Vol. 24, núm. 2 marzo-abril 2023

Cambio climático y diversidad sexogenérica: reducir la vulnerabilidad también es cuestión de equidad

Francisco Almonacid Buenrostro Cita

Resumen

El cambio climático tiene una gran afectación sobre los grupos vulnerables, incluidas las personas que conforman la diversidad sexogenérica. En este artículo se explora la relación entre la vulnerabilidad ante el cambio climático y la diversidad sexogenérica en distintos contextos; también se presentan algunos ejemplos de los impactos desbalanceados del cambio climático para estos grupos. Es importante visibilizar este tema con la finalidad de perfilar alternativas que permitan reducir la inequidad y la vulnerabilidad ante el cambio climático para esta población. En este trabajo se identifican algunos de los factores considerados como causantes de dicha vulnerabilidad y se mencionan algunas alternativas para reducirla.
Palabras clave: diversidad sexogenérica, cambio climático, vulnerabilidad.

Climate change and gender diversity: reducing vulnerability is also a matter of equity

Abstract

Climate change will affect vulnerable groups, including sexual and gender-diverse communities. This text aims to explore the relationship between vulnerability to climate change and sexual and gender diversity. Even though this topic is becoming increasingly relevant, there is a theoretical gap in its approach. It is critical to analyze it in order to outline alternatives that will allow reducing inequity and vulnerability to climate change for this population. Here, we identify some of the factors considered as causing this vulnerability. In addition, we mention some alternatives to reduce vulnerability to climate change.
Keywords: sexual and gender diversity, climate change, vulnerability.

Introducción

Los reportes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, por sus siglas en inglés ipcc (2021), señalan que los grupos vulnerables se verán afectados en mayor medida a causa de los impactos del cambio climático. Entre las causas se encuentran la inequidad y marginalización ligadas al género (United Nations y Framework Convention on Climate Change, 2019). En el caso de las poblaciones que integran a la diversidad sexogenérica, la afectación provoca una mayor vulnerabilidad que se traduce en estigma social, falta de empleo formal y acceso limitado a espacios seguros (Goldsmith y Bell, 2022).

Es decir, para las poblaciones que integran la diversidad sexogenérica, la vulnerabilidad ante el cambio climático constituye una amenaza a sus medios de vida, su salud y seguridad. De esta situación todavía no hay suficiente documentación, existen pocos textos que hablen de cómo estas poblaciones se ven afectadas por el cambio climático (Vinyeta et al., 2015). Lo cual, más que negar que exista una relación entre ambas cuestiones, es una prueba de la invisibilidad sistemática que origina que estas comunidades se enfrenten a desafíos únicos para hacer frente al cambio climático (Borderon et al., 2021; Dwyer y Woolf, 2018), así como a otros peligros que se ven agravados por las experiencias de discriminación y violaciones a los derechos humanos en su vida cotidiana (por ejemplo, Takács, 2006).

Con la finalidad de contribuir a subsanar ese vacío en la literatura, en este texto se identifican algunos de los factores a los que se asocia la vulnerabilidad de las poblaciones que integran a la diversidad sexogenérica ante el cambio climático. También se describen algunos ejemplos que consideran que la reducción de esta vulnerabilidad contribuye a la equidad de género.

La relación entre la población de la diversidad sexogenérica y la vulnerabilidad que enfrentan ante el cambio climático

Como punto de partida, consideramos que el término diversidad sexogenérica hace referencia a una categoría de subalternidad, porque proporciona un corpus teórico-analítico que se centra en los sectores que se consideran marginados y en las clases inferiores de las sociedades (ver Carbalido Coria y Torres Cruz, 2014). También, diversidad sexogenérica se refiere a todas las posibilidades que tienen las personas de asumir, expresar y vivir su sexualidad, así como su identidad y su orientación sexual (González Barreda y Raphael de la Madrid, 2019; ver video 1).



Video 1. ¿En qué consiste y cómo se nombra la diversidad sexual? (Cultura UNAM, 2019).


De hecho, este concepto permite la inclusión de otras identidades, como la idea de tercer género que existe en otros países no occidentales (ver Castañeda Camey et al., 2020); aunado a las categorías ampliamente usadas para referirse a las personas lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales (ver video 2).



Video 2. Terminologías LGBTI (Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 2018).


En este sentido, debemos señalar que por primera vez México cuenta con una encuesta nacional sobre diversidad sexual y de género, la endiseg (inegi, 2022). La figura 1 muestra algunos de los datos más relevantes contenidos en ella. Se destaca el porcentaje y número de personas que se identifican como parte de la diversidad sexogenérica, el rango de edades, su estado civil, y las principales entidades que concentran la mayor cantidad de personas que son parte de la diversidad sexogenérica.



Datos INEGI 2022 encuesta nacional diversidad sexual y de género

Figura 1. Datos relevantes presentados en la encuesta nacional sobre diversidad sexual y de género.
Crédito: elaboración propia a partir de datos del INEGI (2022).

Teniendo esto en mente, para tratar de entender cómo afecta el cambio climático a las poblaciones que integran la diversidad sexogenérica debemos de enfatizar que éste afecta a las personas de manera diferente, y los más discriminados son los más afectados, alterando su capacidad para garantizar sus derechos a la seguridad y el acceso a la justicia social (Whitley y Bowers, 2023). Incluso se ha documentado que, en general, las poblaciones de la diversidad sexogenérica tienen menor seguridad financiera que sus contrapartes heterosexuales y cisgénero (DeFilippis, 2016) y, por lo tanto, menor capacidad para responder ante eventos climáticos.

Es decir, los eventos como olas de calor extremo o huracanes afectan de manera desproporcionada a las comunidades vulnerables, en particular, a las personas de la diversidad sexogenérica (Castañeda Camey et al., 2020, p. 143; Kivioja et al., 2023, p. 2). Esto es importante porque, entre los adultos jóvenes, las personas de la diversidad sexogenérica tienen un riesgo mayor de quedarse sin hogar que las personas que no son parte de estas poblaciones (ver Takács, 2006). Asimismo, las personas transgénero son más propensas a quedarse sin refugio debido a la discriminación que sufren en los espacios destinados para cuando ocurre un desastre (Takács, 2006, p. 3). Estas poblaciones vulnerables corren el riesgo de hipotermia, hipertermia, dificultad respiratoria por el humo de los incendios forestales y enfermedades infecciosas por inundaciones, entre otras condiciones (Reta, 2022).

De manera adicional, durante los desastres naturales, es posible que las familias homoparentales y lesbomaternales no reciban apoyos destinados para este fin si el Estado no las reconoce como parejas legítimas en los marcos normativos que operan al respecto (Whitley y Bowers, 2023). De forma similar, las personas no binarias no siempre tienen acceso a servicios específicos, pueden ser rechazadas en los refugios de emergencia o enfrentar otros desafíos para recibir ayuda durante los esfuerzos de rescate y recuperación (Castañeda Camey et al., 2020, p. 143). El estigma en torno a la diversidad sexogenérica provoca que algunos miembros de la comunidad desconfíen de buscar ayuda por temor a ser discriminados o condenados al ostracismo (Badgett, 2014).

