Vol. 24, núm. 6 noviembre-diciembre 2023

Entrenamiento en Guardianes para la prevención del suicidio en estudiantes

Carolina Santillán Torres Torija y Josué Omar Suárez Ortiz Cita

Resumen

El Entrenamiento en Guardianes (eg) ofrece a estudiantes y docentes herramientas para la prevención de conductas suicidas. Desde 2017, la Facultad de Estudios Superiores, Unidad Iztacala (fes-i) de la unam ha impartido este entrenamiento centrado en la alfabetización sobre trastornos mentales relacionados con el suicidio, como la sintomatología depresiva. A pesar de su brevedad, el eg ha demostrado resultados prometedores, siendo accesible para cualquier persona, independientemente de su formación en salud mental. Tras completarlo, los participantes adquieren la capacidad de identificar señales tempranas de riesgo suicida, evaluar el nivel de riesgo y entablar conversaciones motivacionales con individuos en riesgo. Además, pueden derivar a las personas para recibir evaluación y tratamiento adecuado. Los resultados indican que el eg mejora el conocimiento sobre trastornos mentales relacionados con el suicidio, desarrolla habilidades basadas en la entrevista motivacional y aumenta la confianza en la capacidad para referir a personas en riesgo. La respuesta positiva de la comunidad universitaria al eg brinda esperanza en cuanto a la eficacia de la educación en la prevención de estas problemáticas.
Palabras clave: prevención del suicidio, entrenamiento en Guardianes, salud mental, conductas suicidas, estudiantes universitarios.

Gatekeeper Training for suicide prevention in students

Abstract

The Gatekeeper Training (gt) provides students and educators with tools for preventing suicidal behaviors. Since 2017, the Facultad de Estudios Superiores, Unidad Iztacala (fes-i) of unam has been delivering this training, focusing on literacy regarding mental disorders related to suicide, such as depressive symptoms. Despite its brevity, gt has demonstrated promising results and is accessible to anyone, regardless of their background in mental health. Upon completion, participants gain the ability to identify early signs of suicidal risk, assess the level of risk, and engage in motivational conversations with at-risk individuals. Furthermore, they can refer individuals for proper evaluation and treatment. The results indicate that gt enhances knowledge about mental disorders related to suicide, fosters skills based on motivational interviewing, and boosts confidence in the ability to refer at-risk individuals. The positive response from the university community to gt provides hope regarding the effectiveness of education in preventing these issues.
Keywords: suicide prevention, Guardians Training, mental health, suicidal behaviors, college students.

Introducción

Las conductas suicidas son comunes entre la población joven y están asociadas a factores contextuales como la violencia, la disponibilidad y el uso de sustancias de abuso, así como a factores de riesgo propios de la juventud, como la mayor incidencia de trastornos psiquiátricos y el afrontamiento de la transición de la preparatoria a la universidad, que les demanda recursos para poder adaptarse a nuevos retos y responsabilidades. Los datos confirman que las muertes por suicidio han aumentado desde 2017 (inegi, 2023). El suicidio es definido por la Organización Mundial de la Salud (oms, 2014) como “el acto de matarse deliberadamente” (pág. 12). Las conductas suicidas son prevenibles en muchos de los casos; sin embargo, esto requiere la identificación temprana de factores de riesgo, una evaluación adecuada del riesgo potencial y la promoción y referencia a servicios de salud mental apropiados.

En este trabajo, describimos y analizamos de manera crítica uno de los programas de prevención de conductas suicidas que, a pesar de tener resultados alentadores en otros países, ha sido poco explorado en su implementación en México en la población joven mexicana. En este sentido, el programa de Entrenamiento en Guardianes de Emergencias Psicológicas o simplemente Entrenamiento en Guardianes (eg) ha sido pionero. También compartimos nuestra experiencia a lo largo de seis años de su implementación dentro Facultad de Estudios Superiores, Unidad Iztacala (fesi) de la unam, y reflexionamos acerca de su alcance y áreas de oportunidad dentro de la comunidad universitaria.

¿Qué es el Entrenamiento en Guardianes de emergencias psicológicas?

El Entrenamiento en Guardianes (Gatekeeper Training, en inglés) está dirigido a capacitar a personas no especialistas en salud mental para identificar y responder ante aquellos que se encuentran en riesgo de suicidio. Personas cuya labor diaria implica el contacto cara a cara con una buena parte de su comunidad están en una posición ideal para ejercer este papel (Quinnet, 2007). Esto incluye a profesores, entrenadores deportivos, respondientes de emergencias, proveedores de servicios de salud primarios y de urgencias, así como otros miembros de la comunidad que pueden identificar a personas en riesgo de suicidio y responder de manera efectiva para facilitar la búsqueda de tratamiento (National Strategy for Suicide Prevention, 2001). Se estima que el 45% de las personas que morirán por suicidio en los siguientes 30 días acuden previamente a personal de salud que no son psiquiatras. Por lo tanto, el entrenamiento de personal no especializado en salud mental tiene sentido como estrategia preventiva (Mann, Michel y Auerbach, 2021).

En 2014, la Organización Mundial de la Salud en el documento Prevención del suicidio: un imperativo Global (oms, 2014) define a un “guardián” como todo aquel que está en condiciones de identificar si alguien puede estar contemplando el suicidio (p. 38). Además, menciona que los guardianes potenciales podrían ser los proveedores entre otros, “docentes y otro personal escolar”. Los programas de capacitación para guardianes, de acuerdo con este documento, “procuran desarrollar los conocimientos, actitudes y aptitudes para que puedan identificar a las personas en riesgo, determinar el nivel de riesgo y luego derivar a esas personas para que reciban tratamiento” (p. 38).

La implementación del eg es óptima cuando se integra dentro de una organización o estrategia con alcance comunitario. Los guardianes en todos los estratos aumentan la oportunidad de responder oportunamente a las personas en riesgo, lo cual es crítico para reducir las conductas suicidas y el número de muertes relacionadas (Rosenberg, et al., 2010). Cuando las señales de alerta asociadas con el suicidio ocurren, los guardianes entrenados pueden estar entre las primeras personas en reconocerlas y referir a la persona que lo requiere para atención especializada posterior (Quinnett, 2007).

A partir de los principios del Entrenamiento en Guardianes se han diseñado programas de prevención del suicidio. Por ejemplo, el doctor Paul Quinnett, un reconocido psicólogo clínico, creó en 1995 una estrategia de intervención en emergencias de salud mental para personas suicidas llamada qpr, que son las siglas de Question, Persuade and Refer (Preguntar, Persuadir y Referir). Actualmente, este programa de entrenamiento para guardianes es ampliamente utilizado como estrategia de prevención de conductas suicidas (qpr institute, 2023). Asimismo, la Asociación de Psiquiatría Norteamericana ha desarrollado el programa Typical or Troubled (Binder, 2006), dirigido a comunidades educativas en Estados Unidos a nivel medio. Su objetivo es habilitar a los estudiantes para notar señales tempranas, iniciar una conversación sobre suicidio y tomar medidas para acercar al estudiante a recibir apoyo psicológico.

