Vol. 21, núm. 3 mayo-junio 2020

Bitácora electrónica de obra pública: entre el gobierno electrónico y el abierto

Araceli Pinacho Ríos, Christian Arturo Cruz y Oscar David Valencia Cita

Resumen

Aunque el gobierno electrónico y el gobierno abierto son diferentes, hay una relación entre ambos, gracias a los aportes tecnológicos, en objetivos como la transparencia y la rendición de cuentas. Por otra parte, la Bitácora Electrónica de Seguimiento a Obra Pública (besop) es una herramienta tecnológica que contribuye precisamente a cumplir esas metas. Sin embargo, no ha tenido la difusión ni el reconocimiento como una herramienta de gobierno abierto. Este ensayo busca su divulgación, para su estudio y fortalecimiento como un medio que ofrece el gobierno electrónico para la consolidación de un gobierno abierto.
Palabras clave: gobierno electrónico, gobierno abierto, bitácora de obra pública.

Electronic logbook of public works: between electronic and open government

Abstract

Despite the differences between the electronic government and the open government, there is a relation between both, thanks to the contributions of technology, in objectives such as transparency and accountability. Precisely, the Electronic Public Works Booklog (besop) is a technological tool that contributes to such goals. However, this logbook has not had the proper recognition as an open government tool. This paper seeks to make it known, for its study and strengthening as a way, offered by the electronic government, for the consolidation of the open government.
Keywords: electronic government, open government, accountability and transparency in information.

Introducción

Hay diversas cuestiones que surgen ante la problemática presentada en México y gran parte de América Latina sobre el tema de transparencia y acceso a la información. En ese sentido, se reportó, en 2020, que México se encuentra en el lugar 130 de 180 países en el Índice de Percepción de la Corrupción elaborado por Transparencia Internacional (Transparencia Mexicana, 2020).

Lo anterior impulsó la creación de la Nueva Gestión Pública con el objetivo de promover la eficiencia en el uso y la distribución de los recursos públicos y mejorar la calidad de los servicios prestados, entendiendo la tecnología como una herramienta, lo que dio origen al gobierno electrónico. Otro resultado que buscaba esta reforma son las políticas para generar mayor transparencia y acceso a la información.

El gobierno electrónico y el gobierno abierto son diferentes, pero se les vincula por las ventajas que ofrece el primero al segundo. Con el fin de realizar un análisis de esta relación, se consideró la besop como una herramienta tecnológica que contribuye al gobierno abierto y a sus pilares de trasparencia, rendición de cuentas, participación y colaboración. A su vez, la besop cuenta como un medio para lograr un control de la obra pública, así como la transparencia en general, y la rendición de cuentas.

Las reformas a la administración pública

El sector gubernamental ha realizado tareas en relación a la satisfacción de las necesidades de los ciudadanos para hacer más eficientes los procesos administrativos a través de la descentralización de funciones. Por esto, se ha establecido el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (tic). Sin embargo, en los últimos años, las organizaciones públicas siguen presentado diversos problemas, uno de ellos es la incapacidad de resolver eficiente y eficazmente las actividades que tiene a su cargo, aunque cuenten con las herramientas tecnológicas adecuadas.

Así, la Nueva Gestión Pública surge bajo la necesidad de transformar la administración pública y la eliminación de la burocracia. También busca la menor intervención estatal y fomentar una ciudadanía con democracia plena, para que no se vea al aparato gubernamental como un dictador de la ley al que no se debe cuestionar por el cumplimiento de sus obligaciones. Como enfatiza Aguilar (2006) en su definición sobre la Nueva Gestión Pública:

El cambio de las normas, las estructuras organizacionales y los patrones directivos y operativos del gobierno, que por sus propósitos, modos o resultados se orienta a formas posburocráticas de organización, dirección y operación, con el fin de elevar la eficiencia, la calidad y la responsabilidad de la acción pública (p. 146).

Es decir, resulta necesario dejar de lado la administración tradicional y procesos burocráticos para dar paso a una reforma posburocrática; y con ello generar un cambio en el esquema tradicional, así como la reducción de costos en la administración y mayor eficiencia en los servicios.

Para lograr la eficiencia en las actividades administrativas, el gobierno se ve en la necesidad de hacer uso de las tecnologías, en conciencia de que la ciudadanía cada día se encuentra en crecimiento y cada vez es más difícil, por no decir imposible, satisfacer las necesidades o cubrir los servicios demandados sin caer en la burocracia. Aunado al cambio en los procesos de la administración y con el apoyo en tecnologías es como se presenta el surgimiento del gobierno electrónico.

El gobierno electrónico

Surge en la década de los noventa cuando se comenzó a plantear que el uso de las nuevas tecnologías permitía la transformación de las actividades gubernamentales. Se consideró internet como un medio de comunicación bidireccional, para la realización de negocios, de diversión y educativo, para adquirir conocimientos, entre muchas otras labores.

Así inició el gobierno electrónico, cuyo principal antecedente mundial en cuestión de iniciativa de mejora y reforma gubernamental fue durante la presidencia de Bill Clinton. A partir de esta administración, se consideró el modelo para su implementación en países desarrollados, los cuales pretendían un avance hacia la sociedad de la información y el conocimiento. Desde dichas iniciativas y consecuencia del uso de las TIC, sobre todo de internet en los procesos del sector gubernamental, surge el concepto de gobierno electrónico (Ruedas y Peréz, 2006, p.1).

A continuación, presentaré algunas definiciones para tener un panorama más amplio del concepto de gobierno electrónico. La Secretaría de la Función Pública (2012) lo refiere como un aprovechamiento de las tic en la mejora de la gestión interna de la administración pública, para otorgar mejores servicios, facilitar el acceso a la información, rendición de cuentas, transparencia y fortalecer la participación ciudadana. Esta definición se enfoca en la relación del gobierno con los diversos sectores como la industria, la ciudadanía y el mismo gobierno.

Gobierno abierto

Nace en 2009, a raíz del memorando del presidente estadounidense Barack Obama, el “Memorándum de Transparencia y Gobierno Abierto”, donde se comprometía a tener un gobierno basado en la transparencia, la participación y la colaboración. Años después se le agregaría la rendición de cuentas, surgiendo como resultado una nueva tendencia en la administración pública a la que intentar conceptualizar. Algunas de estas definiciones hablan del uso de las tic en el sector público con el propósito de posibilitar la transparencia y entrega de cuentas; así, la ciudadanía puede conocer las prioridades y objetivos del gobierno y éste adquirir mayor responsabilidad en el uso de los recursos públicos (Vargas, 2011). Con base en esto y en pretender legitimar al gobierno ante la ciudadanía para abatir la desconfianza en el mismo, surge el gobierno abierto que se define como:

[…] un gobierno que abre sus puertas al mundo, co-innova con todos, especialmente con los ciudadanos; comparte recursos que anteriormente estaban celosamente guardados, y aprovecha el poder de la colaboración masiva, la transparencia en todas sus operaciones, y no se comporta como un departamento o una jurisdicción aislada, sino como una estructura nueva, como una organización verdaderamente integrada y que trabaja en red (Don, 2010, s.p.).

Es preciso resaltar que el gobierno abierto es un nuevo paradigma, y que para su cumplimiento se basa en la transparencia, rendición de cuentas, participación ciudadana y colaboración, lo que permite el cambio de la relación entre la ciudadanía y el Estado. Propone trabajar colaborativamente sobre las debilidades y fortalezas del gobierno para que la ciudadanía o los mismos gobiernos propongan soluciones y estén involucrados. Para este caso, la transparencia en la información y rendición de cuentas son los pilares que pueden coadyuvar en el reconocimiento de la besop como herramienta de gobierno abierto.

Cada día se presenta mayor exigencia para que la información sea más abierta, completa y oportuna. No sólo es necesario tener a disposición la información requerida, sino que debe ser de fácil acceso para el público y que los datos puedan estar de manera accesible a través de tecnologías de la información y la comunicación (Naser y Ramírez, 2014).

Sin embargo, el gobierno aún no alcanza la consolidación de un gobierno abierto, pues no ha logrado cumplir en materia de transparencia y rendición de cuentas, según las expectativas de la sociedad, quien debe tomar un papel más exigente y valorar como derecho el fácil y libre acceso a la información pública. De acuerdo con lo anterior, la Carta Iberoamericana de Gobierno Abierto menciona que:

La transparencia implicará dos ámbitos cruciales: el derecho de acceso a la información que está en poder de las instituciones públicas y que puedan solicitar los ciudadanos, y también la obligación de los gobiernos de poner a disposición de la ciudadanía, de forma proactiva, aquella información que den cuenta de sus actividades, del uso de los recursos públicos y sus resultados, con base en los principios de la publicidad activa, tales como la relevancia, exigibilidad, accesibilidad, oportunidad, veracidad, comprensibilidad, sencillez y máxima divulgación (Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo, 2016, p. 4).

Esto hace referencia al segundo pilar del gobierno abierto sobre la responsabilidad de los servidores públicos, y del mismo gobierno a dar respuesta a las peticiones de la sociedad civil, al igual que al cumplimiento de las autoridades. De aquí surge la rendición de cuentas que se define por la Carta Iberoamericana del Gobierno Abierto como un

[…] pilar [que] se basa en las normas, procedimientos y mecanismos institucionales como deber legal y ético que obligan a las autoridades gubernamentales a fundamentar sus acciones y asumir la responsabilidad sobre sus decisiones, responder oportunamente e informar por el manejo y los rendimientos de fondos, bienes o recursos públicos asignados, y por los resultados obtenidos en el cumplimiento del mandato conferido (Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo, 2016, p.6).

Es importante mencionar que los elementos considerados en la rendición de cuentas son “dos sujetos involucrados, un asunto sobre el que se rinden cuentas, relacionado necesariamente con una responsabilidad asumida por el primer sujeto y un juicio y/o una sanción emitida por el segundo sujeto” (López y Merino, 2009, p. 2).

La BESOP, relación gobierno electrónico y gobierno abierto

Gobierno electrónico y gobierno abierto son tendencias actuales de la Administración Pública, originadas a fines del siglo xx y principios de xxi. Retoman elementos que en sí mismos no son nuevos (uso de tecnología y los pilares del ga), surgieron de memorandos, y se han convertirdo en objeto de estudio académico y en estrategia de gobierno y modernización administrativa, al grado de llegar a tener compromisos y cartas internacionales. Es cierto que están relacionados por la utilización de tic, pero no deben de ser confundidos. El gobierno abierto se auxilia de los elementos tic que aporta el gobierno electrónico, como portales web, aplicaciones móviles, datos abiertos y otros como la Bitácora Electronica de Obra Pública. La imagen 1 muestra la relacion de ambos conceptos.



Imagen 1. Relación gobierno electrónico y gobierno abierto (Cruz, 2016).

Esta herramienta tiene como antecedente haber sido utilizada por Petróleos Mexicanos (pemex) y en el 2007 se transfiere a la Secretaría de la Función Pública (sfp), iniciando así una implementación nacional. Se sabe que organismos como la Comisión Nacional del Agua (conagua), cfe, sct y Caminos y Aeropistas de Oaxaca (cao) han implementado este software con el fin de reportar los avances de obra que se están llevando a cabo y con ello se propicia la transparencia en el uso de los recursos públicos de la federación. Así, la besop es definida por la Secretaría de la Función Pública (2011) como:

[…] el Programa Informático Autorizado por la Secretaria de la Función Pública que por medios remotos de comunicación electrónica entre las partes de un contrato de obra pública o de servicios relacionados con la misma, en la que se registran los asuntos y eventos importantes que se presentan durante la ejecución de los trabajos (p. 3).