Factores a los que se asocia la vulnerabilidad ante el cambio climático

Después de haber considerado algunos datos sobre las poblaciones de la diversidad sexogenérica y las afectaciones que sufren a causa del cambio climático, ahora revisaremos cuáles son los factores a los que se asocia la vulnerabilidad ante el cambio climático. Para ello, la figura 2, basada en los trabajos de Gee y Payne (2004) y Goldsmith y Bell (2022), muestra algunos de los principales factores causantes de la vulnerabilidad ante el cambio climático. Si bien no pretende ser exhaustiva, ilustra la complejidad asociada a la vulnerabilidad que enfrentan las poblaciones de la diversidad sexogenérica. De este modo, la vulnerabilidad ante el cambio climático es causada, principalmente, por factores institucionales, factores personales y factores ambientales que actúan como estresores.



Factores asociados a la vulnerabilidad ante el cambio climático para poblaciones LGBTIQ+

Figura 2. Factores asociados a la vulnerabilidad ante el cambio climático para las poblaciones de la diversidad sexogenérica.
Crédito: elaboración propia a partir de los trabajos de Gee y Payne (2004), y Goldsmith y Bell (2022).

Además, los factores asociados a la vulnerabilidad en muchas ocasiones se conjugan entre sí, dando como resultado entornos cada vez más precarios para las personas. En palabras de Vinyeta et al.:

Las mujeres y poblaciones de la diversidad sexogenérica pertenecientes a comunidades originarias se ven afectadas en mayor medida porque interseccionan su raza y su género, dando lugar a un conjunto de retos ambientales y socioeconómicos que afectan su resiliencia ante el cambio climático. (2015, p. 21)

Por su parte, los determinantes sociales de la salud, como las condiciones de vivienda, las oportunidades económicas y el acceso a la atención médica, pueden afectar negativa y desproporcionadamente a la población de la diversidad sexogenérica, y además reducen su capacidad para responder al daño ambiental. Por ejemplo, obtener la atención médica necesaria (Goldsmith y Bell, 2022).

Reducir la vulnerabilidad ante el cambio climático es una cuestión de equidad

Para comenzar a reducir la vulnerabilidad ante el cambio climático se requiere de un cambio de paradigma que permita atender esta problemática y que incorpore la perspectiva de equidad de género2. Para ello, son prioritarias las acciones que disminuyan la vulnerabilidad que las poblaciones de la diversidad sexogenérica presentan frente al cambio climático. Dicho cambio de paradigma debe de verse reflejado e ir acompañado de modificaciones en las políticas implementadas desde el Estado. Esto no es un asunto menor, pues, al menos en el caso de México, en términos generales, el Estado ha actuado como el principal mediador entre la naturaleza y la sociedad (Boyer y Cariño Olvera, 2018). Trazar esa ruta es una tarea necesaria, sobre todo para reducir las brechas de desigualdad. De este modo, se considera que una manera viable de reducir la vulnerabilidad, en términos de lo que expresa el reporte del ipcc (2022), sobre impactos, adaptación y vulnerabilidad, es justo a través de la implementación de políticas públicas. Principalmente, porque las poblaciones de la diversidad sexogenérica han sido objeto de políticas federales y locales que conducen a altos niveles de discriminación institucional en sectores como la vivienda, el empleo, y la salud (Goldsmith y Bell, 2022).

Entre los ejemplos de cambios que consideran una cuestión de equidad la reducción de la vulnerabilidad ante el cambio climático, se encuentra la integración de consideraciones de género en políticas, planes y acciones climáticas nacionales (United Nations y Framework Convention on Climate Change, 2019). Estos tienen en cuenta como grupos vulnerables a las comunidades urbanas pobres, rurales y remotas, personas lgbtiq+, y mujeres. En el mismo sentido, Roy et al. (2022) identifican que las acciones de adaptación al cambio climático deben de incorporar de manera intencional objetivos centrados en el género en las etapas de priorización, diseño, planificación e implementación, para que tengan impactos positivos en la igualdad de género (Kivioja et al., 2023). En otro ejemplo, la empresa estatal de petróleo y gas de México, Pemex (Petróleos Mexicanos), ha implementado, con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (pnud), una estrategia institucional de inclusión social para crear conciencia sobre la igualdad de género y la no discriminación, y para empoderar a las mujeres y empleados lgbtiq+ en sus lugares de trabajo (Castañeda Camey et al., 2020, p. 122).

Por todo esto, las acciones orientadas a la reducción de la vulnerabilidad en el contexto del cambio climático deben asegurar, como condición necesaria, la igualdad de derechos, oportunidades y trato igualitario para las personas que integran las poblaciones de la diversidad sexogenérica. Además, las acciones deben aplicarse de manera local y en los casos donde exista la oportunidad de modificar los ordenamientos aplicables en la materia. Esto incluye los instrumentos que contemplen la mitigación y adaptación al cambio climático, así como las estrategias locales y los programas de acción climática, al igual que los instrumentos que orientan la atención a las personas de la diversidad sexogenérica para garantizar las medidas de adaptación y mitigación al cambio climático.

Conclusiones

La vulnerabilidad ante el cambio climático que enfrentan las personas que forman parte de la diversidad sexogenérica tiene múltiples causas. Aún queda mucho por avanzar, debido a que hoy la inclusión aún está limitada por las barreras del modelo que no contempla por completo a las poblaciones de la diversidad sexogenérica, y que mantiene invisibilizados los desafíos que viven frente a los impactos del cambio climático.

Existe la posibilidad de que se orienten las acciones necesarias para reducir la vulnerabilidad en el contexto del cambio climático, las cuales deben asegurar la igualdad de derechos, oportunidades y trato equitativo para comunidad de la diversidad sexogenérica.

Además, las políticas climáticas, las estrategias locales y los programas de acción climática, así como los instrumentos que dan atención a las personas de la diversidad sexogenérica, representan un área de oportunidad. Esto permite enfrentar los desafíos que representan los impactos del cambio climático, especialmente para grupos vulnerables como el que conforman la diversidad sexogenérica.

Referencias

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Recepción: 15/11/2022. Aprobación: 15/02/2023.

Vol. 24, núm. 2 marzo-abril 2023

Cambio climático: amenaza para la ballena gris

Omar García Castañeda y Lorena Viloria Gómora Cita

Resumen

El cambio climático está teniendo efectos en prácticamente todas las zonas oceánicas, entre las que destacan sitios tan importantes como el Océano Ártico, debido a su gran número de especies y procesos oceanográficos. El aumento de temperatura y derretimiento de hielo oceánico genera alteraciones tales como el incremento de la productividad en la columna de agua y la disminución en los nutrientes del fondo marino. Una de las especies más impactadas por estos cambios es la ballena gris (Eschrichtius robustus), que se alimenta durante el verano de pequeños invertebrados del fondo ártico y durante los meses de invierno realiza una de las migraciones más grandes a las lagunas de reproducción en la península de Baja California, México. Asociado a una falta de alimento, a partir de 2019 se reportó un Evento de Mortalidad Inusual de la ballena gris, en el que además de organismos varados, se registró un incremento en el número de ballenas con una condición nutricional pobre y una disminución en la cantidad de crías. Aquí describimos los efectos que el cambio climático está provocando en la ballena gris a nivel global y compartimos algunos de los resultados de estudios realizados por el Programa de Investigación de Mamíferos Marinos de la Universidad Autónoma de Baja California Sur.
Palabras clave: cambio climático, ballena gris, océano ártico.

