Vol. 21, núm. 3 mayo-junio 2020

Una caja de herramientas para medir el universo de protestas en México

Roberto Holguín Carrillo Cita

Resumen

El análisis de eventos de protesta es una opción viable y robusta para recuperar, analizar e interpretar datos que ofrecen un panorama general de la trayectoria y dinámica de manifestaciones. El Laboratorio de Análisis de Organizaciones y Movimientos Sociales (laoms) es uno de los espacios donde se desarrolla esta metodología en México, y para su aplicación se ha implementado una serie de procesos que involucran el uso de tecnologías de información. Mediante LimeSurvey, un software libre para realizar todo tipo de encuestas en línea, el laoms puede generar una base de datos sobre protestas. El software permite el diseño de encuestas, la gestión de encuestados, exportación de registros y conteos rápidos, lo que posibilita recuperar y codificar información de forma ágil y remota. LimeSurvey es una opción asequible y de gran funcionalidad que puede ser adaptada a diversos proyectos e intereses de investigación.
Palabras clave: análisis de eventos de protesta, movimientos sociales, metodología, Limesurvey, encuestas.

A toolbox for measuring protests in Mexico

Abstract

Protest event analysis offers a viable and robust option to collect, analyze and interpret data about the dynamic and trajectory of protests from a general perspective. The Laboratory of Analysis of Organizations and Social Movements (laoms) is one of the places where this methodology is developed in Mexico, and for its application we have implemented a series of processes that involve the use of information technologies. With LimeSurvey, a free and open source software to apply surveys online, laoms can generate a database of protests. The software features survey design, respondent management, registry exports and statistics, which allow us to collect and code data remotely and easily. LimeSurvey is an affordable solution with great functionality, which can be adapted for different research projects and interests.
Keywords: protest event analysis, social movements, methodology, Limesurvey, surveys.

Introducción

En México, las protestas son y serán parte del centro de la atención pública. A un país atravesado por múltiples dificultades sociales, con reclamos y agravios tan variados como sus habitantes, le es imposible dejar de traducir en protestas su malestar de forma cotidiana. Éstas recuperan, mediante actos organizativos, la noción de lo colectivo como fundamento para la resolución de problemas apremiantes. Algunas formas de protesta, las marchas, por ejemplo, evidencian esta idea muy claramente: se toma la calle, espacio público inevitable, para recordar que estamos todos involucrados y que son pocos los problemas que se originan y resuelven estrictamente en solitario, que necesitamos ayuda.

De ello parte la importancia de las protestas, que buscan visibilizar agravios, ofrecer diagnósticos y establecer interacciones constantes entre los actores involucrados para avanzar en su resolución. Se puede entender a las protestas y a las interacciones que promueven como ingredientes que conforman los movimientos sociales.1 Dan cuenta de nuestras libertades civiles, bordean los espacios institucionales y legales, las vías de la política partidista y de los medios periodísticos. Ofrecen un recurso a aquellos que no encuentran un lugar en estos espacios o que han recurrido a ellos sin obtener éxito. Es, entonces, necesario tener una idea general de cómo se desarrollan las protestas, su dinámica y trayectoria para entender nuestras posibilidades de cambio como sociedad.

Desde hace una década, el Laboratorio de Análisis de Organizaciones y Movimientos Sociales (laoms) de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam) ha emprendido la laboriosa tarea de contribuir en la formación de aquella idea general sobre el universo de protestas en México. Este artículo aborda algunos de los enredos digitales que involucró; es decir, los desafíos de implementación, diseño y gestión involucrados para aprovechar las tecnologías de información disponibles con el fin de aproximar una medición del universo de organizaciones y movimientos sociales.

LAOMS y el análisis de eventos de protesta

El laoms es un espacio interdisciplinario de análisis y seguimiento de protestas en México creado durante 2009 en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (ceiich) de la unam. Sus objetivos iniciales buscaron estrechar la colaboración entre activistas y miembros de organizaciones de los movimientos sociales con el sector académico, para que cada uno desde su trinchera contara con más información, estableciera puntos de dialogo y tuviera mejores herramientas para lograr sus actividades (Cadena y Falleti, 2009). Desde su surgimiento, el laoms promueve encuentros de este tipo, así como de estudiosos de los movimientos sociales dentro y fuera del país, y de miembros de laboratorios y observatorios similares principalmente de América Latina. Como grupo de investigación ha producido artículos, informes, tesis y ponencias que se han presentado en congresos nacionales e internacionales, algunos de los cuales pueden consultarse aquí.

Otro producto del laoms es la elaboración de una metodología y herramientas acompañantes específicas para, como decíamos, medir el universo de protestas. Aquí conviene precisar el concepto de medición ya que es muy válido preguntarse si la protesta es algo que se mide. En definitiva, no tiene las características que se ajustan a una unidad de medida convencional: no tiene las propiedades de equivalencia, magnitud y ordenación de las unidades usadas en astronomía, por ejemplo. Sin embargo, como las estrellas, las protestas tienen coordenadas. Son sucesos que transcurren en un tiempo y un lugar específico, es decir, algo que puede fijarse en el devenir histórico. Este punto temporal, que llamamos evento, es un recurso de relativa antigüedad en las ciencias sociales para realizar exploraciones en períodos considerablemente largos. De tal forma que, inicialmente, medir en este contexto implica sencillamente explorar o dimensionar.

Para delimitar la investigación de la protesta al concepto de evento le hemos añadido diversas características. Además de su ubicación temporal y geográfica, lo definimos principalmente como acción colectiva, es decir, como una acción concertada por un grupo de individuos que presenta demandas a otros y que se vale de una serie de repertorios de acción para visibilizar sus peticiones. En el laoms estas rutinas se consideran como actividades que escapan de las vías legales o institucionales e introducen incertidumbre en las actividades de los demás mediante acciones disruptivas como bloqueos, plantones, marchas, huelgas, entre otras (Tarrow, 2012; Tilly, 1986).

En el estudio de movimientos sociales, esta metodología es una variante de investigación conocida como análisis de eventos de protesta (aep). Su aplicación supone una definición de criterios para acceder y extraer información de fuentes documentales, principalmente periodísticas.2 Éstos definen qué tipo de información se obtiene, cómo hacerlo y cómo organizarla. A este proceso se le llama codificación, y usualmente es elaborada por una persona frente a una computadora conocida como capturista. La labor de codificación se traduce en una base de datos en la que cada registro es un evento de protesta que incluye la información recabada, de acuerdo con los criterios definidos.

Actualmente el laoms considera o recupera diez campos de información: fecha, lugar, actor, campo de los movimientos sociales o de la acción colectiva,3 demandas, repertorios de protesta, a quién se piden las demandas, origen de los agravios, alcance territorial y respuestas a la protesta. Todos los registros de nuestra base de datos cuentan con al menos los seis primeros campos. Por ejemplo, un capturista encuentra un evento de protesta en el periódico, registra la fecha (supongamos 19 de mayo de 2012), el actor (YoSoy132), el lugar (Zócalo en la Ciudad de México), el campo de los movimientos sociales (de estudiantes), las demandas (democratización de medios) y su repertorio (manifestación o marcha). Todo esto se añade a nuestra base de datos como un registro independiente.

El conteo de los eventos de protesta capturados permite trazar series temporales, para analizar el número de protestas a lo largo de varios años y modificar el análisis de acuerdo con actores, lugares, demandas y demás datos disponibles (ver figura 1). Este tipo de análisis permite el fácil intercambio entre visiones generales y particulares, entre análisis macro y micro. Así, es posible analizar primero todas las protestas de 2012 y después filtrar los datos para examinar solamente las protestas estudiantiles por mes o incluso por día.

El éxito del aep se apoya en gran medida en dicho intercambio y de allí una buena parte de su riqueza. El principal reto que involucra, como refiere Roberto Franzosi (2004), es el proceso de conversión de “palabras a números”, el traducir información textual en datos cuantificables. Implica una cantidad de recursos considerables, instrumentación teórica y operativa, y largos procesos de depuración de datos que están sujetos constantemente a errores y sesgos, tanto de la fuente informativa como de la labor de investigación.

Figura 1. Volumen de participación de principales tipos de actor por año.
Fuente: elaboración propia con datos del LAOMS. Datos preliminares.

Pese a los retos involucrados, las ventajas del aep destacan por el sustento empírico y documental que ofrece, debido al tratamiento equitativo y ordenado de la información disponible. Sin importar de qué tema sea un evento, si ocurre bajo alguno de los repertorios de protesta analizados, se cuenta como cualquier otro. Esto es relevante porque contribuye a la elaboración y soporte de teorías que explican de forma general características y dinámicas de los movimientos sociales, así como a la formación del respaldo empírico necesario para contextualizar y dimensionar movimientos sociales particulares, es decir, para estrechar la “brecha entre la teoría y los datos” (Koopmans y Rucht, 1999).

Aún podemos encontrar en varios estudios escaso soporte documental en la formulación de afirmaciones generales o bien la sobrepoblación de estudios de caso demasiado particulares. No por ello se debe pensar erróneamente que esta metodología se presenta, como la “que acabará con todas las metodologías”, portadora de la única verdad e imposible de conciliar con las demás. Más bien, el aep opera como una metodología complementaria, que permite conjuntar enfoques cualitativos, cuantitativos y el desarrollo teórico de diversas disciplinas de las ciencias sociales, en torno a los movimientos sociales (Oliver, Cadena-Roa y Strawn, 2003).



Figura 2. Mapa de calor de protestas en México. Los diversos estados de la república mexicana se iluminan de rojo a partir de un mayor conteo de eventos.
Fuente: elaboración propia con datos del LAOMS. Datos preliminares.

Actualmente, el laoms cuenta con más de 17 mil registros sobre protestas que van del 2012 a la fecha y que cubren todo el país (ver figura 2). El aep nos ha permitido, entre otras cosas, analizar el tejido organizacional que subyace en las protestas, sus actores principales, así como los marginales y emergentes (Cadena Roa, 2016; Holguín Carrillo; 2016; Hernández Díaz; 2019). También se han explorado algunas de las relaciones que existen entre el desarrollo de la política institucional (como el de las elecciones y la agenda legislativa) y el terreno de las protestas, entre la coyuntura política y la aparición de oleadas de protesta (Cadena y Urbina, 2016). Asimismo, el aep ha facilitado trazar un mapa de las temáticas de la protesta y analizar en qué contextos ciertas demandas tienen mayor atención que otras (González y Zirión, 2019).

Dinámica de selección y codificación de eventos de protesta

En el proceso de selección y codificación de información del laoms conviven técnicas de análisis humano y de utilización de herramientas digitales que permiten la implementación efectiva de nuestra metodología. El primer paso es la recopilación de fuentes útiles para recuperar eventos de protesta. Esta labor se realiza con la ayuda de los índices del buscador Google generados para el periódico de circulación nacional mexicano La Jornada. Por el momento, es el único periódico, ya que hay una serie de retos y recursos involucrados en la inclusión de diversas fuentes que desafortunadamente nos impiden recurrir a más medios. Sin embargo, este diario aporta de forma consistente una buena cantidad de información sobre protestas en el país, a pesar de su sesgo hacia la cobertura de eventos principalmente de la ciudad de México (Hernández Díaz, 2019).

La búsqueda en los índices se realiza mediante el uso de una serie de palabras clave4 que son introducidas en un solo intento a través de las funcionalidades avanzadas de búsqueda de Google.5 El buscador arroja notas relevantes, lo cual agiliza el proceso de selección. Además, contamos con una herramienta elaborada en casa que se vale del Motor de búsqueda personalizado, también de Google, para precisar las búsquedas, además de superar algunas limitaciones del buscador en línea (principalmente el límite de número de palabras). Esta herramienta nos permite hacer búsquedas por cada repertorio de protesta o verbos comúnmente asociados con ella. Por ejemplo, el verbo “marcha”, puede utilizarse como un repertorio, pero también en construcciones como “poner en marcha”, “estuvo en marcha” y similares. Nuestra metodología permite añadir un sin número de construcciones verbales vinculadas con protestas y descartar todas las que no están asociadas, para después agrupar todas las búsquedas en una tabla para su visualización y respaldo.

Durante el trabajo de selección mediante Google, una persona certifica que las notas recuperadas cumplieron con las particularidades de un evento de protesta mencionadas anteriormente. Una vez que pasan este filtro, se incorporan a una carpeta en Dropbox, para después ser sincronizadas con nuestro servidor. La codificación de estas notas se logra a través de la interacción de un capturista con un programa disponible vía internet y alojado en nuestro servidor que utiliza LimeSurvey, un software libre originalmente destinado al diseño y levantamiento de encuestas en línea.