El gobierno, para el control de la obra pública, se apoyaba en bitácoras tradicionales, las cuales estaban hechas en papel y se llenaban a mano. Éstas tenían como limitantes el error ortográfico, poca legibilidad, daño por condiciones del ambiente y no eran consideradas para aportar en temas de transparencia. La imagen 2 muestra una bitácora tradicional.

Imagen 2. Bitácora de Obra Pública tradicional.
Cortesía de Caminos y Aeropistas de Oaxaca.

La llegada de la besop trajo consigo beneficios para el control de obra y gobierno abierto, tales como:

  • Información en tiempo real de lo que sucede en una obra.
  • Seguridad de manejo de información.
  • Implementación de Firma Electrónica Avanzada para garantizar la autenticidad de la información (ver imagen 3).
  • Información veraz, oportuna y clasificada.
  • Que las dependencias o entidades puedan respaldar su información de manera digital e impresa.

De esta forma, se está ante una herramienta tecnológica (gobierno electrónico), que contribuye al gobierno abierto, lo que muestra la relación entre ambos conceptos y su complementariedad, a pesar de que mantienen su naturaleza y particularidades.

Imagen 3. Firmado electrónico de la BEOP.
Fuente: Bitácora Electrónica de Seguimiento a la Obra Pública, Guía de Usuario Final.

Conclusión

La besop es un ejemplo de la relación entre el gobierno electrónico y gobierno abierto. El uso de la tecnología debe tener un sentido, una razón de ser; en este caso es la transparencia, el acceso a la información y la rendición de cuentas (horizontal), para la consolidación de gobiernos abiertos. La besop todavía no es considerada por sectores académicos o gubernamentales como una herramienta de gobierno abierto, pero aquí se argumenta que sí puede ser vista como tal. Además, esperamos que el presente ensayo contribuya a darla a conocer, no sólo como una herramienta administrativa, sino también por sus aportes a la transparencia y la rendición de cuentas.

Referencias



Recepción: 09/11/2018. Aprobación: 14/11/2019.

Vol. 21, núm. 3 mayo-junio 2020

Nuestra imagen pública desde la neurociencia social

Marisela Romero Vázquez Cita

Resumen

Se aborda la manera en que la imagen pública se relaciona con los procesos que, a partir de su proyección, se llevan a cabo en el cerebro. Es un análisis que se hace con el fin de revelar que la gestión de la imagen pública tiene que ver con temas como la toma de decisiones, la reputación y la neurociencia social, más que con los de índole banal o superficial.
Palabras clave: imagen pública, imagen personal, reputación, neurociencia social, comunicación no verbal.

Our public image from social neuroscience

Abstract

We address how public image relates to the processes that, from its projection, take place in the brain. This analysis is made in order to reveal that public image management has to do with issues such as decision-making, reputation and social neuroscience, rather than with those of banal or superficial nature.
Keywords: public image, personal image, reputation, social neuroscience, non-verbal communication.

Introducción

Corría el año 48 a. C., cuando Julio César tuvo un encuentro más que mágico con una mujer que envuelta en un tapete emergió, como Venus, de entre las olas para aparecer semidesnuda ante sus ojos y los de sus generales. La joven Cleopatra impactó a todos, pero más a Julio César, quien, fascinado con su imagen, buscó pretextos para permanecer a su lado. Cuando el estratega romano murió, su lugar fue ocupado por Marco Antonio, quien también cayó bajo el hechizo de Cleopatra.

¿Era la belleza física lo que atraía a los hombres hacia la imagen de Cleopatra? ¿Cuál era la pócima que encantaba a sus amantes? En Alejandría había mujeres mucho más hermosas que ella, lo que Cleopatra poseía era una habilidad personal para dejar, de manera constante, una diversidad de imágenes mentales en quienes la rodeaban: “ofrecía tributos, batallas simuladas, expediciones, orgiásticos bailes de máscaras. Todo tenía un toque dramático y se llevaba a cabo con inmensa energía. Para el momento en que sus amantes posaban su cabeza junto a ella en la almohada, su mente era un torbellino de sueños e imágenes” (Greene, 2001, p. 43).

En la narración anterior se aprecia la forma en la que una persona conquistó de manera contundente a otras que se le acercaron, sin lugar a dudas la estrategia femenina utilizada se basó en su imagen y en las imágenes desatadas en la mente de los demás, pero… ¿qué es la imagen? Si nos atenemos a las etimologías, proviene del latín, imago (figura, imitación) y del griego, eikon (ícono, retrato).

Al respecto, Villafañe (2006) señala que la imagen forma parte de dos importantes procesos: la percepción y la representación. Por su parte, Costa (2004) sostiene que se define bajo dos sentidos principales: el primero, como objeto material y físico que se encuentra en todo lo que rodea al ser humano, y que se puede tocar de manera física; el segundo, como una representación mental, producto de la imaginación, es decir, aquello intangible. Por lo tanto, se tienen dos factores significativos: lo tangible (aquello que se toca de manera física) y lo intangible (aquello que no se toca más que por medio de una representación mental).

En cambio, Gordoa (2002) señala que la imagen es la percepción que inicia con una sensación interna, como resultado de una impresión que se da en los sentidos, es decir, se alude a una representación mental. Las definiciones anteriores pueden advertirse en el caso político Nixon-Kennedy, en 1960. Un debate político transmitido –por primera vez– por televisión, en donde los resultados de la proyección de la imagen fueron contundentes:

Richard Nixon poseía una barba muy cerrada que pasadas las seis de la tarde daba a su rostro una sombra que connotaba cualidades negativas como maldad y suciedad […] Por otro lado […] el joven egresado de Harvard, eficiente, impecable y guapo, dueño de una seductora sonrisa y de una mirada encantadora (p. 20).

Quienes escucharon el debate político por la radio dieron como ganador a Nixon y quienes lo vieron por televisión dieron a Kennedy el triunfo. Lo interesante en esta situación es apreciar que no sólo había ganado un joven a un experimentado político, sino que a través del análisis de la gestión de estímulos aplicados en eventos políticos (como un debate) y su transmisión por diferentes medios de comunicación, se identificaba una nueva manera de alcanzar metas y logros.

En medio de este escenario aparece lo que se denomina imagen pública. ¿Cómo se define? Gordoa (2002) advierte que se trata de la “percepción compartida que provoca una respuesta colectiva unificada” (p. 32). Lo cual significa que una percepción (sensación interna que queda en los sentidos ante una impresión) colectiva genera una respuesta que concuerda entre los miembros que perciben cierto evento o persona y, entonces, esa respuesta se convierte en una opinión que se da de manera uniforme. Por ejemplo: en un salón de clases en donde se encuentran cuarenta alumnos, si todos dicen que el profesor es excelente, la percepción colectiva da como resultado una respuesta que coincide entre sí y todos opinan que es excelente, entonces esa será su imagen pública.

La percepción de las audiencias

Abarca desde temas que son calificados por algunos como banales, como los colores que se utilizan en la indumentaria, accesorios, uso del maquillaje, corte de cabello, entre otros, hasta todo aquello que se asocia con protocolos y que tiene que ver con el trato que las personas o instituciones le dan a sus grupos objetivo, por nombrar algunos estímulos referentes con la imagen física –estímulos enviados por medio del lenguaje corporal y la apariencia de los individuos–. Esto es porque la imagen pública no abarca únicamente estímulos desde lo físico; las posibilidades de percepción se dan a través de una clasificación de seis imágenes a las que se les denomina imágenes subordinadas (Gordoa, 2002).

Dichas imágenes subordinadas son la imagen física, que se definió en líneas anteriores; la imagen profesional, que toma en cuenta estímulos observados en la práctica profesional, en donde el buen uso y gestión de protocolos permiten prevenir crisis o tener un plan estratégico para disminuirlas cuando se presentan; la imagen verbal o la percepción que los demás tienen de alguien, que se comunica a través de la expresión de la palabra verbal o escrita; la imagen visual, que se da a partir de los estímulos percibidos por medio de la vista, y en donde se considera la imagen que se proyecta o que perciben los grupos objetivo, por medio de signos y símbolos, por ejemplo, el mensaje que se proyecta a través de los colores y el tipo de letra de una tarjeta de presentación; la imagen audiovisual, que involucra estímulos percibidos con el sentido de la vista y el oído; y la imagen ambiental, la que transmite estímulos por medio de los escenarios de personas e instituciones.

En este sentido, la coherencia es la actitud que le permite a una persona o institución ser percibida por los demás como consecuente, lógica y congruente con la toma de decisiones. Es un elemento valioso para la proyección de la imagen pública, pues se convierte en una ventaja competitiva, ya que una vez que las personas son percibidas como congruentes con lo que piensan, dicen y hacen, la aceptación entre sus audiencias es más probable que el rechazo.

La imagen pública tiene un patrón para generar coherencia: el estilo, definido como “la expresión de la individualidad” (Gordoa, 2002, p. 32), es decir, la manera en la que la esencia personal o institucional se expresa y forma parte de la respuesta a la pregunta: ¿quién soy? Es el ser antes que el parecer. La esencia es el fundamento de la imagen pública y es importante respetarla pues de no hacerse se caerá en la incongruencia y, por lo tanto, en el rechazo de las audiencias.

¿De dónde nace la teoría del estilo? A finales del siglo xx, dos consultoras en imagen, Alice Parsons y Diana Parente, la desarrollaron, en su teoría Universal Style, que lo clasifica en: natural, tradicional, elegante, romántico, creativo, seductor y dramático. Cada uno de ellos proyecta un mensaje que genera fortalezas y riesgos. Ninguno es mejor que otro y para conocer el estilo que se proyecta es necesario aplicar una prueba que indica el principal para cada persona o institución. Una vez que se sabe el resultado será necesario delimitar cada una de las imágenes subordinadas para comunicar desde lo verbal y lo no verbal. De esta manera, dicho patrón funciona como una línea lógica que fusiona a cada imagen para lograr la coherencia.

La imagen pública puede gestionarse desde dos grandes grupos: la imagen personal y la institucional. La primera se define como la percepción que se tiene de un individuo, por ejemplo, la imagen de Cleopatra, Richard Nixon y John F. Kennedy, entre otros. La segunda es la percepción que se tiene de una persona moral: la imagen de un partido político, empresa, establecimiento público, etcétera (Gordoa, 2002).

La imagen tiene mucho que ver con el lenguaje corporal (gestos, ademanes) y todo cuanto se vincula con ella se encuentra estrechamente relacionada con la comunicación no verbal. Es un hecho que lo que se expresa sin palabras comunica más que con ellas (ver figura 1). Albert Mehrabian, profesor emérito en la Universidad de California en Los Ángeles (ucla), llevó a cabo experimentos sobre actitudes y sentimientos y encontró que sólo 7% de la información se atribuye a las palabras, mientras que 38% se debe a la voz (tono, ritmo, entre otros) y 55% al lenguaje corporal (ademanes, gestos, posturas, entre otros) (Corrales, 2011, p. 49).

De acuerdo con lo anterior, los seres humanos se comunican en un alto porcentaje (93%) a partir de los estímulos identificados por medio de la comunicación no verbal. Gordoa (2002) sostiene que la percepción se da a partir de dos tipos de estímulos: verbales y no verbales. En los primeros tiene cabida todo aquello que las personas escriben y dicen (¿qué dice en su mensaje?); en los segundos, la manera en que lo hace forma parte de la comunicación no verbal (¿cómo dice su mensaje?), donde también se incluyen los factores de indumentaria, accesorios y lenguaje corporal.