Climate change: threat to the gray whale

Abstract

Climate change is having effects in areas such as the Arctic Ocean, an important site for a large number of species and oceanographic processes. The increase in temperature and melting of ocean ice is having effects such as increased productivity in the water column and a decrease in nutrients from the seabed. One of the species most impacted by these changes is the gray whale (Eschrichtius robustus), which feeds during the summer months on small invertebrates from the Arctic seabed and during the winter months makes one of the largest migrations to the lagoons of reproduction in the peninsula of Baja California, Mexico. Associated with a lack of food, as of 2019 an Unusual Mortality Event of the gray whale was reported, in which, in addition to stranded organisms, an increased number of whales with a poor nutritional condition and a decrease in the number of calves. In this paper we describe the effects that climate change is having on the gray whale at a global level, and we show the results of the studies carried out by the Programa de Investigación de Mamíferos Marinos of the Universidad Autónoma de Baja California Sur.
Keywords: climate change, gray whale, arctic ocean.

Introducción

El cambio climático está provocando distorsiones sin precedentes en los ecosistemas marinos de todo el mundo, obligando a la biota oceánica a adaptarse a nuevos estados ambientales. Quizá uno de los indicadores más claros de las alteraciones observables en el clima, es la pérdida de hielo en los mares del Ártico. En 2020 el Artic Report Card reportó un aumento de 1.9°C respecto al promedio anual en la temperatura correspondiente a 1981-2010, lo que trajo consigo una disminución significativa en el espesor del hielo marino de 12.6% por década (figura 1) (Notz y Stroeve, 2018).



Océano Ártico y extensión de hielo histórica

Figura 1. Océano Ártico y extensión de hielo histórica. A) Se muestra la diferencia entre la superficie de hielo marino en septiembre 2017, la línea amarilla muestra la extensión media histórica en el mismo mes (disponible en: earthobservatory.nasa.gov). B) Porcentajes mensuales de anomalías en la extensión de hielo marino (disponible en: nsidc.org). Crédito: elaboración propia.

Cabe mencionar que el hielo marino ártico desempeña un papel transcendental como plataforma para mamíferos marinos y aves, además funge como hábitat para una comunidad altamente especializada de algas, bacterias, invertebrados y microrganismos que contribuyen a los ciclos biogeoquímicos de los mares polares. Los organismos de esta zona se han especializado y adaptado a los ciclos de congelación en invierno y derretimiento de hielo en la primavera y verano. Al inicio de la primavera, cuando el agua aún está muy fría, el fitoplancton (algas unicelulares) crece poco debido a la temperatura, permitiendo que nutrientes como el carbono puedan llegar al sedimento y sean aprovechados por los organismos del fondo marino (bentónicos). Sin embargo, el cambio climático está propiciando un calentamiento anormal del océano, así como cambios en las dinámicas oceanográficas, por lo que ahora el fitoplancton crece rápidamente desde inicios de la primavera, disminuyendo la exportación de carbono al fondo marino, lo que repercute negativamente sobre las comunidades bentónicas (Frey et al., 2022).

La ballena gris: especie centinela

La ballena gris (Eschrichtius robustus) se alimenta en los mares árticos durante el verano y realiza uno de los viajes migratorios más sorprendentes en el mundo, nadando cerca de 11,000 km hasta las aguas cálidas de Baja California Sur en México, para aparearse, parir y cuidar a sus crías durante los meses de invierno (figura 2). Aunque la ballena gris también puede alimentarse de microorganismos en la columna de agua (plancton), es la única especie de ballena que se alimenta dragando el sedimento del fondo marino. Sus principales presas son pequeños crustáceos marinos llamados anfípodos, que viven en el suelo de los mares de Bering y Chukchi (figura 1). Dada la alta sensibilidad de las ballenas grises a los cambios en el Ártico, fue una de las primeras especies de cetáceos en ser reconocida como centinela del ecosistema (Moore et al., 2014).



Movimientos de una ballena gris

Figura 2. Movimientos de una ballena gris marcada el 12 de febrero en la zona de reproducción y su migración a las zonas de alimentación en verano
(Tomado de: Urbán et al., 2021).

Efectos del cambio climático en la ballena gris y su visita a aguas mexicanas

Mortalidad inusual y ballenas flacas

Directamente relacionado con el efecto que el cambio climático está provocando en las comunidades bentónicas del ártico, incluyendo el principal alimento de la ballena gris, recientemente se declaró un Evento de Mortalidad Inusual (ume por sus siglas en inglés). El ume fue derivado de un reporte realizado por la nooa, en el cual 384 ballenas grises vararon muertas entre 2019 y 2020 en las costas de México, Estados Unidos y Canadá. Esta cifra contrasta enormemente con los 15 organismos varados registrados por año entre 2000 y 2018 (nooa, 2021). En México, entre 2019 y 2022 se reportaron anualmente entre 38% y 78% de las ballenas varadas, principalmente adultos y jóvenes, tanto hembras como machos.

La evaluación visual de las poblaciones de ballena gris por medio de fotografías a nivel del dorso y a partir de vehículos aéreos no tripulados (drones), que forman parte del monitoreo del Programa de Investigación de Mamíferos Marinos de la Universidad Autónoma de Baja California Sur (primmauabcs) y Laguna San Ignacio Ecosystem Science Program (lsip) en la laguna de reproducción de San Ignacio, bcs (lsi), han permitido describir un aumento en la proporción de ballenas flacas (principalmente ballenas solitarias y jóvenes) entre 2018 y 2020 y un aumento en la proporción de hembras lactantes en condición ‘regular’ entre 2018 y 2019 (figura 3) (Christiansen et al., 2021; Ronzón-Contreras et al., 2020).



Aumentó la proporcion de ballenas grises lactantes en condición regular

Figura 3. A) Ballenas con condición corporal normal y pobre a partir de técnica de fotografía. Las flechas señalan la depresión de la escapula, lo que indica una condición corporal pobre (Fotos de PRIMMA-UABCS y LSIP).
B) Serie de fotos tomadas con drones. Se observan tres condiciones de cuerpo, normal, regular y pobre (Fotos: Fabián Rodríguez-González de PRIMMA-UABCS y LSIP).

Efecto en la producción de crías

Hasta ahora se piensa que la mala nutrición podría haber afectado la tasa reproductiva de las ballenas, de acuerdo con datos generados por el primmauabcs, en los últimos cinco años (2018-2022) en las lagunas de San Ignacio y Bahía Magdalena (bmag), en México hubo una caída importante en el número de crías de ballena gris. En LSI la cantidad de hembras con cría contadas entre 2011 y 2017, promedió 60 pares, hasta casi 130 durante marzo, sin embargo, para 2022 durante toda la temporada se mantuvo un conteo de menos de 10 parejas de hembras con cría y un máximo de 18 pares en marzo. En el caso de bmag, particularmente en el canal Santo Domingo, un área históricamente descrita como importante para las hembras con cría, se contaron 55 y 44 pares de madres con cría durante 2016 y 2017, respectivamente, mientras que en 2019 sólo se contabilizaron 6 y únicamente 2 para 2022. Sin embargo, estas pocas hembras con crías fueron observadas con buena condición corporal (Valerio-Conchas et al., 2022). Esto puede deberse a que las hembras están tomando más tiempo para recuperar la energía invertida en alimentar a las crías. Al pasar más tiempo en la zona de alimentación, evitan migrar bajo un déficit de energía y posponen la reproducción hasta obtener reservas adicionales de grasa (Perryman et al., 2020).

También se ha descrito que la cantidad de ballenas grises en las lagunas de reproducción depende de la temperatura del agua. Con temperaturas menores al promedio, las ballenas viajan más al sur, e incluso entran al Golfo de California (Salvadeo et al., 2015; Urbán et al., 2022).