El Entrenamiento en Guardianes tiene evidencia positiva de su efectividad

Los estudios sobre la eficacia de los programas de Entrenamiento en Guardianes (eg) existentes señalan que su implementación es una buena práctica basada en evidencia y es una de las estrategias de prevención del suicidio que ha demostrado tener efectos positivos (Isaac et al., 2009; Mann et al., 2005). En particular, se destaca su utilidad como herramienta psicoeducativa que promueve las habilidades del guardián para identificar las conductas de riesgo asociadas al suicidio, así como una actitud más positiva para discutir temas relacionados con el suicidio y una mayor autoeficacia para intervenir con personas en situación de riesgo (Isaac et al., 2009; Ghoncheh et al., 2016; Yonemoto et al., 2019; Ross et al., 2023).

Sin embargo, es importante reconocer que algunas revisiones sistemáticas también han encontrado un efecto limitado del eg. En algunos estudios, no se encontraron diferencias significativas en todas las habilidades que se supone que mejora el entrenamiento, y en otros casos, los parámetros reportados no proporcionan una clara indicación de cuántas personas se han referido a atención especializada o si la tasa de suicidios ha disminuido. Estas discrepancias se explican en parte por la heterogeneidad de las características de las poblaciones evaluadas, los métodos de intervención, las diferencias en las medidas e indicadores de resultados, y la duración de los seguimientos. Por lo tanto, se requiere más investigación y ensayos aleatorizados controlados (Isaac et al., 2009; Zalsman et al., 2016; Mo, Ko y Xin, 2018; Terpstra et al., 2018; Yonemoto, 2019; Mann, Michel y Auerbach, 2021).

El EG basado en el contexto escolar

Las escuelas son contextos críticos para abordar el riesgo de suicidio y su prevención, dado que los jóvenes pasan una buena parte de su tiempo en ellas. Aunque el eg suele implementarse en profesores, entrenadores y personal escolar, también hay evidencia de que dirigir el entrenamiento en habilidades de evaluación y referencia hacia los jóvenes previene los intentos de suicidio, incluso con mayor éxito que cuando se dirige a padres o profesores (Mann, Michel y Auerbach, 2021). Los estudiantes son excelentes potenciales guardianes, ya que pasan una parte importante de su tiempo con sus pares y a menudo son los primeros en identificar las dificultades emocionales y psicosociales, lo que les otorga una posición inigualable para intervenir.

Estudios han demostrado que el eg para prevenir el suicidio en adolescentes es efectivo para mejorar el conocimiento sobre las conductas suicidas y mejorar las habilidades para identificar y evaluar riesgos (Mo, Ko y Xin, 2018). Otro estudio ha reportado que, en alumnos de educación superior, el eg tiene efectos similares, además de mejorar la autoeficacia en la prevención y reducir el estigma hacia el suicidio (Ross, Pazienza y Rosa, 2013). Por lo tanto, el eg basado en el contexto escolar es una aproximación potencialmente útil para prevenir conductas suicidas en adolescentes y adultos jóvenes.

El EG basado en plataformas de Internet

Existen varios obstáculos a considerar al tratar de implementar el eg. Por ejemplo, las personas podrían no disponer de tiempo en su horario y lugar de trabajo debido a las actividades propias de su labor. Además, podrían mostrar renuencia a participar debido a que el suicidio es un tema tabú. Finalmente, el entrenamiento presencial implica una inversión significativa de recursos humanos y materiales. En este sentido, el uso de plataformas de educación en línea proporciona contenido disponible en horarios accesibles, brindando mayor flexibilidad para revisar el contenido a su propio ritmo y haciendo que su implementación sea más accesible para audiencias más amplias de manera simultánea. Hasta la fecha, ha habido un aumento en el número de organizaciones que ofrecen entrenamiento virtual utilizando diversos recursos audiovisuales (Ghoncheh, Kerkhof y Koot, 2014).

La transición a modalidades basadas en la web podría superar los obstáculos asociados con el entrenamiento presencial. Se ha demostrado que el entrenamiento en prevención del suicidio basado en módulos web es un método educativo efectivo para mejorar los conocimientos y la autoconfianza de los guardianes en lo que respecta a la prevención del suicidio en adolescentes. Los guardianes con limitaciones de tiempo y recursos pueden beneficiarse de la accesibilidad, simplicidad y flexibilidad de un entrenamiento en línea (Ghoncheh et al., 2016).

Nuestra experiencia con el Entrenamiento en Guardianes para la prevención del Suicidio

Desde el año 2003, la Facultad de Estudios Superiores, Unidad Iztacala (fesi) de la unam ha contado con un Centro de Apoyo y Orientación para Estudiantes (caope), a través del cual se ofrece apoyo psicológico para las necesidades de la comunidad estudiantil. Las estrategias abarcan el apoyo académico, las competencias para el estudio, la orientación en diversidad sexual, la promoción de la salud sexual y reproductiva, el acompañamiento psicológico, la prevención del consumo de sustancias y la estrategia Crisis, Emergencia y Atención del Suicidio (creas), entre otras. La primera autora de este trabajo ha ejercido como supervisora académica de esta estrategia desde 2015.

Al atender a una comunidad estudiantil de aproximadamente 16,000 estudiantes y brindar servicios de atención psicológica para emergencias relacionadas con trastornos asociados al estrés e intentos de suicidio, se observó la necesidad de abordar la labor preventiva. Esto se debe en parte a que nuestros estudiantes desempeñan un doble rol: en primer lugar, cuidan de su propia salud mental durante sus estudios de licenciatura y posgrado, y, en segundo lugar, a partir del quinto semestre, realizan prácticas profesionales y, más adelante, un servicio social en el que están en contacto directo con personas que presentan síntomas de enfermedades. Estas poblaciones son altamente vulnerables y enfrentan desigualdades económicas, altos niveles de estrés diario, exposición a la violencia y riesgos elevados de presentar sintomatología depresiva (una combinación de pobreza y enfermedad). Esto coloca a los estudiantes en formación en la posición de potenciales guardianes de conductas asociadas al suicidio que pueden ayudar a cerrar la brecha en el tratamiento (ops, 2003) en las comunidades donde realizan su labor, permitiéndoles detectar y canalizar oportunamente a personas que, de lo contrario, podrían pasar por alto los servicios de salud mental a pesar de la alta prevalencia de trastornos mentales.

Es por esto que, en 2017, después de revisar la literatura, se impartió la primera conferencia con la intención de ser un Entrenamiento en Guardianes. Incluyó un primer componente de alfabetización en temas de salud mental con énfasis en la depresión, un segundo componente sobre motivación y un tercer componente de entrenamiento en un modelo ampliamente probado para el cambio conductual llamado Entrevista Motivacional (Miller y Rollnick, 1990) para iniciar una conversación con estudiantes en riesgo.

