Vol. 26, núm. 1 enero-febrero 2025

Presencia y uso de la inteligencia artificial generativa en la Universidad Nacional Autónoma de México

Mario Alberto Benavides-Lara, Víctor Jesús Rendón Cazales, Nancy Escalante Rivas, Ana María del Pilar Martínez Hernández y Melchor Sánchez Mendiola Cita

Resumen

Se presenta el avance de resultados de un cuestionario acerca del uso de la inteligencia artificial generativa (IAGen) aplicado en noviembre de 2024 al profesorado (n=2,069) y estudiantado (4,725) del bachillerato, licenciatura y posgrados de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam). Entre los resultados destaca la amplia presencia que la inteligencia artificial generativa tiene entre el personal docente y el estudiantado; no obstante, esto no se refleja en los usos que le dan para actividades académicas, siendo las y los estudiantes quienes la emplean en mayor medida en comparación con sus profesores(as) para estas actividades. Entre los hallazgos se observa que los principales usos que tanto el profesorado como el estudiantado hacen de la IAGen tienen que ver con la obtención y búsqueda de información, seguido de aspectos de apoyo del proceso de enseñanza y de aprendizaje, lo cual advierte acerca de la necesidad de formar a la comunidad universitaria en las capacidades reales y específicas que tienen las herramientas de inteligencia artificial generativa, con el fin de prevenir su infrautilización, y uso incorrecto o poco ético.
Palabras clave: inteligencia artificial generativa, docentes universitarios, estudiantes universitarios, educación superior, tecnología educativa.

Presence and use of generative artificial intelligence at the National Autonomous University of Mexico

Abstract

This report describes the preliminary results of a questionnaire on the use of generative artificial intelligence (GenAI), conducted in November 2024 among faculty (n=2,069) and students (n=4,725) from the high school, undergraduate, and graduate programs at the National Autonomous University of Mexico (unam). The results highlight the widespread presence of GenAI among faculty and students. However, its use in academic activities is more prevalent among students than faculty. The main uses of GenAI tools for both groups involve obtaining and searching for information, followed by supporting teaching and learning processes. These findings highlight the need to train the university community in the specific and effective capabilities of generative artificial intelligence tools as to prevent its subutilization, and improper or unethical use.
Keywords: generative artificial intelligence, university faculty, university students, higher education, educational technology.


Introducción1

En este artículo se presentan algunos avances de los resultados de un estudio que la Coordinación de Evaluación, Innovación y Desarrollo Educativos (ceide), de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), realizó con docentes y estudiantes de bachillerato, licenciatura y posgrado. El propósito fue identificar algunas de las percepciones y usos de la comunidad universitaria sobre la inteligencia artificial generativa (IAGen).

Para los fines de este artículo se reportan los resultados que se obtuvieron en torno a las siguientes variables que se exploraron en el cuestionario:

  • Porcentaje del profesorado y estudiantado que ha usado alguna herramienta de IAGen.
  • Tipo de actividades académicas en las que el profesorado y estudiantado hacen uso de la IAGen.
  • Presencia de estrategias a partir de las cuales se incentiva el uso de la IAGen en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

La incorporación de las tecnologías digitales como parte de los procesos educativos es hoy en día un hecho ineludible. Aunque desde hace décadas se creía que la innovación en educación surgiría de la disrupción tecnológica, la investigación educativa ha mostrado que, más allá de un cambio radical, el vínculo tecnologías-educación es un proceso que tiene diferentes matices, ritmos, direcciones y resultados. Esto reconoce la importancia de evitar interpretaciones simplificadas, en las que, en un extremo, se piense que todos los problemas educativos se pueden resolver con un uso intensivo de las tecnologías o, en el otro, que las tecnologías no solucionan ninguno de los problemas estructurales de la educación (Reich, 2020). Entender de qué manera y en qué condiciones las tecnologías digitales pueden contribuir a la mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje es un tema que sigue generando debate.

A finales de 2022, los horizontes de este debate se habían expandido y enriquecido con la comercialización y masificación de una nueva tecnología conocida como inteligencia artificial generativa (IAGen). El ícono más representativo es ChatGPT (Chat Generative Pre-Trained Transformer), una aplicación desarrollada por la compañía OpenAI, la cual en muy poco tiempo tuvo un amplio impacto en los distintos ámbitos de la vida cotidiana, tales como la educación, la salud, el entretenimiento, la comunicación y el mundo laboral. Su irrupción marcó un hito al ser la primera tecnología digital en alcanzar los 100 millones de usuarios a sesenta y cuatro días de su lanzamiento (Liu y Wang, 2024).

De acuerdo con una encuesta realizada por Microsoft y la plataforma de vinculación profesional LinkedIn, en la que participaron 31 mil profesionales y líderes de empresas en 31 países (entre ellos México), 75% de los trabajadores ya son usuarios de estas herramientas de IAGen en sus espacios laborales, de los cuales 46% las empezó a utilizar hace menos de seis meses (Microsoft Corporation y LinkedIn, 2024). Estos datos reafirman la penetración que esta tecnología ha alcanzado en su corto tiempo de difusión. Es importante señalar que desde el lanzamiento de ChatGPT han surgido otras inteligencias artificiales generativas de distintas compañías, como Meta, Google o Microsoft; no obstante, para marzo de 2024, ChatGPT continuaba siendo la aplicación con mayor mercado al abarcar 82% de las visitas entre cuarenta herramientas de IAGen con alta popularidad, porcentaje que equivale a más de 2,343 millones de visitas mensuales (Liu y Wang, 2024, p.12).

A pesar de que en la historia de las tecnologías digitales sus principales desarrolladores e impulsores son empresas particulares, esto no significa que su impacto únicamente pueda ser medido por su éxito comercial o de compra. Sino que se refleja en cómo las tecnologías permean y modifican la vida diaria, es decir en su uso, y es en esa misma medida que se vuelven objetos de investigación para entender el sentido que tienen estos cambios y cómo pueden contribuir a transformar los procesos sociales y educativos.

La irrupción de la IAGen se ha seguido de una intensificación de sus estudios en los círculos académicos. Al respecto, en la revisión bibliográfica en bases de datos como Scopus y Web of Science, realizada por Fanning Balarezo et al. (2024), se revela que la literatura científica en este tema es un reflejo del dominio en las distintas áreas del conocimiento científico y tecnológico, al ser Estados Unidos y China los dos países que producen mayor investigación publicada sobre el tema. En la misma revisión, acerca del área de educación y específicamente en educación superior se observa que las temáticas se centran en dos principales asuntos: por un lado, la necesidad de la formación en el uso de la IAGen en distintos ámbitos profesionales y, por otro lado, el debate en torno a la ética de su uso.

En la revisión de la literatura realizada para el presente trabajo también se identificaron estos dos temas como aquellos que tienen mayor presencia en el campo educativo y que, dada su persistencia, se pueden calificar como las actuales problemáticas. Cabe señalar que estos temas no aparecen como desconectados sino entretejidos. Será interesante ver cómo estas problemáticas evolucionan y si se solucionan o se recrudecen en un ámbito en el que nadie o muy pocos son expertos, a pesar de la explosión de artículos y cursos, en que la mayoría son descubridores y adoptadores tempranos.