Para la construcción de la base de datos, en el laoms recurrimos inicialmente a un diseño de software a medida, es decir, el código informático involucrado fue elaborado desde cero de acuerdo con nuestros requisitos específicos. Pese a la libertad de posibilidades y personalización que esto permitía, el programa requería de costosas intervenciones para la atención de requisitos nuevos o modificaciones. Al ser de código cerrado, en oposición con el software libre, cuyo código es público para su análisis y modificación,6 el desarrollador inicial era el único que conocía el código a detalle y era capaz de realizar modificaciones. Esto se agravó cuando se acumularon datos abundantes, ya que las modificaciones necesarias no sólo involucraban la captura sino también su análisis. Es por eso que se consideró la implementación de una nueva plataforma de captura basada en el ya mencionado LimeSurvey.

Las características de LimeSurvey

LimeSurvey, al ser un programa en línea, permitió retomar la dinámica de captura con rapidez, además de que es fácil de utilizar, pues no necesita un software o hardware especializado. Implementarlo favoreció un diseño de base de datos más acorde con nuestras necesidades de análisis, simplificar nuestras preguntas de investigación y agilizar el proceso de captura de información.

A pesar de ser un programa para realizar encuestas, logramos adaptarlo con relativa facilidad pues pudimos crear un formulario de entrada de información, que después consolidaba los registros introducidos en una tabla con todos los datos (ver figura 3). En otras palabras, nos permitió traducir las preguntas –que le hacíamos a los periódicos en torno a las protestas– en una base de datos de donde podían extraerse conteos, resúmenes y gráficas.

Figura 3. Una sección de la interfaz de captura de eventos de protesta.
Fuente: interfaz de captura en http://laoms.org.

Las características de LimeSurvey para el diseño de formularios son variadas. Es posible añadir hasta 29 tipos de preguntas, las cuales van desde campos que admiten entrada numérica, de texto, de opción múltiple o única.7 Así, se permitió conjuntar el uso de categorías para agrupar la información con una más novedosa. Un ejemplo es la codificación que hacemos de las demandas. Si encontramos una protesta de estudiantes que piden la “aparición con vida de los 43 normalistas”, en la interfaz de captura introducimos la demanda textual, tal cual viene en la nota periodística, y después la agrupamos en las clasificaciones que hemos diseñado para distintas demandas, en este caso, la clasificamos en el grupo de demandas en torno a Justicia. Este tipo de concentraciones nos permite analizar de forma general las demandas, es decir, examinar el peso que tiene cada una de las clasificaciones en el total de las protestas desde el mismo módulo de estadísticas incluido en LimeSurvey (ver figura 4).



Figura 4. Gráfico de barras que muestra el volumen de demandas de acuerdo con su clasificación.
Fuente: elaboración propia con datos del LAOMS. Datos preliminares.

Otra característica especialmente relevante es la definición de una lógica de encuesta, la cual establece relaciones entre pregunta y pregunta, y determina si se debe mostrar o no alguna de ellas. El registro de los lugares en los que ocurre la protesta es un ejemplo de esto. Sería poco eficiente utilizar campos de texto abiertos (en los que se puede introducir cualquier texto) para definir lugares que sabemos con anticipación, como los estados y municipios de México. De tal forma que hemos colocado a estos en listas que se despliegan con una serie de opciones acotadas. Al seleccionar, por ejemplo, la Ciudad de México, solamente se despliegan las alcaldías que lo componen. De esta forma, nuestros datos son consistentes y la captura es más ágil porque la información disponible está incluida en el mismo formulario de entrada. También se destaca el módulo de estadísticas, debido a sus funcionalidades de exportación de la información para su análisis.

Por supuesto que las características del programa en conjunto exceden las mencionadas y pueden revisarse extensivamente en la página del proyecto, basta con destacar en este punto que LimeSurvey nos permitió resolver la complejidad de la captura de información de acuerdo con nuestros criterios a pesar de que, a primera vista, el propósito del programa no parecía emparentarse del todo con el nuestro.

¿Por qué usamos LimeSurvey?

La elección de utilizar LimeSurvey para la captura de nuestros datos partió de una investigación para identificar el método más conveniente ya que cada día hay una amplia oferta disponible de herramientas para el diseño de formularios, como los formularios de Google o Google Forms y SurveyMonkey. LimeSurvey resultó la mejor opción para el laoms por sus múltiples características y costo relativamente bajo. Para su funcionamiento contamos con un servidor económico (alrededor de 6 dólares [usd] al mes), que también usamos para labores de difusión. Su instalación, así como su uso, es sencilla pues no requiere capacitación extensa para navegar en sus opciones. Es posible acceder a demostraciones (demos) en línea, o bien, adquirir una versión que evita la labor técnica de instalación y su configuración inicial puede realizarse en pocos minutos, aunque, reduce las posibilidades avanzadas de personalización.

Conclusiones: ¿qué aprendimos?

Es importante hablar de la experiencia del laoms dado que los desafíos y resultados presentados pueden tener coincidencias con proyectos y objetivos de otros grupos de investigación, al menos de forma general. Si se piensa en la noción básica de un formulario, que puede recabar información de modo sistemático, LimeSurvey será útil para ser aplicado en otros proyectos y atender otras preguntas de investigación.

Lo anterior también nos llevó a revalorizar la aproximación al uso de software. Es fácil caer en soluciones apresuradas, por eso es importante investigar a fondo las herramientas disponibles y valorar si cumplen con los objetivos, si son asequibles, si sus carencias pueden ser complementadas con otras y si es necesario emprender un proyecto para elaborar software nuevo.

Una de las pautas técnicas del laoms ha sido pensar en diseños modulares de manera que el trabajo pueda hacerse mediante la conexión de distintas herramientas. No es necesario inventar nuevos programas de estadística cuando existen instrumentos muy logrados, algunos de forma gratuita.

También es importante que las personas encargadas del análisis de los datos se involucren en el diseño y en la implementación de herramientas técnicas. Es común que los proyectos deleguen toda la tarea al personal técnico o de informática y al final los datos no cumplan con los propósitos de la investigación. De igual manera, el diseño de las bases de datos resulta importante y susceptible a este tipo de colaboración, para ello se recomiendan herramientas en las que se puedan hacer pruebas fácilmente modificables de los resultados esperados o de las visualizaciones necesarias para la entrada y salida de la información, comúnmente conocidas como de prototipado, de las cuales existen varias opciones.8

Finalmente, es importante destacar los múltiples efectos positivos que tiene el utilizar software libre para una tarea de investigación de esta índole y para el trabajo de instituciones de enseñanza pública como la unam. Este tipo de software conduce hacia procesos de aprendizaje interactivos y promueve una vieja costumbre en la ciencia y la formación del conocimiento: la colaboración y edificación a partir del trabajo de los demás.

Referencias

  • Cadena Roa, Jorge (2016), Las organizaciones de los movimientos sociales y los movimientos sociales en México, 2000-2014: Friedrich Ebert Stiftung. http://laoms.org/organizaciones-de-los-movimientos-sociales-mexico-2000-2014/.
  • Cadena Roa, Jorge y Valeria Falleti. (2009). El Laboratorio de Análisis de Organizaciones y Movimientos Sociales (laoms). Objetivos y actividades iniciales. En Amozurrutia de María y Campos, José Antonio, Ricardo Lino Mansilla Corona y Javier Álvaro Matus Pacheco (Coords.), Jornadas Anuales de Investigación, 2009 (ceiich-unam, pp. 23-33). https://www.academia.edu/1425860/El_Laboratorio_de_An%C3%A1lisis_de_Organizaciones_y_Movimientos_Sociales_LAOMS_._Objetivos_y_actividades_iniciales.
  • Cadena J. & Urbina, G. (Eds.). (2015). Informe anual 2013. Un año de reformas y de movilización social. Proyecto de Ciencia Básica Desempeño Organizacional: organizaciones de la sociedad civil (osc), organizaciones de los movimientos sociales (oms) y acción colectiva. México, D. F., México: Centro de Estudios e Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades-Universidad Nacional Autónoma de México [no publicado].
  • Franzosi, Roberto (2004). From words to numbers: narrative, data, and social science. Cambridge University Press.
  • González Arroyo, Karina Guadalupe y Sofía Zirión Martínez. (2019). 2012-2016. Enrique Peña Nieto y los años de la inconformidad social: Un análisis desde los eventos de protesta. En Juan Carlos Ruiz Guadalajara y Gustavo A. Urbina Cortés (Coords.), Las ciencias sociales y la agenda nacional. Vol. ii. Acción colectiva, movimientos sociales, (pp. 217-233). Consejo Mexicano de Ciencias Sociales. https://www.comecso.com/ciencias-sociales-agenda-nacional/cs/article/view/357.
  • Hernández Díaz, Daniel (2019). Análisis de redes aplicado a coaliciones de eventos de protesta reportadas por el diario La Jornada (octubre 2012 a diciembre 2016) [tesis para obtener el título de Licenciado en Matemáticas Aplicadas y Computación, unam, Facultad de Estudios Superiores Acatlán]. https://github.com/DanielHD/Tesis.
  • Holguín Carrillo, Roberto. (2016). ¿Quién es quién entre los actores emergentes de las protestas y movimientos sociales en México?. En Memorias del 5to Congreso Nacional de Ciencias Sociales, comecso, Eje 9, marzo 2016, pp. 1195-1213. https://www.academia.edu/24175606/_Qui%C3%A9n_es_qui%C3%A9n_entre_los_actores_emergentes_de_las_protestas_y_movimientos_sociales_en_M%C3%A9xico.
  • Holguín Carrillo, Roberto. (2018). Variables de la dinámica de la represión e interlocución en las protestas en México (2013-2016). En Manuel Alcántara, Mercedes García Montero, Mercedes y Francisco Sánchez López (Coords.), Movimientos Sociales: Memoria del 56.º Congreso Internacional de Americanistas (pp. 339-350). Ediciones Universidad de Salamanca. https://play.google.com/books/reader?id=VbNlDwAAQBAJ.
  • Inclán Oseguera, María de la Luz (2017). A la sombra de Sidney Tarrow, Conceptos básicos para el estudio de los movimientos de protesta. Política y Gobierno, xxiv(1), 1er semestre de 2017,189-212.
  • Koopmans Ruud y Dietr Rucht. (1999) Protest Event Analysis—Where to Now? Mobilization, 4(2), 123-130.
  • Oliver, Pamela E., Cadena-Roa, J. & Strawn, Kelley D. (2003). Emerging trends in the study of protest and social movements. Research in Political Sociology. Political Sociology for the 21st Century, 12, 213-244.
  • Snow, David A. (2004). Social Movements as Challenges to Authority: Resistance to an Emerging Conceptual Hegemony. En Daniel J. Myers y Daniel M. Cress (Eds.), Authority in Contention (p. 3.25). Elsevier.
  • Tarrow, Sidney (2012). El poder en movimiento: los movimientos sociales, la acción colectiva y la política. Alianza.
  • Tilly, Charles (1986). The Contentious French. Harvard University Press.


Recepción: 25/10/2016. Aprobación: 10/12/2019.

Vol. 21, núm. 3 mayo-junio 2020

Tradiciones discursivas en Twitter: de la novela por entregas a la de folletuit

Paulo Verdín Cita

Resumen

En este artículo se aborda la comparación de las tradiciones discursivas decimonónicas, la novela por entregas y el género novela de folletuit, neologismo creado por el escritor mexicano Mauricio Montiel Figueiras para asignar una marca genérica a su proyecto novelístico publicado en Twitter: El hombre de tweed. El análisis se hace a partir de cinco categorías básicas: medio, obra, autor, editor y lector. El estudio de ambas tradiciones se realiza desde la propuesta del lingüista Kabatek (2005) y busca identificar invariantes en el género y sus transformaciones.
Palabras clave: Twitter, tradición discursiva, novela por entregas, novela de folletuit.

Discursive Traditions on Twitter: From serial novels in periodicals to the folletuit novel

Abstract

This article deals with the comparison of nineteenth-century discursive traditions, serial novels and the genre folletuit novel, a neologism created by Mexican writer Mauricio Montiel Figueiras to assign a generic mark to his novel project published on Twitter: The tweed man. The analysis is made from five basic categories: medium, work, author, editor and reader. The study of both traditions is carried out from the proposal of linguist Kabatek (2005) and its objective is to identify invariants in the genre and its transformations.
Keywords: Twitter, discursive tradition, serial novel, folletuit novel.