Esta experiencia fue muy bien recibida por un primer grupo de aproximadamente 100 asistentes y se grabó en video para ser compartida en redes sociales (creas, 2017). A raíz de esta experiencia, se planteó la iniciativa de capacitar a funcionarios de nuestra facultad y comenzar a construir un protocolo de acción preventiva y reactiva para casos de intento suicida en el campus y/o ataques escolares. Esta acción logró que los Jefes de Carrera, Jefes de Clínicas y la Comisión de Bioseguridad tomaran el eg, y se decidió capacitar a los alumnos de primer semestre en la semana de inducción al inicio de clases. Esto se implementó específicamente en las carreras que requerían más atención para crisis y emergencias psicológicas en ese momento: Medicina y Psicología.

El eg fue llevado a cabo por un grupo de voluntarios, egresados de la carrera de psicología, con entrenamiento y experiencia en la replicación del entrenamiento inicial. Se llevaron a cabo 11 grupos en estas carreras en los años 2018 y 2019.

El interés por recibir el eg se extendió a escuelas públicas y privadas, asociaciones civiles, centros de salud y otras universidades, incluyendo la Universidad Iberoamericana, la Universidad de Aguascalientes y la Universidad utel (2020). La Secretaría de Salud ha nombrado a la primera autora de este trabajo como asesora externa del Programa Nacional para la Prevención del Suicidio y la ha convocado para impartir este entrenamiento a personal militar, profesionales de la salud e instituciones educativas, como el Instituto Politécnico Nacional (ipn) y la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (uacm) (cisame, 2023). Esta última, después de convocar en 2018 al Taller Nacional para la Prevención del Suicidio, eligió el eg para capacitar a más de 6,000 profesionales de la salud que cursaron el Diplomado de Especialización en Identificación, Valoración e Intervención del Comportamiento Suicida. Esto contó con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud. Además, el eg fue seleccionado para formar parte de la capacitación de profesionales de la salud por parte de la Dirección General de Calidad y Educación en Salud del Consejo General de Salud Mental de la Secretaría de Salud en México.

El trabajo y la impartición del eg en diversas comunidades comenzaron a ser difundidos en publicaciones académicas (Santillán, 2023; Santillán et al., 2019a; Santillán y Eguiluz, 2019b; Santillán, 2019c) y en los medios de comunicación, incluyendo la Gaceta de la unam (Francisco, 2022).

En 2021, el eg incorporó elementos teóricos más sólidos relacionados con modelos de cambios conductuales hacia la salud, y se establecieron tres componentes del eg: la Información, la Motivación y las habilidades conductuales (Fisher y Fisher, 2003), como se muestra en la Figura 1.

Para la prevención del suicidio

Figura 1. Modelo de intervención para los Guardianes para la prevención del suicidio.
Crédito: elaboración propia.

Actualmente, el entrenamiento consiste en un taller de tres horas en el que se revisan, en primer lugar, los criterios diagnósticos del episodio depresivo mayor y otros trastornos mentales relacionados con las conductas asociadas al suicidio, como los relacionados con el espectro impulsivo, las autolesiones no suicidas, el trastorno bipolar y la dependencia o el consumo de sustancias, entre otros. Se proporciona a los participantes información epidemiológica de salud mental a nivel mundial, haciendo énfasis en la juventud como una etapa crítica y la edad de debut de algunos trastornos mentales. También se revisan junto a los participantes los factores de riesgo y protectores para las conductas asociadas al suicidio. Posteriormente, se lleva a cabo una revisión de cómo se ha abordado el tema desde diversas disciplinas, se trabaja en fortalecer la motivación de los guardianes hacia el tema de salud mental, la reducción del estigma, se discuten los mitos sobre el suicidio, así como las actitudes negativas y las normas sociales sobre salud mental, el uso de la psicoterapia y la psiquiatría. En un segundo momento, se entrena a los participantes para indagar el nivel de riesgo utilizando reactivos críticos y para llevar a cabo una conversación empleando el modelo de entrevista motivacional. Finalmente, se revisan algunos videos y, posteriormente, se modela la conducta a través de juegos de rol para que los participantes practiquen la habilidad conductual en la derivación de estudiantes. (Ver video).



https://n9.cl/6b8i5

Video 1. Capacitación de Guardianes organizado por spps conasama (cisame cdmx, 2023).


Recientemente, el eg fue incluido en el Proyecto de Investigación Intervenciones educativas para la prevención del comportamiento suicida en adolescentes en México, con el respaldo de recursos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (conacyt). Esto se hizo mediante el uso de plataformas en línea con el objetivo de llegar a más personas, facilitar el acceso y probar esta modalidad de entrenamiento. En la actualidad, se está capacitando a profesores de escuelas secundarias públicas en cinco estados de la República Mexicana con la intención de replicarlo y evaluar su efectividad bajo esta modalidad. El objetivo se relaciona con la necesidad de implementar intervenciones basadas en la evidencia, como el eg, como parte de la política pública.

Además, el interés de la comunidad en recibir el entrenamiento ha dado lugar a la creación de dos actividades académicas dirigidas al profesorado de nivel licenciatura y posgrado, así como al bachillerato de la unam, a través de la Dirección General de Asuntos del Personal Académico (dgapa). El EG se imparte en sesiones en línea en el marco del Curso Salud Mental en Universitarios y del curso Habilidad docente para la detección de la salud mental en el bachillerato.

Finalmente, aún quedaba por determinar si el nivel de conocimientos, actitudes y habilidades conductuales mostraba cambios estadísticamente significativos con instrumentos confiables y válidos. Para abordar esto, se llevó a cabo un estudio en el que se probó la eficacia de esta intervención, y los resultados se publicaron recientemente (Santillán, 2023), demostrando cambios en el nivel de información, actitudes y habilidades conductuales de los participantes.

¿Qué hemos aprendido del EG?

Los temas relacionados con la salud mental siguen siendo estigmatizados. Las muertes por suicidio en jóvenes siguen ocupando los primeros lugares. La educación y la alfabetización en salud mental son cruciales para detectar tempranamente los primeros episodios de depresión y otros trastornos relacionados con el suicidio, como autolesiones no suicidas, consumo de sustancias, trastorno bipolar, entre otros. El eg proporciona a la población la esperanza de que muchas tragedias pueden prevenirse y de que la población estudiantil y los docentes pueden aprender a identificar manifestaciones directas e indirectas de problemas de salud mental sin necesidad de ser especialistas. Además, aquellos que reciben el eg pueden aumentar su confianza en sus habilidades para evaluar el nivel de riesgo de un estudiante (leve, moderado o alto) y construir directorios de canalización con los recursos que la universidad/los centros educativos ofrecen a través de diferentes programas.

El eg puede ser impartido por estudiantes en los últimos semestres, y el impacto que un estudiante puede tener al hablar con otro puede ser más efectivo, ya que promueve la construcción del tejido social y fortalece el sentido de pertenencia a una comunidad educativa.