Posibles respuestas de la ballena gris al cambio ambiental

Se ha descrito que la ballena gris tiene la adaptabilidad para alimentarse de presas en la columna de agua, secundariamente a las presas de fondo (su principal comida). Este cambio ayudó a que la especie lograra adaptarse a los eventos de glaciaciones del pleistoceno (Pyenson y Lindberg, 2011), por lo que se presume, podría ayudar también en la situación actual. De hecho, se reconoce que un grupo de alrededor de 200 ballenas grises identificadas entre las costas de Canadá y California, puede cambiar entre varias especies de presas según su disponibilidad a lo largo de todo el año (Nelson et al., 2008). De acuerdo a lo anterior, actualmente algunas investigaciones están dirigidas a conocer qué tanto el resto de la población de ballenas grises podría presentar esta misma capacidad y si este cambio puede cubrir el requerimiento energético para sus actividades de migración, preñez y amamantamiento de crías, entre otras (Moore et al., 2022).

Conclusión

El cambio climático está influyendo negativamente en la región del Océano Ártico y en las comunidades biológicas que lo habitan. Los impactos observados en el comportamiento de las ballenas grises hasta ahora se relacionan con el cambio de presas, la forma de alimentación y el tiempo que podrían tardar en recuperar la energía gastada en la migración. Si bien, las ballenas tienen facilidad de adaptación para alimentarse de presas diferentes, es posible que estas no le aporten la suficiente energía para realizar la migración y la reproducción. Aún no conocemos del todo el impacto que el cambio climático vaya a tener en el futuro, tampoco si la población de ballena gris se recupere de este evento de mortalidad y desnutrición. Por ahora, es fundamental que se incrementen los estudios que permitan conocer mejor los cambios futuros en los mares árticos, así como los efectos sobre su dinámica oceanográfica y sobre las especies que lo habitan.

Referencias

Recepción: 10/11/2022. Aprobación: 16/02/2023.

Vol. 24, núm. 2 marzo-abril 2023

Cambio climático para mí, para ti, para todas, todos, todes

Guillermo Murray-Tortarolo y Rafael Ojeda-Flores Cita

El cambio climático ya nos alcanzó, como lo muestra indudablemente el último reporte de El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (el famoso ipcc). Estamos experimentando un incuestionable aumento térmico planetario, debido a la constante emisión de gases de efecto invernadero ligada a las actividades humanas. Junto con ello se acompañan cambios en la precipitación, en los extremos climáticos (como las sequías, las inundaciones y los huracanes) y en la estacionalidad dentro del año. Los impactos que esto trae y traerá son muchos, pero con eso también las oportunidades para generar una nueva forma de relacionarnos con la naturaleza y nuestro mundo. En este número especial de la Revista Digital Universitaria abordamos el tema del cambio climático moderno desde muchas perspectivas.

En un comienzo tenemos una hermosa colección de artículos sobre cambio climático y nuestra propia humanidad. En el primer artículo, Fabiola Murguía nos cuenta cómo han sido los cambios en el clima durante toda la historia de la humanidad en “Los cambios climáticos durante el tiempo del Homo sapiens; esto da paso a preguntarnos si como humanidad hemos vivido tantos extremos, ¿será que el cambio climático tiene algo realmente que ver con nosotros?, la respuesta está en el artículo “Más allá de la negación: aceptar nuestro papel en el cambio climático” por Harumi Takano. Más allá, se trata también de pensar en los grupos marginados, en las minorías y como este fenómeno les está impactando, esto nos lo cuenta Francisco Almonacid en “Equidad frente al cambio climático: la diversidad sexogenérica importa”.

Pero no se trata sólo de los impactos a la humanidad, sino también a los seres con los que compartimos el planeta. En la segunda parte se compila una serie de artículos sobre el impacto del cambio climático en la vida. Primero partimos con las marcas que ya han ocurrido desde los genes hasta los biomas, donde Rafael Ojeda y Guillermo Murray les contamos “La huella del cambio climático en la vida”. Nos encontramos también con insectos que han sido muy beneficiados por el calor, y Erika Gómez-Pineda y M. Isabel Ramírez nos cuentan sobre “Descortezadores y cambio climático: una relación preocupante”, así como José Manuel López nos describe la “Marea roja en La Malinche: el ataque del descortezador”. Por otro lado, ha habido insectos muy perjudicados por la falta de humedad como es el caso de las luciérnagas, del cual Carla Isabel Arreguín y Leticia Gómez nos cuentan su historia en “Encendiendo las luces: una llamada de acción para salvar a las luciérnagas”. Las ballenas no se quedan atrás y dos artículos nos narran el “Cambio climático: amenaza para la ballena gris” por Omar Castañeda y Lorena Viloria; así como Lili Pelayo, Enrique Martínez, Guillermina Alcaraz y Lenin E. Oviedo nos cuentan sobre “Ballenas jorobadas: mensajeros transoceánicos en la coyuntura climática”.

La tercera parte tiene dos artículos sobre nuestras actividades productivas y cómo se están viendo afectadas por el cambio climático. En particular, Esther Sánchez-Villalba, Hernán Celaya-Michel y Miguel Angel Barrera-Silva nos cuenta cómo “El calentamiento global está afectando a todos los cerdos del mundo” y Lizbeth Ferrer, Adriana Lucía Trejo y Francisco de Jesús Guerra nos traen a la mesa los impactos marinos en “Un futuro de océanos desiertos: pesca, acuicultura y cambio climático”.

Frente a escenarios tan alarmantes, necesitamos buscar soluciones novedosas. La cuarta parte de este número se centra en ese aspecto. Guillermo Castillo nos cuenta el papel de las “Intervenciones en el paisaje urbano desde la funcionalidad ecológica”. Siguiendo con los temas urbanos Israel Rosas nos trae alternativas de empleo en “Ciudades sostenibles y empleos verdes: soluciones disruptivas para el cambio climático”.

No es raro que estos temas también nos causen mucho malestar, pero por suerte tenemos el artículo de Karen Hinojosa y Amanda Melissa Casillas en el que nos proponen “El parque como cura de la ecoansiedad” y la bella historia de Zuleyma Espinosa y Ana Cristina Gómez de cómo una botella de plástico las hizo pensar globalmente y actuar localmente “Escuelas por el reciclaje: un proyecto local con visión global”, para motivarnos a llevar a cabo acciones para cambiar nuestro mundo. Asimismo, en la sección Universidades contamos con un texto de Ana Bohne, Mónica Bruckmann y Adrián Martínez que nos habla de “Las universidades y su contribución al desarrollo sustentable: un modelo de evaluación”.

Cerramos el número con los matices artísticos del cambio climático. Primero, Alma Mendoza nos habla del impacto de este fenómeno en la música, en un artículo sumamente original titulado “Sonidos en peligro de extinción: la música frente al cambio climático”. Finalmente, Nadia Osornio nos muestra una fusión de lo pasado y lo moderno, en su exposición fotográfica que va “Más allá del canto apocalíptico: un vistazo al cambio climático desde el arte”.

Esperamos que disfruten los artículos de este número tanto como nosotros el haber sido invitados como editores al mismo. Las perspectivas aquí plasmadas son muy diversas y nutritivas, muestran muchas facetas de este complejo problema y nos traen esperanza para hacerle frente.