La aparición de nuevas tecnologías en los últimos años y la creación de internet han traído como consecuencia que los procesos de lectura y escritura, la escritura creativa y la composición literaria se hayan visto modificados. Este nuevo mundo digitalizado dio lugar a una forma genérica que actualmente se conoce como literatura electrónica, cuyas características más sobresalientes son la utilización de recursos multimedia, la hipertextualidad y la interactividad.

Dentro de la literatura producida en las redes sociales destaca la llamada twitteratura (o tuiteratura en su versión castellanizada), palabra compuesta por la unión de Twitter y literatura y que utiliza esta plataforma virtual como medio de comunicación. Esta red social funciona como un servicio de mensajería pública e instantánea, cuyos mensajes tienen la característica de limitarse a 280 caracteres,1 con publicación en tiempo real. Los usuarios que utilizan este recurso para ejercer la escritura creativa entran constantemente en diálogo con las formas canónicas literarias del mundo impreso. Por su naturaleza, en la plataforma se pueden practicar y escribir géneros breves como el aforismo, el haikú, la minificción, entre otros, pero también géneros de mayor extensión como la novela.


Imagen 1. Cuenta en Twitter de El hombre de tweed (@Elhombredetweed).

La intención de este artículo es analizar el proyecto novelístico, escrito en Twitter entre los años 2011 y 2019, titulado El hombre de tweed (ver imagen 1)2 del escritor jalisciense Mauricio Montiel Figueiras, como parte de una tradición discursiva perteneciente al género decimonónico de la novela por entregas.

El objetivo central es identificar los elementos que se preservan de la tradición, los que ya no se usan y sus innovaciones. El marco teórico que se utilizará son las aportaciones de Kabatek (2005) y Jacob y Kabatek (2001) en torno a las tradiciones discursivas y los lineamientos que marca el canon literario para el género según las investigaciones de Ferreas (2013) y Villegas Cedillo (1984).

El estudio propuesto versa sobre lo que Kabatek (2005) llama en sentido restringido tradiciones complejas: los géneros. En este caso, los géneros que se abordarán son de índole literario: novela por entregas y novela de folletuit. La comparación se efectuará a partir de los siguientes parámetros: medio, obra, autor, editor y lector para posteriormente verificar las invariantes y variantes textuales entre ambos modelos discursivos.

Kabatek (2005) parte del supuesto de que todas las Tradiciones Discursivas (td) implican:

…la repetición de un texto o de una forma textual o de una manera particular de escribir o de hablar que adquiere valor de signo propio […]. Se puede formar con cualquier finalidad de expresión o con cualquier elemento de contenido cuya repetición establece un lazo entre actualización y tradición […] (2005, p. 159).

Señala, además, que estas repeticiones pueden ser parciales o totales y que es necesario establecer una relación temporal entre textos de diverso momento histórico. En este sentido, interesa observar la tradición formal entre géneros, es decir, la forma textual novela por entregas y la novela de folletuit para verificar la evolución de estas td en su aspecto diacrónico.

El folletín y la novela por entregas son modalidades que estuvieron en boga en el siglo xix. Se definen por el medio de transmisión y los receptores a los que se dirigen (García Berrio y Huerta Calvo, 1995, p. 190). El folletín se publicaba de forma periódica en la parte inferior de un diario, mientras que las entregas estaban constituidas en cuadernillos o fascículos. Sin embargo, con el tiempo, llegaron a identificarse como una sola, designada como novela por entregas. Su antecedente inmediato son las novelas de caballería y la producción de estas obras se explican desde la óptica de una cultura de masas.

Por su parte, la denominación novela de folletuit, creada por Mauricio Montiel Figueiras, da la clave para enlazar su obra a la tradición discursiva de la novela por entregas. El neologismo folletuit es una palabra compuesta, formada a partir de la palabra folletín3 y tuit (versión castellanizada de la palabra tweet). Por lo que remite a la forma de publicación temporal propia de los folletines, alude sinecdócticamente a la plataforma Twitter y resalta que la novela en construcción presenta uno de sus rasgos característicos: publicación de mensajes instantáneos de 1404 caracteres.

Medio

La denominación genérica de ambas tradiciones discursivas alude al medio donde se transmiten. En este tipo de obras predomina el continente y no el contenido. Además, el medio condiciona fuertemente la escritura de las obras. Wolfgang Raible (1988) lo señala como una de las seis dimensiones de la que emanan los rasgos del que se sirve el género.

En el siglo xix el periodismo cobra una vital importancia, ya que es en periódicos y revistas donde las novelas por entregas fueron publicadas. La doctora en Letras Modernas, Marie-Eve Thérenty en una entrevista (García, 2012) afirma que este tipo de prensa sólo debe pensarse entre dos aspectos: el de la opinión y el de la información. Pero especifica, que en el terreno de la literatura, su aportación fue fundamental pues “toda obra (novela, teatro, poesía) se publicó primero en la prensa y después se convirtió en libro, [agrega, además, que] todos los escritores, salvo contadas excepciones, fueron periodistas;” (párr. 8) y que la diferencia de la prensa decimonónica con la contemporánea radica en “la hibridación literaria; [que] hoy no tiene cabida” (párr. 13).

Por otra parte, Twitter es un servicio de mensajería pública e instantánea de contenidos breves, limitados a un cierto número de caracteres, 280 actualmente. En este sentido, la plataforma, hospedada en el sitito web de internet twitter.com, no tiene una finalidad definida, su idea rectora es dejar que las personas cuenten lo que sucede, tal y como lo indica la pregunta “¿Qué está pasando?”, que aparece siempre en un rectángulo ubicado en la parte superior de la pantalla para redactar tuits y que interpela constantemente a los usuarios.5

Desde esta ausencia de finalidad específica, el escritor Montiel Figueiras, ha utilizado este medio digital con fines artísticos para ir creando su proyecto narrativo en la cuenta @Elhombredetweed. El modo de almacenamiento de la obra, por tanto, es la red, es decir, de manera online; y al tratarse de un proyecto inacabado se presenta como una versión intermedia. Esta modalidad es importante porque hace de la obra una materia fugaz, fractal, seriada e híbrida, semejante a la novela por entregas.

Obra

Ferreas (2013) comenta que las novelas por entregas en el siglo XIX eran equiparables a una mercancía, sobre todo por el ámbito comercial que las rodeaba. Se regían bajo las leyes del mercado: duración y extensión, además de ser fabricadas en serie y, por tanto, el autor se asemejaba a un obrero de la literatura.

En cuanto a los aspectos formales que presentaban los textos literarios, éstos se distinguían por utilizar papel de mala calidad y usar caracteres de imprenta demasiado grandes. Las entregas se conformaban más o menos por 16 páginas de 20 a 25 líneas. Comúnmente oscilaban entre 52 y 100 entregas que juntas formaban dos tomos con 400 páginas cada una. Villegas Cedillo (1984), por su parte, asienta que las características tipográficas del género están destinadas a un lector nuevo e inexperto. La división en capítulos, y éstos en apartados menores, generaba, además, enormes ganancias para los editores, ya que se podía jugar con la extensión de la obra, pues permitía llenar al autor páginas y páginas.

La estructura de estas obras estaba predeterminada, tenía un lenguaje característico con un estilo llano y sencillo. Los personajes que intervenían en las historias eran estereotípicos, es decir, representaban los modelos de la época y la problemática estaba dada de antemano. En cuanto al tema, muchas veces era dado por el editor. Villegas Cedillo (1984) anuncia algunas de sus características: preferencia por lo extraordinario, menosprecio de la realidad, agitación de sentimientos, adjetivación efectista, fantasía, tensión, barroquismo, sorpresa.

Por otra parte, la novela de El hombre de tweed, por estar constituida en un soporte digital, presenta características diferentes. La obra no está organizada en página sino en tuits. Entre ellos, muchos fungen a manera de índice o como aparato de lectura, pues especifican, por ejemplo, el número de capítulo y nombre del apartado al que pertenece la secuencia (ver imagen 2).

Imagen 2. Tuits de la novela El hombre de tweed (@Elhombredetweed).

La tipografía está determinada por la empresa Twitter. La letra Arial6 y el tamaño 10.5 son los tipos digitales que se utilizan como fuente a la hora de la escritura. Otra limitante que tiene el escritor-editor en este aspecto es que no puede usar otros recursos tipográficos como negritas o cursivas. Los párrafos están acotados a 140 caracteres7 y el leer la secuencia novelesca, conformada por conexiones entre un tuit y otro, se hace con una direccionalidad inversa, es decir, de abajo hacia arriba.

El autor ha creado sus propias normas para darle un orden al sistema de lectura. Por ejemplo, siempre publica entre corchetes todo aquel contenido que no forma parte de la narrativa de la novela.8 Los corchetes ayudan a distinguir entre el autor y la obra. Así estos signos tipográficos se presentan en su sentido originario como una inserción complementaria o aclaratoria que indican la voz del autor que comparte la cuenta al mismo tiempo con el protagonista de la novela. Hay que destacar que la novela es de acceso abierto y no tiene fin de lucro directamente. Sin embargo, la plataforma sí es usada con fines comerciales, pues la empresa Twitter publicita anuncios en las cuentas de sus usuarios.

Autor y editor

Las novelas por entregas son definidas ante todo como un modo editorial, un modelo de negocio en el que participan lectores, autores y editores. El escritor en este caso es contratado por el editor por una remuneración semanal. En su contrato se estipula como obligación principal la entrega de una cantidad determinada de páginas semanalmente. El éxito de algunas novelas por entregas y el ritmo de trabajo los obligaba muchas veces a dictar sus obras a un taquígrafo en lugar de escribirlas. Cabe mencionar que estos autores escribían por entregas, pero no tenían una obra completa que iban entregando al editor, sino que la mayoría de las veces no existía ni siquiera un plan previo.

El editor, en cambio, coincide con la figura del empresario, pues en sus funciones recaen las actividades de impresión, edición y difusión de las obras. Es quien busca y contrata a los escritores por entregas mediante una remuneración económica. Dentro de sus facultades principales se encontraba la capacidad de decidir el período de duración de la entrega y, de esa forma, podía acortar o extender el plazo según el éxito o fracaso de la obra.

Dentro de la novela de folletuit el modelo comercial no se encuentra presente. La figura de autor y editor aparecen fusionadas. No existe un intermediario quien contrate ni difunda la obra. El mismo autor es quien escribe, revisa, pule, publica y edita sus textos e incluso puede retirarlos de la timeline si así lo desea pues es una posibilidad que brinda la plataforma. En la publicación de la obra no existe un beneficio directo económico para el autor, aunque la cuestión comercial no es ajena a la plataforma. La escritura aparece entre anuncios que se muestran continuamente en la timeline, además de que el autor utiliza su cuenta para la autopromoción de su imagen como escritor, sus publicaciones y talleres. Es también quien determina la duración de las entregas y la manera de publicación de la novela. Asimismo, establece un contacto con sus lectores mediante tuits anunciando la hora y el día en que se irán publicando los folletuits y las entregas.

Lectores

Una característica que tiene en común la novela por entregas y la novela de folletuit es que el público al que van dirigidos es un sector delimitado. En el caso de la novela por entregas, los lectores coincidían con los consumidores del diario o revista en que se publicaba el folletín correspondiente. Ferreas (2013), en su estudio sobre la novela en el siglo xix en España, señala que estas obras eran dirigidas a una esfera social económicamente débil, principalmente a la clase obrera, al pequeño burgués y al público femenino. Por su parte, Cedillo Villegas (1984) indica que en México la novela por entregas permeó todas las capas sociales.

Los lectores de este tipo de novelas tenían la oportunidad de coleccionar los folletines y fascículos, luego llevarlos a un taller de encuadernación para darles forma de libro. Villegas Cedilllo (1984) apunta que los editores, para granjearse al público, le regalaban, entre otras cosas, cubiertas y grabados. Los suscriptores posteriormente llevaban a los talleres de encuadernación estos materiales para formar un libro con los fascículos coleccionados. Este gasto desde luego corría a cargo de los lectores.

La comunicación con los receptores de las obras se hacía fundamentalmente mediante la prensa, carteles y boletines en la librería. Por ejemplo, Manuel Payno anunció en 1871, en el periódico El Federalista, la próxima publicación en folletín del segundo tomo de su novela El hombre de la situación.

La novela folletuit, por su parte, también tiene un público acotado que se delimita por el medio. Los lectores tienen que contar con acceso a internet, ser usuarios de la plataforma Twitter y seguir la cuenta donde se publica la novela. Los lectores, en este caso, son identificados con los seguidores o followers de la cuenta @elhombredetweed y pueden ser de cualquier parte del mundo, donde exista conectividad a la red. En este sentido, hace falta determinar un estudio sobre los parámetros sociales de los lectores que siguen la historia: edad, sexo, clase, educación, nacionalidad, entre otros. En 2017 la cuenta contaba con más de 19,000 seguidores.