Por otra parte, estos temas tienen sentido en la medida que se reconocen las posibilidades que la incorporación de la IAGen representa en los procesos educativos. Esta apertura se refleja tanto en los datos que más adelante se mostrarán en la sección de resultados, como en investigaciones ya publicadas; por ejemplo, la realizada por la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México con su comunidad escolar, la cual muestra que existe una percepción positiva del uso de la IAGen por parte de su profesorado y estudiantado. Entre los datos más relevantes del profesorado se señala que 74% conoce alguna herramienta de IAGen, principalmente ChatGPT; de esta proporción 28% del profesorado usa la IAGen para mostrar ejemplos en clase y 20% para diseñar materiales. En el caso del estudiantado, 33% usa IAGen, principalmente ChatGPT, para sus tareas escolares, seguido de 17% que lo emplea como apoyo para tareas escolares y 17% para la generación de tareas (Chao-Rebolledo y Rivera-Navarro, 2024).

La diseminación y uso de la IAGen conllevan la necesidad de contar con referentes teóricos, metodológicos y prácticos, que orienten la manera cómo se están incorporando estas tecnologías en los procesos de enseñanza y aprendizaje. La importancia de desarrollar marcos conceptuales en el uso de la IAGen está presente en las propuestas de los organismos internacionales, por ejemplo, la unesco elaboró un marco con cinco dimensiones de uso: i) mentalidad centrada en el humano; ii) ética de la inteligencia artificial; iii) fundamentos y aplicaciones de la inteligencia artificial; iv) pedagogía de la inteligencia artificial, y v) inteligencia artificial para el desarrollo profesional, el cual contempla tres niveles de desarrollo: 1) adquisición, 2) profundización y 3) creación (unesco, 2024). Con este marco la unesco plantea la relevancia del uso ético de la inteligencia artificial generativa, reconociendo sus ventajas para el aprendizaje y desarrollo profesional y de formación y actualización de las y los docentes, sin olvidar que ésta depende de los fines y control humano.

Otro de los marcos o perspectivas conceptuales es el enfoque de literacidades académicas, que subraya la importancia de comprender los usos de la IAGen como parte de un proceso de enculturación del que las personas participan, en un mundo cada vez más tecnologizado (Leander y Burris, 2020). Este enfoque reconoce las desigualdades en el acceso a recursos y prácticas digitales, así como el papel central de la mediación discursiva en las interacciones entre los seres humanos y los objetos tecnológicos. Problemáticas relacionadas a las formas comunicativas que se construyen entre los humanos y las máquinas, así como las relaciones entre los textos, la multimodalidad, la identidad y la mediación algorítmica son centrales en esta perspectiva crítica.

Lo anterior se complementa con una concepción compleja de las tecnologías, en donde más que herramientas aisladas, se concibe la vinculación de las IAGen con otras tecnologías que conforman los ecosistemas digitales, como el metaverso, big data, blockchain y la computación en la nube. Este ensamblaje socio-técnico considera a los algoritmos como agentes actantes y toma una mirada crítica hacia estos desarrollos tecnológicos (Tufekci, 2015). Asimismo, se advierte la necesidad de desarrollar una infraestructura digital que garantice el acceso del profesorado a la IAGen y promover el desarrollo de prácticas, habilidades y conocimientos relacionados con la innovación, la ética y la interdisciplinariedad (Ng et al. 2023):

No se trata solo de adquirir habilidades técnicas, sino de comprender cómo la IA puede mejorar la gestión del aula, la personalización del aprendizaje y la creación de experiencias de aprendizaje más atractivas (p. 143).

Es necesario también contar con una discusión teórica del quehacer docente que se centre y analice las actividades que realiza el profesorado, las cuales incluyen el diseño y selección de actividades de aprendizaje, la gestión de la clase, la elaboración de materiales y la evaluación del aprendizaje, entre otras. Planteamientos como los de Ng et al. (2023) señalan que la IAGen puede favorecer la práctica docente en aspectos como la reducción de la carga de trabajo, la gestión de la evaluación del estudiantado, así como la creación de entornos personalizados de aprendizaje, de ahí su propuesta de reformular los marcos ya vigentes de competencias digitales docentes para considerar estos aspectos y las capacidades asociadas a ellos.

En este contexto, resulta fundamental la formación docente desde un sentido crítico, relacional y contextual (Benavides Lara et al. 2024; Cox, 2024). Este enfoque requiere trascender la simple adquisición de habilidades tecnológicas, para incluir el desarrollo de una perspectiva ética y pedagógica sobre su integración en las prácticas educativas que involucran procesos de gestión, evaluación y comunicación con el estudiantado y el profesorado. Por ejemplo, Sánchez Mendiola y Carbajal Degante (2023) apuntan el papel que la IAGen puede tener para la evaluación, al incluir tareas como la elaboración de actividades, estrategias y recursos de evaluación, así como la retroalimentación personalizada de los trabajos del estudiantado. Los autores enfatizan su potencial en la identificación de áreas de mejora del proceso de enseñanza y aprendizaje.

Respecto al proceso de aprendizaje, los artículos consultados coinciden en señalar el aporte de la IAGen en el desarrollo de capacidades cognitivas en actividades como la escritura y el pensamiento crítico y creativo. De aquí que es oportuno pensar en el aprendizaje como un proceso que concierne tanto al estudiante como al docente, es decir, más que centrarse sólo en el estudiante, se debe entender como una actividad continua y constante entre las personas involucradas y sus interacciones con las herramientas de IAGen.

Lo anterior ha llevado a cuestionar la manera en la que se conciben los procesos cognitivos vistos desde las capacidades que manifiesta la IAGen. Si bien la naturaleza del pensamiento humano se ancla en la experiencia sensorial y la capacidad de representarla e interpretarla, en el caso de la IAGen el “pensamiento” que construye se basa en el procesamiento estadístico, lo que hace que ambos procesos no sean del todo equiparables. No obstante, es posible establecer paralelismos en ciertos aspectos del pensamiento relacionados con el aprendizaje, a saber: el aprendizaje por simulación, el aprendizaje por explicación, el aprendizaje por analogía y la comparación (Lombrozo, 2024).

Las características de cómo funciona y cuál es la naturaleza del conocimiento que produce la IAGen presenta múltiples retos. Como lo señala Marco Lemus, catedrático de la Facultad de Ciencias de la unam, es imposible hacer el seguimiento del procesamiento que las tecnologías de inteligencia artificial generativa hacen con la información, lo que las convierten en auténticas cajas negras en las que sólo se observa el resultado final (Sala Mtro. José Luis Ceceña Gámez, 2024, min. 20:25).

Se han señalado algunas ventajas que el uso de la IAGen puede tener para el aprendizaje, en aspectos como la mejora de la escritura, la generación de ideas, la personalización en el estudio, entre otras oportunidades que se abren con la incorporación de esta tecnología en el aprendizaje (Sánchez Mendiola y Carbajal Degante, 2023). Sin embargo, también existen controversias respecto al aporte real del uso de la IAGen en el aprendizaje, e incluso sobre la manera en que pueden llegar a afectarlo negativamente. Por ejemplo, Alysworth y Castro (2024) advierten que un uso intensivo de la IAGen en actividades como la escritura puede interferir en el proceso cognitivo, que incluye el desarrollo del pensamiento creativo y la autonomía, al elaborar argumentos originales, analizar información y construir conclusiones, procesos involucrados en la escritura.

Además de los puntos mencionados, se deben considerar aspectos relacionados con el contexto social en el que la IAGen se inserta, tales como el acceso desigual a esta tecnología, los riesgos en la privacidad de los datos, los sesgos ideológicos en los algoritmos y el impacto ambiental asociado al uso de la inteligencia artificial. La discusión sobre las formas en que se incorpora la IAGen en los procesos sociales no se puede simplificar a una visión dicotómica completamente positiva o negativa; por el contrario, existen tensiones que no están resueltas, pero que se pueden explorar en el corto y mediano plazo. Entre estas tensiones se encuentran el acceso a la creación de contenidos digitales frente a un aumento en la desinformación, el aumento en la productividad que contrasta con una eventual sustitución de personal por la IAGen y una menor demanda de las cualificaciones especializadas (Capraro et al. 2024).