Uno de los aspectos más significativos de la imagen pública es la reputación. Es un intangible que se asocia con la actitud y la conducta, por lo que se comunica cuando los individuos se conducen de manera personal y profesional.

La ecuación de la imagen pública señala que ésta se da a partir de la opinión que identifica a las audiencias (identidad) y que se origina de una imagen formada desde de los estímulos percibidos, que se queda en la mente (ver figura 2). El objetivo del presente escrito es mostrar que la imagen pública –tratada especialmente desde la imagen personal– se asocia con las representaciones mentales en donde los procesos de percepción y las áreas cerebrales que se activan, a partir de estímulos, se vinculan con la neurociencia social.

¿Por qué buscar la relación de la imagen pública con dichos temas? Porque su vínculo con estímulos no verbales la mantiene, en algunas ocasiones, en una posición superficial. No obstante, es importante reflexionar que los estímulos enviados desde detalles tan simples en apariencia tienen un sofisticado proceso asociado con la neurociencia social; por lo que cada elemento conlleva un impacto significativo entre las audiencias, debido a su relación con la toma de decisiones y la conformación de la reputación.

La neurociencia social, la toma de decisiones y la reputación

En las definiciones proporcionadas en anteriores párrafos se expuso que la imagen se deriva de la percepción y ésta de las representaciones mentales, por lo que la imagen tiene que ver con procesos cerebrales. De tal manera, no es casualidad que cursos como neuro-marketing, neuro-oratoria, neuro-ventas, neuro-diseño, entre otros, tengan un posicionamiento relevante en la mente de los consumidores, debido a que el prefijo neuro genera estatus, por su relación con el ansia de reconocimiento, prestigio, necesidad y el poder para explicar una diversidad de temáticas, sobre las cuales se tiene interés, pues se asocian con el éxito personal (Corredor y Cardenas, 2017).

¿Cuál es el origen de la neurociencia social? En la Antigüedad, el médico griego Galeno sostuvo que los procesos racionales se encontraban en el cerebro. En el siglo xix, la publicación de ciertos casos clínicos asociados con el cerebro llamaron la atención con respecto a zonas específicas y su relación con la personalidad, las emociones y, en general, con el comportamiento social. Uno de los casos más peculiares es el de Phineas Gage, quien en 1848 sufrió un accidente cuando una carga de dinamita provocó que una barra de metal le atravesara su mejilla y cráneo, lo que dañó las zonas orbitofrontales y ventromediales de su cerebro. Posterior al accidente, su personalidad responsable y eficiente se modificó por la de una imagen caprichosa, irreverente y con un deficiente autogobierno de sus emociones (Grande-García, 2009).

Otros dos orígenes históricos fundamentales son la cognición social como parte importante de la psicología social y el desarrollo de la neurociencia cognitiva. La psicología social estudia la influencia de los factores socioculturales en la conducta. De ella se desprende la cognición social cuyos temas principales se asocian con la formación y modificación en la conducta, percepción social (percepción de las personas, formación de impresiones, representaciones y estereotipos), empatía, prejuicios, autoconocimiento, autoconcepto, autorregulación y el efecto que las emociones tienen sobre la conducta y la cognición (Grande-García, 2009).

Por otra parte, la neurociencia cognitiva involucra disciplinas relacionadas con la investigación cerebral, la biología molecular y la genética, así como la computación, que derivó hacia la neurociencia cognitiva. Además de lo anterior, para su estudio se agrega el análisis de la actividad cerebral bajo técnicas de neuroimagen y el registro de la actividad cerebral (Grande-García, 2009).

Es así como el desarrollo de la tecnología vinculada con la actividad cerebral y diversas técnicas de medición para entender los procesos psicosociales dieron paso a la neurociencia social. Pero… ¿cómo se define? La neurociencia social examina la manera en la que los sistemas nervioso, endocrino e inmune se relacionan con los procesos socioculturales, en una relación bidireccional entre el cerebro y los procesos sociales (Maneiro, 2017, p. 170). Es un campo interdisciplinario que vincula a las “técnicas de neuroimagen, neuropsicología, técnicas neuroquímicas, mediciones neuroinmunológicas, junto con la investigación en ciencias cognitivas y en ciencias sociales como la psicología social, la economía y las ciencias políticas” (Grande-García, 2009, p. 2).

Se trata de ver cómo influye en el cerebro lo que pasa en la vida social y cómo lo que pasa en la vida social afecta al cerebro. Es así como la imagen pública se asocia con la neurociencia social al tener en cada experiencia personal un bagaje de estímulos que se convierten en imágenes mentales. Los ejemplos relatados en el inicio del artículo sobre Cleopatra y el debate político entre Nixon y Kennedy permiten observar el efecto de los estímulos en las imágenes mentales.

Uno de esos efectos es lo que se denomina primera impresión, el impacto de la imagen que se proyecta en un primer encuentro y que se queda como una marca en la mente de los demás. Es un proceso cerebral que interpreta los códigos de los estímulos en unos cuantos segundos (Gordoa, 2002). De manera inconsciente se pone en marcha todo un proceso que activa zonas cerebrales y con el que se evalúa a los demás y que permite definir el gusto o no por las personas o las situaciones; de esta manera, las primeras impresiones se asocian con la reputación.

Como ya se comentó en líneas anteriores, uno de los grandes temas que se resalta en la imagen pública (tal como se puede ver en la figura 2) es la reputación, la toma de decisiones basada en ella es un ejemplo de la forma en la que la imagen pública tiene un vínculo significativo con la neurociencia social. El caso de Phineas Gage es un ejemplo en el que se observa la modificación de su imagen personal (y de su reputación), proyectada a partir de la toma de decisiones que se vieron afectadas por cambios en sus procesos cerebrales después de un accidente. El caso señala la relación bidireccional entre los procesos cerebrales y los sociales.

Antes de revisar los mecanismos neurales que participan en esta relación se debe responder a la pregunta: ¿qué es la reputación y por qué es tan anhelada por las personas? Pérez y Rodríguez (2014) la entienden como un intangible difícil de copiar, por lo que saber gestionarla permite obtener importantes ventajas competitivas, que pueden mantenerse a través del tiempo.

En cambio, Post y Griffin la definen como un compendio de percepciones y opiniones de los grupos objetivo de una organización (empleados, clientes, proveedores y en general la comunidad vinculada con dicha organización) (Martínez y Olmedo, 2010). Mientras que Gordoa (2002) señala que es la imagen sostenida en el tiempo.

¿Por qué es tan importante? Porque cuando una persona o empresa la gestiona es más fácil posicionarse en la mente de sus audiencias y obtener ventajas competitivas, que los mantiene como líder en los ámbitos en donde se desenvuelve, lo que conduce a la obtención de ciertos beneficios para la imagen personal: las propuestas ofrecidas son aceptadas fácilmente, o una mejor paga por los servicios y productos que se ofrecen. Las personas valoran y reconocen a quienes se han preocupado por cuidar y gestionar su imagen pública. Es una moneda de cambio que se construye día con día porque cuando la gente tiene contacto con ella de inmediato la evalúa y si le parece valiosa se asocia para gozar de dicha reputación. ¿A quién no le gustaría colaborar con una persona con una reputación coherente?

Lo anterior puede resumirse en que la reputación genera una imagen pública atractiva ante la percepción de las audiencias, pues la confianza y la seguridad personal despiertan un sentimiento de credibilidad, de aceptación y de inspiración. Es importante resaltar que la imagen pública se aplica bajo su condición de imagen mental, lo cual tiene que ver con el proceso de la percepción, en donde los estímulos (verbales y no verbales) son captados por los sentidos para transportarse a través del sistema nervioso central y así arribar al cerebro en donde la información se procesa.

Se explica fácil, sin embargo, se trata de un proceso sofisticado en donde las imágenes mentales afectan a las personas desde tres aspectos diferentes (ver figura 3):

  1. Recordar: las imágenes percibidas se quedan grabadas en la memoria para poder echar mano de ellas en el momento que se les requiera.
  2. Imaginar: la mente procesa la información percibida y tiene la capacidad de asociar ideas y crearlas para elaborar imágenes.
  3. Las imágenes recordadas y/o imaginadas afectan las conductas y preferencias de los seres humanos, por lo tanto, también la toma de decisiones y, en consecuencia, la reputación (Gordoa, 2002).

Es importante que las personas tomen en cuenta que la imagen es inevitable y que se da bajo un proceso cerebral a través del cual los mensajes de los estímulos se interpretan en unos cuantos segundos (Gordoa, 2002). Hablen o no hablen con sus grupos objetivo, los atiendan con amabilidad o no, se vistan de traje o de mezclilla, las audiencias siempre tendrán una imagen de una primera impresión porque la estarán percibiendo. En este proceso de percepción aparecen en escena mecanismos neurales.

Izuma (2012) sostiene que la toma de decisiones basada en la reputación implica ciertas recompensas e involucra procesos cognitivos complejos, que sólo pueden darse en la comunicación entre los seres humanos, debido a que requiere de metarrepresentaciones (pensar sobre el pensar, por ejemplo: ¿qué pensará el lector sobre mi artículo? ¿Le interesará o no?, es decir, la escritora piensa sobre lo que el lector puede pensar sobre ella). También se necesita de la evaluación costo-beneficio en el cual se revisa si la recompensa –a partir de cierta decisión– generará una reputación positiva.

El estriado y la corteza prefrontal media son zonas cerebrales que participan de manera significativa en la toma de decisiones basadas en la reputación. El estriado se asocia con el proceso de recompensas y también se estimula cuando los individuos son agradables ante los demás. Por su parte, la corteza prefrontal media tiene un papel fundamental para mantener metas y manipular a los demás con respecto a sus opiniones sobre la propia persona (Izuma, 2012) (ver figura 4).

La reputación se conecta con los procesos de percepción social y la autorregulación, en donde se involucra la captación de señales en el ambiente. Aquí se hace presente la amígdala, ya que procesa la importancia emocional o social de los estímulos, misma que se activa con los ojos. En este sentido, la mirada resulta un estímulo potente para inducir hacia conductas prosociales.

Algunas otras zonas que se activan en la toma de decisiones basadas en la reputación son la corteza visual temporal, “que participa en la detección de estímulos sociales (por ejemplo: la presencia de otras personas, la dirección de la mirada)” (p. 285). La corteza ventromedial prefrontal y la corteza orbitofrontal, analizan el costo-beneficio de las acciones y participan en el proceso de recompensas. El área facial fusiforme (ffa) es la zona que decodifica la identidad del rostro; mientras que la corteza prefrontal media y la unión temporoparietal se vinculan con la formación de metarrepresentaciones. El autocontrol o autorregulación se activa en la corteza dorsolateral prefrontal (Izuma, 2012).

La amígdala que capta las emociones de los estímulos tiene un papel importante en la proyección de la imagen porque “la mente decide mayoritariamente basada en sentimientos” (Gordoa, 2002, p. 41). Muchas veces la reputación se ve afectada por la toma de decisiones por su vínculo con las imágenes mentales y por los sentimientos y emociones que lleva consigo. Por eso se debe hacer consciencia de que las personas con una reputación sobresaliente no la obtienen con ciertas pócimas mágicas. Tener una reputación significativa, relacionada con la toma de decisiones y acciones coherentes, se asocia con un autoconocimiento y un autogobierno emocional que, además, tiene mucho que ver con la activación de zonas cerebrales, como las mencionadas con anterioridad.

En el siguiente video se puede observar la manera en la que algunas zonas cerebrales intervienen en la imagen de una pareja y de cómo la toma de decisiones (dadas con las metarrepresentaciones que permiten la visualización de una nueva relación) permea en la reputación (cuando se obtienen recompensas con la sortija que el novio le da a la novia).