La supervisión en la implementación del eg es esencial, por lo que es necesario monitorear que el entrenamiento se replique de acuerdo con el entrenamiento original. Para lograr esto, se han diseñado materiales impresos para entrenar a los voluntarios, listas de verificación y una presentación del eg estandarizada. Los voluntarios también graban sus sesiones de impartición del eg y representaciones de juegos de roles hipotéticos para recibir retroalimentación sobre el uso de las herramientas aprendidas en el eg.

El eg se basa en otras intervenciones que se han llevado a cabo en todo el mundo y, sin duda, enfrenta una serie de desafíos y dificultades en respuesta a una problemática tan preocupante como las muertes por suicidio, particularmente en la población joven. Desafortunadamente, las escuelas de nivel medio y medio superior a menudo buscan el eg después de una muerte por suicidio en su comunidad. Aunque el eg también puede ser parte de la postvención, es necesario intervenir antes de los 14 años, ya que esta es la edad en la que se ha demostrado que comienzan las conductas asociadas al suicidio (Voss et al., 2019).

El eg se enfrenta al desafío del limitado número de profesionales de la salud mental capacitados para abordar las conductas asociadas al suicidio. Por lo tanto, esta estrategia no es suficiente si no se dispone de suficientes psicólogos y psiquiatras en las comunidades con una capacitación altamente especializada.

Es necesario fortalecer el eg para garantizar que sus efectos no se pierdan en el seguimiento. Las comunidades educativas podrían desarrollar programas que incluyan la prevención, intervención y postvención en relación al suicidio.

Desafortunadamente, todavía hay comunidades educativas que muestran poco interés en hablar sobre estos temas o atribuyen al eg una “invitación” a realizar conductas suicidas, un mito que ha sido contundentemente refutado.

Será necesario que las autoridades educativas, los padres, madres o cuidadores también reciban el eg o una actualización del mismo, y se brinde apoyo a los Guardianes, que pueden sentir desgaste profesional debido a la delicadeza del tema.

Además, el eg podría adaptarse culturalmente para comunidades indígenas, religiosas o aquellas cuyas creencias deban ser tenidas en cuenta para que el eg esté alineado con sus valores.

Finalmente, será necesario continuar investigando para determinar si la efectividad del eg cambia significativamente según la modalidad de impartición (presencial o a distancia) y para identificar con mayor precisión qué elementos del eg predicen la reducción de muertes en la comunidad. También es esencial investigar si el número de personas referidas a los servicios de salud mental aumenta significativamente después de la implementación del eg.

Referencias



Recepción: 21/7/2023. Aprobación: 18/10/2023.

Vol. 24, núm. 6 noviembre-diciembre 2023

Curando a quienes curan: los desafíos emocionales de los estudiantes de medicina

Stephanie de los Ángeles Brito Jheman, Valeria Yazmín Cetzal Robertos y José Miguel Chin Chan Cita

Resumen

El suicidio es un desafío global de salud pública, especialmente entre jóvenes. Desde la ideación hasta la ejecución tiene graves implicaciones sociales y económicas. Los estudiantes de la licenciatura de medicina enfrentan riesgos debido a las demandas académicas y factores externos (problemas familiares, económicos, sociales, entre otros), agravados por la falta de enfoque en su bienestar mental. Diversos estudios han revelado datos preocupantes de trastornos psiquiátricos en estudiantes de medicina: el estrés, la falta de sueño y otras presiones aumentan el riesgo de autolesiones y suicidio, y factores como la pandemia de covid-19 agravan el problema. Por ello, detectar los signos de deterioro mental, normalizar la búsqueda de ayuda y priorizar la salud mental son cruciales para salvar vidas. La educación superior debe ser una experiencia enriquecedora, no una carga perjudicial para la salud. Es por eso que se sugieren programas de apoyo, consejería y participación activa, tanto del entorno familiar como el social y de la administración educativa que puedan crear una cultura universitaria que proteja la salud mental. Al priorizar la salud mental, especialmente en medicina, formamos profesionales resilientes y empáticos con la sociedad. El objetivo principal de este escrito es crear conciencia y promover la salud mental, así como prevenir el suicidio, especialmente entre estudiantes de medicina, a través de la implementación de medidas efectivas y la provisión de herramientas de apoyo.
Palabras clave: suicidio, conducta suicida, estudiantes de medicina, salud mental, depresión, ansiedad.

Healing those who heal: the emotional challenges of medical students

Abstract

Suicide is a global public health challenge, especially among young people. From ideation to execution it has serious social and economic implications. Medical undergraduate students face risks due to academic demands and external factors (family, economic, social problems, among others), aggravated by the lack of focus on their mental well-being. Various studies have revealed worrying data on psychiatric disorders in medical students: stress, lack of sleep and other pressures increase the risk of self-harm and suicide, and factors such as the covid-19 pandemic aggravate the problem. Therefore, detecting signs of mental deterioration, normalizing help-seeking and prioritizing mental health are crucial to saving lives. Higher education should be an enriching experience, not a burden that is detrimental to health. That is why support, counseling and active participation programs are suggested, both in the family and social environment and in the educational administration that can create a university culture that protects mental health. By prioritizing mental health, especially in medicine, we train resilient and empathetic professionals with society. The main objective of this writing is to raise awareness and promote mental health, as well as prevent suicide, especially among medical students, through the implementation of effective measures and the provision of support tools.
Keywords: suicide, suicidal behavior, medicine students, mental health, depression, anxiety.



“El pueblo es regido por los gobernantes,
es vigilado por la policía,
es sanado por los médicos.
Pero, ¿quién gobierna a los gobernantes,
quién vigila a la policía,
y quién sana a los médicos?”

Atribuida a Lao Tsé (570-490 a.C.)

En la agitada y dinámica sociedad en la que vivimos, es fácil pasar por alto un elemento crucial de nuestro bienestar: la salud mental, un tema delicado que en los últimos años ha tomado relevancia, principalmente en jóvenes. Asimismo, el suicidio es una problemática de salud pública a nivel mundial, sobre todo en individuos de corta edad; representando la segunda causa de muerte en personas entre 10 y 24 años.

Cuando se habla de conductas suicidas implica hablar de distintas etapas o fases por las que las personas podrían atravesar, generalmente se comienza con la idea o el pensamiento suicida, posteriormente se realiza un plan para llevar a cabo el acto y, finalmente, se hace una búsqueda de recursos para concretarlo; sin embargo, no siempre se transita por todas las fases, aun así, cualquiera de las tres etapas pone en riesgo a la persona (Rodríguez et al., 2017).

Según Moutier (2021), la conducta suicida incluye:

  • Ideación suicida: pensamientos, planes y actos preparatorios relacionados con el suicidio.
  • Intento de suicidio: acto autolesivo con intención de provocar la muerte, pero que finalmente no resulta mortal. Un intento de suicidio puede o no dar lugar a lesiones.
  • Suicidio consumado: acto autolesivo intencionado con resultado de muerte.