La incorporación de la IAGen en procesos educativos también requiere una reforma curricular a gran escala que parta de la transversalización de la inteligencia artificial y que, por tanto, implique enseñar y aprender con ella abarcando el desarrollo de habilidades como la valoración crítica del contenido producido por inteligencia artificial, la identificación de información falsa y de cómo se producen los contenidos, a fin de evitar la antropomorfización de la inteligencia artificial. En este sentido, la premisa de la que se parte en este texto es que la IAGen complementa mas no sustituye a los actores educativos (Alysworth y Castro, 2024; Capraro et al. 2024, García Peñalvo, 2024, Ka Yuk Chan, 2024 y Sánchez Mendiola y Carbajal Degante, 2023).

Metodología

El presente trabajo tiene un carácter exploratorio, por lo cual está enfocado en generar información cuantitativa de carácter descriptivo sobre la manera en que una muestra del estudiantado y profesorado de la unam han tenido acceso y utilizado algunas herramientas de IAGen para sus actividades académicas. Para recopilar los datos, se diseñaron dos instrumentos: el primero, dirigido a docentes que cuenta con 13 reactivos; mientras que el segundo está enfocado en los estudiantes y se conforma de 11 reactivos. Ambos instrumentos fueron elaborados en la plataforma LimeSurvey, gestionada por la Coordinación de Universidad Abierta y Educación Digital (cuaed). El período de recolección de datos abarcó del 17 de octubre al 11 de noviembre de 2024.

El muestreo realizado no fue probabilístico ya que, para el caso del profesorado, se hizo un muestreo por conveniencia, en el cual los datos se obtuvieron mediante una invitación al profesorado inscrito a la base de datos de formación docente de la Coordinación de Evaluación, Innovación y Desarrollo Educativos de la unam, a través de un correo electrónico. En este mensaje se solicitó al profesorado que compartieran el cuestionario dirigido a estudiantes con sus grupos, de tal manera que se realizó un muestreo de bola de nieve. El tamaño de la n para el caso del personal docente fue de 2,069; mientras que para los estudiantes se obtuvieron 4,725 respuestas. El análisis de las respuestas se procesó mediante el lenguaje de programación R y R Studio.

Como nota metodológica aclaratoria, existen diferencias entre el tamaño de la muestra reportado en las tablas y el tamaño de la n que se presenta en las gráficas, lo cual se debe a que las respuestas están filtradas para incluir sólo a aquellos profesores(as) y estudiantes que señalaron hacer uso de la IAGen y que no se corresponden al total de quienes contestaron el cuestionario, que incluye tanto a la comunidad universitaria que la emplea, como quienes la conocen, pero no la usan.

Resultados

A continuación, se presentan los resultados de los cuestionarios aplicados a docentes y estudiantes de la unam, de los tres niveles educativos: bachillerato, licenciatura y posgrado. Dichos resultados corresponden a una selección que se hizo de las preguntas relacionadas con la presencia de la IAGen entre el profesorado y estudiantado, así como a las formas de uso en el contexto académico de ambos actores.

En primer lugar, se presenta el profesorado que ha usado alguna herramienta de IAGen. Los resultados muestran que, en todos los casos, la mayoría del profesorado ha empleado este tipo de herramientas, ya que más de la mitad contestó afirmativamente. No obstante, la distribución de las respuestas muestra diferencias entre los niveles educativos: el profesorado de bachillerato registra la mayor proporción de uso, con un 83% de respuestas afirmativas, seguido del profesorado de posgrado con un 73% y, finalmente, el profesorado de licenciatura con un 70% (ver tabla 1).



Número y porcentaje del profesorado universitario que ha usado o usa la IAGen.

Tabla 1. Número y porcentaje del profesorado universitario que ha usado o usa la IAGen.

En el caso del estudiantado, los resultados son muy similares al de las y los profesores, ya que más de la mitad de quienes contestaron el cuestionario respondieron afirmativamente el haber usado alguna herramienta de IAGen. Al analizar la distribución, se observa que 87% del estudiantado de bachillerato contestó positivamente a haber empleado alguna herramienta de IAGen, seguido de 88% de estudiantes de posgrado quienes contestaron en el mismo sentido y, finalmente, 81% de estudiantes de licenciatura (ver tabla 2).



Número y porcentaje del estudiantado universitario que ha usado o usa la IAGen

Tabla 2. Número y porcentaje del estudiantado universitario que ha usado o usa la IAGen.

Cabe señalar que, tanto en el caso del profesorado como del estudiantado, los porcentajes reflejan una amplia penetración de las IAGen, no sólo en cuanto al conocimiento que se tiene de ellas, sino a sus usos para los procesos educativos. Por ello, se requiere desarrollar estudios más detallados que documenten en primera instancia la presencia de estas tecnologías y con base en ello los usos y apropiaciones de estas herramientas en la enseñanza y el aprendizaje.

Una vez que se identificó el porcentaje de la comunidad universitaria que ha empleado la IAGen, se ahondó sobre el tipo de actividades académicas en las que se utilizan estas herramientas, así como su frecuencia. De los resultados obtenidos, destaca que es el profesorado de posgrado quien hace un mayor uso de la IAGen en todas las actividades académicas por las que se preguntó (ver figura 1).



Porcentaje del profesorado que hace uso de la IAGen para actividades académicas

Figura 1. Porcentaje del profesorado que hace uso de la IAGen para actividades académicas. Crédito: elaboración propia.

Como se muestra en la gráfica anterior, los principales usos en el profesorado de los tres niveles son la obtención de información y la búsqueda de recursos bibliográficos. Resalta que las y los profesores de posgrado y licenciatura emplean las IAGen para actividades relacionadas con el manejo de la información, como la búsqueda y obtención de fuentes, hasta el análisis de datos y de la literatura científica, lo cual se relaciona con sus funciones de investigación. En contraste, el profesorado de bachillerato además de usar las IAGen en actividades informativas, una mayor proporción reporta usos de la IAGen relacionadas a actividades de la docencia, como diseño de actividades de aprendizaje (18%), diseño de materiales didácticos (17%) y diseño de instrumentos de evaluación (15%) (ver figura 1).

De igual manera, aquellos usos de la IAGen relacionados con planificar clases, comunicarse con sus estudiantes, gestionar el trabajo con los grupos, generar código de programación y calificar a sus estudiantes, presentan los porcentajes más bajos. En todos los casos se observa que, a pesar de que la mayoría señaló emplear herramientas de IAGen, sólo entre un 5% y 14% del profesorado que dijo usar a la IAGen indicaron emplearlas en estas actividades específicas en todos los niveles educativos.

En cuanto al estudiantado, los porcentajes más altos en el uso de las herramientas de IAGen incluyen la obtención de explicaciones de un contenido (45% bachillerato, 40% licenciatura y 38% posgrado), la búsqueda y obtención de información (42% bachillerato, 37% licenciatura y 32% posgrado) así como el obtener ideas para iniciar una tarea escolar (35% bachillerato, 33% licenciatura y 23% posgrado). Esto quiere decir que, a diferencia del profesorado, el estudiantado reporta un mayor uso de la IAGen para sus actividades de aprendizaje, principalmente los y las estudiantes de bachillerato (ver figura 2).



Porcentaje del estudiantado que hace uso de la IAGen para actividades académicas

Figura 2. Porcentaje del estudiantado que hace uso de la IAGen para actividades académicas. Crédito: elaboración propia.