Sitios de interés

Vol. 25, núm. 2 marzo-abril 2024

Tras bastidores del ojo humano: anatomía, problemas comunes y soluciones

Ana Laura Martínez Rodríguez y José Luis Maldonado Rivera Cita

Resumen

“Tus ojos, qué bellos son tus ojos”, qué bonita frase que la mayoría de nosotros hemos dicho al menos alguna vez a alguna persona. Pero, ¿cómo es el ojo humano? ¿Cómo vemos? ¿Por qué muchas personas necesitan usar lentes, ya sean anteojos o lentes de contacto? En este breve artículo, se describen las partes principales del ojo humano y su función. Se explica cómo es posible la visualización, es decir, cómo vemos. Asimismo, se detallan las ametropías o alteraciones visuales más comunes, como la miopía, hipermetropía y astigmatismo, y se explica cómo se pueden corregir con lentes. También se menciona un procedimiento alternativo como es la cirugía láser. Se destaca la importancia de la revisión periódica de nuestros ojos por parte de los profesionales correspondientes, ya sean oftalmólogos y optometristas.
Palabras clave: ojo humano, visión, enfermedades del ojo humano, lentes.

Behind the scenes of the human eye: anatomy,common issues and solutions

Abstract

“Your eyes, how beautiful they are,” what a lovely phrase that most of us have said at least once to someone. But how is the human eye? How do we see? Why do many people need to use glasses, whether they are eyeglasses or contact lenses? In this brief article, the main parts of the human eye and their function are described. It explains how visualization is possible, that is, how we see. Likewise, the most common visual disorders, such as myopia, hypermetropia, and astigmatism, are detailed, and it explains how they can be corrected with lenses. An alternative procedure, such as laser surgery, is also mentioned. The importance of regular eye examinations by the corresponding professionals, whether ophthalmologists or optometrists, is emphasized.
Keywords: human eye, vision, human eye’s illnesses, lenses.

Detrás de la mirada

Nuestros ojos funcionan como lentes biológicas para formar imágenes (figura 1), de manera análoga a cómo una cámara fotográfica utiliza una serie de lentes para crear una imagen (Hecht, 2000, p. 207-210). La comprensión del funcionamiento de estas lentes biológicas ha sido confusa a lo largo del tiempo. Inicialmente, la teoría emisionista sostenía que la visión se lograba mediante rayos de luz que salían de los ojos, siendo luego reemplazada por la teoría inmisionista o intromisionista, que postula que los rayos provienen de los objetos (Educar Portal, 2023; Aivar y Travieso, 2009, p. 11-15). En 1625, Christoph Scheiner (1575-1650), físico, astrónomo y profesor universitario alemán, realizó observaciones pioneras al quitar la cubierta posterior del ojo de un animal y percibir una pequeña imagen invertida de la escena frente al ojo a través de la retina transparente (Hecht, 2000, p. 207).


Ojo humano

Figura 1. Ojo humano. Crédito: fotos realizadas en el CIO.

Prevención de la ceguera

De acuerdo con la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (The International Agency for the Prevention of Blindness [iapb], 2023), más de mil millones de personas sufren enfermedades oculares como cataratas, retinopatía diabética o glaucoma debido a la falta de acceso a servicios oftalmológicos/optométricos. La ausencia de revisiones oculares y el no uso de lentes contribuyen a esta problemática, siendo evitables en 3 de cada 4 personas con debilidad visual.

Estos datos alarmantes resaltan la importancia de los sistemas de salud ocular, la formación del personal oftalmológico y optométrico1 , y la infraestructura para la investigación y la salud ocular. Diversas instituciones y programas, como el Laboratorio Nacional de Óptica de la Visión (lanov) en el Centro de Investigaciones en Óptica a.c. (cio), conahcyt, en León, Guanajuato, así como la Licenciatura en Optometría en la enes-León de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam), desempeñan un papel crucial. La Clínica de Optometría Salud Visual de la enes-León ofrece servicios especializados, incluyendo tomografía de coherencia óptica (oct), topógrafo corneal, perímetro (campos visuales), cámara de fondo de ojo y electroretinograma. Además, la clínica tiene un programa dedicado a la atención gratuita de pacientes con diabetes para prevenir y tratar la retinopatía diabética, una causa principal de ceguera en México. El complejo inaugurado en agosto de 2023 por el rector Enrique Graue está asociado a la licenciatura de optometría y la clínica de salud visual, con la expectativa de convertirse en una de las instalaciones más grandes y completas de Latinoamérica.

El ojo humano y algunas enfermedades o alteraciones comunes (ametropías)

El ojo humano se puede conceptualizar como un sistema positivo de lentes que converge haces de luz2 , similar al sensor de una cámara fotográfica (Hecht, 2000, p. 204-210). En la parte a) de la figura 2, se presentan sus componentes básicos.


Las distintas partes del ojo humano

Figura 2. Las distintas partes de un ojo humano. Crédito: imagen realizada en el CIO.

El ojo, esencialmente una masa gelatinosa casi esférica dentro de una membrana blanca llamada esclerótica, contiene la córnea como parte del sistema de lentes. Tras la córnea, se encuentra el humor acuoso, un líquido, y el iris, un diafragma que regula la cantidad de luz a través de la pupila. La variabilidad en el tamaño de la pupila, controlada por músculos circulares y radiales, determina la cantidad de luz que ingresa, dando a nuestros ojos su característico color café, verde, azul o gris. Detrás del iris está el cristalino, similar en tamaño y forma a un frijol, compuesto por aproximadamente 22,000 capas finas y transparentes. Aunque su flexibilidad disminuye con la edad, su capacidad de ajustar la distancia focal permite enfocar objetos lejanos o cercanos, ¡una propiedad aún inigualable por las lentes fabricadas por el ser humano! Tras el cristalino, se encuentra el humor vítreo, una sustancia gelatinosa transparente, y la coroides, una concha interna y oscura que absorbe la luz de manera similar a la cubierta interna de una cámara fotográfica.

Finalmente, la retina, la pantalla óptica-biológica para la formación/proyección de imágenes, es una capa de células receptoras que cubre la mayor parte de la superficie interior de la coroides. La luz se absorbe y recolecta mediante reacciones electroquímicas en dos tipos de células sensibles a la luz y al color: los bastones, altamente sensibles a la luz pero incapaces de distinguir colores, y los conos, encargados de la percepción del color. La retina, con aproximadamente 125 millones de bastones y conos, es esencial para nuestro sistema ojo-cerebro en el análisis continuo de las imágenes retinianas. Como referencia de tamaño, la imagen de la luna llena en la retina tiene aproximadamente 0.2 milímetros de diámetro (Hecht, 2000, p. 209).

Ojo normal o emétrope y ametropías: corrección visual

Un ojo normal o emétrope genera imágenes nítidas, claramente definidas o focalizadas sobre la retina. Sin embargo, en las personas, un ojo normal no es tan común como se podría esperar. Cuando la imagen no se focaliza en la retina, se considera amétrope, presentando ametropías como la miopía (figura 3a), hipermetropía (figura 3b) o astigmatismo (figura 4a).


Corrección de la miopía mediante lentes negativas y Corrección de la hipermetropía usando lentes positivas

Figura 3. a) Corrección de la miopía mediante lentes negativas (de sección esférica), cuya parte central es más angosta que en sus extremos. b) Corrección de la hipermetropía usando lentes positivas (de sección esférica), su parte central es más gruesa que en sus extremos. Crédito: imagen realizada en el CIO.

Para una persona miope, la imagen de un objeto se forma antes de la retina, viendo bien de cerca pero mal de lejos. En cambio, para una persona hipermétrope, la imagen se forma después de la retina, viendo mal de cerca pero bien de lejos. El astigmatismo ocurre cuando la imagen está deformada o distorsionada (figura 4a), debido a deformaciones de la córnea, haciendo que los objetos se vean deformados o incluso dobles. Afortunadamente, estas ametropías pueden corregirse fácilmente mediante el uso de lentes, anteojos o lentes de contacto, como se aprecia en las partes a) y b) de la figura 3.