En la actualidad es bien sabido que los estudiantes de nivel superior están expuestos a un estrés académico constante, sumado a las distintas situaciones o problemáticas familiares y de su círculo social. Esta es una de las razones por las que un número considerable de estudiantes recurren a enfoques autoperjudiciales, como un mecanismo de escape ante los sentimientos y situaciones que exceden sus capacidades emocionales. Los estudiantes de la licenciatura en medicina son quienes representan los índices más altos de suicidios en estudiantes universitarios, ya que el camino hacia el título de médico conlleva esfuerzos y sacrificios, representa un sendero con desafíos que pueden erosionar la salud mental de quienes lo transitan.

El contexto educativo de la licenciatura en medicina, al centrarse en la identificación y la cura de enfermedades, descuida con frecuencia una problemática que impacta a su comunidad estudiantil: la salud mental. Mientras los aspirantes a médicos se instruyen en la detección de indicios patológicos en los pacientes, en ocasiones descuidan observar más allá para reconocer los indicios que afectan su salud mental y la de sus colegas. Por ello, Givron y Desseilles (2021) destacan que hasta el día de hoy, existe una amplia literatura sobre como los estudiantes pueden abordar las emociones de los pacientes en una consulta médica, pero también de cómo se deben manejar sus propias emociones en la misma. Además, la persistente estigmatización de los desafíos de salud mental en el ámbito médico só lo consolida este círculo perjudicial.

Los futuros médicos pasan por diversos agentes estresores, incluyendo: estrés educativo, falta de sueño, mala alimentación y presión social, que entre otros, constituyen algunas de las razones por las que los jóvenes toman decisiones autolesivas que amenazan su vida. Es tiempo de reflexionar sobre dicha problemática, pues no es un fenómeno local o nacional, si no, que la prevalencia de suicidios en estudiantes universitarios de medicina es muy notoria a nivel global. Según Watson et al. (2020), en su estudio denominado “A narrative review of suicide and suicidal behavior in medical students”, mencionan que en diversos países se han evidenciado de manera consistente, elevados índices de trastornos psiquiátricos en estudiantes de medicina. Estos descubrimientos, a su vez, podrían estar relacionados con una tasa de suicidio que supera las expectativas en esta población . Cifras importantes destacan que en Colombia en el 2013, se encontró 15.7% de prevalencia de ideación suicida y el 5% tuvo un intento franco de terminar con su vida; según Osama et al. (2014), en Pakistan en el 2005 se demostró que la ideación suicida en los estudiantes de m edicina llegaba al 35,6% y un 4,8% llega al intento de suicidio. Asimismo, Sobowale et al. (2014), reportaron que en China continental el 13.5% de los estudiantes tenían depresión moderada a grave y el 7.5% notificaron ideación suicida véase en la gráfica 1).

Estadisticas obtenidas como resultado del estudio analizado

Gráfica 1. Estadísticas obtenidas como resultado del estudio analizado en los artículos a) “Estudiar Medicina: factor de riesgo para el suicidio” -muertes (azul), Ideación suicida (verde)- (Salazar, 2018), b) “Depresión e ideación suicida en estudiantes de medicina en China: Un llamado a los currículos de bienestar” -Ideación suicida (azul), depresión moderada grave (verde)- (Sobowale et al, 2014), y c) “Estudiar Medicina: factor de riesgo para el suicidio” -Ideación suicida (verde), Intento de suicido (azul)- (Salazar, 2018).

De igual manera, en nuestro país, en un estudio realizado en estudiantes de medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), demostró que uno de cada diez estudiantes ha tenido un intento de suicidio durante su paso por esta carrera. Son d atos preocupantes, ya que es una de las carreras con mayor demanda en la r epública. Las presiones académicas y los desafíos a los que se enfrentan los estudiantes de medicina, son parte inherente de su viaje educativo y profesional, pero pueden resultar abrumadores y tener un impacto negativo en la salud mental. Diversos factores como una intensa carga de trabajo, las expectativas de rendimiento elevadas, por exámenes rigurosos y evaluaciones prácticas , la presión por ser “perfectos” ( demostrar un gran conocimiento y una ejecución exacta en tareas clínicas), aumentan el estrés y la ansiedad.

Estudiante con sindrome bournout

Imagen 1. Estudiante con síndrome burnout (agotamiento). Crédito: elaboración propia.

Los estudiantes también se exponen a rotaciones clínicas demandantes, donde se deben adaptar a horarios exigentes, interacciones con pacientes y decisiones clínicas cruciales. Aquí es donde entra el término burnout , el cual, es definido por Maslach y Jackson (1986), como un síndrome caracterizado por un alto grado de agotamiento emocional, despersonalizado y un bajo sentido de logro personal (véase en la figura 1). Teniendo en cuenta lo anterior, las presiones académicas y los desafíos a los que se enfrentan estos estudiantes, pueden aumentar el riesgo de desarrollar alteraciones de salud mental como: depresión, ansiedad y en el peor de los casos el suicidio. De igual forma, la pandemia por covid-19 repercutió de manera significativa en la salud mental, permitiendo el aumento de los índices de depresión y ansiedad en esta población. En un estudio realizado en 177 estudiantes de medicina del Tecnológico de Monterrey Campus Guadalajara se encontró que durante la pandemia 35.8% y 8% de los estudiantes presentó síntomas de ansiedad y depresión, respectivamente (Ruvalcaba-Pedroza et al., 2021).

La reflexión sobre los suicidios en estudiantes de medicina no busca señalar culpables ni simplificar causas; sino que nos invita a explorar las capas profundas de una realidad dolorosa y a cuestionar el enfoque educativo actual basado en los logros y el perfeccionismo. Las preguntas resonantes que emergen son claras: ¿c ómo podemos fomentar un entorno en el que buscar ayuda no sea un signo de debilidad, sino un testimonio de fortaleza?, ¿c ómo podemos cultivar un ambiente donde los desafíos mentales sean tratados con la misma urgencia que las enfermedades físicas?

En gran parte de la población estudiantil aún no se diagnostican los signos de depresión y ansiedad, exponiéndolos a un potencial riesgo suicida, al no recibir tratamiento farmacológico y exacerbado, porque en ocasiones no cuentan con una red de apoyo que pueda brindarle beneficio a su salud mental. En muchas ocasiones, las personas que padecen trastornos mentales suelen no exponerlos, por miedo a sentirse menospreciados y señalados, o por temor a ser juzgados como inferiores o débiles. Como consecuencia, muchos jóvenes e incluso, adultos reprimen sus sentimientos de tristeza, desesperanza y enojo, recurriendo a conductas suicidas como un mecanismo de escape a sus pensamientos y problemas.

Estudiante con sentimientos de tristeza y soledad

Imagen 2. Estudiante con sentimientos de tristeza y soledad y b) Estudiante con síndrome ansioso. Crédito: elaboración propia.