Como se puede apreciar en la figura 2, en la mayoría de las actividades que se plantearon en el cuestionario, el estudiantado de bachillerato reportó mayores porcentajes de uso. De forma similar, existe un gran porcentaje de estudiantes en todos los niveles que reportaron usos relacionados con la comprensión de los contenidos curriculares, como obtener explicaciones más accesibles o resolver dudas. Otros usos reportados se relacionan con la escritura de textos académicos lo cual incluye obtener ideas para iniciar una actividad, elaborar trabajos y tareas escolares y redactar textos.

En cuanto a los datos referidos a las estrategias que el profesorado aplica para promover el uso de la IAGen, así como las que reporta el estudiantado, se desprende que son las y los profesores de bachillerato quienes en mayor porcentaje señalaron aplicar diferentes estrategias para incentivar el uso de las IAGen. De éstas, la realización de actividades que contemplan el uso de la IAGen es la que alcanza una mayor proporción, no sólo de parte del profesorado de bachillerato (71%) sino del profesorado de licenciatura (55%) y de posgrado (63%). En contraste, el enseñar a utilizar diferentes herramientas de IAGen y contemplar criterios de su uso en el programa de asignatura son estrategias que menos de la mitad del profesorado que contestó considera (ver figura 3).



Estrategias que el profesorado emplea para incentivar el uso de la IAGen

Figura 3. Estrategias que el profesorado emplea para incentivar el uso de la IAGen. Crédito: elaboración propia.

Por último, es interesante ver las diferencias entre las perspectivas del estudiantado y del profesorado, ya que, aunque más de la mitad de las y los docentes dijo realizar actividades con IAGen y permitir que sus estudiantes la emplearan, las respuestas del estudiantado tuvieron porcentajes más bajos. En el caso del estudiantado de posgrado, 57% reportó que sus profesores(as) les enseñan a usar diferentes herramientas, lo cual contrasta con el estudiantado de bachillerato quienes reportaron menores porcentajes al respecto (37%). De igual forma, las y los estudiantes de posgrado fueron quienes señalaron que en sus programas de las asignaturas ya se contemplan criterios de uso de las herramientas de IAGen (39%), lo cual en licenciatura y bachillerato ocurre en menor medida (28%) (ver figura 4).



Estrategias que de acuerdo con el estudiantado el profesorado emplea para incentivar el uso de la IAGen

Figura 4. Estrategias que de acuerdo con el estudiantado el profesorado emplea para incentivar el uso de la IAGen. Crédito: elaboración propia.

Discusión y conclusiones

En los resultados presentados, se puede observar que existe una amplia incorporación de las herramientas de IAGen, tanto en el profesorado como el estudiantado que participó en esta investigación. Si bien autores como García Peñalvo (2024) destacan el recelo que muchos profesores(as) y estudiantes pueden tener sobre el uso de estas herramientas, los datos presentados indican la presencia de este tipo de herramientas en las actividades educativas que se llevan a cabo en la unam, en los distintos niveles y sistemas educativos. Es así que más de la mitad de los docentes y estudiantes que contestaron el cuestionario señalaron emplear herramientas de IAGen, principalmente quienes pertenecen al nivel de bachillerato.

En relación con algunos de los usos que profesores(as) y estudiantes mencionaron, se pueden apreciar ciertas diferencias relacionadas al nivel educativo y el tipo de actividades académicas que se realizan. Por ejemplo, para las y los profesores y estudiantes de posgrado, los usos de la IAGen se enfocaron en actividades relacionadas con la investigación, lo cual puede estar relacionado a que en este nivel educativo la generación de conocimiento es una de las principales funciones que se realizan en la Universidad.

Es necesario advertir que la mayoría de las herramientas de IAGen de acceso gratuito, como ChatGPT o Gemini, no está diseñada específicamente para la búsqueda y análisis de literatura académica. De hecho, en muchas de éstas se producen “alucinaciones” o información falsa generada por la herramienta, lo cual conlleva el riesgo de desinformación. No obstante, es importante profundizar en este aspecto, ya que algunas versiones de IAGen cuentan con una suscripción de paga que permite realizar este tipo de búsquedas, además de que existen otras herramientas especializadas, que en sus versiones más completas y poderosas también generan un costo, por ejemplo, Elicit, Consensus o Scite.

En el caso del profesorado de licenciatura y bachillerato, si bien el empleo de la IAGen se relacionó con sus actividades de enseñanza, en particular, el diseño de actividades, materiales e instrumentos de evaluación, hay mayor presencia de un uso vinculado con la búsqueda y obtención de información, aunque en menor proporción que en el caso del posgrado. Por su parte, el estudiantado reportó emplear estas herramientas para apoyar su propio aprendizaje en actividades como explicar contenidos curriculares de forma más comprensible, proponer ideas para elaborar trabajos o apoyar la escritura de sus textos. Es importante resaltar el potencial que tienen estas herramientas para apoyar el estudio y el aprendizaje autodirigido, así como extender y profundizar la comprensión de los contenidos curriculares abordados en el aula. Sin embargo, se tiene que considerar que en ocasiones puede haber un uso inadecuado de la IAGen debido al contenido inventado que genera y a la dependencia excesiva de los usuarios, lo que puede llevar a una restricción del pensamiento crítico y creativo (García Peñalvo, 2024).

Un aspecto que sobresale en los resultados se refiere al mayor porcentaje de usos de IAGen reportados por los estudiantes de bachillerato en comparación con los de licenciatura y posgrado. Esto es relevante ya que muestra diferencias de uso a nivel generacional, lo cual es importante profundizar con estudios a futuro: ¿este mayor uso de la IAGen por las generaciones más jóvenes se debe a su mayor exposición a estas herramientas o, por el contrario, las y los estudiantes de posgrado tienen mayor cautela en el uso de las IAGen debido a las implicaciones éticas que pueden derivarse de su uso?

Si bien un porcentaje considerable del profesorado señala que incentiva y promueve el uso de las herramientas de IAGen, es necesario que esta integración cuente con criterios específicos de uso, tanto en las planeaciones de las y los profesores como en los programas de las asignaturas. Es por eso que el presente trabajo plantea la necesidad de establecer pautas pedagógicas sobre la manera en la que se pueda emplear la IAGen, así como un cambio en cómo se valora, evalúa y pondera el aprendizaje en las instituciones educativas, donde el fin último no sea entregar un producto libre de errores, sino que el énfasis esté colocado en el aprendizaje como proceso y en el desarrollo de conocimientos y habilidades, como el pensamiento crítico, la creatividad, el desarrollo de la voz del estudiante, y un enfoque ético en el que errar y equivocarse son parte de este proceso.

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  • Sánchez Mendiola, M., y Carbajal Degante, E. (2023). La inteligencia artificial generativa y la educación universitaria: ¿Salió el genio de la lámpara? Perfiles Educativos, 45 [Especial], 70-86. https://doi.org/10.22201/iisue.24486167e.2023.Especial.61692
  • Tufekci, Z. (2015). Algorithmic harms beyond Facebook and Google: Emergent challenges of computational agency. Colorado Technology Law Journal, 13(1), 203-218. http://ctlj.colorado.edu/wp-content/uploads/2015/08/Tufekci-final.pdf
  • unesco. (2024). AI competency framework for teachers. https://doi.org/10.54675/ZJTE2084


Recepción: 2024/12/02. Aprobación: 2025/01/06. Publicación: 2025/01/13.