Pese a que la reputación puede sostener la imagen pública en el tiempo, se debe tomar en cuenta que ésta se encuentra limitada y no todos son sensibles a ella. Las personas con autismo, esquizofrenia o fobia social no tendrán el comportamiento esperado a partir de factores que incrementen la reputación (Izuma, 2012). Lo interesante es que la imagen pública está delimitada por el contexto personal que incluye:

  1. Rasgos genéticos, biológicos y fisiológicos, que influyen en la proyección de una imagen definida por características propias e innatas de la persona.
    Algunas de ellas podrían no percibirse a primera vista, por ejemplo, la estrategia de una persona daltónica para conducir un automóvil será aprenderse el orden de los colores de un semáforo, no obstante, cuando por alguna razón este orden se modifica, un accidente puede ser la causa de que las personas opinen que tal vez el conductor se encontraba bajo el influjo del alcohol o concentrado en su teléfono celular, pero nunca pensarán que dicho incidente se debió a un rasgo genético del conductor, por lo que la proyección de su imagen entre los individuos que observaron el accidente puede interpretarse como negativa.
  2. La situación sociocultural, en donde aparecen hábitos y tradiciones compartidos que involucran a cierta historia colectiva.
    Las personas proyectan su imagen con rasgos aprendidos desde su historia colectiva bajo un determinado contexto social y cultural que, al mismo tiempo, se encuentra permeado por signos y símbolos que proyectan una imagen, de aquí las diferencias entre conductas formadas bajo diferentes contextos. Por ejemplo, en la Ciudad de México se tiene la creencia de que se debe mirar a los ojos a la gente con autoridad para enviarle el mensaje de que se le reconoce su jerarquía y se le respeta. No obstante en otras culturas, como en la japonesa, no mirar de frente comunica respeto hacia las personas con autoridad. Una persona de origen japonés que no mira de frente a otra mexicana puede ser percibida bajo una actitud irrespetuosa o insolente, cuando en realidad es lo contrario.
  3. La historia personal (con su pasado, su presente y las expectativas para el futuro): se refiere a las singularidades individuales de cada persona.
    Por ejemplo, alguien que en su infancia vivió pobreza extrema y que en su presente experimenta un momento económico favorable estará ahorrando para darse un viaje por Europa, por lo que no aceptará salir con amigos, ir a fiestas y a reuniones. Sus amigos probablemente opinarán que no le gusta ser sociable por no aceptar las invitaciones y por no divertirse, lo que puede generar rechazo entre sus audiencias más cercanas. Lo que sus allegados no saben es la razón de su pasado, la oportunidad de su presente y la expectativa (con un anhelo vehemente) de su viaje en un futuro (Gubern, 2007).

Es decir, en la proyección e interpretación de la imagen pública se deben tomar en cuenta los aspectos antes descritos, pues de esta manera los individuos pueden tener una autorregulación que posibilite primeras impresiones que permitan la comprensión y empatía de actitudes no esperadas o que podrían tomarse como negativas.

Conclusiones

El tema de la imagen pública debe tratarse desde un enfoque mental, el cual se construye bajo un proceso complejo asociado con la activación de diversas zonas cerebrales vistas desde la neurociencia social. Esta disciplina se vincula a su vez con un campo interdisciplinario en donde los procesos sociales tienen influencia en el cerebro y viceversa. Es un camino de doble vía.

La toma de decisiones se encuentra asociada con la reputación y ésta con la imagen pública. Las personas estarán evaluando en todo momento dichas decisiones y se emitirá una opinión que con el tiempo se traducirá en la reputación. Entonces, si la toma de decisiones se percibe como coherente, la reputación también lo será, y aparecerán ventajas competitivas y beneficios. En cambio, si se percibe incongruente se generará rechazo.

El estudio de la toma de decisiones basada en la reputación permite describir la manera en la que los procesos cerebrales interfieren para generar imágenes mentales. Por ello, es importante que las personas tomen consciencia de los estímulos que envían ante sus audiencias más cercanas (familia, amigos, jefes, directores, entre otros); pues debido a esa estimulación los demás interpretan su imagen personal como adecuada o inadecuada, la rechazan o la aceptan.

Así, se debe estar conscientes de lo siguiente: nuestra imagen pública debe ser trabajada por medio de procesos estratégicos para conquistar objetivos. Es decir, hay que analizar y gestionar los estímulos que se desean propiciar para alcanzar metas. Ya que nuestra imagen pública se procesa en la mente de los demás, es mucho mejor trabajarla de manera consciente y responsable para no dejar que los otros lo hagan por nosotros.

Al mismo tiempo, se debe considerar que nuestra imagen pública, más que superficial o banal, tiene una raíz sofisticada con fundamentos en la neurociencia social. De igual manera, tener en cuenta que al ser un camino de doble vía, la proyección de dicha imagen puede no ser lo que “normalmente” se espera, porque las zonas cerebrales se activan bajo rasgos genéticos, biológicos, situaciones socioculturales y asociadas con la historia de vida personal. Es decir, la imagen que se esperaría de una persona puede no coincidir con la que se expresa, por lo que no sobra contar con una actitud empática y comprensiva de lo que se percibe.

Con todo lo anterior, ¿estás consciente de ello apreciado lector?

Referencias

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  • Villafañe, J. (2006). Introducción a la teoría de la imagen. Pirámide.

Glosario

Banal: de poca importancia.
Conducta pro-social: aquella que beneficia a los demás con consecuencias sociales positivas y que incluyen la solidaridad, la cooperación y el altruismo.
Audiencias: grupo de personas al que va dirigida la imagen que se proyecta.
Estímulo: impulso para provocar una acción.
Intangible: aquello que no se toca más que por medio de una representación mental.
Metarrepresentación: representación de lo que las personas piensan de otras, también se le puede definir como pensar sobre el pensar.
Prejuicio: opinión que se da antes de conocer el contexto de los hechos.
Protocolo: conjunto de reglas, rituales y ceremoniales establecidas por costumbre (Gordoa, 2002).
Representación mental: imagen que vuelve a estar presente y que se activa con estímulos internos (signos y símbolos) y externos (el contexto).
Reputación: imagen sostenida en el tiempo (Gordoa, 2002).
Sistema inmune: el que identifica y excluye sustancias que le son extrañas al organismo como virus, bacterias, hongos y parásitos (Ramos, Rivero, Piqueras, García y Oblitas, 2008).
Sistema endocrino: el que se encarga de segregar hormonas.
Sistema nervioso: el que coordina las funciones conscientes e inconscientes y está formado por el sistema nervioso central y el sistema nervioso periférico (Ponce, 2012).
Superficial: sin fundamento y que se basa en apariencias.
Ventaja competitiva: característica que genera diferencias de unas personas con otras, lo cual permite mejorías y un posicionamiento superior en el mercado.



Recepción: 03/01/2019. Aprobación: 19/11/2019.

Vol. 21, núm. 3 mayo-junio 2020

Neurolingüística: de cómo el cerebro bilingüe aprende palabras

Haydee Carrasco Ortiz y Flora Beatriz Hernández Carrillo Cita

Resumen

Aprender otras lenguas nos da la oportunidad de asombrarnos y cuestionarnos sobre la manera cómo nuestro cerebro incorpora nuevas palabras a su repertorio léxico. De manera general, la neurolingüística busca revelar aquellas operaciones mentales que el cerebro realiza durante el aprendizaje y el procesamiento de los estímulos lingüísticos. Una de las cuestiones fundamentales en el estudio del bilingüismo, bajo el enfoque neurolingüístico, es determinar de qué forma el cerebro bilingüe almacena y recupera la información relacionada con las palabras en cada una de sus lenguas. En específico, ¿cómo activamos el significado de una palabra en una y otra lengua? o ¿cómo el cerebro toma una palabra y la divide (o no) en sus distintas unidades ortográficas? En este artículo haremos una revisión de los principales hallazgos acerca de cómo el cerebro bilingüe representa y organiza las palabras en cada una de sus lenguas. Finalmente, se discuten algunas implicaciones para el ámbito educativo y futuros estudios que busquen contribuir al acercamiento entre las ciencias del aprendizaje y las neurociencias.
Palabras clave: neurolingüística, enseñanza de segunda lengua, neuroimagen cerebral, bilingüismo.

Neurolinguistics: how a bilingual brain learns words

Abstract

Second language word learning is an extremely complex and fascinating mental process that can help us to understand how our brain incorporates new words into its lexicon. In general, neurolinguistics seeks to reveal the mental processes associated with learning and processing of a linguistic stimulus. One of the fundamental issues addressed in bilingual studies, under the neurolinguistic approach, is to determine how the bilingual brain stores and retrieves information related to words in each of its two languages. Specifically, how do we activate word meaning in both languages? Or how does our brain take a word and divide it (or not) into its different orthographic components? In this article we review the main findings regarding these questions as well as evidence of how the bilingual brain represents and organizes words in each of its two languages. Finally, we discuss some implications for the educational field.
Keywords: neurolinguistics, second language teaching, cerebral neuroimaging, bilingualism.

Introducción

Aprender vocabulario es esencial para lograr comprender una segunda lengua (L2). Muchas veces, aprender una palabra en otra lengua implica asignar un nuevo significado a una forma ortográfica ya conocida en nuestra lengua materna (L1). Cuántos de nosotros no nos sorprendimos cuando descubrimos que la palabra en inglés diversion, escrita en un letrero junto con una flecha, no señala la ruta a la diversión, sino simplemente anuncia una desviación del camino más adelante. Aprender una nueva palabra requiere asociar una serie de letras o unidades ortográficas a una nueva pronunciación (fonología) y a un nuevo significado (semántica). La neurolingüística busca revelar estas operaciones mentales que nuestro cerebro realiza cuando aprende palabras o cualquier otro estímulo lingüístico en cada una de nuestras lenguas.

Gracias a las modernas técnicas de neuroimagen cerebral, sabemos que el cerebro es capaz de reconocer con extrema rapidez las letras y la pronunciación de una palabra, para luego recuperar su significado, tanto en la lengua materna (Holcomb y Grainger, 2006) como en la segunda lengua (Kroll, Gullifer, y Rossi, 2013). Por ejemplo, se sabe que nuestro cerebro necesita tan sólo 100 milisegundos para distinguir entre dos fonemas o sonidos dentro de una palabra, como distinguir entre /da/ y /ba/ (Näätänen, 2001). Más impresionante aún, cuando nuestro cerebro reconoce una palabra (por ejemplo, casa) bastan 400 milisegundos para que active de manera simultánea el significado de otras palabras similares en cuanto a su ortografía (como masa), su pronunciación o fonología (por ejemplo, caza) y su significado (hogar). Si pensamos que el cerebro bilingüe es capaz de activar simultáneamente no sólo las palabras que son similares dentro de una lengua, sino también aquellas que pertenecen a la otra lengua, entendemos por qué nos es tan difícil no pensar en el significado de diversión cuando vemos la palabra diversion en inglés.

Aprender nuevas palabras

El aprendizaje de vocabulario en una lengua extranjera implica establecer la asociación de nuevas unidades ortográficas (letras) y fonológicas (pronunciación) a un significado ya establecido en nuestra propia lengua. El aprendizaje de cada una de las nuevas palabras provocará cambios en las redes neuronales de la corteza cerebral que sustentan el conocimiento léxico. Gracias al registro de la actividad eléctrica del cerebro, por medio de la técnica de potenciales relacionados con eventos (pres), es posible determinar de qué forma el cerebro bilingüe adquiere e integra nuevas palabras a su repertorio léxico y en qué medida el reconocimiento de las palabras, en cada una de las lenguas, comparte los mismos procesos mentales en el cerebro. Los pres nos permiten monitorear los cambios que se generan en la actividad eléctrica del cerebro de los estudiantes, incluso desde las primeras horas de aprendizaje de una lengua extranjera.