Astigmatismo y visión corregida

Figura 4. a) Astigmatismo, deformación de la imagen. d) Visión corregida. Crédito: Ilustraciones elaboradas en el CIO.

La corrección de la miopía se logra con lentes negativas (figura 3a), también conocidas como lentes divergentes. Estos cristales desvían los haces de luz, permitiendo que la imagen se forme directamente sobre la retina, logrando una visión nítida y enfocada. De manera similar, las personas hipermétropes requieren lentes positivas o convergentes (figura 3b) para acercar la imagen desde detrás de la retina hacia su posición correcta, corrigiendo así la visión borrosa. La corrección del astigmatismo implica el uso de lentes esférico-cilíndricas, que tienen una forma ligeramente más compleja, similar a la sección de un cilindro o tubo circular.

Para una comprensión más detallada de los conceptos mencionados en los párrafos anteriores, se recomienda visualizar los videos Partes del ojo humano: anatomía y funcionamiento del ojo para niños y Partes del ojo humano y sus funciones (Brill Pharma, 2023; Cogollo, 2023). En estos videos, se presenta y explica de manera visual la estructura y el funcionamiento del ojo humano.

Causas de las ametropías oculares

Las ametropías en nuestros ojos se deben principalmente a la forma y/o tamaño de los mismos: los miopes tienen ojos grandes, los hipermétropes tienen ojos pequeños y los astigmatas tienen ojos con una curvatura desigual o asimétrica. Otra causa es que, por diversas razones como la edad, el cristalino ya no puede focalizar adecuadamente, siendo el punto más cercano que un ojo puede enfocar conocido como punto cercano. Este punto varía en un ojo normal, siendo de aproximadamente 7 centímetros para una persona adolescente, 25 centímetros para una persona adulta joven y alrededor de un metro para alguien de edad cercana a los 60 años. Para una persona geriátrica, esta focalización puede ser de varios metros. Una tercera razón de nuestros problemas visuales puede ser el efecto acumulativo de malos hábitos en nuestra vida moderna actual, como la lectura bajo poca iluminación o movimiento, así como el uso excesivo de dispositivos electrónicos.

Graduación de lentes

En óptica fisiológica, el poder dióptrico (o potencia P) de una lente se refiere al inverso de la distancia focal (f) (figura 5). Cuando la distancia focal se mide en metros (m), la unidad de potencia es la dioptría. Por ejemplo, una lente convergente o positiva con una distancia focal positiva de un metro tiene una potencia de 1 dioptría. Si la lente tiene una distancia focal de 20 centímetros, equivalente a 0.2 metros, su potencia es de 5 dioptrías. Para una lente divergente o negativa con una distancia focal de -20 centímetros, su potencia es de -5 dioptrías. En resumen, mientras más curvas sean las lentes o anteojos, es decir, más gruesas sean, mayor será su poder dióptrico. Los anteojos denominados “fondos de botella”, muy gruesos, son de “alta graduación” y las personas que los usan tienen problemas visuales bastante desarrollados.


a) Anteojos o lentes para corrección visual. b) Potencia óptica (P) de una lente: inverso de la distancia focal f de la lente, ver ejemplos de su uso/aplicación en el texto previo. c) Visión corregida usando lentes adecuadamente graduadas. Crédito: imágenes elaboradas en el CIO.

Figura 5. a) Anteojos o lentes para corrección visual. b) Potencia óptica (P) de una lente: inverso de la distancia focal f de la lente, ver ejemplos de su uso/aplicación en el texto previo. c) Visión corregida usando lentes adecuadamente graduadas. Crédito: imágenes elaboradas en el CIO.

Cirugía láser

Bajo ciertas circunstancias, una persona con problemas refractivos de miopía, hipermetropía y/o astigmatismo puede someterse a una cirugía ocular mediante radiación láser, que es luz altamente dirigida. Este procedimiento puede eliminar o reducir la necesidad de anteojos o lentes de contacto. La cirugía refractiva con láser excímero, conocida como lasik, destaca como la opción más reconocida y realizada para abordar problemas de visión. En el procedimiento de queratomileusis in situ con láser (lasik), se lleva a cabo una precisa modificación en la forma de la córnea mediante luz ultravioleta, con el objetivo de mejorar la visión. Es imperativo que la persona se someta a una evaluación previa por parte del oftalmólogo correspondiente (MedlinePlus, 2023; Brigham and Women’s Hospital, 2023). Los riesgos asociados a esta cirugía son generalmente bajos, lo que implica que las ametropías mencionadas pueden corregirse en la mayoría de los casos sin consecuencias significativas. Para obtener una representación visual de este procedimiento ocular quirúrgico, se puede consultar el siguiente video sobre Cirugía Ocular (Nucleus Medica Art, 2009).

Cuidar con atención

En este breve artículo, hemos explorado los conceptos fundamentales sobre la estructura del ojo humano y sus componentes principales, así como el proceso de formación de imágenes de los objetos que percibimos. También abordamos la necesidad de utilizar lentes para corregir tres de las ametropías o problemas refractivos más comunes: miopía, hipermetropía y astigmatismo, afectando a una gran parte de la población mundial.

En este contexto, comprendimos la graduación de una lente y el significado de una dioptría. Es probable que los avances científicos en esta área visual continúen siendo de gran ayuda en la prevención y corrección de problemas visuales. A lo largo del aprendizaje, reconocimos que los ojos, ya sean percibidos como “lindos” o “feos”, no solo poseen una estética, sino que representan dos instrumentos ópticos biológicos extremadamente útiles, delicados y complejos, que nos permiten percibir el mundo exterior.

Tomar conciencia de la importancia de visitar regularmente al oftalmólogo u optometrista es crucial, ya que la salud visual debe ser una preocupación compartida por todas las personas. ¡Debemos cuidar con atención nuestros ojos!

Agradecimientos

Por la elaboración de las imágenes y fotografías que ilustran este artículo, los autores agradecen a las siguientes personas del cio: Raymundo Mendoza, Ricardo Valdivia, Eleonor León, Annette Torres, Diego Torres y Lucero Alvarado. También, por las excelentes observaciones al artículo, agradecemos a Janet Irina Preciado del cio.

Referencias



Recepción: 12/06/2022. Aceptación: 30/01/2024.

Vol. 25, núm. 2 marzo-abril 2024

Heliconias: de plantas ornamentales a pequeños microhábitats dentro de las selvas tropicales

Diana María Méndez-Rojas, Juan Manuel Lobato-García y Julieta Benítez-Malvido Cita

Resumen

Las heliconias, conocidas como “platanillos”, son plantas que se destacan por la llamativa coloración de sus inflorescencias. Este escrito explora a fondo estas especies que habitan las selvas tropicales, centrándose en sus múltiples facetas. Examina los usos predominantes de las heliconias, tanto como plantas ornamentales en entornos rurales y urbanos como en rituales religiosos. Una atención especial se dedica a las inflorescencias de las heliconias, consideradas como ecosistemas en miniatura. Estas estructuras albergan diversas especies de insectos y otros invertebrados que viven, se alimentan y se reproducen dentro de las hojas modificadas conocidas como brácteas. Sin embargo, el artículo resalta una amenaza inminente: la destrucción de las selvas tropicales. Este factor no sólo pone en peligro la supervivencia de las heliconias, sino también la diversidad de insectos e invertebrados asociados a ellas.
Palabras clave: heliconias tropicales; inflorescencias; microhábitat; conservación; selvas tropicales; interacciones planta-insecto.

