Vol. 21, núm. 3 mayo-junio 2020

Flora jurásica de la Mixteca oaxaqueña: patrimonio paleobotánico de México

Diego Enrique Lozano-Carmona y María Patricia Velasco de León Cita

Resumen

El Jurásico es uno de los períodos geológicos más emblemáticos y está generalmente asociado con los dinosaurios, sin embargo, la vegetación que dominó el paisaje a nivel mundial estuvo constituida por gimnospermas. En México el primer estudio sobre el registro fósil de plantas del Jurásico fue realizado a principios del siglo xx. Hoy en día se reconocen los afloramientos fosilíferos de la región Mixteca oaxaqueña como de los mejores de México por su abundancia y el buen estado de conservación de los fósiles. Con base en el estudio de éstos, se realizó una nueva propuesta paleoclimática y se actualizó la diversidad paleoflorística de la región. Hay dos localidades que sobresalen: Rosario Nuevo y Río Ñumí. La primera de ellas conserva troncos petrificados con longitudes de hasta ocho metros; mientras que la segunda presenta el listado paleoflorístico más diverso de toda la región. Todos los trabajos paleobotánicos de la Mixteca revisan el trabajo publicado por George Reber Wieland en 1914. Hoy, a más de un siglo de este estudio, podemos destacar y dar a conocer que el patrimonio paleobotánico de la Mixteca oaxaqueña es una fuente de información sobresaliente e irremplazable para la Paleontología mexicana.
Palabras clave: gimnospermas, Jurásico, Oaxaca, paleoclima, paleoflora.

Jurassic flora of the Oaxaca Mixteca: Paleobotanical heritage of Mexico

Abstract

The Jurassic is one of the most emblematic geological periods, which is generally associated with dinosaurs; however, the landscape was dominated by gymnosperms. The fossil record of Jurassic gymnosperms has been studied since the early 20th century in Mexico, and today the fossiliferous Jurassic outcrops of the Mixteca region are recognized as one of the best in Mexico, both for their abundance and the state of conservation of plant fossils. Based on the study of these plant fossils we have generated a new paleoclimatic proposal and updated the paleofloristic diversity. Generally, two localities of the Mixteca region have greater paleontological quality: Rosario Nuevo and Río Ñumí, the first of which preserves petrified trunks with lengths of up to eight meters; the second has the most complete paleofloristic species list of the region. All the research made on this region is based on the first paleobotanic study by George Reber Wieland in 1914. Today, more than a century away from this work, we recognize the paleobotanical heritage of the Mixteca, and its exceptional informational role for Mexican Paleontology.
Keywords: gymnosperms, Jurassic, Oaxaca, paleoclimate, paleoflora.

Introducción

El Jurásico abarco desde hace 201.3 millones de años (Ma), hasta hace ~145 Ma, con una duración aproximada de 56.3 Ma y es comúnmente asociado a los dinosaurios, sin embargo, es importante reconocer la diversidad de la vegetación en dicho tiempo geológico. Durante el Jurásico la vegetación del planeta estuvo constituida principalmente por gimnospermas (plantas sin flor y semilla desnuda, ver figura 1) de los órdenes: Bennettitales (actualmente extintas), Cycadales y Pinales. En México se conserva un abundante registro de estos grupos (Silva-Pineda, 1984; Diéguez, 2003; Zhou, 2009; Lozano-Carmona y Velasco-de León, 2016).

Una de las regiones con la flora jurásica más abundante, mejor conocida y conservada es la región Mixteca del estado de Oaxaca. En esta región se han encontrado ejemplares fosilizados de hojas, tallos, estructuras reproductoras y troncos petrificados (Ortega-Chavez, et al., 2017; Velasco-de León et al., 2013, ver figuras 2 y 3). Su estudio ha permitido tener mejor conocimiento del clima, del tipo de vegetación y de la distribución de la flora en México durante el Jurásico.

El estudio de la paleoflora de esta región comenzó desde principios del siglo xx y ha estado marcado por lapsos interrumpidos de prospección y análisis (Ortiz-Martínez et al., 2013; Velasco-de León et al., 2013; Lozano-Carmona et al., 2016). Estas interrupciones se debieron principalmente a la falta de paleobotánicos mexicanos que dieran continuidad a los estudios que realizaron paleontólogos norteamericanos en la primera mitad del siglo xx.

La Mixteca oaxaqueña fue explorada en busca de fósiles de plantas por varios paleobotánicos. George Reber Wieland fue el primero de ellos, entre 1907 y 1909 realizó los trabajos pioneros, publicando una monografía en 1914 por medio del hoy Instituto de Geología de la unam (Wieland, 1914). Posteriormente, fue hasta la década de 1960 que se retomó el estudio de las localidades fosilíferas de la región. Hoy en día se continúa estudiando la Mixteca y realizando hallazgos paleontológicamente significativos (Delevoryas y Gould, 1971; Silva-Pineda, 1984, Lozano-Carmona y Velasco-de León, 2016). Los que se comentan en este artículo son sólo algunos de estos hallazgos. Por lo tanto, el objetivo de esta contribución es brindar un panorama histórico destacando los avances en el conocimiento de la flora del Jurásico de la Mixteca, a más de 100 años de la monografía de G. R. Wieland y comentar la importancia de la vegetación durante este período.