El registro de los pres se obtiene mediante el uso de una serie de electrodos colocados en la piel cabelluda de los participantes (ver figura 1). Estos electrodos son capaces de detectar cualquier fluctuación de voltaje que resulta de la actividad neuronal en la corteza cerebral. Estas fluctuaciones de voltaje, generadas por la comunicación que se establece entre diferentes grupos de neuronas, se asocian a procesos mentales durante el reconocimiento de una palabra. Así, cualquier cambio en la actividad eléctrica del cerebro puede revelar la activación del significado de una palabra en una u otra lengua (ver figura 2). Cabe señalar que esta técnica ha sido ampliamente productiva e informativa en estudios neurolingüísticos sobre el acceso léxico en monolingües y bilingües, dadas sus características no invasivas, su bajo costo y su capacidad para ser utilizada en distintas poblaciones de niños y adultos sin ningún riesgo asociado.1

Figura 1. Participante realizando un estudio electrofisiológico mientras lee palabras en el Laboratorio de lingüística en la Facultad de Lenguas y Letras de la Universidad Autónoma de Querétaro. Lleva puesto un gorro con electrodos conectados a un amplificador de la actividad eléctrica del cerebro. Fuente: autoría propia.

A partir del estudio con alumnos universitarios que aprendían una lengua extranjera en un contexto escolar, McLaughlin y sus colaboradores (2004) demostraron que, con tan sólo 14 horas de clase, el cerebro era capaz de reconocer si una palabra pertenecía o no al repertorio léxico de la lengua aprendida.2 Dichos cambios en la respuesta cerebral ocurrieron incluso a pesar de que los estudiantes no fueron capaces de identificar de manera explícita, mediante el uso de un cuestionario, entre las palabras reales o falsas de la lengua recién aprendida. Este tipo de estudios electrofisiológicos son importantes para el ámbito educativo porque demuestran que el cerebro adulto es capaz de aprender mucho más de lo que en realidad es observable a partir de las evaluaciones escolares tradicionales.



Figura 2. Animación que muestra los cambios (en microvolts +-4) de la actividad eléctrica del cerebro de un grupo de bilingües mientras leen palabras en inglés entre 300 y 500 milisegundos después de haber visto las palabras. Adaptado de Carrasco-Ortiz et al., 2012.

Asimismo, en una serie de estudios (Mulik, Carrasco-Ortíz y Amengual, 2018; Mulik, Pimentel y Carrasco-Ortiz, 2019) realizados en nuestro laboratorio encontramos que, en tan sólo tres sesiones de aprendizaje, los estudiantes universitarios mexicanos pueden aprender con mayor facilidad las palabras en una lengua extranjera, como el eslovaco, cuando la pronunciación se parece a otras palabras del español. Por ejemplo, la palabra kura que en eslovaco significa “pollo” y se pronuncia como la palabra cura en español, fue mucho más fácil de aprender en comparación con otras palabras del eslovaco que no contienen ningún tipo de similitud con el español. Pareciera como si el hecho de contar con sonidos o fonemas similares en nuestra lengua materna nos ayudara a integrar estas nuevas palabras a nuestro cerebro bilingüe.

Además, la respuesta cerebral asociada al reconocimiento de estas palabras eslovacas recientemente aprendidas confirma la hipótesis de que el cerebro hace uso de los códigos fonológicos o sonidos que ya existen en nuestra lengua materna y los asocia con un nuevo significado en la lengua recién aprendida. Este tipo de evidencia nos podría ayudar a identificar aquellas palabras que, por ejemplo, para una persona con problemas de lenguaje o dislexia requerirían de un menor esfuerzo para aprender en clase (Nergis, 2011).

Interacción entre palabras

Cuando nos encontramos con una palabra en inglés como sale (que en español quiere decir “en venta”) es muy difícil no pensar en una palabra conocida en español como salir. Si se tratara de un nativo hablante del francés, éste muy probablemente pensaría en la palabra sale, que en francés significa “sucio”. Activar las palabras de nuestra lengua cuando leemos o escuchamos una palabra en otra lengua pareciera ser muy común y nuestro cerebro lo hace de una manera extremadamente rápida, que apenas nos damos cuenta de ello. Si hemos alcanzado una alta competencia en la otra lengua, podría incluso venir a nuestra mente el significado de una palabra en esa lengua cuando estamos hablando o leyendo en nuestra lengua materna. Es decir, podríamos pensar en una gran oferta cuando vemos la palabra sale mientras leemos en español.

De esta manera, todas las palabras de todas las lenguas que conocemos estarían interactuando entre sí en nuestro lexicón mental, con el fin de mantenerlas disponibles en caso de necesitarlas. Efectivamente, una de las hipótesis con mayor evidencia empírica en el área del bilingüismo es la que postula el acceso no selectivo del lenguaje (Dijkstra y van Heuven, 2002). Esto quiere decir que todas las unidades ortográficas, fonológicas y semánticas que forman las palabras estarían almacenadas en nuestro cerebro y que estas unidades nos servirían para formar todas las palabras que conocemos en todas las lenguas que hemos aprendido. Esto significaría que la activación de una palabra en una lengua activaría de manera parcial y simultánea otra palabra de un idioma alternativo.

Lo anterior fue comprobado mediante un estudio electrofisiológico (Carrasco-Ortiz, Midgley y Frenck-Mestre, 2012), donde se buscó determinar en qué medida un grupo de bilingües podía activar las palabras de su L1 (francés) durante la lectura de palabras en su L2 (inglés). Por ejemplo, la palabra nid ‘nido’ en francés se pronuncia de manera muy similar a la palabra knee ‘rodilla’ en inglés. Los resultados de los bilingües mostraron una respuesta cerebral diferente entre las palabras con alta y baja similitud fonológica con las de su L1 (ver figura 3). Estos hallazgos sugieren que el cerebro de los bilingües activaría también las palabras de su lengua materna que tuvieran una pronunciación similar a las palabras que se presentaron en inglés.

Figura 3. Respuesta neuronal en un electrodo central (Cz) de un grupo de nativos del francés que leían palabras en inglés. La flecha muestra una mayor negatividad en la respuesta eléctrica del cerebro de los participantes entre 300 y 600 milisegundos (componente N400, ver Kutas y Federmeier, 2011) después de haber leído las palabras con alta similitud fonológica entre francés e inglés (línea continua) en comparación con las palabras con baja similitud fonológica entre las dos lenguas (línea punteada). Adaptado de Carrasco-Ortiz et al., 2012.

Más sorprendente aún, es poder observar el fenómeno inverso, es decir que el cerebro bilingüe active palabras de su segunda lengua mientras está leyendo palabras de su lengua materna. Esto ha sido observado en adultos bilingües que tienen una alta competencia en su L2 (Midgley, Holcomb y Grainger, 2011; van Hell y Dijkstra, 2002), pero también se ha encontrado el mismo fenómeno desde las primeras etapas del aprendizaje en estudiantes universitarios (Meade, Midgley, Dijkstra y Holcomb, 2018). Estos estudios ponen en evidencia el hecho de que las palabras de todas las lenguas que hemos aprendido conviven e interactúan entre sí y que varias de ellas pueden responder al llamado de activación si la palabra que se escucha o se lee tiene un alto grado de similitud con las palabras que conocemos, incluso antes de saber de qué lengua se trata. Sin embargo, si nuestro cerebro no tuviera un mecanismo para inhibir o “apagar” aquellas palabras que no corresponden completamente a la palabra buscada, no seríamos capaces de mantener una conversación o de comprender un texto en una u otra lengua. Aun así, pareciera más redituable y eficaz para el cerebro activar un mayor número de palabras potencialmente correctas con el fin de facilitar su reconocimiento.

Conclusiones e implicaciones para la enseñanza y el aprendizaje de lenguas

Los recientes resultados de estudios neurolingüísticos nos han permitido poner en evidencia cambios importantes en la estructura funcional del cerebro después de la instrucción formal de una lengua extranjera. Cabe resaltar en estos estudios la capacidad del cerebro adulto para aprender e integrar nuevas palabras a su repertorio léxico en tan sólo unas cuantas horas de aprendizaje. La rapidez con la que el cerebro adulto integra nueva información léxica a su sistema lingüístico lo pone incluso en ventaja con respecto a los niños que aprenden una L2 (Gaskell y Ellis, 2009). Ésta puede deberse a que los adultos utilizan el repertorio léxico de su lengua materna, no únicamente para inferir el significado de las nuevas palabras, sino también para aprender su forma ortográfica y pronunciación. Esto quiere decir que conforme vamos aprendiendo nuevas palabras, vamos estableciendo vínculos o redes con las formas ortográficas y fonológicas presentes en nuestra lengua. De esta forma, el proceso de aprendizaje se verá beneficiado para aquellas nuevas palabras que tengan un patrón ortográfico similar al de las palabras de nuestra lengua. Asimismo, las palabras de la nueva lengua que puedan pronunciarse utilizando los mismos sonidos o fonemas presentes en nuestra lengua serán mucho más fáciles de aprender y de reconocer.3

Los hallazgos de los estudios neurolingüísticos interesados en entender los procesos de aprendizaje de una L2 pueden tener una repercusión importante, particularmente en el aprendizaje y evaluación del vocabulario. Esto coincide con lo que señala Cendoya (2009) respecto a que en el aula se puede trabajar con el conocimiento lingüístico previo de los estudiantes y no sólo con los encontrados en el entorno escolar de la L2. Igualmente, los estudios neurolingüísticos intentan disminuir la brecha que existe entre el ámbito de las neurociencias cognitivas y la práctica docente de las lenguas, como lo señaló la Organización para la Cooperación y el Desarrollo en 2007 para vincular las ciencias del aprendizaje y del cerebro (Cendoya, 2009). En un futuro no muy lejano, los estudios neurolingüísticos podrían proveernos de mayor conocimiento sobre el impacto de los entornos educativos y las prácticas pedagógicas en la estructura funcional del cerebro de los aprendientes de una lengua, ya sea en el aprendizaje de léxico o de estructuras gramaticales.

Finalmente, gracias a los estudios neurofisiológicos se ha podido demostrar que el cerebro bilingüe es capaz de integrar información léxica desde las primeras horas de su aprendizaje, incluso a un nivel superior al que puede ser observado de manera conductual (por ejemplo, con la aplicación de un examen). El monitoreo de la actividad neuronal de los estudiantes desde las primeras horas de su aprendizaje aportará información relevante sobre los mecanismos cognitivos involucrados en el aprendizaje de nuevas palabras. Esta información ofrecerá indicadores adicionales para realizar ajustes en la intervención educativa y las formas de evaluar los aprendizajes en caso de ser necesario.

Referencias

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Recepción: 22/10/2019. Aprobación: 07/02/2020.

