Del laboratorio a la vida cotidiana: historias que transforman tu día
Vol. 26, núm. 3 mayo-julio 2025
Del laboratorio a la vida cotidiana: historias que transforman tu día
Diego Alatorre Guzmán CitaEntre cerebros confundidos, curiosas ballenas, hongos dramáticos y robots científicos, el primer número trimestral de 2025 de la Revista Digital Universitaria nos invita a un recorrido amplio y diverso por la ciencia, reflejando un panorama que va desde lo íntimo hasta lo global, de lo visible a lo imperceptible, y que contempla problemáticas complejas atravesadas por factores socioambientales.
Cada artículo abre una ventana a mundos únicos, resultado del trabajo y la dedicación de equipos transdisciplinares provenientes de campos tan diversos como la geografía, la botánica, la inteligencia artificial y los sistemas de control de calidad. A través de sus páginas, se vislumbra la complejidad de vivir en sociedades contemporáneas como la nuestra, donde el conocimiento circula entre laboratorios submarinos, dunas costeras, cocinas, hospitales y centros comerciales.
Más allá de los tubos de ensayo, la ciencia se vuelve profundamente humana, moldeada por la curiosidad de quienes buscan respuestas y por historias que nos interpelan directamente. Por ejemplo, ¿qué relación hay entre lo que comemos, lo que sentimos y cómo actúa nuestro cerebro? En “Adicción a la comida: emociones, decisiones y un cerebro desajustado”, se exploran las conexiones entre emociones, cultura y decisiones alimentarias, revelando que el placer y el hábito muchas veces superan la fuerza de voluntad.
Otros artículos nos llevan a conocer la naturaleza desde perspectivas sorprendentes. “Ballenas amistosas: mejores prácticas para su avistamiento” nos recuerda la importancia de practicar un ecoturismo responsable, para no alterar los ciclos vitales de especies como las ballenas grises, que, atraídas por su curiosidad natural, se acercan a los barcos sin temor, pero dependen de nuestra protección para no poner en peligro sus vidas.
La migración de ballenas, la vida secreta de los hongos marinos o la interacción entre flores y polinizadores son abordados a través de aproximaciones innovadoras. En “Hongos marinos: amigos y rivales”, descubrimos cómo estos organismos establecen relaciones tan complejas como el mutualismo, el parasitismo y la competencia, claves para el equilibrio de los ecosistemas oceánicos, mientras que en “Una mirada a la duna y a sus flores de arena”, nos adentramos en las dinámicas de las plantas costeras y su conexión vital con los insectos que las polinizan.
También hay investigaciones que nos devuelven la mirada hacia la salud del planeta como un espejo de nuestra propia salud. La tolerancia bacteriana causada por el abuso de medicamentos —expuesta en “¿Y si los medicamentos que tomamos fortalecen a las bacterias?”—, los efectos del cambio climático en poblaciones vulnerables o los impactos de las malas prácticas turísticas, son ejemplos de cómo nuestras acciones cotidianas tienen consecuencias profundas.
En ese mismo sentido, “Dos generaciones universitarias: consumo riesgoso de alcohol durante la pandemia” analiza los efectos del aislamiento y las condiciones académicas en los hábitos de jóvenes universitarios, mientras que “Alegría que resiste: ecos de mujeres en la costa durante la pandemia” nos recuerda que el cuidado y la resistencia pueden tomar formas cotidianas, comunitarias y profundamente femeninas. La salud mental y emocional, junto con los lazos sociales, emergen como elementos clave para comprendernos en tiempos inciertos. Incluso artículos como “De la espiga al hisopo: ¿cómo se detecta la covid-19?”, nos enfatizan la importancia de contar con información clara para tomar decisiones informadas en momentos críticos.
Otros trabajos no sólo evidencian los problemas, sino que proponen formas de transformarlos. Desde la reflexión crítica sobre los sistemas de cuidado en “Cuidar la vida: desafíos y prácticas en tiempos de desigualdad”, hasta la defensa de la biodiversidad y el derecho a un turismo responsable, pasando por el rescate del conocimiento compartido como acto político. En este número, se exploran alternativas como la amistad como resistencia o la participación ciudadana en la ciencia, recordándonos que las soluciones también pueden venir desde lo colectivo.
En el campo tecnológico, se presentan propuestas aplicadas a la educación, la salud, la industria y el análisis científico. La inteligencia artificial, por ejemplo, se convierte en una aliada en “Cuando la inteligencia artificial escucha a las moléculas”, mejorando la precisión en el análisis molecular. Por su parte, “Empaques inteligentes y activos: al rescate de tus frutas y verduras” propone soluciones sostenibles que prolongan la vida útil de los alimentos, y “¿Y si pudiéramos ver el calor? Lo que no se ve, pero se siente” nos sorprende con las posibilidades de la termografía infrarroja para detectar lo invisible en contextos médicos e industriales. La innovación también llega al análisis del suelo, como se detalla en “Si el suelo hablara: claves para entender su salud y su importancia”, recordándonos que la tierra también necesita cuidado.
Y si lo que queremos es entender el planeta a gran escala, “Antártida: el continente que recuerda” nos transporta a los confines del sur, donde una expedición científica intenta descifrar los rastros de un pasado climático lejano, que puede decirnos mucho sobre nuestro presente y futuro.
Con este editorial te invito a mirar el mundo como realmente es: un enorme laboratorio en el que todos participamos, y a la ciencia como una herramienta vital para entendernos, cuidarnos y vivir mejor. Porque tus decisiones cotidianas —como elegir qué comer, cómo curar una enfermedad o dónde pasar tus vacaciones— están profundamente conectadas con un entramado mayor. Y aunque a veces los desafíos parezcan abrumadores, también lo son las respuestas que, día con día, vamos descubriendo. Desde el desarrollo de nuevas tecnologías hasta la revaloración de saberes ancestrales, la ciencia también está en tus manos.
Hagámosla parte de nuestras conversaciones, de nuestras decisiones y de nuestras luchas cotidianas. Porque entender el mundo no es sólo cosa de expertos: es, sobre todo, un acto de humanidad.