El clima y la flora de la Mixteca oaxaqueña durante el Jurásico

A finales del siglo xx, con base en décadas de estudio de la paleoflora de la Mixteca, los paleobotánicos llegaron a concluir que la dominancia de Bennettitales y la clara ausencia de Ginkgoales y escasez de coníferas indicaban un clima tropical durante el Jurásico en esta región. Esto influyó a nivel nacional e internacional para considerar a esta paleoflora como ya totalmente estudiada (Person y Delevoryas, 1982; Anderson et al., 2007; Pérez-Crespo, 2011).

A pesar de ello, se continuó explorando los afloramientos fosilíferos del sur de México, en los estados de Puebla, Guerrero y Oaxaca (ver figura 4). Esta iniciativa de proyecto a largo plazo ha permitido generar y demostrar un cambio de paradigma paleobotánico de la región.

El nuevo enfoque paleobotánico es sustentado por varios estudios. Primero, se sugieren condiciones climáticas heterogéneas, es decir, que en las localidades de estudio y a través del Jurásico Inferior al Jurásico Medio (ver figura 5) existieron microclimas que se caracterizan y distinguen por presentar condiciones variables: desde temporadas con estrés hídrico (falta de agua) hasta aquellos con áreas de abundante humedad y pantanos (Ortiz-Martínez et al., 2013).

Dicha propuesta paleoclimática se fundamenta en análisis geológicos y del área foliar (tamaño de las hojas) de los fósiles de gimnospermas de la región. En general, los estudios paleoclimáticos se basan en plantas, ya que son uno de los mejores indicadores del clima, según el tamaño o morfología de la hoja. Esto se debe a que las hojas están en interacción directa con la atmósfera y su morfología se define en función de las condiciones climáticas (Pire y Valenzuela, 1995; Ortiz-Martínez et al., 2013).

Por otro lado, la asociación de la flora es otro elemento del nuevo enfoque paleobotánico. A finales del siglo xx, el listado paleoflorístico se constituía por quince especies de Bennettitales, dos posibles Coniferales (hoy conocidos como Pinales), seis de helechos y tres incertae sedis [latín que quiere decir en posición incierta; significa que la asignación a niveles superiores a la clasificación, en este caso especie, es dudosa (Lanteri et al., 2006)]. En total este listado estuvo compuesto por 26 especies (Person y Delevoryas, 1982; Silva-Pineda, 1984; ver tabla 1). Sin embargo, esta información se modificó recientemente, primero, con el descubrimiento de hojas de Ginkgoales y Czekanowskiales (Velasco-de León et al., 2014; Lozano-Carmona y Velasco-de León, 2014; 2015, ver figura 6a-c) y posteriormente con el hallazgo de troncos de coníferas de la familia Araucariaceae (Ortega-Chavez, et al., 2017). Además, se complementa el listado con los primeros hallazgos de esporas de helechos de la familia Matoniaceae (Martínez-Martínez, 2016; ver figura 6d). Esta información incrementa e instaura la riqueza paleoflorística de la Mixteca en el entorno paleobotánico internacional como una región sobresaliente. Son dos las localidades que sobresalen por su riqueza fosilífera y avances en su estudio, la primera corresponde al Jurásico Inferior en la comunidad de Rosario Nuevo y la segunda del Jurásico Medio en el Distrito de Tlaxiaco, ambas en la región Mixteca oaxaqueña.

El bosque petrificado de Rosario Nuevo

En el noroeste de Oaxaca se ubica Rosario Nuevo enclavado en la Sierra Madre del Sur. En esta zona hay afloramientos del Jurásico Inferior con presencia de fósiles de plantas. Las pruebas realizadas para corroborar la edad son fechamientos radiométricos de zircones detríticos. Destacan los numerosos troncos petrificados (permineralizados) que han sido descubiertos en patios y en calles de la población (ver figura 7a-b), uno de estos troncos alcanza 8 metros de longitud (ver figura 7c). Este ejemplar pertenece a la familia Araucariaceae, coníferas que actualmente se distribuyen en el hemisferio sur (Ortega-Chavez et al., 2017; Zepeda-Martínez et al., 2018). Otros fósiles encontrados son abundantes hojas y órganos reproductivos de Bennettitales (ver figura 8a-c) y escasos Filicales (helechos) y Cycadales (Ortega-Chavez et al., 2017, ver figura 8). Por lo tanto, en esta parte de la Mixteca, la vegetación fue un bosque de coníferas intercalado por un sotobosque compuesto por Bennettitales y helechos; estas plantas formaban un paisaje muy diferente a la selva baja caducifolia que actualmente se encuentra en el lugar.