Vol. 21, núm. 3 mayo-junio 2020

El cigarrillo electrónico. Mitos y realidades. Segunda parte

María Guadalupe Ponciano Rodríguez y Carlos Alberto Chávez Castillo Cita

Resumen

Recientemente se ha presentado un crecimiento explosivo de consumidores de los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (sean), entre los cuales los cigarrillos electrónicos son los más comunes. Al principio, su uso se recomendaba para dejar de fumar, pero actualmente se han consolidado como una vía a través de la que niños y adolescentes se inician en la adicción a la nicotina. Asimismo, muchos adultos fumadores de cigarrillos de tabaco también los consumen, creando lo que se conoce como fumador dual. Lo peor es que son el vehículo para la inhalación de aceite de Cannabis, vitaminas liposolubles como la E, múltiples colorantes, saborizantes y aceites esenciales, además de drogas como el fentanilo.
Se cuenta con un gran número de evidencias clínicas y epidemiológicas de los efectos adversos que pueden generar los sean: daño pulmonar agudo, inflamación de garganta, tos seca, infecciones virales. A largo plazo, su empleo incrementa el riesgo de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (epoc) e infartos al miocardio. Aunado a esto, la tercera generación de sean cuenta con pilas de más alto voltaje, que tienen mayor probabilidad de explotar, provocando daños graves como fracturas, quemaduras y pérdida de falanges.
Es urgente que los consumidores conozcan los riesgos asociados al uso de vapeadores para poder tomar una decisión informada. En este artículo presentamos datos al respecto, basados en evidencias científicas.
Palabras clave: Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina, sean, cigarrillos electrónicos, efectos en la salud, daño.

Electronic cigarette. Myths and realities. Second part

Abstract

There has been an explosive growth of consumers of Electronic Nicotine Delivery Systems (ends), among which electronic cigarettes are the most common prototype. In the beginning, its use was recommended as a way to quit smoking. Nevertheless, they are currently the means through which children and adolescents begin to become addicted to nicotine. Many adults who smoke tobacco also consume electronic cigarettes, creating what is known as dual smoking. What is worse is that electronic cigarettes are becoming the vehicle for the inhalation of Cannabis oils, fat-soluble vitamins such as vitamin E, multiple dyes, flavorings and essential oils, in addition to drugs such as fentanyl.
There is a significant number of clinical and epidemiological evidences of the damage that can be generated by ends: acute lung injury, throat inflammation, dry cough, viral infections. Also its long-term use increases the risk of Chronic Obstructive Pulmonary Disease (copd) and myocardial infarctions. In addition to this, the third generation of ends has higher voltage batteries that are at greater risk of exploding, causing severe damage such as fractures, burns, and loss of phalanges.
Consumers must know the risks associated with the use of vapers to make an informed decision. In this article, we present information about it, based on scientific evidence.
Keywords: Electronic Nicotine Delivery Systems, ends, e-cigarettes, health effects.

Nota Introductoria

En el volúmen 17 de la Revista Digital Universitaria, publicamos la primera parte de este artículo. Ahora hemos decidimos hacer una segunda parte debido a la gravedad del problema que representa el incremento del número de consumidores de cigarrillos electrónicos y vapeadores en la salud pública, y especialmente ante los intereses económicos que han puesto en duda evidencias científicas y han generado mitos alrededor de estos dispositivos, disfrazándolos de “inofensivos”.

Introducción

En Estados Unidos de Norteamérica el uso de los sean está cobrando tanta importancia que ha desplazado el consumo de otras drogas entre adolescentes. Más de 460 marcas de dispositivos con diferentes componentes han invadido el mercado, lo que dificulta su regulación y hace imposible hablar del “cigarrillo electrónico” como si fuera algo único (Zhu et al., 2016). De acuerdo con datos de los Centers for Disease Control and Prevention (cdc), en 2018, en ese país más de 3.6 millones de estudiantes de secundaria y preparatoria habían utilizado el cigarrillo electrónico en los últimos 30 días. Entre los usuarios cotidianos de sean, de 18-24 años, 40% nunca habían sido fumadores de cigarros de tabaco (cdc, 2018).

En México, la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco (encodat, 2017) documenta el uso de cigarrillos electrónicos “alguna vez” en 5.8% de la población de 18 a 65 años (4.08 millones) y un empleo actual en 1.2% (816 mil). En adolescentes de 12 a 17 años, 6.5% refirió haber probado el cigarro electrónico (938 mil) y 1.1% todavía lo utiliza (160 mil).

Los sean surgieron como herramientas para cesar el tabaquismo, utilizando en su propaganda argumentos que los ubicaban como dispositivos “no tóxicos”. Sin embargo, las evidencias han demostrado que su eficacia para dejar de fumar no supera a la de la terapia de reemplazo de nicotina (parches), además, que tienen el problema de que los usuarios continúan empleándolos por largos períodos (Hajek et al., 2019).

Recientemente se han transformado en una nueva “epidemia”, ya que en muchos jóvenes representan la puerta de entrada al tabaquismo. Por otro lado, en personas que quieren dejar de fumar, se combinan con el consumo de cigarrillos de tabaco, en lo que se conoce como fumador dual; y, debido a que la mayoría de los e-líquidos contienen nicotina, un porcentaje de consumidores desarrollan adicción.

En los últimos meses, los cdc han reportado un brote de lesiones pulmonares asociado al uso de cigarrillos electrónicos o vapeo (evali por sus siglas en inglés): la crifa asciende a 2,758 casos hospitalizados con daño pulmonar agudo debido a la utilización de vapeadores. Se han confirmado 64 muertos (hasta el 4 de febrero del 2020) en los 50 estados, el Distrito de Columbia y dos territorios estadounidenses (Puerto Rico y las Islas Vírgenes). 80% eran hombres menores de 35 años, algunos (82%) tenían el antecedente de haber utilizado aceite de Cannabis, pero otros no refirieron esta práctica. En los líquidos para vapeo y en el lavado bronquial de pacientes con evali se encontró acetato de vitamina E, por lo que se postula que éste juega un papel importante en el daño pulmonar (cdc, 2019; 2020).

El 19 de febrero del 2020 se publicó un decreto Presidencial que prohibe la importación de sean y de otros Sistemas Alternativos de Consumo de Nicotina (sacn) que se han comercializado como productos de tabaco calentado (dof, 2020). Mientras esta información se hace del dominio público, consideramos que nuestra obligación como profesionales del área de la salud pública es proteger la salud de la población difundiendo evidencias científicas sobre los peligros de la utilización de los sean.

¿Qué son los Sistemas Electrónicos de Administración de Nicotina (SEAN)?

El término sean ha sido utilizado por la Organización Mundial de la Salud (oms). Este concepto pretende englobar todos aquellos dispositivos, diferentes al cigarro de tabaco, cuyo objetivo sea hacer que la nicotina llegue al organismo de quien la consume. Los sean liberan un aerosol mediante el calentamiento de una solución o e-líquido, que los consumidores inhalan (World Health Organization [who], 2016).

Estos artefactos están compuestos de una fuente de energía y una batería recargable, que calienta una resistencia en el interior de un tanque. Allí se vaporiza el líquido, el cual contiene, en general, nicotina y otras sustancias como propilenglicol, etilenglicol, glicerina, alcohol etílico, glicerol, colorantes, aromatizantes, saborizantes, solventes y aceites (ver figura 1). El “vapor” (en realidad lo que producen los sean es un aerosol, sin embargo por ser de utilización general, en el artículo utilizaremos la palabra “vapor”) generado se inhala a través de una boquilla para llegar directamente al aparato respiratorio. Los aerosoles producidos por los cigarrillos electrónicos pueden contener sustancias dañinas o potencialmente dañinas, incluidos metales pesados como el cromo, níquel, cadmio y plomo, compuestos orgánicos volátiles, partículas ultrafinas y químicos que causan cáncer como las nitrosaminas (National Academies of Sciences, 2018).

Figura 1. Partes de un cigarrillo electrónico. Modificado de Cobb y Abrams, 2011.

¿Qué tan grande es el impacto de los SEAN?

Desde su introducción en el mercado, el uso de estos dispositivos ha ido en aumento. Cifras del año 2016 en Estados Unidos (U.S. Department of Health and Human Services y Centers for Disease Control and Prevention, 2016) muestran que su popularidad se ha incrementado más de tres veces desde 2011, sobre todo en jóvenes estudiantes. Actualmente nos encontramos en la tercera generación de sean (ver figura 2). Aunque al inicio eran muy parecidos a los cigarrillos de tabaco, se fueron haciendo más grandes, similares a plumas y, finalmente, aparecen los grandes tanques.

Figura 2. En la figura se observa un cigarrillo electrónico desechable, muy parecido a los cigarrillos de tabaco, de la primera generación; posteriormente surgieron los dispositivos de tanque mediano y actualmente son muy populares los de tanque de gran tamaño, que pertenecen a la tercera generación. También se observan los cigarrillos electrónicos recargables que corresponden a los nuevos dispositivos de tabaco calentado. La pipa y el cigarrillo electrónico parecido a un puros son versiones distintas de los de primera generación. Modificado de National Institute on Drug Abuse (NIDA), 2020.

Como se mencionó, uno de los grupos más vulnerables ante estos dispositivos son los adolescentes y los adultos jóvenes, pues se sienten más atraídos a ellos debido a que se fomenta su consumo a través de diseños novedosos, tecnológicos, coloridos, socialmente aceptados, que disfrazan el daño y la adicción que pueden causar.

El inicio del hábito de fumar en edades más tempranas se asocia con una mayor dependencia de la nicotina, aminorando la probabilidad de dejar de hacerlo en el futuro (Colby et al., 2000). Además, dado que los cerebros de los adolescentes todavía no han completado su proceso de maduración resultan particularmente sensibles en comparación con los de los adultos (U.S. Department of Health and Human Services y Centers for Disease Control and Prevention, 2012).

El uso de estos dispositivos parece relacionado con ciertos factores sociodemográficos. Un estudio llevado a cabo en más de 60,000 estudiantes en Corea (Lee et al., 2019) reveló que los hombres tienen una prevalencia más alta en el uso de cualquier producto de nicotina que las mujeres. De igual forma, el consumo de los sean se asoció con variables como bajo rendimiento escolar y niveles de estrés moderados o elevados.

En los Estados Unidos, de acuerdo al National Youth Tobacco Survey 2018, la prevalencia de adolescentes que consumen estos nuevos sistemas de nicotina está a la alza. Se reporta que 20.8% de los adolescentes entre 16 y 19 años han utilizado alguno de estos sean en los 30 días previos a la encuesta, comparado con 11.7% reportado en 2017 (U.S Food & Drug Administration [us-fda], 2018). Por otro lado, se estima que en 2015 el mercado mundial de los sean, solamente en Estados Unidos, representó cerca de 10 000 millones de dólares (Blecher, 2015).

El uso de los SEAN como estrategia de cese de tabaquismo

A pesar de que los sean se propusieron como una modalidad terapéutica para abandonar el hábito del tabaco (ash, 2018), su eficacia es muy cuestionable. Incluso varios autores de estudios clínicos han manifestado un conflicto de intereses al respecto (Pisinger et al., 2019), además de que el diseño ha sido controvertido, pues su eficacia comparativa con terapias de reemplazo de nicotina no es mayor y la abstinencia a seis meses es baja.

Un ensayo clínico reciente, con 886 pacientes en el Reino Unido (Hajek et al., 2019), confrontó la eficacia de los cigarrillos electrónicos con terapias de reemplazo de nicotina, acompañados de asesoría psicológica. Los resultados revelaron casi el doble de eficacia en la abstinencia a un año: 18% en el grupo de cigarrillo electrónico comparado contra 9.9% en el grupo de terapia de reemplazo de nicotina (trn). Sin embargo, en el grupo de cigarrillos electrónicos, 80% de los pacientes seguían utilizándolos al año de seguimiento (recordemos que la nicotina provoca adicción), comparado con 9% de los que todavía usaban terapia de reemplazo de nicotina en el mismo período.