En cuanto a la situación comunicativa, ésta se presenta de manera directa. Chimal (2014), en su estudio sobre la tuiteratura, apunta la interacción instantánea y diversa como una de las características de este fenómeno literario. La red permite publicar enlaces (mensajes con hipervínculos), usar etiquetas (hashtags), que indican un determinado tema o evento, ofrecer respuestas y réplicas en conversaciones, enviar mensajes directos entre cuentas, retuitear (reenvíos de tuits), marcar como favorito algún contenido, etcétera. Incluso, la red permite crear pequeñas encuestas donde también se puede inferir la aprobación y los gustos de los seguidores. Todas esas herramientas virtuales posibilitan una comunicación inmediata y continua entre autor y lectores.

A modo de conclusión

Jacob y Kabatek (2001) afirman que las “las tradiciones discursivas, en tanto formas históricas, están sometidas al cambio” (p. 207). La evolución de las tecnologías en este sentido ha afectado las formas de escritura y lectura. La novela por entregas y la novela de folletuit, si bien pertenecen a períodos históricos distintos, guardan una cierta relación en cuanto a sus modelos discursivos.

Algunos rasgos específicos que comparten como características invariantes son las siguientes: a) nombre y definición genérica dada por el medio en el cual se originan; b) la temporalidad como un elemento clave para dar a conocer la historia; c) la fragmentación de la obra; d) la producción de sentido en forma seriada; e) el uso estratégico del suspenso para mantener cautivo al lector; f) la falta de plan previo y proceso continuo de creación de la obra; g) la gran extensión y h) la nota distintiva de la novela, la narrativa.

Hasta aquí se indica una actualización de la tradición discursiva de la novela por entregas; sin embargo, algunos rasgos específicos no se ven modificados. La novela de folletuit, por ejemplo, no se basaba en el modelo de negocio que originó la novela por entregas, sino que consistía en un modelo de acceso abierto a la obra.9 Asimismo, la figura del editor se transforma, ya no es identificada con el empresario sino con el autor, debido a que la red da la posibilidad a los creadores de autopublicarse sin intermediarios.

La comunicación, si bien es cierto, existe en ambas tradiciones discursivas, las publicaciones literarias en Twitter se distancian de las novelas por entregas en el sentido de que la plataforma hace posible una comunicación instantánea entre autor y lector. Por último, el soporte impreso es cambiado por el electrónico, lo que conlleva cambios en la tipografía y en los procesos de escritura y lectura: lectura vertical en orden inverso, interacción instantánea y diversa, yuxtaposición de los tuits de la cuenta con tuits de otros usuarios en la línea de tiempo, fugacidad de contenidos y escritura en tiempo real. Finalmente, Mauricio Montiel Figueiras al rescatar una tradición cultivada por Balzac en el siglo xix le ha dado un giro inesperado no sólo al género sino también al uso de la red social.

Referencias

  • Chimal, A. (2014). De Tuiteratura. Plesiosaurio. Primera revista de ficción breve peruana, 1(7), 157-161.
  • Ferreas, Juan Ignacio. (2013). La novela en el siglo xix. ACVF Editorial.
  • Ferrer González, Alba y Gómez Fontanills, David. (2011). Escritura y tipografía [colección uoc]. Titivillus.
  • García Berrio, Antonio y Huerta Calvo, Javier. (1995). Los géneros literarios: sistema e historia. Cátedra.
  • García, Jaimeduardo. (2012, 29 de enero). El siglo xix, inicio de la era mediática. Jornada Semanal, núm. 882. https://www.jornada.com.mx/2012/01/29/sem-jaime.html.
  • Jacob, Daniel y Kabatek, Johannes (Eds.) (2001). Lengua medieval y tradiciones discursivas en la Península Ibérica. Descripción gramatical – pragmática histórica – metodología. Vervuert:Iberoamericana, 199-231.
  • Kabatek, Johannes (2005). Tradiciones discursivas y cambio lingüístico. Lexis, 29 (2), 151-163.
  • Montiel Figueiras, Mauricio [@Elhombredetweed]. (2011-2019). El hombre de tweed. Twitter. https://twitter.com/Elhombredetweed [cuenta eliminada].
  • Orihuela, José Luis (2011). Mundo Twitter. Alienta editorial.
  • Raible, Wolfgang. (1988). ¿Qué son los géneros? En Miguel A. Garrido Gallardo (Ed.), Teoría de los géneros literarios. Arco Libros.
  • Villegas Cedillo, Alberto (1984). La novela popular mexicana en el siglo xix. Universidad Autónoma de Nuevo León. http://cd.dgb.uanl.mx/handle/201504211/7270.


Recepción: 05/07/2018. Aprobación: 11/12/2019.

Vol. 21, núm. 3 mayo-junio 2020

Bitácora electrónica de obra pública: entre el gobierno electrónico y el abierto

Araceli Pinacho Ríos, Christian Arturo Cruz y Oscar David Valencia Cita

Resumen

Aunque el gobierno electrónico y el gobierno abierto son diferentes, hay una relación entre ambos, gracias a los aportes tecnológicos, en objetivos como la transparencia y la rendición de cuentas. Por otra parte, la Bitácora Electrónica de Seguimiento a Obra Pública (besop) es una herramienta tecnológica que contribuye precisamente a cumplir esas metas. Sin embargo, no ha tenido la difusión ni el reconocimiento como una herramienta de gobierno abierto. Este ensayo busca su divulgación, para su estudio y fortalecimiento como un medio que ofrece el gobierno electrónico para la consolidación de un gobierno abierto.
Palabras clave: gobierno electrónico, gobierno abierto, bitácora de obra pública.

Electronic logbook of public works: between electronic and open government

Abstract

Despite the differences between the electronic government and the open government, there is a relation between both, thanks to the contributions of technology, in objectives such as transparency and accountability. Precisely, the Electronic Public Works Booklog (besop) is a technological tool that contributes to such goals. However, this logbook has not had the proper recognition as an open government tool. This paper seeks to make it known, for its study and strengthening as a way, offered by the electronic government, for the consolidation of the open government.
Keywords: electronic government, open government, accountability and transparency in information.

Introducción

Hay diversas cuestiones que surgen ante la problemática presentada en México y gran parte de América Latina sobre el tema de transparencia y acceso a la información. En ese sentido, se reportó, en 2020, que México se encuentra en el lugar 130 de 180 países en el Índice de Percepción de la Corrupción elaborado por Transparencia Internacional (Transparencia Mexicana, 2020).

Lo anterior impulsó la creación de la Nueva Gestión Pública con el objetivo de promover la eficiencia en el uso y la distribución de los recursos públicos y mejorar la calidad de los servicios prestados, entendiendo la tecnología como una herramienta, lo que dio origen al gobierno electrónico. Otro resultado que buscaba esta reforma son las políticas para generar mayor transparencia y acceso a la información.

El gobierno electrónico y el gobierno abierto son diferentes, pero se les vincula por las ventajas que ofrece el primero al segundo. Con el fin de realizar un análisis de esta relación, se consideró la besop como una herramienta tecnológica que contribuye al gobierno abierto y a sus pilares de trasparencia, rendición de cuentas, participación y colaboración. A su vez, la besop cuenta como un medio para lograr un control de la obra pública, así como la transparencia en general, y la rendición de cuentas.

Las reformas a la administración pública

El sector gubernamental ha realizado tareas en relación a la satisfacción de las necesidades de los ciudadanos para hacer más eficientes los procesos administrativos a través de la descentralización de funciones. Por esto, se ha establecido el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (tic). Sin embargo, en los últimos años, las organizaciones públicas siguen presentado diversos problemas, uno de ellos es la incapacidad de resolver eficiente y eficazmente las actividades que tiene a su cargo, aunque cuenten con las herramientas tecnológicas adecuadas.

Así, la Nueva Gestión Pública surge bajo la necesidad de transformar la administración pública y la eliminación de la burocracia. También busca la menor intervención estatal y fomentar una ciudadanía con democracia plena, para que no se vea al aparato gubernamental como un dictador de la ley al que no se debe cuestionar por el cumplimiento de sus obligaciones. Como enfatiza Aguilar (2006) en su definición sobre la Nueva Gestión Pública:

El cambio de las normas, las estructuras organizacionales y los patrones directivos y operativos del gobierno, que por sus propósitos, modos o resultados se orienta a formas posburocráticas de organización, dirección y operación, con el fin de elevar la eficiencia, la calidad y la responsabilidad de la acción pública (p. 146).

Es decir, resulta necesario dejar de lado la administración tradicional y procesos burocráticos para dar paso a una reforma posburocrática; y con ello generar un cambio en el esquema tradicional, así como la reducción de costos en la administración y mayor eficiencia en los servicios.

Para lograr la eficiencia en las actividades administrativas, el gobierno se ve en la necesidad de hacer uso de las tecnologías, en conciencia de que la ciudadanía cada día se encuentra en crecimiento y cada vez es más difícil, por no decir imposible, satisfacer las necesidades o cubrir los servicios demandados sin caer en la burocracia. Aunado al cambio en los procesos de la administración y con el apoyo en tecnologías es como se presenta el surgimiento del gobierno electrónico.

El gobierno electrónico

Surge en la década de los noventa cuando se comenzó a plantear que el uso de las nuevas tecnologías permitía la transformación de las actividades gubernamentales. Se consideró internet como un medio de comunicación bidireccional, para la realización de negocios, de diversión y educativo, para adquirir conocimientos, entre muchas otras labores.

Así inició el gobierno electrónico, cuyo principal antecedente mundial en cuestión de iniciativa de mejora y reforma gubernamental fue durante la presidencia de Bill Clinton. A partir de esta administración, se consideró el modelo para su implementación en países desarrollados, los cuales pretendían un avance hacia la sociedad de la información y el conocimiento. Desde dichas iniciativas y consecuencia del uso de las TIC, sobre todo de internet en los procesos del sector gubernamental, surge el concepto de gobierno electrónico (Ruedas y Peréz, 2006, p.1).

A continuación, presentaré algunas definiciones para tener un panorama más amplio del concepto de gobierno electrónico. La Secretaría de la Función Pública (2012) lo refiere como un aprovechamiento de las tic en la mejora de la gestión interna de la administración pública, para otorgar mejores servicios, facilitar el acceso a la información, rendición de cuentas, transparencia y fortalecer la participación ciudadana. Esta definición se enfoca en la relación del gobierno con los diversos sectores como la industria, la ciudadanía y el mismo gobierno.

Gobierno abierto

Nace en 2009, a raíz del memorando del presidente estadounidense Barack Obama, el “Memorándum de Transparencia y Gobierno Abierto”, donde se comprometía a tener un gobierno basado en la transparencia, la participación y la colaboración. Años después se le agregaría la rendición de cuentas, surgiendo como resultado una nueva tendencia en la administración pública a la que intentar conceptualizar. Algunas de estas definiciones hablan del uso de las tic en el sector público con el propósito de posibilitar la transparencia y entrega de cuentas; así, la ciudadanía puede conocer las prioridades y objetivos del gobierno y éste adquirir mayor responsabilidad en el uso de los recursos públicos (Vargas, 2011). Con base en esto y en pretender legitimar al gobierno ante la ciudadanía para abatir la desconfianza en el mismo, surge el gobierno abierto que se define como:

[…] un gobierno que abre sus puertas al mundo, co-innova con todos, especialmente con los ciudadanos; comparte recursos que anteriormente estaban celosamente guardados, y aprovecha el poder de la colaboración masiva, la transparencia en todas sus operaciones, y no se comporta como un departamento o una jurisdicción aislada, sino como una estructura nueva, como una organización verdaderamente integrada y que trabaja en red (Don, 2010, s.p.).

Es preciso resaltar que el gobierno abierto es un nuevo paradigma, y que para su cumplimiento se basa en la transparencia, rendición de cuentas, participación ciudadana y colaboración, lo que permite el cambio de la relación entre la ciudadanía y el Estado. Propone trabajar colaborativamente sobre las debilidades y fortalezas del gobierno para que la ciudadanía o los mismos gobiernos propongan soluciones y estén involucrados. Para este caso, la transparencia en la información y rendición de cuentas son los pilares que pueden coadyuvar en el reconocimiento de la besop como herramienta de gobierno abierto.