El jardín Jurásico de Tlaxiaco

En el noroeste de Oaxaca se han descubierto y estudiado tres localidades con fósiles de plantas en áreas adyacentes a Tlaxiaco. Éstas son Río Ñumí, Cañada Alejandro y Mixtepec. Hasta el momento destaca por su riqueza Río Ñumí (RÑ, ver figura 4), la cual presenta uno de los primeros registros de Ginkgoales y Czekanowskiales y un listado de 34 especies. La flora dominante son las Bennettitales y helechos, presentándose en impresiones de hojas, órganos reproductivos y frondas, respectivamente (Velasco-de León et al., 2013, 2014; Lozano-Carmona y Velasco-de León, 2014, 2015, 2016, ver figura 9).

De esta localidad fue propuesta una reconstrucción hipotética del ambiente, que correspondería a una planicie deltaica con pantanos. Fue realizada con base en el análisis de características sedimentarias y relaciones estratigráficas (Corro y Ruiz, 2011). Al interpretarse la distribución y el hábito de la flora en dicho ambiente se infiere que es posible que tuviera la apariencia de un matorral, es decir, una vegetación baja entre las zonas pantanosas y los canales del delta. Mientras que, hacia la periferia de la cuenca las Ginkgoales y Czekanowskiales se formarían pequeños manchones de bosque (Lozano-Carmona, 2012). Por lo tanto, en Río Ñumí durante el Jurásico Medio se presentó un paisaje muy diferente al bosque de pino-encino que hoy existe.

Si bien son numerosos los trabajos de la flora jurásica de la Mixteca que aportaron nuevas especies y listados florísticos, todos hacen referencia al trabajo pionero realizado por George Reber Wieland a principios del siglo xx. Dicho trabajo cumple 106 años de su publicación y la intervención de Wieland en México introdujo un hito en la paleobotánica norteamericana.

Un poco de historia: La paleobotánica de la Mixteca oaxaqueña

George Reber Wieland (1865-1953) fue Paleontólogo de la Universidad de Yale, Estados Unidos y estudió fundamentalmente Cycadas mesozoicas. Uno de sus principales aportes fue que Yale lograra una colección de 1,000 ejemplares de fósiles de Cycadas (Yale Peabody Museum of Natural History, 2017).

G. R. Wieland fue contactado por el Sr. Ing. José Guadalupe Aguilera en la celebración del Centenario de la Sociedad Geológica de Londres en 1907. En esta reunión Aguilera le expone a Wieland del registro de flora mesozoica del noroeste de Oaxaca, que no había sido estudiada a fondo. Wieland llega a México dos años después y comienza una serie de expediciones en El Consuelo y Tlaxiaco, Oaxaca. En su publicación La flora Liásica de la Mixteca Alta, resaltó la abundancia y excelente conservación de los fósiles de plantas. Además, enfatizó varias observaciones referentes a la distribución y origen de la flora de la Mixteca, comparándola con lo que se sabía en el ámbito internacional. En general, Wieland consideró que esta flora tenía alto potencial de estudio, tanto taxonómico como biogeográfico (Wieland, 1914). Sin embargo, es posible que la Revolución mexicana (1910-1917) impidiera su retorno para continuar con sus estudios, además de que se enfocó en trabajar en el Fossil Cycad National Monument en Dakota del Sur.

Posterior al trabajo de Wieland, entre 1960 y 1990, la Dra. Alicia Silva Pineda y el Dr. Theodore Delevoryas, entre otros paleobotánicos, retoman dichas localidades de estudio. Durante estas décadas de trabajo la paleobotánica de la Mixteca es enriquecida con registros de nuevas especies y listados paleoflorísticos (Delevoryas y Gould, 1971; Delevoryas y Person, 1975; Silva-Pineda, 1984). En la actualidad se continúa su estudio.

Conclusiones

Podemos constatar que, a más de un siglo del trabajo de Wieland en la Mixteca, aún se realizan hallazgos de nuevos taxones, principalmente gimnospermas, los cuales han permitido enriquecer los listados previos y plantear nuevas propuestas paleoclimáticas. Esto permite concluir que la riqueza paleoflorística del Jurásico de la Mixteca es un patrimonio que podrá ser estudiado por mucho tiempo, que será la base para la formación de paleobotánicos mexicanos y puede ser comparable con localidades internacionales como lo estimó George Reber Wieland. Además, estos estudios nos permiten tener una ilustración clara de los cambios de vegetación y climáticos que se han presentado a lo largo del tiempo geológico en el territorio nacional.

Figura 1. Gimnospermas, plantas sin flor y semilla desnuda. Estas plantas dominaron el paisaje durante el Jurásico. En la actualidad podemos encontrarlas aún en varias regiones del mundo.

Figura 2. Ejemplares fosilizados de a) hojas, b) tallos, c) troncos petrificados y d) estructuras reproductoras que se han encontrado en la región Mixteca.
Autor: Diego E. Lozano Carmona.

Figura 3. Algunas especies de plantas del Jurásico de la región Mixteca: a) Brachyphyllum sp., b) Taeniopteris orovillesnsis, c) Zamites lucerensis, d) Sagenopteris nilssoniana, e) Williamsonia sp. La escala es de 1 cm en todas las imágenes.
Autor: Diego E. Lozano Carmona.