Heliconias: from ornamental plants to small microhabitats in tropical rain forests

Abstract

Heliconias, known as “platanillos,” are plants distinguished by the striking coloring of their inflorescences. This writing delves into these species inhabiting tropical forests, focusing on their multifaceted nature. It examines the prevalent uses of heliconias, both as ornamental plants in rural and urban settings and in religious rituals. Special attention is given to the inflorescences of heliconias, regarded as miniature ecosystems. These structures harbor various species of insects and other invertebrates that live, feed, and reproduce within the modified leaves known as bracts. However, the article underscores an imminent threat: the destruction of tropical forests. This factor jeopardizes not only the survival of heliconias but also the diversity of insects and invertebrates associated with them.
Keywords: tropical heliconias; inflorescences; microhabitat; conservation; tropical forests; plant-insect interactions.


Selvas tropicales: desafíos y la importancia de las heliconias

Las selvas tropicales lluviosas han maravillado siempre a naturalistas y científicos del mundo debido a su exuberancia, verdor y diversidad biológica. A medida que generamos más conocimiento sobre los mecanismos y procesos ecológicos y evolutivos que mantienen y originan su diversidad, nos percatamos del complejo entramado de interacciones bióticas que las sustentan y de su fragilidad y vulnerabilidad frente a perturbaciones ocasionadas por actividades humanas.

En las décadas de los 80 y 90, México experimentó el proceso de degradación ambiental más acelerado de su historia, con cerca del 48% de la cobertura vegetal nativa deforestada y transformada, principalmente en el sureste del país (Challenger et al., 2008). Este escenario no ha cambiado en los últimos veinte años, y gran parte del paisaje original del trópico mexicano se ha convertido en un mosaico de cultivos y potreros muy cambiante y complejo (Figura 1; Berget et al., 2021). Miles de especies animales y vegetales se han visto afectadas por la deforestación y cambio de uso del suelo. Diferentes especies vegetales, como las heliconias (Heliconia spp.), habitan las selvas tropicales y pueden verse afectadas por el impacto de las actividades humanas.

Pero, ¿qué son las heliconias y por qué son importantes en las selvas tropicales? En este escrito, aprenderemos sobre la historia natural de las heliconias, así como sus interacciones con animales, y conoceremos por qué son relevantes para las selvas tropicales y las comunidades humanas que las habitan.

Deforestación de la selva

Figura 1. Deforestación de la selva para crear áreas de alimentación y mantenimiento de ganado, conocidos como potreros en la región de Marqués de comillas, Chiapas. a) recién talado y quemado, b) con la introducción del ganado.
Crédito: J. Manuel Lobato García.

¿Qué son las heliconias y dónde se encuentran?

¿Sabías que las heliconias son especies de plantas herbáceas? Es decir, carecen de un tallo leñoso o maderable; su estructura principal, en cambio, es flexible y tierna. ¿Cómo podemos distinguirlas? Las heliconias, al igual que los plátanos, tienen hojas grandes y anchas en forma de paleta. Aunque están estrechamente relacionadas, pertenecen a familias distintas: los plátanos a la familia Musaceae y las heliconias a la Heliconiaceae. En muchas regiones de México, las heliconias son comúnmente conocidas como platanillos o papatlilla.

Estas plantas herbáceas tienen un tamaño mediano a grande, con especies que varían desde 1.5 metros hasta 10 metros de altura. Una vez que florecen, se diferencian claramente de los plátanos por la presencia de sus vistosas y coloridas inflorescencias. Estas inflorescencias están compuestas de varias hojas modificadas conocidas como brácteas (entre seis a veinte), albergando de diez a veinte flores, dependiendo de la especie de heliconia (Stiles, 1975; Figura 2).

Morfología general de los platanillos o heliconias

Figura 2. Morfología general de los platanillos o heliconias destacando sus principales características.
Crédito: J. Manuel Lobato García.

Dentro de las principales características que permiten diferenciar las especies de heliconias se encuentran la coloración, el tamaño y la disposición de sus inflorescencias. Existen inflorescencias donde las flores están dirigidas hacia arriba, conocidas como erectas, mientras que cuando las flores se dirigen hacia abajo se les llama pendulares (Figura 3; Gutiérrez-Báez, 2000; Santos et al., 2009). En las inflorescencias erectas (Figura 3a), las flores se resguardan y protegen dentro de las brácteas; y en las inflorescencias pendulares, la mayoría de sus flores se encuentran totalmente expuestas (Figura 3b).

Tipos de inflorescencias de las heliconias

Figura 3. Tipos de inflorescencias de las heliconias donde podemos ver la disposición de las brácteas: erecta (a) o pendular (b).
Crédito: J. Manuel Lobato García.

El color y la forma de las inflorescencias son los principales atractivos para una variedad de visitantes florales, como abejas, moscas, escarabajos y colibríes. El néctar, como el recurso ofrecido por las heliconias para los colibríes (sus principales polinizadores), facilita una relación mutualista donde ambos se benefician (ver video). Esta asociación mutualista favorece la reproducción sexual de las plantas y satisface los requerimientos energéticos de los colibríes. Por ejemplo, una de las heliconias más vistosas en La Selva Lacandona, la heliconia arcoíris (Heliconia wagneriana), cuyas flores tienen pétalos largos y curvos, son frecuentemente visitadas y polinizadas por el colibrí ermitaño (Phaethornis longirostris), cuyo pico también es largo y curvo (Stiles, 1975; Figura 4). Una vez que la flor es polinizada y su ovario madura, los frutos de estas plantas sirven como alimento para varias especies de aves, como las chachalacas, tucanetes y el carpintero castaño, las cuales, a su vez, contribuyen a la dispersión de sus semillas (Berry y Kress, 1991).

Visita del colibrí Phaethornis longirostris

Figura 4. Visita del colibrí Phaethornis longirostris a Heliconia wagneriana. Haz clic para ver el video.
Crédito: J. Manuel Lobato García.

En nuestro país, podemos encontrar dieciocho especies nativas de heliconias, principalmente en los estados de Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Puebla, Guerrero, Campeche y Tabasco (Gutiérrez-Báez, 2000; Ortíz-Curiel et al., 2015). Particularmente en Chiapas, la Selva Lacandona cuenta con el 50 % de las especies reportadas para el país. Las heliconias que habitan en la selva muestran una enorme variación en forma y tamaño de sus inflorescencias, con colores que van desde los amarillos pálidos, pasando por los naranjas, hasta los rojos radiantes, que contrastan con el verde de las selvas tropicales (Figura 5). Algunas heliconias crecen al sol y otras a la sombra; además, hay algunas especies que viven tanto en hábitats iluminados como en sombreados. De las heliconias que prefieren áreas soleadas, podemos encontrar, por ejemplo, Heliconia latispata, Heliconia collinsiana, Heliconia wagneriana (Figura 5; Stiles, 1975), y en las especies tolerantes a la sombra se encuentran Heliconia aurantiaca y Heliconia vaginalis (Figura 5).

Diferencias en la forma, tamaño y coloración de las brácteas de las heliconias

Figura 5. Diferencias en la forma, tamaño y coloración de las brácteas de las heliconias que se encuentran en la región de Chajul, Chiapas. (a) Heliconia aurantiaca, (b) H. vaginalis, (c) H. librata, d) H. latispata, (e) H. bourgaeana, (f) H. collinsiana, (g) H. spissa, (h) H. wagneriana.
Crédito: J. Manuel Lobato-García.