Es imprescindible tener en consideración el valor que representamos en la vida de los que nos rodean, para ser parte de la red de apoyo ante cualquier situación emocional y de autolesión. Somos capaces de brindar apoyo, escuchar y sobre todo brindar seguridad a quien lo necesite, podemos marcar la diferencia en la vida de los demás, generando un cambio positivo en la percepción de la misma, que pudiera detener un acto atroz. Los mismos médicos han señalado ciertos signos de alarma:

  • Deseos de regalar o desprenderse de sus pertenencias.
  • Alteraciones del estado de ánimo, ansiedad y agitación.
  • Anhedonia (pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba).
  • Dificultades en la escuela o el trabajo.
  • Modificación de los hábitos alimentarios o de sueño.
  • Conductas autodestructivas como consumir drogas o beber alcohol en exceso.
  • Intentos de suicido previos.
  • Irritabilidad intensa sin justificación aparente.
  • Empezar a hablar de suicidio/muerte.
  • Situaciones de autolesión.
  • Aislamiento de familiares.
  • Aislamiento de amigos.
  • Comentarios con contenidos de desesperanza.
  • Buscar información sobre métodos de suicidio.
Aislamiento social y Busqueda de informacion

Imagen 3. Aislamiento social y b) Búsqueda de información sobre métodos de suicidio. Crédito: elaboración propia.

Reconocer estos signos en personas que nos rodean podría evitar conductas autolesivas o la consumación del suicidio, generando mejor calidad de vida en los jóvenes estudiantes de medicina que lo requieren. Como sociedad necesitamos cultivar un ambiente en el que los desafíos mentales sean tratados con la misma urgencia que las enfermedades somáticas, para así promover la salud mental y el bienestar de los estudiantes de medicina. Crear conciencia es imprescindible para nutrir futuros médicos saludables y resilientes. Además, hay estrategias que se pueden utilizar para poder crear un ambiente sano en los estudiantes, tales como: fomentar la educación y la conciencia sobre la importancia de la salud mental, organizando talleres, charlas o actividades culturales; se pueden crear programas de apoyo donde se incluyan consejería y orientación, grupos de apoyo y acceso a profesionales en el ámbito de la salud mental como psicólogos o psiquiatras.

También se debería fomentar la búsqueda de ayuda (para eliminar el estigma y mostrar que pedir apoyo es un signo de fortaleza y autoconciencia) y el autocuidado; proveer institucionalmente apoyo continuo mediante evaluaciones y sesiones enfocadas al fortalecimiento de la salud mental. Y e n última instancia, crear un entorno en el que los desafíos mentales sean tratados con urgencia, ya que al igual que las enfermedades físicas, requiere un compromiso colectivo. Al priorizar la salud mental en los estudiantes de medicina, estamos sentando las bases para una comunidad médica más resiliente y humanista.

Proveer espacios de consejería podría evitar las conductas suicidas, por eso proponemos actividades y programas que deberían ser implementados en las instituciones educativas, con el fin no só lo de ayudar a la mejora de la salud mental de los estudiantes de medicina, sino que beneficie también a otros estudiantes de diferentes programas educativos con problemas similares de salud mental.

Es importante que la misma institución desarrolle programas de consejería y atención psicológica para su comunidad estudiantil; por ejemplo, en la Universidad Autónoma de Campeche (uacam) se implementó un programa llamado U niversidad S aludable, el cual brinda atención médica y psicológica a los estudiantes, docentes y administrativos de distintas facultades, un programa gratuito de fácil accesibilidad. En esta institución se han implementado pláticas de salud mental, depresión y ansiedad, e incluso se han llevado a cabo estudios de investigación para identificar signos de ansiedad y estrés en la comunidad universitaria.

La administración y el cuerpo docente, juegan un papel importante como mentores para fomentar la salud mental como cultura universitaria. Es radical que estos esfuerzos sean continuos y perfectibles, para lograr un efecto positivo en la salud mental de poblaciones estudiantiles vulnerables, como los estudiantes de medicina. La evaluación regular de esta área de la salud humana, también puede ayudar a identificar áreas de mejora y permitir ajustes necesarios en los programas y políticas institucionales.

El propósito esencial de este trabajo radica en la creación de una conciencia sustancial y la promoción activa de la salud mental, así como la prevención del suicidio, tanto a nivel general como en el particular, entre la población estudiantil matriculada en programas de licenciatura en medicina. Este objetivo implica la implementación de medidas accesibles y la provisión de herramientas sólidas de apoyo, dirigidas a aquellos individuos que requieren asistencia en este ámbito.

En sí, la salud mental es un componente esencial en el camino hacia convertirse en un médico eficiente y compasivo, y es crucial que se le otorgue la atención y los recursos necesarios para garantizar el bienestar de los estudiantes y, en última instancia, de los futuros pacientes a quienes servirán.

Referencias



Recepción: 31/8/2023. Aceptación: 18/10/2023.

Vol. 24, núm. 6 noviembre-diciembre 2023

Perspectivas únicas: el espectro autista en mujeres

Katy Arlette Pérez Estrada Cita

Resumen

El trastorno del espectro autista, caracterizado por alteraciones en la comunicación social y comportamientos restringidos, presenta una prevalencia que destaca una relación de 1 mujer por cada 3 hombres, señalando una subrepresentación femenina. Las mujeres manifiestan las características del autismo de manera única, lo que plantea desafíos en la identificación y diagnóstico. Se observan dos perfiles: el externalizante, con interacción aparentemente sociable pero deficiente, y el internalizante, marcado por la timidez y la concentración en actividades como la lectura y la pintura. Durante las etapas preescolar y escolar, las niñas exhiben un juego simbólico más desarrollado y mayores intereses sociales en comparación con los niños en condiciones similares. En la adolescencia, surgen desafíos como el perfeccionismo, el acoso escolar y conductas autolesivas leves. Muchas mujeres están recibiendo diagnóstico tardío, por ejemplo, Ladyhawke, Susan Boyle y la psicóloga mexicana Yeimy Molina. Los instrumentos diagnósticos para el autismo no son sensibles al género. Es de suma importancia realizar investigación, instrumentos e intervenciones clínicas con perspectiva de género.
Palabras clave: Trastorno del Espectro Autista, mujeres, diagnóstico tardío, autismo femenino, salud mental.

Unique perspectives: the autistic spectrum in women

Abstract

The autism spectrum disorder, characterized by alterations in social communication and restricted behaviors, exhibits a prevalence that highlights a ratio of 1 woman to every 3 men, indicating a female underrepresentation. Women express autism traits uniquely, posing challenges in identification and diagnosis. Two profiles are observed: the externalizing, with seemingly sociable yet deficient interaction, and the internalizing, marked by shyness and focus on activities such as reading and painting. During the preschool and school stages, girls display a more developed symbolic play and greater social interests compared to boys under similar conditions. Challenges emerge in adolescence, including perfectionism, school bullying, and mild self-injurious behaviors. Many women receive late diagnoses, exemplified by figures like Ladyhawke, Susan Boyle, and Mexican psychologist Yeimy Molina. Diagnostic instruments for autism lack gender sensitivity. Conducting research, developing instruments, and implementing clinical interventions with a gender perspective is of utmost importance.
Keywords: Autism Spectrum Disorder, women, late diagnosis, female autism, mental health.