Figura 4. Mapa compuesto. a) El sur de México, el polígono engloba a los afloramientos fosilíferos del Jurásico, la región Mixteca oaxaqueña delineada y las localidades Rosario Nuevo (RN) y Río Ñumí (RÑ). Los recuadros RN) y RÑ) son secciones modificadas de las cartas geológico-mineras donde se observa la ubicación de las localidades de estudio, vías de acceso y zonas habitadas.
Autor: Diego E. Lozano Carmona.

Figura 5. Sección modificada de la tabla cronoestratigráfica internacional. Se puede observar el orden cronoestratigráfico del Jurásico.

Figura 6. Imágenes de impresiones de hojas de Ginkgoales y Czekanowskiales, y una espora de helechos de la familia Matoniaceae. En a) se observa una hoja del género Eretmophyllum, las flechas blancas señalan la forma del ejemplar. En b) se muestran lacinias (hojas filamentosas) del género Czekanowskia, la flecha blanca indica la base del racimo. En c) se observan segmentos de una hoja de Ginkgoites, las flechas blancas indican un segmento. En d) se puede ver una espora trilete de la familia Matoniaceae.
Autores: (a-c) Diego E. Lozano Carmona y (d) Pedro C. Martínez.

Figura 7. Troncos petrificados de la localidad Rosario Nuevo, Oaxaca. En a) y b) se pueden observar ejemplares de dos metros de longitud. En a) el tronco está expuesto, con notable erosión y fragmentado, la línea blanca indica el contorno inferior. En b) el tronco está descubierto en las veredas del poblado, parcialmente desenterrado. En c) se muestra el ejemplar de la familia Araucariaceae de ocho metros de longitud.
Autor: Diego E. Lozano Carmona.

Figura 8. Fósiles de plantas de Rosario Nuevo, Oaxaca. En a) se observa una hoja de Otozamites pinnaticompuesta (hoja compuesta por varios foliolos unidos a un raquis). En b) y c) se muestran dos ejemplares de estructuras reproductivas (conos) del género Williamsonia. En c) se observan frondas de helechos del género Phlebopteris.
Autor: Diego E. Lozano Carmona.

Figura 9. Imágenes de los fósiles de plantas de la localidad Río Ñumí, Oaxaca. En a) y b) se observan hojas pinnaticompuestas de Bennettitales de los géneros Otozamites y Ptilophyllum, respectivamente. En c) se conserva una impresión de un cono del género Williamsonia.
Autor: Diego E. Lozano Carmona.

Referencias

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Sitios de interés



Recepción: 06/05/2018. Aprobación: 23/09/2019.

Vol. 21, núm. 5 septiembre-octubre 2020

Voces dibujadas: a la búsqueda de la memoria histórica mexicana
Entrevista a Augusto Mora

Emilia Inés Deffis Cita

Resumen

Augusto Mora es un historietista e ilustrador mexicano. En sus trabajos artísticos, él asume todos los roles: autor de la historia, dibujante y colorista. Importa señalarlo porque esta triple tarea imprime un sello particular en sus libros.

Sus trabajos son definidos por él mismo como periodismo en historieta. Esta entrevista encara con él diversos aspectos de su creación, así como los alcances de dicha definición.
Palabras clave: cómics, memoria histórica, México, periodismo en historieta, narrativa gráfica, crónica, autoficción.

Drawing voices: The quest of the Mexican historical memory

Abstract

Augusto Mora is a Mexican comic book artist and illustrator. Mora performs every role in his artistic work: writing, drawing, and coloring. This multitasking role gives his books a special quality.

Mora defines his work as comic journalism. This interview highlights the scope of this definition as well as certain aspects of his creative process.
Keywords: comics, historical memory, Mexico, comics and journalism, graphic narrative, chronicle, self-fiction.

Introducción

Augusto Mora es historietista e ilustrador.1 Nacido en México de una familia integrada por un padre profesor universitario y una madre historiadora, resulta fácil suponer la temprana formación de Augusto Mora a la sombra de la biblioteca familiar. En sus trabajos artísticos, él asume todos los roles: autor de la historia, dibujante y colorista. Importa señalarlo porque esta triple tarea imprime un sello particular en sus libros.

Ganador en 2010 del 1er Premio Nacional de Novela Gráfica otorgado por la Editorial Jus, Mora ha publicado ocho novelas: Cosas del Infierno, mq cómics (2005); El Maizo, la Maldición del Vástago, Jus (2010); Muerte Querida, Caligrama (2012); Tiempos Muertos, Editorial Resistencia (2012); Fuertes Declaraciones: Diario de un presidente, mq Cómics/Animal Gráfico (2015); Grito de Victoria, La Cifra Editorial (2017); Encuentro en la Tormenta, Animal Gráfico (2018), y Québec, Apuntes de Viaje (2019).

Sus trabajos son definidos por él mismo como periodismo en historieta. Esta entrevista encara diversos aspectos de su creación, así como los alcances de dicha definición.

¿Cómo defines al periodismo en historieta?