Cada día se presenta mayor exigencia para que la información sea más abierta, completa y oportuna. No sólo es necesario tener a disposición la información requerida, sino que debe ser de fácil acceso para el público y que los datos puedan estar de manera accesible a través de tecnologías de la información y la comunicación (Naser y Ramírez, 2014).

Sin embargo, el gobierno aún no alcanza la consolidación de un gobierno abierto, pues no ha logrado cumplir en materia de transparencia y rendición de cuentas, según las expectativas de la sociedad, quien debe tomar un papel más exigente y valorar como derecho el fácil y libre acceso a la información pública. De acuerdo con lo anterior, la Carta Iberoamericana de Gobierno Abierto menciona que:

La transparencia implicará dos ámbitos cruciales: el derecho de acceso a la información que está en poder de las instituciones públicas y que puedan solicitar los ciudadanos, y también la obligación de los gobiernos de poner a disposición de la ciudadanía, de forma proactiva, aquella información que den cuenta de sus actividades, del uso de los recursos públicos y sus resultados, con base en los principios de la publicidad activa, tales como la relevancia, exigibilidad, accesibilidad, oportunidad, veracidad, comprensibilidad, sencillez y máxima divulgación (Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo, 2016, p. 4).

Esto hace referencia al segundo pilar del gobierno abierto sobre la responsabilidad de los servidores públicos, y del mismo gobierno a dar respuesta a las peticiones de la sociedad civil, al igual que al cumplimiento de las autoridades. De aquí surge la rendición de cuentas que se define por la Carta Iberoamericana del Gobierno Abierto como un

[…] pilar [que] se basa en las normas, procedimientos y mecanismos institucionales como deber legal y ético que obligan a las autoridades gubernamentales a fundamentar sus acciones y asumir la responsabilidad sobre sus decisiones, responder oportunamente e informar por el manejo y los rendimientos de fondos, bienes o recursos públicos asignados, y por los resultados obtenidos en el cumplimiento del mandato conferido (Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo, 2016, p.6).

Es importante mencionar que los elementos considerados en la rendición de cuentas son “dos sujetos involucrados, un asunto sobre el que se rinden cuentas, relacionado necesariamente con una responsabilidad asumida por el primer sujeto y un juicio y/o una sanción emitida por el segundo sujeto” (López y Merino, 2009, p. 2).

La BESOP, relación gobierno electrónico y gobierno abierto

Gobierno electrónico y gobierno abierto son tendencias actuales de la Administración Pública, originadas a fines del siglo xx y principios de xxi. Retoman elementos que en sí mismos no son nuevos (uso de tecnología y los pilares del ga), surgieron de memorandos, y se han convertirdo en objeto de estudio académico y en estrategia de gobierno y modernización administrativa, al grado de llegar a tener compromisos y cartas internacionales. Es cierto que están relacionados por la utilización de tic, pero no deben de ser confundidos. El gobierno abierto se auxilia de los elementos tic que aporta el gobierno electrónico, como portales web, aplicaciones móviles, datos abiertos y otros como la Bitácora Electronica de Obra Pública. La imagen 1 muestra la relacion de ambos conceptos.



Imagen 1. Relación gobierno electrónico y gobierno abierto (Cruz, 2016).

Esta herramienta tiene como antecedente haber sido utilizada por Petróleos Mexicanos (pemex) y en el 2007 se transfiere a la Secretaría de la Función Pública (sfp), iniciando así una implementación nacional. Se sabe que organismos como la Comisión Nacional del Agua (conagua), cfe, sct y Caminos y Aeropistas de Oaxaca (cao) han implementado este software con el fin de reportar los avances de obra que se están llevando a cabo y con ello se propicia la transparencia en el uso de los recursos públicos de la federación. Así, la besop es definida por la Secretaría de la Función Pública (2011) como:

[…] el Programa Informático Autorizado por la Secretaria de la Función Pública que por medios remotos de comunicación electrónica entre las partes de un contrato de obra pública o de servicios relacionados con la misma, en la que se registran los asuntos y eventos importantes que se presentan durante la ejecución de los trabajos (p. 3).

El gobierno, para el control de la obra pública, se apoyaba en bitácoras tradicionales, las cuales estaban hechas en papel y se llenaban a mano. Éstas tenían como limitantes el error ortográfico, poca legibilidad, daño por condiciones del ambiente y no eran consideradas para aportar en temas de transparencia. La imagen 2 muestra una bitácora tradicional.

Imagen 2. Bitácora de Obra Pública tradicional.
Cortesía de Caminos y Aeropistas de Oaxaca.

La llegada de la besop trajo consigo beneficios para el control de obra y gobierno abierto, tales como:

  • Información en tiempo real de lo que sucede en una obra.
  • Seguridad de manejo de información.
  • Implementación de Firma Electrónica Avanzada para garantizar la autenticidad de la información (ver imagen 3).
  • Información veraz, oportuna y clasificada.
  • Que las dependencias o entidades puedan respaldar su información de manera digital e impresa.

De esta forma, se está ante una herramienta tecnológica (gobierno electrónico), que contribuye al gobierno abierto, lo que muestra la relación entre ambos conceptos y su complementariedad, a pesar de que mantienen su naturaleza y particularidades.

Imagen 3. Firmado electrónico de la BEOP.
Fuente: Bitácora Electrónica de Seguimiento a la Obra Pública, Guía de Usuario Final.

Conclusión

La besop es un ejemplo de la relación entre el gobierno electrónico y gobierno abierto. El uso de la tecnología debe tener un sentido, una razón de ser; en este caso es la transparencia, el acceso a la información y la rendición de cuentas (horizontal), para la consolidación de gobiernos abiertos. La besop todavía no es considerada por sectores académicos o gubernamentales como una herramienta de gobierno abierto, pero aquí se argumenta que sí puede ser vista como tal. Además, esperamos que el presente ensayo contribuya a darla a conocer, no sólo como una herramienta administrativa, sino también por sus aportes a la transparencia y la rendición de cuentas.

Referencias



Recepción: 09/11/2018. Aprobación: 14/11/2019.

Vol. 21, núm. 3 mayo-junio 2020

Nuestra imagen pública desde la neurociencia social

Marisela Romero Vázquez Cita

Resumen

Se aborda la manera en que la imagen pública se relaciona con los procesos que, a partir de su proyección, se llevan a cabo en el cerebro. Es un análisis que se hace con el fin de revelar que la gestión de la imagen pública tiene que ver con temas como la toma de decisiones, la reputación y la neurociencia social, más que con los de índole banal o superficial.
Palabras clave: imagen pública, imagen personal, reputación, neurociencia social, comunicación no verbal.

Our public image from social neuroscience

Abstract

We address how public image relates to the processes that, from its projection, take place in the brain. This analysis is made in order to reveal that public image management has to do with issues such as decision-making, reputation and social neuroscience, rather than with those of banal or superficial nature.
Keywords: public image, personal image, reputation, social neuroscience, non-verbal communication.

Introducción

Corría el año 48 a. C., cuando Julio César tuvo un encuentro más que mágico con una mujer que envuelta en un tapete emergió, como Venus, de entre las olas para aparecer semidesnuda ante sus ojos y los de sus generales. La joven Cleopatra impactó a todos, pero más a Julio César, quien, fascinado con su imagen, buscó pretextos para permanecer a su lado. Cuando el estratega romano murió, su lugar fue ocupado por Marco Antonio, quien también cayó bajo el hechizo de Cleopatra.

¿Era la belleza física lo que atraía a los hombres hacia la imagen de Cleopatra? ¿Cuál era la pócima que encantaba a sus amantes? En Alejandría había mujeres mucho más hermosas que ella, lo que Cleopatra poseía era una habilidad personal para dejar, de manera constante, una diversidad de imágenes mentales en quienes la rodeaban: “ofrecía tributos, batallas simuladas, expediciones, orgiásticos bailes de máscaras. Todo tenía un toque dramático y se llevaba a cabo con inmensa energía. Para el momento en que sus amantes posaban su cabeza junto a ella en la almohada, su mente era un torbellino de sueños e imágenes” (Greene, 2001, p. 43).

En la narración anterior se aprecia la forma en la que una persona conquistó de manera contundente a otras que se le acercaron, sin lugar a dudas la estrategia femenina utilizada se basó en su imagen y en las imágenes desatadas en la mente de los demás, pero… ¿qué es la imagen? Si nos atenemos a las etimologías, proviene del latín, imago (figura, imitación) y del griego, eikon (ícono, retrato).

Al respecto, Villafañe (2006) señala que la imagen forma parte de dos importantes procesos: la percepción y la representación. Por su parte, Costa (2004) sostiene que se define bajo dos sentidos principales: el primero, como objeto material y físico que se encuentra en todo lo que rodea al ser humano, y que se puede tocar de manera física; el segundo, como una representación mental, producto de la imaginación, es decir, aquello intangible. Por lo tanto, se tienen dos factores significativos: lo tangible (aquello que se toca de manera física) y lo intangible (aquello que no se toca más que por medio de una representación mental).

En cambio, Gordoa (2002) señala que la imagen es la percepción que inicia con una sensación interna, como resultado de una impresión que se da en los sentidos, es decir, se alude a una representación mental. Las definiciones anteriores pueden advertirse en el caso político Nixon-Kennedy, en 1960. Un debate político transmitido –por primera vez– por televisión, en donde los resultados de la proyección de la imagen fueron contundentes:

Richard Nixon poseía una barba muy cerrada que pasadas las seis de la tarde daba a su rostro una sombra que connotaba cualidades negativas como maldad y suciedad […] Por otro lado […] el joven egresado de Harvard, eficiente, impecable y guapo, dueño de una seductora sonrisa y de una mirada encantadora (p. 20).

Quienes escucharon el debate político por la radio dieron como ganador a Nixon y quienes lo vieron por televisión dieron a Kennedy el triunfo. Lo interesante en esta situación es apreciar que no sólo había ganado un joven a un experimentado político, sino que a través del análisis de la gestión de estímulos aplicados en eventos políticos (como un debate) y su transmisión por diferentes medios de comunicación, se identificaba una nueva manera de alcanzar metas y logros.

En medio de este escenario aparece lo que se denomina imagen pública. ¿Cómo se define? Gordoa (2002) advierte que se trata de la “percepción compartida que provoca una respuesta colectiva unificada” (p. 32). Lo cual significa que una percepción (sensación interna que queda en los sentidos ante una impresión) colectiva genera una respuesta que concuerda entre los miembros que perciben cierto evento o persona y, entonces, esa respuesta se convierte en una opinión que se da de manera uniforme. Por ejemplo: en un salón de clases en donde se encuentran cuarenta alumnos, si todos dicen que el profesor es excelente, la percepción colectiva da como resultado una respuesta que coincide entre sí y todos opinan que es excelente, entonces esa será su imagen pública.

La percepción de las audiencias

Abarca desde temas que son calificados por algunos como banales, como los colores que se utilizan en la indumentaria, accesorios, uso del maquillaje, corte de cabello, entre otros, hasta todo aquello que se asocia con protocolos y que tiene que ver con el trato que las personas o instituciones le dan a sus grupos objetivo, por nombrar algunos estímulos referentes con la imagen física –estímulos enviados por medio del lenguaje corporal y la apariencia de los individuos–. Esto es porque la imagen pública no abarca únicamente estímulos desde lo físico; las posibilidades de percepción se dan a través de una clasificación de seis imágenes a las que se les denomina imágenes subordinadas (Gordoa, 2002).

Dichas imágenes subordinadas son la imagen física, que se definió en líneas anteriores; la imagen profesional, que toma en cuenta estímulos observados en la práctica profesional, en donde el buen uso y gestión de protocolos permiten prevenir crisis o tener un plan estratégico para disminuirlas cuando se presentan; la imagen verbal o la percepción que los demás tienen de alguien, que se comunica a través de la expresión de la palabra verbal o escrita; la imagen visual, que se da a partir de los estímulos percibidos por medio de la vista, y en donde se considera la imagen que se proyecta o que perciben los grupos objetivo, por medio de signos y símbolos, por ejemplo, el mensaje que se proyecta a través de los colores y el tipo de letra de una tarjeta de presentación; la imagen audiovisual, que involucra estímulos percibidos con el sentido de la vista y el oído; y la imagen ambiental, la que transmite estímulos por medio de los escenarios de personas e instituciones.

En este sentido, la coherencia es la actitud que le permite a una persona o institución ser percibida por los demás como consecuente, lógica y congruente con la toma de decisiones. Es un elemento valioso para la proyección de la imagen pública, pues se convierte en una ventaja competitiva, ya que una vez que las personas son percibidas como congruentes con lo que piensan, dicen y hacen, la aceptación entre sus audiencias es más probable que el rechazo.