Las heliconias y sus pequeños inquilinos

Hasta ahora, hemos explorado algunos detalles sobre las heliconias, su apariencia, diversidad y sus principales polinizadores. Sin embargo, aún desconocemos ciertos aspectos de las funciones que desempeñan en las selvas y por qué es crucial priorizar esfuerzos de conservación en los hábitats donde estas especies habitan para garantizar su supervivencia.

Lo que muchos ignoran es que, durante su periodo de floración, las heliconias se transforman en pequeñas residencias que albergan un sinnúmero de especies de invertebrados. Imaginemos que nosotros, los humanos, pudiéramos reducir nuestro tamaño al de un mosquito y explorar el interior de las inflorescencias de heliconias, sumergiéndonos entre flores, hojas y materia orgánica, incluso nadando en el líquido floral que las plantas producen como mecanismo de defensa para proteger los ovarios de las flores (Wootton y Sun, 1990).

¿Se imaginan qué encontraríamos en ese diminuto ecosistema? ¡Exacto! ¡Insectos! Sí, ¡muchísimos insectos! Diversas especies de moscas, mosquitos, escarabajos, hormigas y chinches utilizan el espacio de las brácteas como hogar para alimentarse, refugiarse y reproducirse (Seifert y Seifert, 1976). Algunos insectos son herbívoros, consumiendo partes frescas como flores, brácteas y hojas, mientras que otros se alimentan de las partes más viejas y descompuestas, siendo conocidos como detritívoros. Además, invertebrados como arañas actúan como depredadores, cazando otras especies de insectos y creando un complejo entramado de interacciones en la planta (Figura 6).

Comunidades de insectos acuáticos y terrestres

Figura 6. Comunidades de insectos acuáticos y terrestres que viven en las brácteas de las heliconias (Representación gráfica de H. wagneriana).
Crédito: J. Manuel Lobato García.

Los inquilinos de las heliconias pueden ser visitantes ocasionales, que utilizan la planta como sustrato para alimentarse, o residentes permanentes, como algunas especies de escarabajos especialistas y orugas de mariposas que desarrollan sus ciclos de vida en las heliconias (López-Pérez et al., 2020; Seifert 1982).

Las comunidades de insectos y otros invertebrados que habitan estos microhábitats pueden variar según la especie de heliconia y el tipo de inflorescencia. Por ejemplo, especies como la sangre maya (Heliconia bourgaeana, Figura 5e) o la heliconia arcoíris (Heliconia wagneriana, Figura 5h), cuya inflorescencia es erecta y sus brácteas son grandes y cóncavas como un cuenco, pueden albergar una alta diversidad de especies de insectos, especialmente moscas y mosquitos que crían sus larvas en estas pozas (Seifert y Seifert, 1976). Mientras que otras especies tienen brácteas menos profundas que almacenan poca agua y restringen o impiden el desarrollo de insectos cuyas larvas son acuáticas (Heliconia latispatha, Figura 5d; Heliconia collinsiana, Figura 5f); pero especies de arañas, escarabajos y hormigas pueden predominar en este tipo de inflorescencias (Benítez-Malvido et al., 2014).

La mayoría de las especies de invertebrados que visitan ocasionalmente o incluso desarrollan parte de sus ciclos de vida en las inflorescencias no causan ningún daño a la planta; simplemente, utilizan el espacio y los recursos disponibles en las brácteas, flores y hojas. Aunque algunas especies de invertebrados, especialmente arañas y escarabajos, pueden resultar beneficiosas para las heliconias, al depredar a los herbívoros que dañan sus partes florales y hojas jóvenes.

Las heliconias y las comunidades humanas

¿Eres de esas personas que admiran la naturaleza? ¿Te fascinan los colores de las plantas o disfrutas del canto de las aves? ¿Te maravillas con los árboles gigantes que perduran por siglos? ¿Te deslumbras con los hermosos colores de las flores, los insectos y las aves? A lo largo de la historia, a los seres humanos nos ha cautivado la belleza de la naturaleza, especialmente de las flores. Las heliconias no son la excepción; estas llamativas plantas han deslumbrado a habitantes de zonas rurales y urbanas, no sólo por su exuberancia y el colorido de sus inflorescencias, sino también por su durabilidad.1

Por ejemplo, en la Sierra Norte de Puebla, las comunidades indígenas conocen a las heliconias como chamakis o chamakijme en náhuatl, y las siembran en sus cafetales y jardines productivos como ornamento y para atraer colibríes. Sin embargo, las heliconias no siempre se utilizan como plantas ornamentales; seguramente te sorprendería observar cómo en una comunidad rural del ejido de Chajul en Chiapas se emplean hojas de heliconia como sartén para hacer unos deliciosos huevos estrellados. En otras regiones en el centro y sur de México, también utilizan sus hojas como envoltura de tamales e itacates, e incluso las emplean en fiestas, rituales y ceremonias religiosas, principalmente para formar arcos, caminos y ofrendas florales (Toledo et al., 2015) (Figura 7).

Usos de las heliconias en comunidades humanas

Figura 7. Usos de las heliconias en comunidades humanas: a) auxiliar en cocina, b) envoltura de tamales, c) adornos en festivales y d) ornamentos en recintos religiosos.
Crédito: Zyanya Valdez.

Consideraciones finales

Durante miles de años, las selvas tropicales han proporcionado diversos bienes a las distintas poblaciones humanas establecidas en ellas. Varias especies de plantas tropicales han sido aprovechadas para alimentación, medicina, vestimenta, higiene corporal y vivienda. En este escrito, hemos viajado a través de las selvas tropicales para mostrar las exuberantes inflorescencias de las heliconias y entender su función en estos ecosistemas. También nos hemos sumergido en cómo las comunidades humanas perciben, disfrutan, cultivan y utilizan diferentes especies de heliconias. Finalmente, hemos examinado detalladamente la enorme diversidad de pequeños inquilinos que habitan en sus inflorescencias, destacando su importancia no solo como el hogar de cientos de invertebrados, sino también como fuente de alimento para colibríes y otras especies de aves que se alimentan de sus frutos. Además, algunas especies de heliconias nativas se utilizan en programas de restauración y reforestación debido a su contribución al control de la erosión del suelo (Alvarado-García y Zuñiga, 2014).

En la actualidad, se observa una pérdida alarmante de las selvas tropicales, comprometiendo no sólo la permanencia de las sociedades humanas que dependen de ellas, sino también la enorme diversidad de seres vivos que las habitan. Las especies de heliconias no son la excepción. La tala indiscriminada y la fragmentación de las selvas pueden ocasionar efectos en cascada, es decir, no solo la pérdida de especies de heliconias, sino también afectar a las comunidades de insectos asociados a las inflorescencias de estas plantas (Benítez-Malvido et al., 2016). Considerando que algunos insectos sincronizan sus ciclos reproductivos con los periodos de floración de las plantas y presentan restricciones en su distribución, siendo específicos al elegir a su heliconia hospedera (Seifert, 1982), establecer planes y estrategias para conservar las selvas contribuiría también a preservar estos sistemas únicos y específicos de interacciones entre insectos y plantas, garantizando así el mantenimiento de las heliconias y sus relaciones con diversos tipos de organismos.

Referencias

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Recepción: 26/10/2022. Aprobación: 24/01/2024.

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Revista Digital Universitaria Publicación bimestral Vol. 18, Núm. 6julio-agosto 2017 ISSN: 1607 - 6079