero-febrero 2021

Saliendo de la zona de comodidad

Edna Gabriela Delgado Quiñones Cita

Resumen

En este relato describo los cambios que he pasado como docente, los obstáculos que he debido enfrentar para no perder las clases con mis alumnos, las preguntas y reflexiones que me he formulado durante este tiempo y, finalmente, las actividades que he desarrollado. Sin duda, esta contingencia ha sido una oportunidad para aprender, para que alumnos y docentes utilicemos la tecnología a nuestro favor, brinquemos obstáculos y, principalmente, desarrollemos habilidades propias como el autoconocimiento y la autorregulación, para llevar a cabo una metacognición.
Palabras clave: comodidad, motivación, enseñanza-aprendizaje, docencia.

Getting out of the comfort zone

Abstract

In this text I describe the changes that I have gone through as a teacher, the obstacles that I have confronted not to lose classes with my students, the questions and reflexions that I have had during this time, and finally, the activities I have developed. Undoubtedly, this contingency has been a learning opportunity for students and teachers to use technology to our advantage, to overcome obstacles and, mainly, to develop our own abilities, such as self-knowledge and self-regulation, in order to carry out metacognition.
Keywords: comfort, motivation, teaching-learning process, teaching.




Como docente, he tenido un duelo con esta pandemia. Es decir, el cambio me obligó a salirme de mi zona de comodidad. Mis planes operativos, estrategias didácticas y evaluaciones cambiaron de un momento a otro. La educación digital se volvió una realidad, así que tuve que familiarizarme con las plataformas educativas y buscar en ellas la manera de atraer a mis alumnos.

Fui obligada a cambiar mis tradicionales presentaciones de Power Point por sesiones en Zoom. Esta “obligación” surgió desde mi vocación docente, desde el saber que mis alumnos perderían sus clases. Todo esto me motivó a estudiar, a investigar, a realizar ensayo y error, y a alcanzar nuevas estrategias educativas. Con el tiempo las fui valorando, conociendo mis aciertos y errores, para después cuestionarme: ¿realmente estoy logrando un aprendizaje significativo en mis alumnos?, ¿la forma de comunicarme vía sincrónica o asincrónica será asertiva?, ¿cómo puedo motivarlos a trabajar de esta manera, si ni yo entiendo? Cuando finalmente llegaron las evaluaciones, me surgieron aún más preguntas: ¿cómo evaluar a mis alumnos? y ¿cómo reconocer su esfuerzo, su presencia, su puntualidad y su intento por trabajar a la par?

Nuestra preparación docente quedó en jaque. Si tenías ya conocimientos sobre las ntic, ahora el aplicarlas era una realidad. Tuvimos que elaborar y construir en una plataforma, además de aprender a diversificar las técnicas y estudios. Esto nos permitió reflexionar, fortalecer nuestra vocación. Propició el instruirnos en cómo optimizar los tiempos, cómo fomentar un proceso que impacte en un aprendizaje significativo, y en ver la era digital como una realidad factible que debe ser utilizada como una gran herramienta de apoyo, aun cuando terminé esta situación de salud.

La pandemia nos ha ofrecido la oportunidad de lograr en nuestros alumnos un autoconocimiento y una autorregulación, para que al final tengan las herramientas necesarias para lograr una metacognición y que una escuela o instituto cerrado no sea un obstáculo para seguir aprendiendo. Así que, a pesar de todo, agradezco esta oportunidad de salir de mi zona de comodidad, de esforzarme para mejorar mi desempeño profesional, de lograr en mis alumnos una percepción diferente de la realidad y ser para ellos un ejemplo de perseverancia.

Y así como en el pasado se cambió el pizarrón verde con gis por diapositivas, actualmente se están cambiando las diapositivas por las ntic y estamos aprendiendo a utilizar las redes sociales para fines educativos.



Recepción: 9/10/2020. Aprobación: 1/12/2020.

Vol. 22, núm. 1 enero-febrero 2021

El aula virtual y la olla exprés

Teresa I. Fortoul Cita

Resumen

No es lo mismo emplear la computadora como editor de textos que como herramienta para armar un aula para un curso en línea. Además, durante esta pandemia, me he dado cuenta de que, a pesar de las diferencias generacionales, siempre hay algo que compartir entre madre e hija, como emplear la olla exprés.
Palabras clave: tecnología, aulas virtuales, cursos en línea, olla exprés.