En conclusión, las evidencias actuales no permiten visualizar a los sean como una buena opción para dejar de fumar. Por otra parte, ya existen medicamentos con eficacia y seguridad comprobadas para dejar de hacerlo, como las trn (parches y goma de mascar de nicotina), bupropión (tabletas antidepresivas) y vareniclina (medicamento de diseño).

¿Cuáles son los riesgos sanitarios asociados al uso de los SEAN?

En agosto del año 2019, los Centers for Disease Control and Prevention (2019) reportaron por primera vez 1479 casos de enfermedad pulmonar severa, relacionadas con el uso de los cigarrillos electrónicos, así como 33 personas muertas. Los pacientes desarrollaron síntomas respiratorios días o semanas previas a la hospitalización, como tos seca, dolor torácico y dificultad respiratoria. Todos los pacientes descritos en estos informes han tenido hallazgos anormales en los estudios de imagen, incluidos infiltrados pulmonares en la radiografía de tórax y opacidades en vidrio esmerilado en la tomografía computarizada de tórax (Layden et al., 2019; ver figuras 3 y 4).

Figura 3. Imágenes de Tomografías Computarizadas de pacientes con daño pulmonar asociado al uso de SEAN. A) Se muestra daño alveolar difuso con zonas de consolidación y opacidades en vidrio esmerilado; B) neumonía eosinofílica aguda con zonas nodulares difusas y opacidades; c) patrón de neumonitis por hipersensibilidad con daño en vidrio esmerilado extenso y D) neumonía intersticial de células gigantes. La fibrosis se atribuye al Cobalto encontrado en el SEAN utilizado por el paciente. The New England Journal of Medicine ©2019. Tomado de Henry, Kanne y Kligerman, 2019.

Figura 4. Histopatología del daño pulmonar agudo asociado al uso de SEAN. Se observa daño pulmonar agudo (A); bronquiolitis severa acompañada de inflamación de la mucosa y desprendimiento del epitelio (B); acumulación de macrófagos vacuolados o células espumosas alrededor del bronquiolos (C) y daño alveolar difuso y membranas hialinas lo que indica daño severo. Los pacientes que presentaban esta última condición desafortunadamente incrementaban su riesgo de fallecer. The New England Journal of Medicine ©2019. Tomado de Butt, Smith, Tazelaa et al., 2019.

Información complementaria sobre estos casos detallan que pacientes que habían logrado una mejoría aparente después de su estancia hospitalaria han tenido recaídas severas y necesidad de otra hospitalización en períodos que van de 5 a 55 días posteriores; todavía se desconocen las causas de dichas recaídas (Sun, 2019). Vardavas y colaboradores (2012) publicaron datos que confirman reacciones inflamatorias a corto plazo en el sistema pulmonar por el uso de los cigarrillos electrónicos, mientras que en un trabajo adicional se demostró inflamación pulmonar persistente a largo plazo (Shields et al., 2017).

No sólo el aparato respiratorio se ve comprometido por el uso de los sean, también el cardiovascular sufre consecuencias. En un estudio transversal de casos y controles de 42 participantes, en usuarios y no usuarios de cigarrillos electrónicos, se midieron tres parámetros de estrés oxidativo, entre los cuales destaca la oxidación de lipoproteínas de baja densidad (ldl) o “colesterol malo”. Se concluyó que dicho parámetro se encuentra significativamente elevado en los usuarios crónicos de cigarrillos electrónicos en comparación con los no usuarios, lo que indica un mayor riesgo del daño oxidativo y la oxidación de ldl, lo que predispone a aterosclerosis, conocida como “endurecimiento de las arterias” (Moheimani et al., 2017).

Asimismo, se sabe que los cigarrillos de tabaco están asociados con la agregación plaquetaria y la producción de trombos, procesos involucrados con el desarrollo de las enfermedades cardio y cerebrovasculares más comunes en nuestro país. Durante un estudio in vitro que evaluó la función plaquetaria (involucrada con los procesos de coagulación), se incubaron plaquetas con extracto de humo de cigarros de tabaco convencionales, extracto de humo cigarrillos electrónicos y nicotina pura. El resultado mostró que la agregación plaquetaria y los receptores de adhesión plaquetaria aumentaron después la incubación con extracto de humo con ambos cigarrillos, independientemente de la cantidad nicotina o la duración de la exposición (Hom et al., 2016), lo que sugiere que los sean pueden tener un papel importante en el desarrollo de infartos y embolias. Por otro lado, un artículo reciente comprobó que los fumadores duales, consumidores de cigarrillos electrónicos y cigarrillos de tabaco, tienen hasta 7 veces más riesgo de tener un infarto al miocardio comparativamente con los no fumadores (Bhatta y Glantz., 2019).

A pesar de la falta de evidencia científica de los posibles efectos deletéreos crónicos (es decir, exposición por largos períodos) en seres humanos, los científicos han probado modelos en animales para investigar algunos de ellos. Por ejemplo, un estudio llevado a cabo en Italia (Vivarelli et al., 2019) evaluó los efectos del vapor de un dispositivo de bajo voltaje lleno de un líquido libre de nicotina en las funciones testiculares de ratas, midiendo los niveles de ciertas sustancias tóxicas en el tejido testicular. Las ratas expuestas presentaron un peso testicular menor y aumento de los niveles de dhl, enzima indicadora de daño al tejido. También tuvieron niveles bajos de las enzimas encargadas de la síntesis de hormonas testiculares, así como un aumento de los niveles de radicales libres en el tejido testicular (marcadores directos de daño oxidativo).

La salud bucal tampoco está exenta de verse afectada por el uso de los sean. Como es de esperarse por el mecanismo de inhalación, todos los componentes del vapor entran en contacto con la mucosa oral y pueden tener efectos negativos. Se ha observado un crecimiento de hongos oportunistas como Candida albicans en la cavidad oral de pacientes expuestos al humo de los vapeadores (Alanazi et al., 2019).

De igual modo, se han reportado algunos accidentes con el uso de los sean. Al utilizar una batería de mayor voltaje en los dispositivos de la tercera generación, pueden ser susceptibles de sobrecalentarse, explotar y generar daños severos en los usuarios. Hace poco se reportó la explosión de un dispositivo mientras estaba siendo utilizado por un joven de 16 años en Estados Unidos, ocasionándole múltiples laceraciones en la cara, pérdida de piezas dentarias y fractura de mandíbula (Katz y Russell, 2019; ver figura 5). En el Reino Unido doce pacientes fueron atendidos en un centro para pacientes quemados por los sean, diez de ellos sufrieron las quemaduras cuando no estaban usando el dispositivo y lo portaban en los bolsillos (Simpson, 2019).

Figura 5. Imágenes de joven de 16 años que acude al servicio de urgencias por fractura de la mandíbula provocada por la explosión del cigarrillo electrónico que traía en la boca. A) Se observa fractura desplazada de mandíbula con pérdida de piezas dentarias, reconstrucción de tomografía computarizada. B) Imagen clínica del paciente a las 6 semanas de seguimiento que muestra consolidación de la fractura y buena recuperación. The New England Journal of Medicine ©2019. Tomado de: Katz y Russell, 2019.

¿Cuál es el impacto de los SEAN en la producción de tumores malignos?

El proceso de producción de cáncer pulmonar es tan complejo que puede tardar años. Primero, involucra la mutación del material genético de las células del epitelio bronquial: si estas células mutadas logran reproducirse y evadir los mecanismos de reparación del material genético y los de defensa del organismo, crecen y se transforman en un tumor maligno. Las evidencias del potencial carcinogénico del vapor de los sean en humanos todavía no se han podido recavar, ya que llevan relativamente poco tiempo en el mercado.

No obstante, algunas investigaciones han expuesto de forma repetida a roedores al vapor generado por sean y han mostrado que éste daña el material genético e inhibe los mecanismos de reparación de dna en los pulmones y en la vejiga urinaria. En consecuencia, los roedores expuestos sólo a dicho vapor, todos los días durante un año, formaron tumores malignos en estas zonas (Galitovskiy et al., 2013; Tang et al., 2019). Los resultados son alarmantes si cosideramos que los usuarios de los sean también tienen una exposición crónica; sin embargo, hasta el momento es difícil predecir cuál es el riesgo de desarrollar cáncer en el humano.

Conclusiones

A pesar de la popularidad de los sean y del poco tiempo que se han utilizado, hasta el momento se han acumulado múltiples evidencias epidemiológicas, clínicas y científicas sobre su toxicidad y efectos dañinos en la salud de sus consumidores. No obstante, todavía se requiere más conocimiento acerca el tema, como en el impacto del “vapor de segunda mano” en los “vapeadores pasivos o involuntarios”.

En la actualidad, los hallazgos científicos concluyen que los sean no son una terapia segura y eficaz para dejar de fumar, pues, además de su baja eficacia, exponen al paciente a efectos adversos, diferentes o compartidos con el cigarro de tabaco convencional, que puedan llegar a potenciar los daños. Al equiparar las enfermedades causadas por cigarrillo de tabaco, que usualmente son crónicas –que requieren de muchos años de exposición–, los sean generan patologías agudas, pues aparecen después de días o semanas de exposición y además presentan datos que no concuerdan totalmente con descripciones previas, como es el caso del evali (cdc, 2020).

La aparición de los sean en el mercado mundial representa un reto de salud pública cuya solución parece complicada. Los mitos de su aparente “seguridad” han permitido una diseminación masiva a través de sitios de internet sin regulación, su gran aceptación por grupos poblacionales especialmente jóvenes, así como el despliegue de enormes recursos económicos y estrategias de mercadotecnia de las compañías y el involucramiento de grupos de la “sociedad civil” con conflictos de interés que promueven su uso. Por otra parte, la inmensa variedad de dispositivos, cada uno con componentes distintos, hace ardua su regulación, por lo que resulta prácticamente imposible hacerlo. De igual manera, esto provoca que se trate de un vehículo para inhalar otro tipo de sustancias como aceite de Cannabis y otras drogas.

Afortunadamente, el 19 de febrero de 2020 se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el decreto presidencial que prohíbe la importación de cigarrillos electrónicos, lo que armoniza con la Ley de Control del Tabaco que prohibía su comercialización. Ya se empezó a hablar del mercado negro de sean, pero lo mismo ha ocurrido con los cigarros de tabaco, debido a su incremento de precio, y estudios recientes demuestran que se trata de un mito.

La salud pública tiene como objetivo principal proteger la salud de la población. En este caso por medio de la difusión de evidencias científicas, como las que mostramos, sobre los riesgos que representa el empleo de los sean, pues no son opiniones personales ni anécdotas. Una vez que la población cuente con estos datos podrá tomar decisiones informadas. Pero si nos preguntaras al respecto, definitivamente no te recomendaríamos el uso de los sean.

Referencias



Recepción: 11/09/2019. Aceptación: 07/02/2020.

Vol. 21, núm. 3 mayo-junio 2020

¿Piedra, papel o tijeras? La imprenta y Spotify como innovaciones tecnológicas

Leonardo A. González Cita

Resumen

Este artículo es una reflexión sobre las coyunturas culturales provocadas por innovaciones tecnológicas como la imprenta, en el siglo xvi, y la aplicación digital Spotify, en el presente siglo xxi. Ambos casos se explican desde una mirada crítica a través de tres interrogantes: si realmente la imprenta fue un parteaguas, cómo es que los libros sembraron el pensamiento moderno, y si hay alguna situación presente que puede compararse con el fenómeno de los libros impresos.
Para responder a estas preguntas, el texto se construye como un argumento: dos premisas y una conclusión. Cabe mencionar que estas consideraciones son producto de una serie de reflexiones desde la práctica docente, dentro del área de Ciencias Sociales, así como, una respuesta a las preocupaciones sobre el futuro de la educación.
Palabras clave: libro, imprenta, innovación tecnológica, coyuntura cultural, universo digital, Spotify.