Vol. 26, núm. 1 enero-febrero 2025

Las microalgas en los ríos de Morelos

Gerardo Daniel Castrejón Díaz, Migdalia Díaz Vargas, Luis Enrique Cruz Trujillo y Judith García Rodríguez Cita

Resumen

Este cortometraje documental presenta la diversidad de microalgas en los ríos del estado de Morelos, México. A través de la colaboración entre especialistas en divulgación científica audiovisual y en el campo ficológico, se aborda el papel fundamental de estos microorganismos fotosintéticos en la naturaleza. Se exploran tres de los grupos más abundantes: las algas verde-azules, las algas verdes y las diatomeas, que desempeñan una función vital en la absorción de dióxido de carbono y la liberación de oxígeno. El proyecto destaca su relevancia como productores primarios en las cadenas tróficas y bioindicadores de la calidad del agua. A lo largo de más de un año de trabajo, se compila información de investigaciones recientes realizadas en la región, contribuyendo a la comunicación sobre estos microorganismos acuáticos esenciales para la vida.
Palabras clave: microalgas, ríos de Morelos, fotosíntesis, biodiversidad acuática, ficológica.

The Microalgae in the Rivers of Morelos

Abstract

This documentary short film showcases the diversity of microalgae in the rivers of the state of Morelos, Mexico. Through the collaboration of specialists in audiovisual scientific communication and phycology, it addresses the fundamental role of these photosynthetic microorganisms in nature. Three of the most abundant groups are explored: blue-green algae, green algae, and diatoms, which play a vital role in carbon dioxide absorption and oxygen release. The project highlights their relevance as primary producers in food chains and bioindicators of water quality. Over more than a year of work, information from recent research conducted in the region is compiled, contributing to the communication of these aquatic microorganisms essential for life.
Keywords: microalgae, rivers of Morelos, photosynthesis, aquatic biodiversity, phycology.


La historia de este cortometraje documental se desarrolla en los ríos de Morelos, con el propósito de acercar al público al conocimiento de las microalgas presentes en estos cuerpos de agua. Las algas verde-azules, las algas verdes y las diatomeas son algunos de los grupos más abundantes en la región, y este trabajo busca resaltar su importancia ecológica. Estos microorganismos fotosintéticos son cruciales para la absorción de dióxido de carbono y la liberación de oxígeno, un proceso esencial para los organismos que respiran oxígeno. El material audiovisual se fundamenta en estudios realizados por investigadores morelenses especializados en el área ficológica, con el objetivo de destacar las características más relevantes de cada grupo algal y su papel en los ecosistemas acuáticos. Además, se exploran algunos métodos de muestreo para su visualización, proporcionando una valiosa herramienta para la conservación y el estudio de estos microorganismos en la región. El proyecto se llevó a cabo en la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (uaem).



Recursos complementarios:

Referencias

  • Díaz, G. A. (en preparación). Distribución temporal de las diatomeas epilíticas en el río Cuautla [Tesis no publicada, Universidad Autónoma del Estado de Morelos].
  • Flores, M. A. (en preparación). Diatomeas epilíticas de la microcuenca Coaxitlán (Morelos-Guerrero), México [Tesis no publicada, Universidad Autónoma del Estado de Morelos].
  • Gómez, F. J. (2017). Aspectos ecológicos de las diatomeas epilíticas y fitoplanctónicas en la microcuenca Coaxitlán (Morelos-Guerrero), México [Tesis de licenciatura, Universidad Autónoma del Estado de Morelos].
  • Landa, M. M. (2011). Comunidad epilítica y fisicoquímica del agua en el río Amacuzac, Morelos, México [Tesis de licenciatura, Universidad Autónoma del Estado de Morelos].
  • Rojas, R. A. (2020). Diatomeas epilíticas del tramo Cuernavaca-Xochitepec del río Apatlaco, Morelos, México [Tesis de licenciatura, Universidad Autónoma del Estado de Morelos].


Recepción: 2023/10/09. Aprobación: 2024/09/12. Publicación: 2025/01/13.

Vol. 26, núm. 1 enero-febrero 2025

Museos universitarios: oasis para la enseñanza y el aprendizaje

Nancy Araceli Galván Aguilar Cita

Resumen

Los museos universitarios constituyen un espacio valioso de saberes, prácticas y objetos de estudio para la comunidad educativa en la que se insertan y para la sociedad en general. La Universidad Nacional Autónoma de México cuenta con más de una veintena de museos activos para el deleite y disfrute de su comunidad. Estos recintos, dedicados al ámbito de las Artes, las Humanidades y las Ciencias, contribuyen con la salvaguardia y difusión del patrimonio cultural de la Universidad y de la humanidad.
Palabras clave: museos, docencia universitaria, recursos y estrategias didácticas.

University Museums: Oases for Teaching and Learning

Abstract

University museums represent a significant place for knowledge, practices and objects of study for the academic community in which they are a part of and for society in general. The National Autonomous University of Mexico has more than twenty active museums for the delight and enjoyment of its community. These venues, dedicated to the fields of Arts, Humanities and Sciences, contribute to the safeguarding and dissemination of the cultural heritage of the University and humanity.
Keywords: museums, higher education teaching, learning strategies, pedagogical resources.


Introducción

A decir del Consejo Internacional de Museos (icom, 2022):

Un museo es una institución sin ánimo de lucro, permanente y al servicio de la sociedad, que investiga, colecciona, conserva, interpreta y exhibe el patrimonio material e inmaterial. Abiertos al público, accesibles e inclusivos, los museos fomentan la diversidad y la sostenibilidad. Con la participación de las comunidades, los museos operan y comunican ética y profesionalmente, ofreciendo experiencias variadas para la educación, el disfrute, la reflexión y el intercambio de conocimientos.

Si bien, los recintos museísticos constituyen una fuente inagotable de posibilidades pedagógicas al ser depositarios y guardianes de colecciones variadas que cobran vida a través de múltiples discursos y prácticas educativas, los museos universitarios, además, gozan de la visión y proyección de la institución que los aloja y resguarda. Temas prioritarios y emergentes en la formación universitaria como la perspectiva de género, la sustentabilidad, los derechos humanos, la cultura de paz y no violencia, y la educación socioemocional, entre otros, tienen un lugar importante en los recintos museísticos de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam) para su estudio, reflexión y difusión. Ejemplos de ello son: el Museo de la Mujer, el Museo Universitario Arte Contemporáneo, el Pabellón Nacional de la Biodiversidad y el Memorial del 68 y Movimientos Sociales.

Museo Universitario Arte Contemporáneo

Figura 1. Entrada principal del Museo Universitario Arte Contemporáneo.
Crédito: autoría propia.

De acuerdo con la app Museos unam (unam, 2022), la Universidad cuenta con 29 espacios —en su mayoría abiertos a la comunidad universitaria y a la sociedad en general— cumpliendo con ello una de las funciones sustantivas de la institución: la difusión de la cultura.

Como pedagoga y docente universitaria, he encontrado desde el inicio de mi carrera profesional una gran fascinación por los museos como oasis para la enseñanza y el aprendizaje, dentro del campo de la educación no formal.1 Galerías y salas de exposiciones —erigiéndose como espacios de libertad (Burnham y Kai Kee, 2007), deleite y goce estético— fungen como promotores del saber y como agentes de transformación social a través de las múltiples prácticas educativas que en ellos tienen lugar: conferencias, talleres, ciclos de cine, festivales de cultura, ferias de libros, visitas guiadas y conciertos, por mencionar algunas. Las exposiciones museísticas, utilizadas como recursos educativos, nos brindan la posibilidad de explorar temas de nuestros programas de estudio de una forma original y lúdica; asimismo, nos permiten descubrir conexiones con otros campos del conocimiento y desarrollar actitudes y habilidades de observación, indagación, comunicación y diálogo, imaginación, creatividad, reflexión, asombro y empatía.