Introducción

El Espectro Autista (ea) puede definirse como una variación en el neurodesarrollo que se manifiesta en dificultades en dos núcleos principales: 1) la comunicación social y 2) intereses restrictivos y repetitivos (Asociación Americana de Psicología [apa], 2022). Se le considera un espectro debido a la gran heterogeneidad en las características presentes en cada persona. Por ejemplo, la comunicación social abarca desde la ausencia total de lenguaje hasta la fluidez verbal, con alteraciones en la pragmática. En cuanto a los intereses restringidos y repetitivos, estos pueden variar desde rituales y estereotipias motoras complejas que causan gran rigidez hasta actividades que, aunque repetitivas, se insertan en una actividad con cierto grado de funcionalidad (Hervás, 2022).

Además de las conductas prototípicas o nucleares, cada persona con autismo presentará un perfil específico en el funcionamiento de la memoria, el lenguaje, la sensibilidad sensorial, la inteligencia, etc., de manera similar a la población sin autismo (Merino et al., 2018).

Las primeras descripciones de lo que hoy conocemos como Espectro Autista fueron realizadas por Ssucharewa en 1926 con un grupo de 6 niños (Ssucharewa, 1926/1996); un año después, describió los casos de 5 niñas, mostrando una proporción bastante similar de hombres y mujeres (Sukhareva, 1927/2020). Sin embargo, a partir de Leo Kanner (8 niños-3 niñas) y Hans Asperger (4 niños), comenzó la tendencia a identificar un mayor número de niños que niñas (Kanner, 1943; Asperger, 1944/1991).

Las estadísticas iniciales mostraban una relación de cuatro hombres por una mujer (Loomes et al., 2017); sin embargo, en una revisión sistemática de 2017, las cifras se actualizaron a tres hombres por una mujer (Loomes et al., 2017). Es importante señalar que, en las personas con autismo de alto funcionamiento, la relación aumenta a 10 hombres por una mujer, mientras que en personas que tienen autismo acompañado de discapacidad intelectual, esta relación baja a 2 hombres por una mujer (Dworzynski et al., 2012). Esta disminución sugiere la posibilidad de que las mujeres con alto funcionamiento se camuflen y no reciban el diagnóstico correcto.

La falta de identificación de las mujeres es un problema grave que debe abordarse, ya que muchas de ellas reciben un diagnóstico erróneo o el de un trastorno acompañante, como depresión, ansiedad, trastornos de la conducta alimentaria (tca), trastorno límite de la personalidad (tlp), trastorno obsesivo-compulsivo (toc), etc., sin atender a la causa principal de sus dificultades, lo que ocasiona una baja posibilidad de evolución (Hervás, 2022).

Es importante reconocer que las niñas, adolescentes y adultas con autismo, en particular aquellas que no presentan discapacidad intelectual ni dificultades severas de lenguaje, exhiben conductas que se manifiestan de manera diferente a las de los hombres, lo que dificulta su identificación y provoca una doble discriminación; el hecho de ser mujeres y ser autistas.

¿Es realmente el autismo cosa de hombres?

En párrafos anteriores se mencionó que la relación entre hombres y mujeres con autismo de alto funcionamiento es de 10 hombres por 1 mujer (Dworzynski et al., 2012). Este desequilibrio ha llevado a clínicos e investigadores a indagar sobre lo que está sucediendo con las mujeres. A continuación, presentaremos los hallazgos encontrados tanto en investigaciones como en la clínica.

La comunicación social de las chicas con autismo, a simple vista, parece similar a la de sus pares, ya que presentan una mayor necesidad de interacción con los demás y tienden a camuflar sus dificultades mediante la imitación de las conductas sociales de sus compañeras, madres y personajes de televisión. Este camuflaje o enmascaramiento provoca un agotamiento físico y emocional significativo en ellas. A diferencia de los hombres en el espectro, las mujeres muestran un juego simbólico más desarrollado, aunque tiende a ser poco recíproco y muy controlado (Wood-Downie et al., 2020).

En el ámbito de los comportamientos restrictivos y repetitivos, las mujeres presentan menores niveles de conductas rígidas y repetitivas (Van Wijgaaarden-Cremers et al., 2014), y estas tienen un enfoque más social o prototípico. Por ejemplo, actividades como tejer, colorear, dibujar, el manga, la lectura, pintar, recortar, coleccionar muñecas, coleteros, peluches, etc. Sin embargo, estas actividades siguen siendo inusuales en su intensidad, pero son aceptadas porque se asocian a conductas culturalmente propias de las mujeres y que denotan una gran dedicación (Shuterland, 2017; apa, 2022).

Interacción social Comunicación Comportamientos repetitivos Otras
  • Mayor necesidad de interacción
  • Pasividad
  • Camuflaje que tiende a agotarlas
  • Tienen por lo menos un amigo cercano
  • Tendencia a ser “amadrinada”
  • En la adolescencia frecuentemente sufren acoso escolar
  • Mejores habilidades lingüísticas
  • Mejor imaginación, juego simbólico y juego de roles
  • Sus intereses restrictivos incluyen personas, animales y objetos que típicamente no se relacionan con el autismo
  • Episodios de problemas alimenticios
  • Tendencia a controlar el juego con pares

Tabla 1. Conductas presentes con mayor frecuencia en mujeres con autismo que en hombres. Lai et al. (2015).

¿A qué prestar atención en mujeres?

Es importante tener presente que existen dos tipos de perfiles dentro del espectro (Merino et al., 2018).

  1. Externalizante: Las chicas con este perfil están constantemente rodeadas de personas, hablan mucho y parecen “muy sociables”; sin embargo, la calidad de la interacción es deficiente.
  2. Internalizante: Aquellas que se encuentran dentro de este perfil son calladas, parecen tímidas, se centran en la lectura, la pintura… y sus características pueden ser confundidas con déficit de atención.

A lo largo de las etapas de desarrollo, estos perfiles pueden fluctuar entre uno u otro, es decir, no hay un perfil prototípico de todas las mujeres con autismo, y habrá una gran heterogeneidad entre ellas (Merino et al., 2018). Por otro lado, padres, maestros y especialistas deben conocer y estar atentos a las siguientes características:

Etapa preescolar y escolar: A pesar de que las niñas con autismo parecen tener un juego simbólico más desarrollado e interés social que sus pares hombres con la misma condición, este puede ser rígido y repetitivo (Merino et al., 2018). Por ejemplo, una niña que, a primera vista, parece jugar con sus juguetes en miniatura y sus muñecas, al observar con cuidado, más que jugar, acomoda los juguetes y realiza acciones repetitivas, mostrando una disminución del juego imaginativo y creativo (Imagen 1).