Es un término que adopté gracias a un trabajo que hice con un colega periodista que trabaja en Buenos Aires: Julián Gorodischer. Él fue a México en 2014 con una beca del gobierno argentino, entonces me contactó para hacer tres cómics sobre tres diferentes temas. Yo me refería al cómic periodístico, porque habla de temas periodísticos, pero él me dijo que era mejor definirlo como periodismo en historieta, “porque lo que estás haciendo es ejercer el periodismo a través del lenguaje del cómic”.

Es periodismo en historieta, porque se están retomando temas de interés público, pero a través de este lenguaje: narrativa gráfica. Esta no hace más que tomar elementos gráficos y superponerlos a fin de contar una historia.

A mí me parece que la historieta es una herramienta y un lenguaje muy poderoso que se ha subvalorado, porque nació como historieta de fantasía dirigida a un público que buscaba entretenimiento, una diversión, más que proponer una lectura más consciente. Historieta recreativa, para leer los domingos, una tira cómica para relajarse. Justamente se hizo la historieta para leer el periódico y que hubiera una sección donde tú pudieras ya olvidarte un poco de esta parte intelectual, vamos a decir, acerca de los problemas que pasaban en tu comunidad, en la ciudad y reírte un rato.

Las tiras comenzaron por ser cómicas, personajes que no hablaban mucho más allá de chistes muy blancos, hasta que después empezaron a salir otros autores, como Quino, que cambió ese tipo de chistes. Esto no es malo, debe de existir una historieta para pasar el rato. Pero, justamente, creo que es necesario ver la historieta no nada más como un lenguaje lúdico, recreativo —que sí lo puede seguir siendo—, sino también hablar de otros temas, más interesantes o conscientes, y crear conciencia en una sociedad.

En el lenguaje de la historieta, así como puedes hablar de seres fantásticos, mitológicos, con superpoderes o de ciencia ficción, también puedes utilizar sus herramientas —globo, texto, personajes, escenarios— para contar una historia, hacer un reportaje, una crónica, o hacer inclusive una entrevista a través de esos lenguajes.

Podría hablar de las ventajas y desventajas que tiene ante otros medios de comunicación, porque no es cierto que la historieta sea mejor que la radio o la televisión. La historieta es muy parecida al libro, la puedes leer sin necesidad de tener un celular, una pantalla. Al leer el cómic ves las imágenes sin necesidad de ver texto. Lo que no tiene es sonido, pero tiene las onomatopeyas, que son las representaciones gráficas del sonido y el lector puede imaginarlo. La historieta estimula más el lenguaje visual que otros.

Teniendo en cuenta que, según afirma E. Jeli : “En verdad, la memoria no es el pasado, sino la manera en que los sujetos construyen un sentido del pasado, un pasado que se actualiza en su enlace con el presente y también con un futuro deseado en el acto de rememorar, olvidar y silenciar.” (2017, p. 15), ¿qué impacto tiene la historieta en la consolidación de la memoria histórica?

La historieta es un lenguaje de lectura amena y atrayente para el público de masas por su naturaleza visual, fluye y deja marca en la memoria del lector gracias a la fuerza de la gráfica, por eso tiene un poder de penetración enorme. Las grandes audiencias recuerdan detalles mínimos gracias a la narrativa gráfica.

La historieta es, sobre todo, una lectura accesible. Retrata la forma de vida, las costumbres y la manera de pensar de diferentes épocas. Tanto la historieta de ficción como la realista registran el modo de vida de la época en la que fue realizada gracias a su estilo, su paleta de colores, la narrativa y el lenguaje utilizado, deja constancia de su paso por la cultura en la que se desarrolla. Así, sea una historieta dibujada con el estilo más excéntrico y los colores más estrambóticos o una que hable de una época futurista, el relato estará siempre impregnado por los elementos de la época en la que fue creada.

La historieta de no ficción retrata especialmente lo antes dicho de manera evidente. Genera un registro histórico en un formato diferente, y al ser un lenguaje de masas resulta accesible para la mayoría de los públicos. Jóvenes, niños y adultos pueden acceder a esta forma de narrativa, muchas veces sin necesidad de tener experiencia en el tema. La historieta histórica, social y periodística puede ser un medio introductor que aproxima a los ensayos y documentos más complejos.

Carlos Monsiváis hablaba de la alfabetización moral de la sociedad, para la cual es indispensable “la construcción de una nueva cultura y una nueva identidad colectiva [que huya de] la repetición insistente y ritualizada, sin transformación simbólica de la historia siniestra y traumática” (Jelin, 2017, p. 141). Dado este contexto, ¿a qué público se dirige su obra?

Mi obra va dirigida al público infantil y juvenil, hacia las nuevas generaciones que se encuentran en vías de definir su personalidad y de elegir sus prioridades hacia el futuro. Invito a reflexionar, no me gusta la idea de inculcar valores a través de los medios de entretenimiento, aunque tampoco estoy peleado con la idea.