A virtual classroom and a pressure cooker

Abstract

Using a computer as a text editor is not the same as using it as a tool for developing a classroom for an online course. Besides, during this pandemic I have realized that, despite generational differences, there is always something to be shared between mother and daughter, like using a pressure cooker.
Keywords: technology, virtual classroom, online courses, pressure cooker.




Finalizaba el año escolar cuando nos avisaron que entrábamos a cuarentena. En ese momento no sentí los cambios que se vendrían para el trabajo en línea. Una asignatura semestral que iba en progreso se ajustó con el empleo del correo y logramos terminar el semestre sin novedad.

Mi encuentro con la tecnología no fue suave. El trancazo lo sentí cuando enfrenté el hecho de que reiniciaríamos clases y que ¡todo sería en línea! Era tal mi incertidumbre que me paralicé. Tomé los cursos ofrecidos, los cuales me brindaron cierta seguridad para enfrentar lo que venía. Sin saber bien qué plataforma emplearía para las clases, recurrí a mi hija, que ya tenía experiencia en eso.

Muy decidida, pues, inicié el montaje de mi aula, con cursos y todo. Hubo un momento en que dudé si podía plasmar en un curso en línea eso que di por tantos años en un aula presencial. Cada intento era un regreso al inicio, como si me hubiera metido en un laberinto del que no podía salir. Un día mi hija me vio tan bloqueada que me dijo:

—Ma, ya no le des vueltas y siéntate a armar tu curso. Me preocupa que no avanzas. Deja de procrastinar, yo te ayudo.

Con toda la paciencia del mundo, se sentó junto a mí y me fue guiando para armar la dichosa aula. Poco a poco fui avanzando e introduciendo los materiales para cada tema. Cada paso era un reto que intentaba resolver sola, pero siempre había un temor escondido y absurdo de que todo se borraría y tendría que volver a empezar. Así transcurrieron las semanas previas al inicio de los cursos, en las que pude apreciar el trabajo que mi hija y yo realizamos juntas durante la pandemia. Dos generaciones, madre e hija, compartiendo vivencias, saberes y experiencias.

Puedo decir que, en este intercambio de conocimientos, ella aprendió a usar la olla exprés y a hacer arroz, y yo a emplear las herramientas necesarias para transformar mi asignatura presencial en un aula virtual. Ella aprendió a perderle el miedo a que explotara la olla exprés, y yo a que lo hiciera la computadora.

Sigo en proceso de aprendizaje, pero si algo nuevo ocurre que requiere de mi experta en esa dichosa aula, sólo lanzo un grito de auxilio:

—¡Hijitaaaaa!



Recepción: 09/10/2020. Aprobación: 1/12/2020.

Vol. 22, núm. 1 enero-febrero 2021

Enseñanza y divulgación: tareas impostergables y complementarias durante la pandemia

Guillermo N. Murray-Tortarolo Cita

Resumen

Durante varios años he sido profesor en la unam y divulgador de la ciencia. La pandemia me ha enseñado que ambas cosas se parecen de manera profunda. En este texto cuento mi experiencia y mis sentires sobre la enseñanza, la ciencia y la divulgación en tiempos virtuales.
Palabras clave: divulgación, enseñanza, clases virtuales, narrativa, pandemia.

Teaching and dissemination: urgent and complementary tasks during the pandemic

Abstract

I have been a professor at unam for several years, and also a science popularizer. The pandemic has taught me that both activities are highly similar. In this text I share my experience and my feelings about teaching, science and its dissemination, in these virtual times.
Keywords: science popularization, teaching, virtual courses, narrative, pandemic.




Dos de las cosas que más disfruto dentro de la actividad científica son la enseñanza y la divulgación de la ciencia, que curiosamente se parecen mucho. En ambas nos enfrentamos a un público desconocido al que queremos contarle una historia, con la diferencia de que en el aula nuestro público nos cuestiona de vuelta y nos pide explicarle las cosas desde muchas perspectivas diferentes. Las dos actividades requieren de pasión, dedicación y amor al arte, además de mucha paciencia y estudio del método. Pero, a pesar de todo, ambas las hago por gusto, por amor al arte y porque creo que forman parte de mi compromiso ante la sociedad como científico que soy.

La pandemia trajo consigo la necesidad de una educación virtual y sacudió nuestro mundo. En un principio, me agarró desprevenido, sin saber cómo enfrentarme a una nueva estructura después de años de dar las materias frente a un grupo y de ver las caras de mis alumnos, de conocerlos personal y profesionalmente, de verlos crecer y aprender cada día. ¿Cómo podía seguir enseñando estadística y climatología desde la computadora? ¿Cómo podía enseñar materias naturalmente prácticas y extensas, de manera breve y clara? Estoy seguro de que muchos de los profesores —si no es que todos— se enfrentaron a preguntas similares.