Juego de una niña con autismo

Imagen 1. Juego de una niña con autismo. Su juego consistió en acomodar los juguetes, clasificándolos por su función aparente, al muñeco le dio palmaditas en la espalda, colocó la mamila en la boca y repitió la acción en varias ocasiones y concluyó el juego. Crédito: elaboración propia.

Las niñas tienden a buscar a una compañera “guía”, es decir, aquella niña que constantemente le proporciona ayuda para interpretar las situaciones sociales y quien le muestra los modelos comportamentales socialmente adecuados (Merino et al., 2018).

Por otra parte, pueden mostrar un gran interés y cuidado en sus útiles escolares, como tener muchos lápices de colores, muy cuidados y ordenados, y no les gusta prestarlos; coleccionan gomas, sacapuntas, plumones, etc. En estas conductas se puede identificar la inflexibilidad cuando se enojan porque les cambian el orden o cuando alguien más toma sus cosas (Merino et al., 2018).

Otros intereses restringidos y repetitivos pueden incluir actividades como dibujar, colorear, coleccionar muñecas, coleteros, peluches, etc. Todas estas conductas, a ojos de familiares, maestros y compañeras, pueden parecer “normales”, sin embargo, son atípicas en su intensidad (Wood-Downie et al., 2020).

Adolescencia y juventud: Las chicas tienden a ser perfeccionistas y sus dificultades sociales aumentan. Pueden ser víctimas de acoso escolar y presentar conductas autolesivas leves, como tirarse del pelo, frotarse y morderse los labios (Antenaza et al., 2019). Sus intereses pueden volcarse con gran intensidad al cuidado del medio ambiente, como es el caso de Greta Thunberg, o luchar por las injusticias sociales. También pueden cambiar marcadamente de intereses, por ejemplo, obsesionarse con la moda y después no tener ninguna preocupación por su aspecto físico, lo que dependerá mucho de con quién se estén relacionando o qué estén viendo en la televisión, computadora o leyendo.

reta Thunberg se dirige a los huelguistas climáticos en el Civic Center Park de Denver

Imagen 2. Greta Thunberg se dirige a los huelguistas climáticos en el Civic Center Park de Denver, el 11 de octubre de 2019. Crédito: Streetsblog Denver en Wikimedia Commons.

Diagnósticos tardíos

En la actualidad, muchas mujeres están recibiendo el diagnóstico de autismo pasados los treinta años, y a través de sus relatos de vida, se puede conocer el largo camino que han recorrido para obtener este diagnóstico. Por ejemplo, la cantante Ladyhawke relata que de niña prefería estar en casa, nunca iba a pijamadas, y le diagnosticaron autismo después de experimentar una depresión tan intensa que le impedía salir de casa (The Newsroom, 2012).

Ladyhawke

Imagen 3. Ladyhawke. Credito: Wasforgas en Wikimedia Commons.

Por su parte, la cantante Susan Boyle recibió el diagnóstico a los 51 años, después de vivir toda su vida con un diagnóstico de daño cerebral. En ese momento, logró comprender todo lo que había sucedido en su vida (Deveney. 2013).

Susan Boyle

Imagen 4. Susan Boyle. Credito: Tankboy en Wikimedia Commons.

Un ejemplo de diagnóstico tardío de una mujer mexicana es el caso de Yeimi Molina, a quien diagnosticaron a los 20 años mientras estudiaba la carrera de psicología. Actualmente, está casada, tiene una hija y se dedica a la investigación (Moreno-Ramírez, [Canal A lo Aspergiano], 2022, 7m34s).

Instrumentos diagnósticos

Además de que las conductas del espectro autista se presentan diferenciadas entre mujeres y hombres, otra dificultad para el diagnóstico en las chicas es la falta de sensibilidad de género en los instrumentos actuales, incluso en aquellos considerados Gold Standard, como la Escala de Observación para el Diagnóstico del Autismo (ados-2) y la Entrevista para el Diagnóstico del Autismo Revisada (adi-r) (Hervás, 2022). Es así que, los investigadores y especialistas en autismo están haciendo intentos por desarrollar herramientas sensibles al género (Brown et al., 2020). Por ejemplo, la Modified Girls Questionnaire for Autism Spectrum Condition Scale (Brown et al., 2020) y la Entrevista de Diagnóstico para Trastornos del Espectro Autista (cridi-tea), ambas con un punto de corte diferente para hombres que para mujeres.

Conclusiones

Muchas mujeres con un perfil de alto nivel de funcionamiento no están siendo diagnosticadas, ya que las conductas presentes en hombres y mujeres son diferentes; muchos autores consideran que la ratio mujeres-hombres puede ser más baja que 1:3 (Loomes et al., 2017; Hèrvas, 2022).

En general, las chicas tienen una mayor necesidad de interacción con los demás, tienden a camuflar sus dificultades mediante la imitación de las conductas sociales de sus compañeras, madres y personajes de televisión; este enmascaramiento provoca un gran agotamiento en ellas. Aunque tienen un mejor juego simbólico, tiende a ser poco recíproco y muy controlado. Los intereses restringidos parecen típicos, pero si se observa con detalle, hay alteraciones en su intensidad (Lai et al., 2015).

Las principales barreras identificadas para el diagnóstico de las chicas son la presencia de problemas conductuales, la mayor habilidad en socialización y comunicación que los chicos, la presencia de comorbilidades, el establecimiento de relaciones de mejor calidad que los chicos, así como la presencia de conductas compensatorias, baja preocupación de los padres, falta de percepción de dificultades de las personas de su entorno, poca información y recursos para el diagnóstico y el sesgo de género en el personal de salud (Lockwood Estrin et al., 2021).

Es muy importante que psicólogos y psiquiatras tengan conocimiento de las características de las mujeres con autismo, en particular las de alto funcionamiento, con la finalidad de realizar diagnósticos certeros.

Las mujeres identificadas en la edad adulta han recibido durante el transcurso de su vida etiquetas como ansiedad, depresión, trastorno límite de la personalidad, etc., dificultades asociadas, pero no centrales; este error en el diagnóstico dificulta la intervención, al abordar únicamente la sintomatología asociada, lo que no resuelve las dificultades, ya que el abordaje no responde a las verdaderas necesidades de las mujeres y ocasiona un efecto “bola de nieve” de trastornos.

Es de suma importancia que desde la investigación se planteen trabajos con perspectiva de género que identifiquen con mayor claridad la heterogeneidad de las mujeres con autismo y el desarrollo de instrumentos de evaluación sensibles al género. Por otro lado, desde la clínica, todo profesional involucrado en el autismo debe formarse en la evaluación e intervención de niñas, adolescentes y adultas, recordando que el abordaje temprano siempre será la mejor respuesta.

Sitios de interés

Referencias

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Recepción: 30/8/2023. Aceptación: 1/11/2023.

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Revista Digital Universitaria Publicación bimestral Vol. 18, Núm. 6julio-agosto 2017 ISSN: 1607 - 6079