La imagen pública tiene un patrón para generar coherencia: el estilo, definido como “la expresión de la individualidad” (Gordoa, 2002, p. 32), es decir, la manera en la que la esencia personal o institucional se expresa y forma parte de la respuesta a la pregunta: ¿quién soy? Es el ser antes que el parecer. La esencia es el fundamento de la imagen pública y es importante respetarla pues de no hacerse se caerá en la incongruencia y, por lo tanto, en el rechazo de las audiencias.

¿De dónde nace la teoría del estilo? A finales del siglo xx, dos consultoras en imagen, Alice Parsons y Diana Parente, la desarrollaron, en su teoría Universal Style, que lo clasifica en: natural, tradicional, elegante, romántico, creativo, seductor y dramático. Cada uno de ellos proyecta un mensaje que genera fortalezas y riesgos. Ninguno es mejor que otro y para conocer el estilo que se proyecta es necesario aplicar una prueba que indica el principal para cada persona o institución. Una vez que se sabe el resultado será necesario delimitar cada una de las imágenes subordinadas para comunicar desde lo verbal y lo no verbal. De esta manera, dicho patrón funciona como una línea lógica que fusiona a cada imagen para lograr la coherencia.

La imagen pública puede gestionarse desde dos grandes grupos: la imagen personal y la institucional. La primera se define como la percepción que se tiene de un individuo, por ejemplo, la imagen de Cleopatra, Richard Nixon y John F. Kennedy, entre otros. La segunda es la percepción que se tiene de una persona moral: la imagen de un partido político, empresa, establecimiento público, etcétera (Gordoa, 2002).

La imagen tiene mucho que ver con el lenguaje corporal (gestos, ademanes) y todo cuanto se vincula con ella se encuentra estrechamente relacionada con la comunicación no verbal. Es un hecho que lo que se expresa sin palabras comunica más que con ellas (ver figura 1). Albert Mehrabian, profesor emérito en la Universidad de California en Los Ángeles (ucla), llevó a cabo experimentos sobre actitudes y sentimientos y encontró que sólo 7% de la información se atribuye a las palabras, mientras que 38% se debe a la voz (tono, ritmo, entre otros) y 55% al lenguaje corporal (ademanes, gestos, posturas, entre otros) (Corrales, 2011, p. 49).

De acuerdo con lo anterior, los seres humanos se comunican en un alto porcentaje (93%) a partir de los estímulos identificados por medio de la comunicación no verbal. Gordoa (2002) sostiene que la percepción se da a partir de dos tipos de estímulos: verbales y no verbales. En los primeros tiene cabida todo aquello que las personas escriben y dicen (¿qué dice en su mensaje?); en los segundos, la manera en que lo hace forma parte de la comunicación no verbal (¿cómo dice su mensaje?), donde también se incluyen los factores de indumentaria, accesorios y lenguaje corporal.

Uno de los aspectos más significativos de la imagen pública es la reputación. Es un intangible que se asocia con la actitud y la conducta, por lo que se comunica cuando los individuos se conducen de manera personal y profesional.

La ecuación de la imagen pública señala que ésta se da a partir de la opinión que identifica a las audiencias (identidad) y que se origina de una imagen formada desde de los estímulos percibidos, que se queda en la mente (ver figura 2). El objetivo del presente escrito es mostrar que la imagen pública –tratada especialmente desde la imagen personal– se asocia con las representaciones mentales en donde los procesos de percepción y las áreas cerebrales que se activan, a partir de estímulos, se vinculan con la neurociencia social.

¿Por qué buscar la relación de la imagen pública con dichos temas? Porque su vínculo con estímulos no verbales la mantiene, en algunas ocasiones, en una posición superficial. No obstante, es importante reflexionar que los estímulos enviados desde detalles tan simples en apariencia tienen un sofisticado proceso asociado con la neurociencia social; por lo que cada elemento conlleva un impacto significativo entre las audiencias, debido a su relación con la toma de decisiones y la conformación de la reputación.

La neurociencia social, la toma de decisiones y la reputación

En las definiciones proporcionadas en anteriores párrafos se expuso que la imagen se deriva de la percepción y ésta de las representaciones mentales, por lo que la imagen tiene que ver con procesos cerebrales. De tal manera, no es casualidad que cursos como neuro-marketing, neuro-oratoria, neuro-ventas, neuro-diseño, entre otros, tengan un posicionamiento relevante en la mente de los consumidores, debido a que el prefijo neuro genera estatus, por su relación con el ansia de reconocimiento, prestigio, necesidad y el poder para explicar una diversidad de temáticas, sobre las cuales se tiene interés, pues se asocian con el éxito personal (Corredor y Cardenas, 2017).

¿Cuál es el origen de la neurociencia social? En la Antigüedad, el médico griego Galeno sostuvo que los procesos racionales se encontraban en el cerebro. En el siglo xix, la publicación de ciertos casos clínicos asociados con el cerebro llamaron la atención con respecto a zonas específicas y su relación con la personalidad, las emociones y, en general, con el comportamiento social. Uno de los casos más peculiares es el de Phineas Gage, quien en 1848 sufrió un accidente cuando una carga de dinamita provocó que una barra de metal le atravesara su mejilla y cráneo, lo que dañó las zonas orbitofrontales y ventromediales de su cerebro. Posterior al accidente, su personalidad responsable y eficiente se modificó por la de una imagen caprichosa, irreverente y con un deficiente autogobierno de sus emociones (Grande-García, 2009).

Otros dos orígenes históricos fundamentales son la cognición social como parte importante de la psicología social y el desarrollo de la neurociencia cognitiva. La psicología social estudia la influencia de los factores socioculturales en la conducta. De ella se desprende la cognición social cuyos temas principales se asocian con la formación y modificación en la conducta, percepción social (percepción de las personas, formación de impresiones, representaciones y estereotipos), empatía, prejuicios, autoconocimiento, autoconcepto, autorregulación y el efecto que las emociones tienen sobre la conducta y la cognición (Grande-García, 2009).

Por otra parte, la neurociencia cognitiva involucra disciplinas relacionadas con la investigación cerebral, la biología molecular y la genética, así como la computación, que derivó hacia la neurociencia cognitiva. Además de lo anterior, para su estudio se agrega el análisis de la actividad cerebral bajo técnicas de neuroimagen y el registro de la actividad cerebral (Grande-García, 2009).

Es así como el desarrollo de la tecnología vinculada con la actividad cerebral y diversas técnicas de medición para entender los procesos psicosociales dieron paso a la neurociencia social. Pero… ¿cómo se define? La neurociencia social examina la manera en la que los sistemas nervioso, endocrino e inmune se relacionan con los procesos socioculturales, en una relación bidireccional entre el cerebro y los procesos sociales (Maneiro, 2017, p. 170). Es un campo interdisciplinario que vincula a las “técnicas de neuroimagen, neuropsicología, técnicas neuroquímicas, mediciones neuroinmunológicas, junto con la investigación en ciencias cognitivas y en ciencias sociales como la psicología social, la economía y las ciencias políticas” (Grande-García, 2009, p. 2).

Se trata de ver cómo influye en el cerebro lo que pasa en la vida social y cómo lo que pasa en la vida social afecta al cerebro. Es así como la imagen pública se asocia con la neurociencia social al tener en cada experiencia personal un bagaje de estímulos que se convierten en imágenes mentales. Los ejemplos relatados en el inicio del artículo sobre Cleopatra y el debate político entre Nixon y Kennedy permiten observar el efecto de los estímulos en las imágenes mentales.

Uno de esos efectos es lo que se denomina primera impresión, el impacto de la imagen que se proyecta en un primer encuentro y que se queda como una marca en la mente de los demás. Es un proceso cerebral que interpreta los códigos de los estímulos en unos cuantos segundos (Gordoa, 2002). De manera inconsciente se pone en marcha todo un proceso que activa zonas cerebrales y con el que se evalúa a los demás y que permite definir el gusto o no por las personas o las situaciones; de esta manera, las primeras impresiones se asocian con la reputación.

Como ya se comentó en líneas anteriores, uno de los grandes temas que se resalta en la imagen pública (tal como se puede ver en la figura 2) es la reputación, la toma de decisiones basada en ella es un ejemplo de la forma en la que la imagen pública tiene un vínculo significativo con la neurociencia social. El caso de Phineas Gage es un ejemplo en el que se observa la modificación de su imagen personal (y de su reputación), proyectada a partir de la toma de decisiones que se vieron afectadas por cambios en sus procesos cerebrales después de un accidente. El caso señala la relación bidireccional entre los procesos cerebrales y los sociales.

Antes de revisar los mecanismos neurales que participan en esta relación se debe responder a la pregunta: ¿qué es la reputación y por qué es tan anhelada por las personas? Pérez y Rodríguez (2014) la entienden como un intangible difícil de copiar, por lo que saber gestionarla permite obtener importantes ventajas competitivas, que pueden mantenerse a través del tiempo.

En cambio, Post y Griffin la definen como un compendio de percepciones y opiniones de los grupos objetivo de una organización (empleados, clientes, proveedores y en general la comunidad vinculada con dicha organización) (Martínez y Olmedo, 2010). Mientras que Gordoa (2002) señala que es la imagen sostenida en el tiempo.

¿Por qué es tan importante? Porque cuando una persona o empresa la gestiona es más fácil posicionarse en la mente de sus audiencias y obtener ventajas competitivas, que los mantiene como líder en los ámbitos en donde se desenvuelve, lo que conduce a la obtención de ciertos beneficios para la imagen personal: las propuestas ofrecidas son aceptadas fácilmente, o una mejor paga por los servicios y productos que se ofrecen. Las personas valoran y reconocen a quienes se han preocupado por cuidar y gestionar su imagen pública. Es una moneda de cambio que se construye día con día porque cuando la gente tiene contacto con ella de inmediato la evalúa y si le parece valiosa se asocia para gozar de dicha reputación. ¿A quién no le gustaría colaborar con una persona con una reputación coherente?

Lo anterior puede resumirse en que la reputación genera una imagen pública atractiva ante la percepción de las audiencias, pues la confianza y la seguridad personal despiertan un sentimiento de credibilidad, de aceptación y de inspiración. Es importante resaltar que la imagen pública se aplica bajo su condición de imagen mental, lo cual tiene que ver con el proceso de la percepción, en donde los estímulos (verbales y no verbales) son captados por los sentidos para transportarse a través del sistema nervioso central y así arribar al cerebro en donde la información se procesa.

Se explica fácil, sin embargo, se trata de un proceso sofisticado en donde las imágenes mentales afectan a las personas desde tres aspectos diferentes (ver figura 3):

  1. Recordar: las imágenes percibidas se quedan grabadas en la memoria para poder echar mano de ellas en el momento que se les requiera.
  2. Imaginar: la mente procesa la información percibida y tiene la capacidad de asociar ideas y crearlas para elaborar imágenes.
  3. Las imágenes recordadas y/o imaginadas afectan las conductas y preferencias de los seres humanos, por lo tanto, también la toma de decisiones y, en consecuencia, la reputación (Gordoa, 2002).

Es importante que las personas tomen en cuenta que la imagen es inevitable y que se da bajo un proceso cerebral a través del cual los mensajes de los estímulos se interpretan en unos cuantos segundos (Gordoa, 2002). Hablen o no hablen con sus grupos objetivo, los atiendan con amabilidad o no, se vistan de traje o de mezclilla, las audiencias siempre tendrán una imagen de una primera impresión porque la estarán percibiendo. En este proceso de percepción aparecen en escena mecanismos neurales.

Izuma (2012) sostiene que la toma de decisiones basada en la reputación implica ciertas recompensas e involucra procesos cognitivos complejos, que sólo pueden darse en la comunicación entre los seres humanos, debido a que requiere de metarrepresentaciones (pensar sobre el pensar, por ejemplo: ¿qué pensará el lector sobre mi artículo? ¿Le interesará o no?, es decir, la escritora piensa sobre lo que el lector puede pensar sobre ella). También se necesita de la evaluación costo-beneficio en el cual se revisa si la recompensa –a partir de cierta decisión– generará una reputación positiva.

El estriado y la corteza prefrontal media son zonas cerebrales que participan de manera significativa en la toma de decisiones basadas en la reputación. El estriado se asocia con el proceso de recompensas y también se estimula cuando los individuos son agradables ante los demás. Por su parte, la corteza prefrontal media tiene un papel fundamental para mantener metas y manipular a los demás con respecto a sus opiniones sobre la propia persona (Izuma, 2012) (ver figura 4).