Rock, paper or scissors? The printing press and Spotify as technological innovations

Abstract

This article is a critical reflection about the cultural conjunctures caused by technological innovations such as printing press, in the Sixteenth Century, and the digital application Spotify, in the present. Both cases are explained from a critical view through three questions: Was the printing press a watershed? How did books plant modern thinking? Is there any present situation that can be compared to the phenomenon of printed books?
To answer these questions, this paper is constructed as an argument, with two premises and a conclusion. Worth mentioning is the fact that these considerations are the product of teaching practice within the area of Social Sciences and a response to the concerns about the future of education.
Keywords: book, printing press, technological innovations, cultural conjunctures, digital universe, Spotify.

Introducción

En la Modernidad, la mayor parte de los procesos de enseñanza tienen como base el conocimiento escrito, es decir, los libros. Se trata de una herencia del cristianismo medieval y si rascamos más en la historia podemos encontrar tradiciones aún más antiguas.

En la escuela suelen contarnos que la escritura “apareció” hace mucho tiempo, en una civilización muy lejana llamada Mesopotamia. Luego, “por alguna razón” se desarrolló en Egipto, Grecia y Roma hasta que en la Edad Media se expandió por toda Europa. El relato termina con la creación de la imprenta y de la visión de los libros como semilleros del pensamiento moderno. Después, todo se vuelve un recuento de episodios políticos.

Sobre este punto podemos hacernos las siguientes preguntas: ¿la imprenta fue un parteaguas realmente?, ¿cómo es que los libros sembraron el pensamiento moderno? y ¿hay alguna situación presente que puede compararse con el fenómeno de los libros impresos?

Construido desde la reflexión docente, este artículo intenta responder a estas cuestiones mediante un argumento diseñado en dos premisas y una conclusión. La primera premisa es una interpretación novedosa sobre la imprenta, la segunda una comparación con un fenómeno presente, y la conclusión es una reflexión final sobre lo que representan las innovaciones tecnológicas.

Imagen 1. Dos soportes de librería con escalas para libros de música (Crespi, 1720-1730).

Piedra. Otra versión de la imprenta

La imprenta de Gutenberg sí fue un parteaguas, pero hasta mucho tiempo después. En el siglo xv, tiempo en el que vivió Johannes Gutenberg, la imprenta tuvo poca influencia en la cultura europea debido al analfabetismo, al monopolio religioso y al incipiente mercado de bienes culturales.

El primer prototipo de imprenta de Gutenberg tuvo éxito en 1448, con una serie de calendarios y poemas. Posteriormente, se hicieron mejoras en el diseño y se imprimieron las famosas biblias de Gutenberg, objetos de colección altamente valiosos, tanto a nivel cultural como económico. Ésta es la versión más conocida del invento, aunque existe otro relato que expresa las dificultades que enfrentó el genio alemán.

Gutenberg tuvo constantes conflictos con los inversionistas, por ejemplo, la construcción del prototipo tardó mucho más del tiempo esperado y los primeros impresos eran poco prometedores. Además, la iglesia católica mantenía el monopolio de la producción y el comercio de libros en Europa occidental, razón por la que las copias manuscritas que llegaron a venderse fuera de su consentimiento fueron clasificadas como clandestinas y actualmente pueden ser vendidas a precios altos para coleccionistas. A esto hay que sumar el problema estético: las primeras biblias impresas eran feas en comparación con las obras de arte de los escribanos religiosos, en su mayoría artesanos de letras, que hacían grabados bellísimos.

Sin lugar a duda, la imprenta representó un adelanto tecnológico para su tiempo, los libros artesanales tardaban años en elaborarse, eran costosos y solían terminar como un artículo de lujo para la nobleza. Por tanto, la imprenta mejoró la forma de producir libros, disminuyó el tiempo de fabricación y mejoró el diseño, respondiendo a las demandas de una burguesía emergente que deseaba educarse.

Éstos fueron los pilares del conocimiento escrito que afianzaron las bases del pensamiento moderno. Sin embargo, Gutenberg no vio nada de ello; al contrario, enfrentó varios juicios por fraude, fue señalado por herejía y afrontó el espionaje con el que, finalmente, robaron los secretos de su creación. La cuestión es: ¿cómo es que la imprenta pasó de ser un invento secreto en el sótano de Gutenberg a la gran innovación tecnológica que provocó una coyuntura cultural?

La respuesta está en su equipo de trabajo, actores sociales a los que se ha prestado poca atención debido a que en los relatos históricos, que todavía se enseñan en las escuelas, aún pervive la idea del genio que lo cambia todo. Pero sucedió algo diferente: el cambio cultural causado por el libro impreso se debe a una construcción social distinta del conocimiento, a la suma de ideas, prácticas y saberes que muchas personas hacen en torno a un proyecto a lo largo del tiempo (Shapin, 2000).

Imagen 2. William Caxton, impresor inglés, mostrando muestras de su impresión al rey Eduardo IV y su reina (1877).

En la obra El discípulo de Gutenberg, Alix Christie narra las dificultades técnicas, artísticas y económicas de la primera imprenta europea, señalando el papel transcendental que tuvo el equipo de trabajo del maestro Gutenberg: tres artesanos del gremio de orfebres de Maguncia y Peter Schöeffer, el joven escribano que llevó la escritura monástica medieval a los tipos (piezas metálicas que dan vida a las letras de impresión). De esta forma, la autora muestra cómo los problemas económicos de Gutenberg con los acreedores y las disputas entre artesanos terminaron por mermar su salud física y mental, tanto que no alcanzó a ver la grandeza de su invento.

Uno de los problemas técnicos que no resolvió, por ejemplo, fue la homogeneidad de los tipos, ya que el proceso de la elaboración se aceleró tanto que las hojas impresas mostraban un trabajo descuidado y con exceso de tinta, y tampoco obtuvo la venta esperada de sus primeros libros.

Poco después, Peter Schöeffer retomó y mejoró la imprenta, apoyándose en los vínculos que su familia tenía entre burgueses educados, con quienes emprendió la primera red comercial de libros. Desde entonces se conformaron más redes de lectores en el mundo occidental. De esta forma, el libro impreso liberó el conocimiento escrito del poder clerical y permitió su circulación mediante asociaciones comerciales, las cuales se expandieron por todo el mundo, llevando y trayendo ideas.1

Papel. Una coyuntura cultural en el siglo XXI

Para comprender mejor la aparición de los libros impresos podemos compararla con la de los audiolibros en aplicaciones digitales como Spotify. Los primeros audiolibros (ver imgen 3) surgieron con la revolución tecnológica en la música durante el siglo XX. No sólo se grabaron canciones y ritmos, sino también lecturas de libros en discos de vinil, casetes y discos compactos, aunque su impacto fue apenas perceptible en la industria editorial. Hasta la década de 1980 el libro impreso se siguió considerando el objeto cultural más importante en el mundo occidental, pues representaba la circulación del conocimiento en la era moderna. No obstante, una década más tarde ya nadie podía sostener esa premisa.

Imagen 3. Audiolibros de Cuentos del Reino (Kingdomtales.com, 2019).

Dado que la música es una de las expresiones más importantes de la humanidad y forma parte de nuestra memoria auditiva, fungió como estrategia de enseñanza en el más grande esfuerzo de alfabetización emprendido por la cultura occidental, durante el siglo xx. En gran medida, gracias al invento de los reproductores móviles como los casetes de audio y video.

Pero los libros impresos siguieron siendo la base fundamental de la educación moderna y las novedades tecnológicas sólo se usaban como herramientas auxiliares, hasta que el internet cambió las reglas en la década de 1990. El veloz desarrollo de tecnologías digitales inició un proceso informático con sitios de interacción comunicativa y difusión del conocimiento que se multiplicaron de manera sorprendente.


Imagen 4. Spotify en un teléfono (Havarhen, 2014).

La búsqueda de innovaciones para reproducir música en los teléfonos inteligentes dio pie a reproductores digitales como Spotify (ver imagen 4), que permite escuchar música a través de internet o, por una suscripción, descargar contenido. Spotify es una empresa sueca de streaming, fundada en 2006 por Daniel Ek y Martin Lorentzon, pero que se lanzó hasta el 7 de octubre de 2008 y que se ha distribuido en diversos países a través de los años. Sus listas de reproducción son casi infinitas y con la posibilidad de generar las propias. También se encuentran audiolibros y grabaciones llamadas pódcasts.

Estos formatos permiten la circulación del conocimiento de forma auditiva y, en comparación con los libros, su reproducción es más rápida, sencilla y gratuita. Los audiolibros y los pódcasts pueden compararse al invento de Gutenberg, ya que, tal como sucedió en el siglo xv, producen dudas acerca el futuro de lo tradicionalmente aceptado. ¿Qué pasará con los libros impresos? ¿Podemos pensar la educación sin ellos?

La nostalgia por los libros resulta hoy una constante que ha propiciado ciertos prejuicios hacia las nuevas tecnologías, como afirmar que los jóvenes mexicanos leen cada vez menos. Esto es falso por dos razones: el fundamento de la comunicación por internet, llamada popularmente red, necesita de una lectura continua; segundo, la base informática que da vida al universo digital es literalmente un manuscrito de códigos.

Tijeras. Reflexión final

La coyuntura cultural provocada por la imprenta fue un proceso multifactorial y el resultado de una construcción social de la diseminación conocimiento. Por esta razón, los libros tardaron siglos en convertirse en el objeto central de la circulación del conocimiento. Algo similar pasa con las tecnologías digitales hoy en día. La fascinación que las rodea es tan grande como las dudas que propician.

De igual manera, se debe considerar que el universo digital ha creado una brecha tecnológica entre los lectores comunes y los alfabetos digitales, es decir, aquellas personas que saben manipular las nuevas tecnologías e, incluso, desarrollarlas. Ahora ya no se trata sólo de saber leer y escribir, sino de hacerlo usando las nuevas tecnologías. Personalmente, creo que ésta debe ser la preocupación principal en la educación del siglo xxi.

Sobre los impresos, puede afirmarse que los libros no dejarán de usarse y que su arraigo es tan profundo en nuestra cultura que se han desarrollado infinidad de formatos para trasladar su naturaleza al universo digital, dando como resultado los llamados libros digitales, eBook, ePub, pdf, etcétera. En efecto, la experiencia no es la misma, sin embargo, podríamos preguntarnos por qué debería ser así.

Finalmente, son dos las reflexiones con las quiero cerrar el artículo. Primera, los audiolibros y los pódcasts son una nueva experiencia en la circulación del conocimiento (ver imagen 5) y aún desconocemos la coyuntura cultural que están causando, mientras no lo sepamos, los libros seguirán siendo el pilar de la educación moderna. Por último, el ingenio de Gutenberg se abrió paso frente al monopolio de la Iglesia y hoy en día parece que estamos en un umbral similar, donde las innovaciones tecnológicas nos invitan a ser protagonistas de la construcción del conocimiento. ¿Podemos preguntarnos, entonces, si deberíamos cambiar la nostalgia de los libros impresos por la oportunidad que nos brinda el porvenir digital en la educación?2



Imagen 5. Micrositio Hubhopper Podcaster (Gautamranand, 2019).

Referencias

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Revista Digital Universitaria Publicación bimestral Vol. 18, Núm. 6julio-agosto 2017 ISSN: 1607 - 6079