En mi opinión, es necesario señalar a las generaciones más nuevas el porqué es mejor hacer el bien que el mal, sin embargo, en lo personal, prefiero los contenidos que proporcionan una información necesaria y completa para que cada quien tome sus propias decisiones. No prohibir ni decir qué es lo que se tiene que hacer o no hacer, sino generar un criterio propio en los más jóvenes, presentándoles los diferentes matices de una situación para que ellos mismos decidan.

En Grito de Victoria la postura pedagógica ante los hechos históricos resulta evidente, ¿qué es lo que fundamenta esta necesidad? ¿Hay otras maneras de lograr fines semejantes?

Yo elijo un tema para aprender de él, para profundizar en algo que me inquieta, me intriga, me motiva o me indigna. Escribo e investigo asuntos con los que me identifico y a su vez me interesa comunicar.

Me apasiona transmitir a mi público esa información que voy recabando. Al investigar sobre un tema, me interesa divulgar eso que yo no conocía antes, teniendo en mente que habrá más gente que tampoco contaba con esos datos.

En diferentes ámbitos de mi vida he descubierto que la información sirve para tomar buenas decisiones, uno no puede tomar una buena decisión en su vida si no está informado, la información nos puede salvar de muchas malas decisiones y comparto ese conocimiento a través del lenguaje, con mi trabajo, que a mí me apasiona hacer.

Existen otros medios con los que se puede llevar la información a las nuevas generaciones por los que yo apostaría. Herramientas tales como la animación, el humor o los contenidos en redes sociales —gifs, memes, infografías, videoblogs— son importantes para comunicarse con esas generaciones que vienen atrás. Hay que invadir esos espacios con reflexiones y análisis.

Me impresionó mucho el título de Adonde nos llevan, ya que te pones en el lugar de la víctima, pero también la manera en que te posicionas en el espacio del cuadro. Le das al lector la posibilidad de situarse con el personaje, de tomar distancia o no, o de solidarizarse en las situaciones emotivas. Me parece que tienes un nivel de conciencia muy grande de esta complejidad en tu manera de dibujar

Esto forma parte de la habilidad que hay que ir desarrollando para narrar gráficamente, es decir, se puede narrar una historia desde un solo plano, desde un mismo encuadre, como una cámara fija, pero eso logra una monotonía de imágenes que puedes utilizar, siempre y cuando esté justificada, necesitas dar esa emoción cuando la quieres transmitir a tu lector. Para mí, el movimiento de las cámaras es muy cinematográfico, muy apegado al cine, donde la cámara te da perspectivas diferentes de un mismo objeto. El montaje visual sirve para darle dinamismo a la lectura, para darle relevancia a ciertos elementos: no es lo mismo tener un close-up de la cara de una persona preocupada que verla desde lejos. Entonces, cuando haces una toma muy abierta quieres dar una explicación general de lo que está pasando y vas acercando la cámara según el grado de detalle que quieres explicar a tu lector.

La ventaja que tiene la historieta frente a otros medios de comunicación es que tienes la herramienta de las expresiones faciales, las puedes exagerar tanto como tú quieras. Un actor, en una obra de teatro o en una película hace expresiones faciales y va a transmitir emociones, pero en el cómic las puedes exagerar y hacerlas superlativas para transmitirlas de manera fuerte a tu lector.

Tienes que usar el manejo de cuadros y dar dinamismo para mantener entretenido al lector. Los cómics informativos y didácticos también tienen que ser entretenidos porque si no el lector pierde el interés. Como ya lo mencioné, la virtud que tiene el periodismo en historieta es que debe ser informativo, pero también entretenido.

¿Cuáles son las principales técnicas narrativas utilizadas en Grito de Victoria?

Principalmente dos. Al inicio del libro vemos una historia anecdótica que ocurre durante un día de protesta en la ciudad de México. Hice uso de personajes de ficción dentro de contextos históricos reales con el fin de darle rostro a las dos protestas de las que se habla. No es lo mismo referirse a un acontecimiento histórico desde un punto de vista externo, que hablar desde la voz narrativa de los implicados. Se humaniza el acontecimiento que pretende ligarse con la empatía del lector, aquí entra la gráfica como herramienta narrativa; donde las formas, los contrastes y las expresiones dibujadas invitan al lector a la reflexión.

Hay un narrador omnisciente que ayuda a expresar mejor los pensamientos y emociones que el personaje transmite a través de los globos y cartelas de diálogo. Por otro lado, eché mano de un lenguaje documental, haciendo uso de las entrevistas donde personas implicadas en los hechos hablan de sus propias experiencias y opiniones sobre ese momento histórico en particular. Eso le da más contenido al libro, más información de más fuentes.

Los encuadres visuales varían entre el primer plano y el plano general y distante, una vez más ¿cuál es el efecto buscado?

Busco lograr ritmo narrativo armónico, es decir, que la lectura pueda fluir de manera natural y sencilla entre un panel y otro.

Cada encuadre busca por sí mismo lograr un efecto en la percepción del lector, por ejemplo, un close-up busca rescatar en detalle la vivencia del personaje, si está contento o si tiene miedo. El plano general sirve para narrar escenas donde dos o más personajes están realizando una acción simultánea y en el mismo espacio. Un plano distante o panorámico busca explicar la situación y establecer el lugar donde están ocurriendo los hechos, los planos distantes son muy útiles al principio de las historias para saber en dónde estamos parados.