La reputación se conecta con los procesos de percepción social y la autorregulación, en donde se involucra la captación de señales en el ambiente. Aquí se hace presente la amígdala, ya que procesa la importancia emocional o social de los estímulos, misma que se activa con los ojos. En este sentido, la mirada resulta un estímulo potente para inducir hacia conductas prosociales.

Algunas otras zonas que se activan en la toma de decisiones basadas en la reputación son la corteza visual temporal, “que participa en la detección de estímulos sociales (por ejemplo: la presencia de otras personas, la dirección de la mirada)” (p. 285). La corteza ventromedial prefrontal y la corteza orbitofrontal, analizan el costo-beneficio de las acciones y participan en el proceso de recompensas. El área facial fusiforme (ffa) es la zona que decodifica la identidad del rostro; mientras que la corteza prefrontal media y la unión temporoparietal se vinculan con la formación de metarrepresentaciones. El autocontrol o autorregulación se activa en la corteza dorsolateral prefrontal (Izuma, 2012).

La amígdala que capta las emociones de los estímulos tiene un papel importante en la proyección de la imagen porque “la mente decide mayoritariamente basada en sentimientos” (Gordoa, 2002, p. 41). Muchas veces la reputación se ve afectada por la toma de decisiones por su vínculo con las imágenes mentales y por los sentimientos y emociones que lleva consigo. Por eso se debe hacer consciencia de que las personas con una reputación sobresaliente no la obtienen con ciertas pócimas mágicas. Tener una reputación significativa, relacionada con la toma de decisiones y acciones coherentes, se asocia con un autoconocimiento y un autogobierno emocional que, además, tiene mucho que ver con la activación de zonas cerebrales, como las mencionadas con anterioridad.

En el siguiente video se puede observar la manera en la que algunas zonas cerebrales intervienen en la imagen de una pareja y de cómo la toma de decisiones (dadas con las metarrepresentaciones que permiten la visualización de una nueva relación) permea en la reputación (cuando se obtienen recompensas con la sortija que el novio le da a la novia).




Pese a que la reputación puede sostener la imagen pública en el tiempo, se debe tomar en cuenta que ésta se encuentra limitada y no todos son sensibles a ella. Las personas con autismo, esquizofrenia o fobia social no tendrán el comportamiento esperado a partir de factores que incrementen la reputación (Izuma, 2012). Lo interesante es que la imagen pública está delimitada por el contexto personal que incluye:

  1. Rasgos genéticos, biológicos y fisiológicos, que influyen en la proyección de una imagen definida por características propias e innatas de la persona.
    Algunas de ellas podrían no percibirse a primera vista, por ejemplo, la estrategia de una persona daltónica para conducir un automóvil será aprenderse el orden de los colores de un semáforo, no obstante, cuando por alguna razón este orden se modifica, un accidente puede ser la causa de que las personas opinen que tal vez el conductor se encontraba bajo el influjo del alcohol o concentrado en su teléfono celular, pero nunca pensarán que dicho incidente se debió a un rasgo genético del conductor, por lo que la proyección de su imagen entre los individuos que observaron el accidente puede interpretarse como negativa.
  2. La situación sociocultural, en donde aparecen hábitos y tradiciones compartidos que involucran a cierta historia colectiva.
    Las personas proyectan su imagen con rasgos aprendidos desde su historia colectiva bajo un determinado contexto social y cultural que, al mismo tiempo, se encuentra permeado por signos y símbolos que proyectan una imagen, de aquí las diferencias entre conductas formadas bajo diferentes contextos. Por ejemplo, en la Ciudad de México se tiene la creencia de que se debe mirar a los ojos a la gente con autoridad para enviarle el mensaje de que se le reconoce su jerarquía y se le respeta. No obstante en otras culturas, como en la japonesa, no mirar de frente comunica respeto hacia las personas con autoridad. Una persona de origen japonés que no mira de frente a otra mexicana puede ser percibida bajo una actitud irrespetuosa o insolente, cuando en realidad es lo contrario.
  3. La historia personal (con su pasado, su presente y las expectativas para el futuro): se refiere a las singularidades individuales de cada persona.
    Por ejemplo, alguien que en su infancia vivió pobreza extrema y que en su presente experimenta un momento económico favorable estará ahorrando para darse un viaje por Europa, por lo que no aceptará salir con amigos, ir a fiestas y a reuniones. Sus amigos probablemente opinarán que no le gusta ser sociable por no aceptar las invitaciones y por no divertirse, lo que puede generar rechazo entre sus audiencias más cercanas. Lo que sus allegados no saben es la razón de su pasado, la oportunidad de su presente y la expectativa (con un anhelo vehemente) de su viaje en un futuro (Gubern, 2007).

Es decir, en la proyección e interpretación de la imagen pública se deben tomar en cuenta los aspectos antes descritos, pues de esta manera los individuos pueden tener una autorregulación que posibilite primeras impresiones que permitan la comprensión y empatía de actitudes no esperadas o que podrían tomarse como negativas.

Conclusiones

El tema de la imagen pública debe tratarse desde un enfoque mental, el cual se construye bajo un proceso complejo asociado con la activación de diversas zonas cerebrales vistas desde la neurociencia social. Esta disciplina se vincula a su vez con un campo interdisciplinario en donde los procesos sociales tienen influencia en el cerebro y viceversa. Es un camino de doble vía.

La toma de decisiones se encuentra asociada con la reputación y ésta con la imagen pública. Las personas estarán evaluando en todo momento dichas decisiones y se emitirá una opinión que con el tiempo se traducirá en la reputación. Entonces, si la toma de decisiones se percibe como coherente, la reputación también lo será, y aparecerán ventajas competitivas y beneficios. En cambio, si se percibe incongruente se generará rechazo.

El estudio de la toma de decisiones basada en la reputación permite describir la manera en la que los procesos cerebrales interfieren para generar imágenes mentales. Por ello, es importante que las personas tomen consciencia de los estímulos que envían ante sus audiencias más cercanas (familia, amigos, jefes, directores, entre otros); pues debido a esa estimulación los demás interpretan su imagen personal como adecuada o inadecuada, la rechazan o la aceptan.

Así, se debe estar conscientes de lo siguiente: nuestra imagen pública debe ser trabajada por medio de procesos estratégicos para conquistar objetivos. Es decir, hay que analizar y gestionar los estímulos que se desean propiciar para alcanzar metas. Ya que nuestra imagen pública se procesa en la mente de los demás, es mucho mejor trabajarla de manera consciente y responsable para no dejar que los otros lo hagan por nosotros.

Al mismo tiempo, se debe considerar que nuestra imagen pública, más que superficial o banal, tiene una raíz sofisticada con fundamentos en la neurociencia social. De igual manera, tener en cuenta que al ser un camino de doble vía, la proyección de dicha imagen puede no ser lo que “normalmente” se espera, porque las zonas cerebrales se activan bajo rasgos genéticos, biológicos, situaciones socioculturales y asociadas con la historia de vida personal. Es decir, la imagen que se esperaría de una persona puede no coincidir con la que se expresa, por lo que no sobra contar con una actitud empática y comprensiva de lo que se percibe.

Con todo lo anterior, ¿estás consciente de ello apreciado lector?

Referencias

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  • Greene, R. (2001). El arte de la seducción. Océano.
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  • Pérez, A. y Rodríguez del Bosque, I. (2014, enero-junio). Identidad, imagen y reputación de la empresa: integración de propuestas teóricas para una gestión exitosa. Cuadernos de Gestión, 14(1), 97-126. http://www.redalyc.org/pdf/2743/274330593005.pdf.
  • Ponce Mejía, T. (2012). Fundamentos psicopedagógicos. Red Tercer Milenio.
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  • Villafañe, J. (2006). Introducción a la teoría de la imagen. Pirámide.

Glosario

Banal: de poca importancia.
Conducta pro-social: aquella que beneficia a los demás con consecuencias sociales positivas y que incluyen la solidaridad, la cooperación y el altruismo.
Audiencias: grupo de personas al que va dirigida la imagen que se proyecta.
Estímulo: impulso para provocar una acción.
Intangible: aquello que no se toca más que por medio de una representación mental.
Metarrepresentación: representación de lo que las personas piensan de otras, también se le puede definir como pensar sobre el pensar.
Prejuicio: opinión que se da antes de conocer el contexto de los hechos.
Protocolo: conjunto de reglas, rituales y ceremoniales establecidas por costumbre (Gordoa, 2002).
Representación mental: imagen que vuelve a estar presente y que se activa con estímulos internos (signos y símbolos) y externos (el contexto).
Reputación: imagen sostenida en el tiempo (Gordoa, 2002).
Sistema inmune: el que identifica y excluye sustancias que le son extrañas al organismo como virus, bacterias, hongos y parásitos (Ramos, Rivero, Piqueras, García y Oblitas, 2008).
Sistema endocrino: el que se encarga de segregar hormonas.
Sistema nervioso: el que coordina las funciones conscientes e inconscientes y está formado por el sistema nervioso central y el sistema nervioso periférico (Ponce, 2012).
Superficial: sin fundamento y que se basa en apariencias.
Ventaja competitiva: característica que genera diferencias de unas personas con otras, lo cual permite mejorías y un posicionamiento superior en el mercado.



Recepción: 03/01/2019. Aprobación: 19/11/2019.

Vol. 21, núm. 3 mayo-junio 2020

Neurolingüística: de cómo el cerebro bilingüe aprende palabras

Haydee Carrasco Ortiz y Flora Beatriz Hernández Carrillo Cita

Resumen

Aprender otras lenguas nos da la oportunidad de asombrarnos y cuestionarnos sobre la manera cómo nuestro cerebro incorpora nuevas palabras a su repertorio léxico. De manera general, la neurolingüística busca revelar aquellas operaciones mentales que el cerebro realiza durante el aprendizaje y el procesamiento de los estímulos lingüísticos. Una de las cuestiones fundamentales en el estudio del bilingüismo, bajo el enfoque neurolingüístico, es determinar de qué forma el cerebro bilingüe almacena y recupera la información relacionada con las palabras en cada una de sus lenguas. En específico, ¿cómo activamos el significado de una palabra en una y otra lengua? o ¿cómo el cerebro toma una palabra y la divide (o no) en sus distintas unidades ortográficas? En este artículo haremos una revisión de los principales hallazgos acerca de cómo el cerebro bilingüe representa y organiza las palabras en cada una de sus lenguas. Finalmente, se discuten algunas implicaciones para el ámbito educativo y futuros estudios que busquen contribuir al acercamiento entre las ciencias del aprendizaje y las neurociencias.
Palabras clave: neurolingüística, enseñanza de segunda lengua, neuroimagen cerebral, bilingüismo.

Neurolinguistics: how a bilingual brain learns words

Abstract

Second language word learning is an extremely complex and fascinating mental process that can help us to understand how our brain incorporates new words into its lexicon. In general, neurolinguistics seeks to reveal the mental processes associated with learning and processing of a linguistic stimulus. One of the fundamental issues addressed in bilingual studies, under the neurolinguistic approach, is to determine how the bilingual brain stores and retrieves information related to words in each of its two languages. Specifically, how do we activate word meaning in both languages? Or how does our brain take a word and divide it (or not) into its different orthographic components? In this article we review the main findings regarding these questions as well as evidence of how the bilingual brain represents and organizes words in each of its two languages. Finally, we discuss some implications for the educational field.
Keywords: neurolinguistics, second language teaching, cerebral neuroimaging, bilingualism.

Introducción

Aprender vocabulario es esencial para lograr comprender una segunda lengua (L2). Muchas veces, aprender una palabra en otra lengua implica asignar un nuevo significado a una forma ortográfica ya conocida en nuestra lengua materna (L1). Cuántos de nosotros no nos sorprendimos cuando descubrimos que la palabra en inglés diversion, escrita en un letrero junto con una flecha, no señala la ruta a la diversión, sino simplemente anuncia una desviación del camino más adelante. Aprender una nueva palabra requiere asociar una serie de letras o unidades ortográficas a una nueva pronunciación (fonología) y a un nuevo significado (semántica). La neurolingüística busca revelar estas operaciones mentales que nuestro cerebro realiza cuando aprende palabras o cualquier otro estímulo lingüístico en cada una de nuestras lenguas.