Museo

Son muchos los retos que los museos enfrentan en el contexto actual. Ante la vorágine de estímulos y opciones en términos de ocio y disfrute, tecnología e innovación, las instituciones museísticas deben mantenerse a la vanguardia al incorporar nuevas formas de comunicación e interacción con sus audiencias. No obstante, la experiencia educativa significativa que como docentes podemos generar y promover con nuestro alumnado en estos recintos es insustituible.

Referencias

Museos universitarios


Recepción: 2024/10/18. Aprobación: 2024/11/20. Publicación: 2025/01/13.

Vol. 26, núm. 1 enero-febrero 2025

Bolaño y la ética de la literatura: entre la marginalidad y la dignidad

Daniela Albarrán Cita

Resumen

Este ensayo analiza el compromiso ético, político y estético que Roberto Bolaño expresó a través de su obra literaria, particularmente en su relación con el movimiento infrarrealista. Se exploran cómo la ética y la estética se fusionan en su propuesta literaria, destacando su postura sobre la marginalidad, la crítica y la dignidad. Además, se revisan entrevistas y textos clave para entender su visión sobre la escritura y la poesía. En conclusión, se sostiene que Bolaño promovió una ética de la literatura que desafiaba el sistema literario establecido y que valoraba la dignidad del escritor en su lucha por la verdad literaria.
Palabras clave: Roberto Bolaño, ética literaria, infrarrealismo, compromiso político, marginalidad.

Bolaño and the Ethics of Literature: Between Marginality and Dignity

Abstract

This essay analyzes the ethical, political, and aesthetic commitment expressed by Roberto Bolaño through his literary work, particularly in relation to the infrarrealist movement. It explores how ethics and aesthetics merge in his literary proposal, highlighting his stance on marginality, criticism, and dignity. Additionally, interviews and key texts are reviewed to understand his views on writing and poetry. In conclusion, it is argued that Bolaño promoted an ethics of literature that challenged the established literary system and valued the dignity of the writer in their struggle for literary truth.
Keywords: Roberto Bolaño, literary ethics, infrarrealism, political commitment, marginality.


No nos publicarán libros ni incluirán muestras
de nuestro arte en sus antologías […]
Que tus palabras te sean fieles.
Roberto Bolaño

Hablar de Roberto Bolaño siempre lleva a la polarización: o lo amas o lo odias. Si bien es una de las figuras más importantes de la literatura latinoamericana, al menos en los últimos años,1 poco se ha hablado de una de las herencias extraliterarias que nos dejó, gracias a su particular forma de ver y vivir la literatura: la ética de un escritor.

El chileno fue conocido por “odiar” a Octavio Paz. Incluso, en una parte de Los detectives salvajes, los realvisceralistas “planean” el secuestro ficcional de este poeta; sin embargo, Bolaño, en una entrevista con Cristián Warneken,2 menciona que, de hecho, lo admiraba como poeta, pero que estaba en contra de la institución que representaba para el sistema literario mexicano. Es decir, él era el sistema y, por tanto, era necesario destruir las figuras de autoridad.



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Crédito: Carlos Escutia.

Es sabido que uno de los hitos más importantes del movimiento infrarrealista, comandado por el escritor chileno y el poeta mexicano Mario Santiago Papasquiaro, se fundamentó en estar en contra del sistema, ese que decide, de forma arbitraria, quién publica y quién no, sin importar la calidad literaria de las obras. Bolaño lo expresó claramente: “Básicamente, lo que molestaba mucho al estatus de la literatura mexicana de la época era que no estábamos en ninguna mafia, ningún grupo de poder. En la literatura mexicana siempre ha habido parcelas con señores de la guerra y sus samuraís. Nosotros no estábamos con ninguno” (Bolaño, en Maristain, 2012: 74). Esta es una herida que ha marcado el sistema literario mexicano, en el que se publican escritoras y escritores que el sistema sabe que no lo traicionarán, que se verán bien en las ferias de libros, que jamás dirán nada que los avergüence.

En ese sentido, Bolaño tenía una postura muy clara, que se refleja en toda su obra. De hecho, el infrarrealismo3 es un movimiento que, más allá de las cuestiones estéticas o poéticas, promueve una ética literaria, una ética del autor frente a su literatura y lo que lo circunda: publicar con dignidad. “Lo ético es asumir una marginalidad estratégica y crítica como poetas” (Medina en Maristain, 2012: 76). En ese sentido, esa marginalidad que promovió Bolaño y los infras se relaciona también con lo que él pensaba que era un poeta verdadero, pues no todas las personas que se dedican a la escritura poética son poetas “verdaderos”. Desde su perspectiva, existían los poetas verdaderos y los escribientes:4



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Crédito: Carlos Escutia.

Sí, sí, sí, yo creo que el poeta lo puede soportar todo, […] el poeta, el verdadero poeta, lo que pasa es que el panorama de los poetas, de mil poetas, hay dos poetas realmente, porque escribir poesía resulta de una facilidad bestial, con el verso libre, cualquiera emborrona, hace una página de prosa, y la corta arbitrariamente y ya tiene un poema. Pero eso no es un poema, evidentemente. La poesía, la poesía es difícil. Muy difícil y el ejercicio de la poesía. La comunión del poeta con esas cristalizaciones verbales permite que el poeta, después de eso, pueda soportarlo todo, pero el poeta, el poeta de verdad (Bolaño en Quezada, 2022).

Aunque esta clasificación puede parecer arbitraria y bilateral, ya que finalmente, ¿quién decide quién es o no un verdadero poeta?,5 hay que rescatar que responde también a otro término bolañiano: “letraherido”. Este término hace referencia a lo que él pensaba que la literatura provocaba en el alma. Tener una postura ética respecto a lo que se publica, con quién se hace e incluso los fines para la publicación, es también entender que la literatura, por ser una forma de vida, es dolorosa. Sólo los “verdaderos poetas” escriben desde la herida; aquellos tristes seres que se entregan en cuerpo y alma a la poesía son los que sufren los estragos de la literatura. Los escribientes pueden escribir y leer sin ningún problema ético, moral ni espiritual.



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Crédito: Carlos Escutia.

Según el escritor chileno, “Hay dos maneras de acercarse a la literatura, una es peligrosa y la otra no. La que no es peligrosa es haciéndolo a la manera que sale, sin el eje central de tu vida cotidiana” (Bolaño en Maristain, 2012: 225). Lo peligroso es ver a la literatura como una suerte de abismo, en el que el poeta no sabe qué hay en el fondo de eso. Esa es una forma casi suicida de vivir la literatura, pero también la vida, pues, en ese sentido, la literatura es “[…] saber meter la cabeza en lo oscuro, saltar al vacío, saber que la literatura básicamente es un oficio peligroso” (Bolaño en Paz Soldán, 2008:39).

Según Jorge Volpi (en Maristain, 2012: 231), “Bolaño es el escritor más político de las últimas generaciones latinoamericanas”. Siempre tuvo una postura política frente a su propia escritura, y eso lo demostró en la propuesta estética de los infrarrealistas,6 un grupo de poetas que, hasta el momento, ha sido poco estudiado y menos publicado. Pero, más allá del movimiento literario que pretendía ser un contrapeso a los pazianos,7 hay que entender que Bolaño nos dejó una herencia incalculable: el compromiso con lo que escribimos, la ética con el arte que hacemos y también asumir que la literatura está vacía si no se tiene un compromiso con ella.