Es aquí donde regresé al principio básico de la divulgación, de la enseñanza y de la ciencia misma: al final estamos compartiendo una historia. Para mí, la clave para las clases virtuales ha sido recordar cómo se cuenta una historia. Tratar de enfocar cada sesión en un único tema, narrado de forma clara y sucinta. También me ha servido recordar que la enseñanza no se trata de vaciar conocimiento en mentes vacías, sino de un diálogo entre diferentes formas de entendimiento del mundo. De esta manera, ha sido fundamental para mí dejar un tiempo extenso en cada sesión para resolver dudas, platicar con los alumnos y escuchar sus voces individuales.

Al final no puedo decir que me encanten las clases virtuales, sigo extrañando la interacción humana y el trato directo con los alumnos. Pero sí puedo decir que he encontrado una manera para seguir enseñando de la forma en que me gusta —con el plus de poder hacerlo en pijama—, y que mis alumnos me siguen sorprendiendo todos los días, aunque no pueda ver directamente sus caras.



Recepción: 12/10/2020. Aprobación: 1/12/2020.

Vol. 22, núm. 1 enero-febrero 2021

Experiencias de la enseñanza en época de pandemia: la respuesta de los estudiantes

Laura Consuelo Flores González Cita

Resumen

En un inicio, la noticia sobre la pandemia generó entre los alumnos felicidad porque no tendrían que ir a la escuela, pero con el paso de los meses esa felicidad cambio por ansiedad y por un anhelo por regresar a un salón de clases.
Palabras clave: pandemia, enseñanza, aprendizaje, regreso a clases, experiencia.

Teaching experiences in times of pandemic: the students’ response

Abstract

At first, the news about the pandemic generated happiness among the students, because they would not have to go to school, but as the months went by, that happiness changed due to anxiety and a desire to return to a classroom.
Keywords: pandemic, teaching, learning, return to school, experience.




El viernes 13 de marzo del 2020 transcurrió normal, mis estudiantes de bachillerato no sabían que sería su último día de clases presenciales, su último día siendo un grupo. Ellos no sabían que ya no tendrían clases en su salón y que ya no estarían con sus profesores mientras explicaban la lección del día.

Fue fatídico. 16 de marzo, “estamos en cuarentena”, dicen las autoridades. Todo se paralizó por los altos contagios del coronavirus y las noticias sobre lo que pasaba en China y en España estaban a la orden del día.

Mis alumnos me preguntaban por correo y por redes sociales que si era verdad que no tendríamos clases y mi respuesta siempre fue la misma “por el momento NO y NO salgan de sus casas”. Esa respuesta les causaba una felicidad impresionante: “¡No tendremos clases!”, pensaban ellos, “¡qué divertido!” Bueno, no era tan divertido porque no podían salir debido a que todo lo que no fuera esencial estaba cerrado. “Pero qué importa, ¡no tendremos clases, qué chingón!”, era lo que leía en las publicaciones de mis alumnos.

Mientras, las escuelas y los docentes no tardamos en enfrentarnos al gran reto: ¡las clases en línea! y por Google Classroom… No miento, fue cansado preparar el material, adecuar las planeaciones, hacer las aulas virtuales para cada materia y lograr avisarles a todos los alumnos que ya tendrían clases en línea. Pero aun así nadie se imaginaba todo lo que viviríamos…

Empezaron las videollamadas por Zoom y con ello otro conflicto, permitir a los alumnos entrar a la intimidad del hogar del docente y viceversa. Allí fue donde las diferencias y las carencias se hicieron notables. No todos los alumnos tienen una computadora o un smartphone con conexión a internet, no todos viven la pandemia de la misma forma. Pasaron las semanas y los meses y cada día los alumnos estaban más estresados por tantas tareas que entregar —y los profesores por tantas tareas que revisar—.

Y aquí es donde los mensajes de mis alumnos cambiaron: “¿Maestra, cuando regresamos a la escuela? Es que en mi casa tengo hermanos que también tienen que hacer y entregar tareas y sólo tenemos una computadora en casa”, “¿Cuándo regresamos?”, “¡Maestra, ya la extraño!”, “¿Maestra, cuando regresamos a la escuela?” Y mi respuesta siempre es la misma: no lo sé.



Recepción: 12/10/2020. Aprobación: 1/12/2020.

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Revista Digital Universitaria Publicación bimestral Vol. 18, Núm. 6julio-agosto 2017 ISSN: 1607 - 6079