Gracias a las modernas técnicas de neuroimagen cerebral, sabemos que el cerebro es capaz de reconocer con extrema rapidez las letras y la pronunciación de una palabra, para luego recuperar su significado, tanto en la lengua materna (Holcomb y Grainger, 2006) como en la segunda lengua (Kroll, Gullifer, y Rossi, 2013). Por ejemplo, se sabe que nuestro cerebro necesita tan sólo 100 milisegundos para distinguir entre dos fonemas o sonidos dentro de una palabra, como distinguir entre /da/ y /ba/ (Näätänen, 2001). Más impresionante aún, cuando nuestro cerebro reconoce una palabra (por ejemplo, casa) bastan 400 milisegundos para que active de manera simultánea el significado de otras palabras similares en cuanto a su ortografía (como masa), su pronunciación o fonología (por ejemplo, caza) y su significado (hogar). Si pensamos que el cerebro bilingüe es capaz de activar simultáneamente no sólo las palabras que son similares dentro de una lengua, sino también aquellas que pertenecen a la otra lengua, entendemos por qué nos es tan difícil no pensar en el significado de diversión cuando vemos la palabra diversion en inglés.

Aprender nuevas palabras

El aprendizaje de vocabulario en una lengua extranjera implica establecer la asociación de nuevas unidades ortográficas (letras) y fonológicas (pronunciación) a un significado ya establecido en nuestra propia lengua. El aprendizaje de cada una de las nuevas palabras provocará cambios en las redes neuronales de la corteza cerebral que sustentan el conocimiento léxico. Gracias al registro de la actividad eléctrica del cerebro, por medio de la técnica de potenciales relacionados con eventos (pres), es posible determinar de qué forma el cerebro bilingüe adquiere e integra nuevas palabras a su repertorio léxico y en qué medida el reconocimiento de las palabras, en cada una de las lenguas, comparte los mismos procesos mentales en el cerebro. Los pres nos permiten monitorear los cambios que se generan en la actividad eléctrica del cerebro de los estudiantes, incluso desde las primeras horas de aprendizaje de una lengua extranjera.

El registro de los pres se obtiene mediante el uso de una serie de electrodos colocados en la piel cabelluda de los participantes (ver figura 1). Estos electrodos son capaces de detectar cualquier fluctuación de voltaje que resulta de la actividad neuronal en la corteza cerebral. Estas fluctuaciones de voltaje, generadas por la comunicación que se establece entre diferentes grupos de neuronas, se asocian a procesos mentales durante el reconocimiento de una palabra. Así, cualquier cambio en la actividad eléctrica del cerebro puede revelar la activación del significado de una palabra en una u otra lengua (ver figura 2). Cabe señalar que esta técnica ha sido ampliamente productiva e informativa en estudios neurolingüísticos sobre el acceso léxico en monolingües y bilingües, dadas sus características no invasivas, su bajo costo y su capacidad para ser utilizada en distintas poblaciones de niños y adultos sin ningún riesgo asociado.1

Figura 1. Participante realizando un estudio electrofisiológico mientras lee palabras en el Laboratorio de lingüística en la Facultad de Lenguas y Letras de la Universidad Autónoma de Querétaro. Lleva puesto un gorro con electrodos conectados a un amplificador de la actividad eléctrica del cerebro. Fuente: autoría propia.

A partir del estudio con alumnos universitarios que aprendían una lengua extranjera en un contexto escolar, McLaughlin y sus colaboradores (2004) demostraron que, con tan sólo 14 horas de clase, el cerebro era capaz de reconocer si una palabra pertenecía o no al repertorio léxico de la lengua aprendida.2 Dichos cambios en la respuesta cerebral ocurrieron incluso a pesar de que los estudiantes no fueron capaces de identificar de manera explícita, mediante el uso de un cuestionario, entre las palabras reales o falsas de la lengua recién aprendida. Este tipo de estudios electrofisiológicos son importantes para el ámbito educativo porque demuestran que el cerebro adulto es capaz de aprender mucho más de lo que en realidad es observable a partir de las evaluaciones escolares tradicionales.



Figura 2. Animación que muestra los cambios (en microvolts +-4) de la actividad eléctrica del cerebro de un grupo de bilingües mientras leen palabras en inglés entre 300 y 500 milisegundos después de haber visto las palabras. Adaptado de Carrasco-Ortiz et al., 2012.

Asimismo, en una serie de estudios (Mulik, Carrasco-Ortíz y Amengual, 2018; Mulik, Pimentel y Carrasco-Ortiz, 2019) realizados en nuestro laboratorio encontramos que, en tan sólo tres sesiones de aprendizaje, los estudiantes universitarios mexicanos pueden aprender con mayor facilidad las palabras en una lengua extranjera, como el eslovaco, cuando la pronunciación se parece a otras palabras del español. Por ejemplo, la palabra kura que en eslovaco significa “pollo” y se pronuncia como la palabra cura en español, fue mucho más fácil de aprender en comparación con otras palabras del eslovaco que no contienen ningún tipo de similitud con el español. Pareciera como si el hecho de contar con sonidos o fonemas similares en nuestra lengua materna nos ayudara a integrar estas nuevas palabras a nuestro cerebro bilingüe.

Además, la respuesta cerebral asociada al reconocimiento de estas palabras eslovacas recientemente aprendidas confirma la hipótesis de que el cerebro hace uso de los códigos fonológicos o sonidos que ya existen en nuestra lengua materna y los asocia con un nuevo significado en la lengua recién aprendida. Este tipo de evidencia nos podría ayudar a identificar aquellas palabras que, por ejemplo, para una persona con problemas de lenguaje o dislexia requerirían de un menor esfuerzo para aprender en clase (Nergis, 2011).

Interacción entre palabras

Cuando nos encontramos con una palabra en inglés como sale (que en español quiere decir “en venta”) es muy difícil no pensar en una palabra conocida en español como salir. Si se tratara de un nativo hablante del francés, éste muy probablemente pensaría en la palabra sale, que en francés significa “sucio”. Activar las palabras de nuestra lengua cuando leemos o escuchamos una palabra en otra lengua pareciera ser muy común y nuestro cerebro lo hace de una manera extremadamente rápida, que apenas nos damos cuenta de ello. Si hemos alcanzado una alta competencia en la otra lengua, podría incluso venir a nuestra mente el significado de una palabra en esa lengua cuando estamos hablando o leyendo en nuestra lengua materna. Es decir, podríamos pensar en una gran oferta cuando vemos la palabra sale mientras leemos en español.

De esta manera, todas las palabras de todas las lenguas que conocemos estarían interactuando entre sí en nuestro lexicón mental, con el fin de mantenerlas disponibles en caso de necesitarlas. Efectivamente, una de las hipótesis con mayor evidencia empírica en el área del bilingüismo es la que postula el acceso no selectivo del lenguaje (Dijkstra y van Heuven, 2002). Esto quiere decir que todas las unidades ortográficas, fonológicas y semánticas que forman las palabras estarían almacenadas en nuestro cerebro y que estas unidades nos servirían para formar todas las palabras que conocemos en todas las lenguas que hemos aprendido. Esto significaría que la activación de una palabra en una lengua activaría de manera parcial y simultánea otra palabra de un idioma alternativo.

Lo anterior fue comprobado mediante un estudio electrofisiológico (Carrasco-Ortiz, Midgley y Frenck-Mestre, 2012), donde se buscó determinar en qué medida un grupo de bilingües podía activar las palabras de su L1 (francés) durante la lectura de palabras en su L2 (inglés). Por ejemplo, la palabra nid ‘nido’ en francés se pronuncia de manera muy similar a la palabra knee ‘rodilla’ en inglés. Los resultados de los bilingües mostraron una respuesta cerebral diferente entre las palabras con alta y baja similitud fonológica con las de su L1 (ver figura 3). Estos hallazgos sugieren que el cerebro de los bilingües activaría también las palabras de su lengua materna que tuvieran una pronunciación similar a las palabras que se presentaron en inglés.

Figura 3. Respuesta neuronal en un electrodo central (Cz) de un grupo de nativos del francés que leían palabras en inglés. La flecha muestra una mayor negatividad en la respuesta eléctrica del cerebro de los participantes entre 300 y 600 milisegundos (componente N400, ver Kutas y Federmeier, 2011) después de haber leído las palabras con alta similitud fonológica entre francés e inglés (línea continua) en comparación con las palabras con baja similitud fonológica entre las dos lenguas (línea punteada). Adaptado de Carrasco-Ortiz et al., 2012.

Más sorprendente aún, es poder observar el fenómeno inverso, es decir que el cerebro bilingüe active palabras de su segunda lengua mientras está leyendo palabras de su lengua materna. Esto ha sido observado en adultos bilingües que tienen una alta competencia en su L2 (Midgley, Holcomb y Grainger, 2011; van Hell y Dijkstra, 2002), pero también se ha encontrado el mismo fenómeno desde las primeras etapas del aprendizaje en estudiantes universitarios (Meade, Midgley, Dijkstra y Holcomb, 2018). Estos estudios ponen en evidencia el hecho de que las palabras de todas las lenguas que hemos aprendido conviven e interactúan entre sí y que varias de ellas pueden responder al llamado de activación si la palabra que se escucha o se lee tiene un alto grado de similitud con las palabras que conocemos, incluso antes de saber de qué lengua se trata. Sin embargo, si nuestro cerebro no tuviera un mecanismo para inhibir o “apagar” aquellas palabras que no corresponden completamente a la palabra buscada, no seríamos capaces de mantener una conversación o de comprender un texto en una u otra lengua. Aun así, pareciera más redituable y eficaz para el cerebro activar un mayor número de palabras potencialmente correctas con el fin de facilitar su reconocimiento.

Conclusiones e implicaciones para la enseñanza y el aprendizaje de lenguas

Los recientes resultados de estudios neurolingüísticos nos han permitido poner en evidencia cambios importantes en la estructura funcional del cerebro después de la instrucción formal de una lengua extranjera. Cabe resaltar en estos estudios la capacidad del cerebro adulto para aprender e integrar nuevas palabras a su repertorio léxico en tan sólo unas cuantas horas de aprendizaje. La rapidez con la que el cerebro adulto integra nueva información léxica a su sistema lingüístico lo pone incluso en ventaja con respecto a los niños que aprenden una L2 (Gaskell y Ellis, 2009). Ésta puede deberse a que los adultos utilizan el repertorio léxico de su lengua materna, no únicamente para inferir el significado de las nuevas palabras, sino también para aprender su forma ortográfica y pronunciación. Esto quiere decir que conforme vamos aprendiendo nuevas palabras, vamos estableciendo vínculos o redes con las formas ortográficas y fonológicas presentes en nuestra lengua. De esta forma, el proceso de aprendizaje se verá beneficiado para aquellas nuevas palabras que tengan un patrón ortográfico similar al de las palabras de nuestra lengua. Asimismo, las palabras de la nueva lengua que puedan pronunciarse utilizando los mismos sonidos o fonemas presentes en nuestra lengua serán mucho más fáciles de aprender y de reconocer.3

Los hallazgos de los estudios neurolingüísticos interesados en entender los procesos de aprendizaje de una L2 pueden tener una repercusión importante, particularmente en el aprendizaje y evaluación del vocabulario. Esto coincide con lo que señala Cendoya (2009) respecto a que en el aula se puede trabajar con el conocimiento lingüístico previo de los estudiantes y no sólo con los encontrados en el entorno escolar de la L2. Igualmente, los estudios neurolingüísticos intentan disminuir la brecha que existe entre el ámbito de las neurociencias cognitivas y la práctica docente de las lenguas, como lo señaló la Organización para la Cooperación y el Desarrollo en 2007 para vincular las ciencias del aprendizaje y del cerebro (Cendoya, 2009). En un futuro no muy lejano, los estudios neurolingüísticos podrían proveernos de mayor conocimiento sobre el impacto de los entornos educativos y las prácticas pedagógicas en la estructura funcional del cerebro de los aprendientes de una lengua, ya sea en el aprendizaje de léxico o de estructuras gramaticales.

Finalmente, gracias a los estudios neurofisiológicos se ha podido demostrar que el cerebro bilingüe es capaz de integrar información léxica desde las primeras horas de su aprendizaje, incluso a un nivel superior al que puede ser observado de manera conductual (por ejemplo, con la aplicación de un examen). El monitoreo de la actividad neuronal de los estudiantes desde las primeras horas de su aprendizaje aportará información relevante sobre los mecanismos cognitivos involucrados en el aprendizaje de nuevas palabras. Esta información ofrecerá indicadores adicionales para realizar ajustes en la intervención educativa y las formas de evaluar los aprendizajes en caso de ser necesario.

Referencias

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Recepción: 22/10/2019. Aprobación: 07/02/2020.

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Revista Digital Universitaria Publicación bimestral Vol. 18, Núm. 6julio-agosto 2017 ISSN: 1607 - 6079