Escribir no es sencillo, y publicar menos. Bolaño sabía que, a veces, uno tiene que vender la obra, porque, al final, la escritura es un oficio. Vivió precariamente durante gran parte de su vida, de hecho, romantizó la figura del poeta pobre; sin embargo, vendió su obra a Anagrama porque estaba enfermo, porque sabía que su obra tenía que ser publicada y porque es justo vivir de lo que uno escribe. Pero, a pesar de ese negocio, jamás dejó de escribir desde la marginalidad, y más allá de eso, nunca dejó de escribir desde la dignidad.

Referencias



Recepción: 2023/01/30. Aprobación: 2024/09/25. Publicación: 2025/01/13.

Vol. 26, núm. 1 enero-febrero 2025

Sororidad laboral: hacia una cultura de apoyo y equidad entre mujeres

Selene Castañeda Burciaga Cita

Resumen

La creciente incorporación de la mujer en diversas áreas laborales ha intensificado las dinámicas de rivalidad y competencia, exacerbando las brechas de género perpetuadas por el pensamiento patriarcal. Ante este panorama, la sororidad surge como una estrategia transformadora que fomenta la solidaridad y la alianza entre mujeres. Al establecer relaciones basadas en el reconocimiento mutuo de nuestras fortalezas y diferencias, se impulsa tanto el empoderamiento individual como colectivo. Promover la sororidad en el entorno laboral no sólo favorece la autorrealización y el éxito de las mujeres, sino que también impacta positivamente en el desempeño organizacional y en la creación de ambientes de trabajo más productivos y equitativos.
Palabras clave: sororidad, empoderamiento, mujeres en el trabajo, relaciones laborales, igualdad de género.

Labor Sorority: Towards a Culture of Support and Equity Among Women

Abstract

The increasing incorporation of women into various work sectors has intensified dynamics of rivalry and competition, exacerbating gender gaps perpetuated by patriarchal thinking. In this context, sorority emerges as a transformative strategy that fosters solidarity and alliances among women. By establishing relationships based on mutual recognition of our strengths and differences, both individual and collective empowerment are promoted. Promoting sorority in the workplace not only favors women’s self-realization and success, but also positively impacts organizational performance and the creation of more productive and equitable work environments.
Keywords: sorority, empowerment, women in the workplace, labor relations, gender equality.


Sororidad: repensar las relaciones entre mujeres

Cuando hablamos de las relaciones de género, solemos enfocarnos en el estudio de la interacción entre hombres y mujeres, es decir, desde una perspectiva intergenérica (géneros distintos). Sin embargo, resulta importante reconocer y analizar aquellas relaciones intragenéricas (del mismo género) entre mujeres. Esto cobra relevancia debido a la creciente incorporación de la mujer en diversos ámbitos, con una mayor presencia y despliegue de nuestras potencialidades.

Al respecto, existe una amplia variedad de información sobre las diferencias entre hombres y mujeres, basadas en aspectos culturales y educativos. Estas destacan cómo las mujeres, a lo largo de la historia, hemos sido consideradas inferiores al varón. Esta forma de abordar las diferencias ha propiciado un cambio de paradigma lento, pero prometedor, hacia una sociedad que busca la equidad entre géneros.

A pesar de los esfuerzos por lograr esta equidad y facilitar mayores oportunidades de desarrollo para las mujeres, persisten cuestiones que dificultan nuestro crecimiento. Entre ellas, las prácticas de enemistad entre nosotras mismas, que acentúan nuestras diferencias, ya sea por competencia o rivalidad. Esto abre la puerta a reflexionar sobre la posibilidad de construir una alianza entre mujeres, fundamentada en una relación de hermandad y solidaridad: la sororidad.

En este punto, me permito comentar que este tema, hasta hace algún tiempo, me resultaba ajeno. Comencé a ser consciente de las relaciones entre mis iguales cuando estas afectaron mi experiencia como mujer, persona y trabajadora. Por ejemplo, al tener que justificar mi progreso laboral basándome en méritos propios, esfuerzo y dedicación; o al acreditar la legitimidad de mis amistades con hombres. Sobre este último aspecto, es importante mencionar que crecí acompañada de hombres y normalicé las relaciones fraternales, amistosas y cordiales entre géneros. Nunca imaginé que fuera de mi entorno estas pudieran tener connotaciones distintas, y mucho menos negativas.

Derivado de estas experiencias, inicié un proceso de reflexión sobre cómo nos relacionamos las mujeres entre nosotras y cuánto de lo que hacemos puede potenciar o debilitar el desarrollo de otra mujer. Incluso me pregunté hasta qué punto he sido responsable de perpetuar esa enemistad histórica entre mujeres. Fue entonces cuando comprendí que, como sociedad y como mujeres, resulta más cómodo culpar al hombre de las dificultades de nuestro progreso. Sin embargo, una gran parte de los retos que enfrentamos son ocasionados por nosotras mismas.

Desde la sororidad, las mujeres podemos construir relaciones favorables, afirmándonos como iguales, reconociendo conscientemente las fortalezas de cada una y liberándonos del pensamiento patriarcal que fomenta la rivalidad entre pares. La sororidad, entonces, impulsa la autorrealización individual y colectiva.

En el ámbito laboral, donde las diferencias de género ya imponen un sinfín de dificultades, la rivalidad entre mujeres es palpable. Esta se manifiesta, por ejemplo, en el menosprecio de los logros o capacidades y en la desacreditación mutua. Por lo tanto, el reto es cómo propiciar la sororidad en este contexto, de forma que las mujeres celebremos los triunfos de nuestras iguales desde el reconocimiento de sus diferencias.

Hablamos de una reestructuración de los modos de crianza, de una nueva concepción de los roles preestablecidos para las mujeres y, sobre todo, de cómo nos percibimos entre nosotras mismas.

La sororidad: una alianza transformadora entre mujeres

La sororidad es una dimensión política, ética y práctica del feminismo contemporáneo que busca establecer relaciones positivas y alianzas entre mujeres para eliminar cualquier forma de opresión social, fundamentando el apoyo mutuo y el empoderamiento individual y colectivo (Lagarde, 2012). Según la Real Academia Española (rae, 2023), el término se define como “relación de solidaridad entre las mujeres, especialmente en la lucha por su empoderamiento”. Su origen etimológico proviene del latín soror, que significa hermana carnal.

De acuerdo con Lagarde (2012), la sororidad es intrínsecamente transformadora, ya que implica la amistad entre mujeres, quienes históricamente han sido colocadas como enemigas por el patriarcado. La autora describe este concepto como una alianza feminista que encarna la amistad entre mujeres. Diferentes culturas han adaptado el término: en francés es sororité, en italiano sororitá, y en inglés sisterhood. Por su parte, Delgadillo y Trejo (2022) subrayan que la sororidad es un pacto entre mujeres para combatir el mito de la competitividad destructiva y la superioridad basada en comparaciones de clase o apariencia. Estos autores destacan que la sororidad cuestiona los sentimientos de rivalidad implantados entre mujeres.

Retomando a Lagarde (2012), los objetivos ético-políticos de la sororidad incluyen la identificación entre mujeres como semejantes, la necesidad de una alianza de género, la defensa contra cualquier forma de violencia, la difusión del feminismo, y el reconocimiento de la legitimidad de la propia sexualidad y la de las demás. Por su parte, Pérez et al. (2018) plantean que la sororidad es un espacio de mediación para alcanzar la plenitud como mujeres, dirigiendo habilidades como el cuidado hacia una misma y hacia otras mujeres. Además, proponen que esta alianza colaborativa ayuda a evitar la competencia destructiva, independientemente de las afinidades personales, y promueve el reconocimiento mutuo.