Para estos efectos también sirven los ángulos. Un ángulo en contrapicada puede servir para destacar la magnitud de un objeto o persona mientras el tiro en picada —de arriba hacia abajo o vista de pájaro— sirve para darnos amplitud y un control de lo que estamos viendo.

El uso de los planos y ángulos también busca remover emociones en el lector. Es importante, por ejemplo, determinar desde qué nivel nuestro personaje está viendo las situaciones y acontecimientos que suceden a su alrededor, para transmitir lo que él o ella están viviendo. La de David o Goliat no es, desde luego, la misma perspectiva.

¿El espacio es familiar y reconocible, qué efecto de refuerzo de la credibilidad produce?

Sí, inclusive utilizo fotos para determinados fondos y escenarios de la historia. Quería dar un sentimiento de que las cosas estaban pasando en una ciudad que podría ser la de cualquiera, pero que se reconociera como la ciudad de México en dos diferentes épocas. El espacio refuerza la idea de que todo ocurre en un contexto de no ficción. Pretendo que el lector que lo lea en cualquier parte del mundo se entere que, en algún punto de la historia, esto ocurrió, y que sea un registro que deje constancia de los hechos.

El uso de las fotos también remarca mi involucramiento con el tema. Es un trabajo que mezcla la labor del reportero, el investigador y el creativo. Es decir, implicarme en los acontecimientos y constatar que soy testigo presencial de algunos de ellos para lograr veracidad y verosimilitud.

El hecho de representarte en lo que en literatura se considera como autoficción, es decir, el narrador que tiene el nombre del autor, pudiendo ser exactamente la misma persona o no. Me parece entender que este procedimiento también contribuye a la identificación del lector contigo

Son varias cosas, una es la aproximación con el lector. No te hablo desde la posición del narrador omnisciente, sino que estoy contigo y te estoy contando lo que vi.

Y, por otro lado, se relaciona con la cuestión de si el periodismo debe o no ser subjetivo, si el buen periodismo debe ser objetivo. Yo no creo que este último exista, ya que tu recibes la información y la vas a contar desde tu ideología.

Entonces, lo que yo quiero decir es que este es mi punto de vista: lo que yo pude ver, lo que yo puedo opinar, y por eso me represento. Mi parte de verdad se integra con las otras verdades que forman parte de un todo. Y lo que afirmo es que esto es lo que yo vi y siento con respecto a este tema. El lector decidirá si hace empatía conmigo o no, pero ese pequeño detalle que forma parte del gran universo de la información, ese punto de vista le va a dar un panorama general de lo que está sucediendo.

En la parte I de Grito de Victoria los paralelismos temporales insisten en la recurrencia de los hechos históricos vividos por generaciones sucesivas, ¿qué otros fines persiguen dichos paralelismos?

Con este paralelismo de narrativas yo buscaba generar una reflexión sobre los aciertos y fallas de ambas protestas, hacer una comparativa de qué tanto ha cambiado la historia y qué tanto se ha quedado igual. La idea es tratar de generar memoria histórica para aprender del pasado. Estoy convencido de que la humanidad tendrá siempre que luchar por los cambios y generar movimientos para que las cosas tomen otra ruta: así que es importante saber qué es lo que hizo antes la sociedad para acabar con las injusticias, cuáles eran sus ideales y qué se buscaba en esos momentos. Reflexionar sobre qué tanto cambió las estructuras un determinado movimiento social, en resumen, aprender de los errores del pasado.

¿De qué manera las partes I y II son complementarias?

Claro. La parte I trata de explicar los dos acontecimientos históricos desde la perspectiva de dos jóvenes. ¿Cómo vive una persona que se encuentra implicada en una protesta social, en una marcha callejera, llevando a cuestas sus problemas personales? Allí intento hacer que el lector se interese en el tema desde lo particular. La primera parte explica más o menos el ambiente y la atmósfera durante la protesta, pero no habla mucho de las causas y las consecuencias históricas de estos dos eventos, solamente se encarga de contar la parte emotiva.

Pero, en la segunda parte, da una explicación general: ¿quiénes tomaron la decisión de hacer estas marchas? ¿Por qué los jóvenes se estaban manifestando? ¿Cuáles eran los asuntos sociopolíticos implicados? ¿Qué se buscaba con ambas marchas? ¿Cuál era el descontento social? Es decir, la segunda parte da a la primera el contexto histórico para que el lector sepa dónde y por qué ocurrió todo esto.

Quizá un poco inspirado en las historietas de Corto Maltese, donde el libro hablaba de una aventura de este personaje situada en una época y lugar determinado, y luego el autor italiano Hugo Pratt nos explica el contexto histórico donde se desarrolló.

El recurso a las autoridades citadas (personas, libros, documentos visuales) apoyan la verosimilitud del relato. ¿Cuál es el espacio de la ficción en la historieta?