En síntesis, la sororidad representa una solidaridad entre mujeres que fomenta una sociedad más justa y equitativa. Busca erradicar los pensamientos limitantes que han sido impuestos y reproducidos entre mujeres, los cuales han obstaculizado el crecimiento colectivo y perpetuado la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres.



Nube de palabras

Superando la enemistad histórica: el desafío de la sororidad

La sociedad actual carga con una enemistad histórica entre mujeres y una división interna del género femenino, manifestada en la constante antagonización entre pares. Como señala Lagarde (2012), la sororidad busca desarmar esta rivalidad para construir relaciones entre mujeres basadas en afirmaciones individuales y respeto mutuo. Según la autora, las mujeres suelen compararse de manera competitiva, exaltando como superior lo propio o lo ajeno.

Estas relaciones de amor-odio entre mujeres están condicionadas por la envidia, que fomenta la rivalidad y perpetúa la competencia por espacios en un mundo patriarcal. En este escenario, el ascenso de una mujer a menudo implica la eliminación de otra, ya sea por diferencias ideológicas, valores antagónicos o creencias. Este enfrentamiento desempodera a las mujeres, fragmentando su fuerza política y colectiva (Lagarde, 2012).

Reconocer el origen de esta enemistad es fundamental para erradicarla. Lagarde (2012) explica que esta rivalidad surge de la organización patriarcal del mundo y es reforzada desde la educación y la socialización de género. Por ello, es indispensable combatir cualquier forma de violencia entre mujeres, como la deslegitimación, la desconfianza, el descrédito o la discriminación. La sororidad ofrece una vía para desmontar estas dinámicas y desarraigar la enemistad histórica.

Mejía-Vázquez et al. (2021) señalan que la vida de las mujeres está definida por estructuras patriarcales de poder, que perpetúan diversas formas de opresión a través de la competencia y el enfrentamiento entre mujeres. A su vez, Pérez et al. (2018) cuestionan cómo las mujeres pueden exigir empatía hacia sus problemáticas si no practican la solidaridad entre ellas mismas. De este modo, la sororidad se posiciona como una herramienta clave para desmantelar la confrontación misógina internalizada y promover alianzas constructivas entre mujeres.

Sororidad en el trabajo: construyendo espacios de apoyo y respeto

Existen comportamientos dentro de la dinámica laboral de las mujeres que a menudo se realizan sin analizar su impacto. Sin embargo, el actuar que atente contra otra mujer no debe justificarse en hábitos o rutinas establecidas. Es necesario tener plena conciencia del rol que desempeñamos como compañeras, madres, hermanas, hijas, o en cualquier otra faceta de nuestras vidas.

Como señala Lagarde (2012), en la sociedad capitalista las mujeres nos vemos en una constante lucha entre nosotras para ocupar espacios y avanzar en nuestras posiciones, lo cual se ha vuelto una práctica normalizada. Para construir relaciones laborales solidarias y crear un entorno seguro para todas, es imprescindible dejar de producir juicios sobre el comportamiento de otras mujeres.

De acuerdo con Lagarde (2012), la sororidad depende de distintas condiciones, entre las que destacan la conciencia de género, es decir, reconocer “yo soy mujer, yo soy la otra mujer”; valorar las diferencias y semejanzas entre nosotras; considerar la individualidad de cada una y, finalmente, avanzar unidas, compartiendo recursos, espacios y bienes, para impulsar a aquellas con mayores necesidades, potenciándonos unas a otras.

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Además, como lo plantea Martínez (2017), el empoderamiento requiere establecer relaciones interpersonales con mujeres de más experiencia, fomentando la mentorización en el ámbito laboral, ya sea formal o informal, sin jerarquías, sino como un aprendizaje colectivo donde todas podamos aportar.

Es fundamental celebrar los logros de nuestras compañeras, reconociendo el valor de su esfuerzo sin prejuicios sobre cómo alcanzan mejores condiciones laborales. También se debe respetar las decisiones de las mujeres respecto a su cuerpo, apariencia y forma de vestir, promoviendo una cultura de aceptación y evitando las críticas. Asimismo, es necesario rechazar cualquier forma de acoso o violencia hacia las mujeres y apoyar su testimonio.

En esta misma línea, Lavoignet et al. (2023) enfatizan la importancia de generar entornos laborales saludables, promoviendo una cultura de paz, inclusión y equidad de género. La sororidad debe ser parte de la concientización en los centros de trabajo, fomentando redes de apoyo que fortalezcan las habilidades de las mujeres. Así, la plenitud de la mujer se convierte en una responsabilidad colectiva, que comienza con cómo nos percibimos, apoyamos y respetamos entre nosotras.

Ser sorora: hacia una transformación colectiva y solidaria

Hablar del empoderamiento de la mujer es hablar de un proceso de transformación individual que trastoca lo colectivo. Es la modificación de una sociedad que transite hacia el reconocimiento de la individualidad de la mujer y, al mismo tiempo, impulse un deseo de apoyo entre mujeres, independientemente de la relación que guarde una con la otra, es decir, fundando nuestras relaciones en la sororidad.

Ser sorora es la trascendencia del pensamiento a la acción, lo cual no sólo se da desde las trincheras sociales o políticas, sino que puede ser resuelto desde el lugar que cada mujer ocupe, ya sea como inspiración para las nuevas generaciones o como refuerzo para las que ya se encuentran en la lucha laboral diaria. Los actos se reflejan en pequeños gestos de apoyo, tales como el reconocimiento al trabajo, palabras de aliento, respeto a las decisiones de las demás, e incluso con el silencio al no replicar comentarios dañinos que transgredan la moral de la mujer.

Hablamos entonces de la conciencia del concepto de sororidad, ya que, si bien pueden existir prácticas solidarias entre mujeres en los centros de trabajo, éstas no siempre permean en todas las que allí trabajan, debido a que suelen darse entre grupos aislados y con afinidad. Por lo tanto, no existe una cultura corporativa y colectiva de apoyo entre todas las mujeres, y por ende, prevalece la rivalidad y competencia que promueven la brecha de la mujer frente al hombre.

Sin duda, la sororidad en el trabajo puede ser un factor de éxito que se encamine no sólo al desarrollo y plenitud de la mujer, sino que pueda repercutir en el desempeño laboral, de tal forma que los centros de trabajo evidencien una mejor productividad y un adecuado clima organizacional. Vale decir que ser sorora es una responsabilidad que cada mujer asume para propiciar su crecimiento y el de las demás; sin embargo, las acciones no deben ser exclusivas de las mujeres, ya que tanto hombres como mujeres deben abonar a una sociedad inclusiva y respetuosa de las singularidades de cada persona, concibiéndose desde una perspectiva holística.

¡Basta de luchar entre nosotras! Transformemos esas ansias de superación y justicia en una lucha para y por nosotras. Seamos una luz que guíe el transitar de las próximas generaciones. Honremos a esas mujeres que se esfuerzan día a día, en lo cotidiano, en lo simple o en la complejidad del mundo laboral masculinizado. Para mí, ser sorora es trascender más allá de las limitaciones y enemistades entre mujeres, un nivel de pensamiento individualista arraigado y perpetuado en cada mujer, de tal manera que podamos liberarnos y desplegar todas nuestras potencialidades en beneficio de una mejor sociedad y un crecimiento al unísono con todas nuestras hermanas.

Recursos complementarios:

Referencias



Recepción: 2023/10/03. Aprobación: 2024/09/11. Publicación: 2025/01/13.

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Revista Digital Universitaria Publicación bimestral Vol. 18, Núm. 6julio-agosto 2017 ISSN: 1607 - 6079