Como expliqué antes, la única ficción de todo el relato son los personajes principales de la parte I. Son los elementos que humanizan el relato, generan empatía con los lectores, que pueden identificarse con los personajes. Me parece que, hablando de herramientas pedagógicas y didácticas, el personaje que cuenta su propia historia es muy poderoso: ya no es el relato de un historiador omnisciente que relata desde el exterior un asunto, sino el mismo personaje que fue testigo de los hechos. Esto genera en el espectador, según mi punto de vista, un interés por saber qué le ocurrió a ese personaje.

¿Has recibido reacciones de los lectores? ¿En qué sentido?

Buenas reacciones en su mayoría. Sobre todo, de gente joven a quienes el libro les ha cambiado la perspectiva sobre los asuntos sociales y los derechos humanos. Han llegado conmigo jóvenes que me han dicho que jamás se habían interesado en los temas políticos de su país, hasta que leyeron Grito de victoria. He recibido noticias de personas que se interesaron por el asunto de la lucha y las causas sociales. Profesores de distintos niveles educativos, que han usado mi libro como material didáctico para introducir a los alumnos sobre los movimientos estudiantiles de los años 60 y 70 en México. Eso me ha dado mucha satisfacción. También hay gente que se ha acercado para agradecerme por haberles presentado un tema que no conocían antes.

A time to help y À la recherche d’une voix abren un nuevo tipo de reflexión social, ¿a qué público se dirigen? ¿Cómo se integran con los anteriores trabajos de cronística histórica? En ellos el elemento histórico está puesto en un segundo plano, para destacar a modo de ampliación de un detalle en un cuadro un aspecto de la cuestión. En el caso de encontrar la voz para poder nombrar una situación traumática, y en el otro caso, la solidaridad social, la empatía, etcétera

Yo considero que estas dos obras son distintas una de la otra.

En À la recherche d’une voix, lo que quise hacer fue narrar una historia sin palabras, ambientado en 1968, pero que mantuviera un mensaje. El mensaje era resaltar el poder de la gráfica y también hacer una denuncia, rescatar dentro de toda esta desafortunada serie de eventos, recalcar lo positivo que había dentro del movimiento del 68: cómo los jóvenes lograron manifestar y dejar impresa esta serie de imágenes que, si en estos momentos más de cuarenta años después los vuelves a ver, te evocan esa lucha.

Intento dar eco a voces que, quizás, no son tan escuchadas. En Time to help mi trabajo es el eco de un grupo voluntario de mujeres, las Patronas, que desde hace más de 20 años hacen comida para los migrantes que viajan en el tren conocido como la Bestia, y dan un ejemplo y una lección de solidaridad: todos podemos ayudar en algún momento. Entonces, intento dar un eco dentro de un lenguaje nuevo. Sobre las Patronas hay documentales, crónicas, entrevistas, pero me parece que hay un público al que le gusta más leer historietas y que no las conoce.

Hablando del reciente asesinato de Cristina Vázquez, y de la alta tasa de asesinatos en México, el grado de violencia de esta realidad aparece evocada en tu obra El peregrino. Me parece que tu reflexión sobre la violencia tiene allí mucha más fuerza que en los relatos de periodismo en historieta. Dos preguntas me surgen, ¿cómo te posicionas como ciudadano frente a esta violencia? Y luego, como artista, ¿cómo llegas a lo fantástico-mitológico como vía de expresión frente a esta realidad de descomposición social?

Yo creo que llego a ese resultado de manera no consciente, o sea, muchas veces te encuentras inmerso en un estado, una sociedad o en un mundo en el que vives rodeado de este tipo de noticias. Es bien triste, ya lo vemos normal. Por ejemplo, estando aquí en Canadá ayer me entero de que tiraron un helicóptero del secretario de seguridad pública de Michoacán. Ya se han dado varios casos sospechosos de este tipo donde se asesina a algún funcionario público. Y nadie se refiere a eso, como si fuera ya una cosa natural.

¿Por censura?

No, yo creo que porque —y eso es lo terrible— ya es algo normal, se banaliza, ya no es algo relevante. Los casos de muerte de un periodista, un político, etc. Tu pregunta es difícil de contestar porque ni siquiera lo racionalizas como artista, como creador. Simplemente lo haces porque inconscientemente comienza a darte una preocupación por lo que está pasando a tu alrededor, y, entonces, lo expresas y lo canalizas hacia ese lado.

¿Qué otras temáticas te inspiran tus próximos trabajos?

Actualmente, me encuentro trabajando en una novela gráfica que habla sobre migración. Me interesa abordar el tema de la empatía con los migrantes, y vislumbrar la migración como elemento enriquecedor de una cultura. Pero también busco denunciar los abusos, las violaciones a los derechos humanos y cómo ha cambiado la política de México —que tiene una tradición hospitalaria— hacia la migración.

Ahora, en la revista mexicana El Chamuco, estoy publicando mensualmente historietas cortas de diferentes temas relacionados a los asuntos sociales, tales como la lucha contra la violencia de género, la libertad de expresión, la lucha contra la corrupción en las instituciones, entre otros. Intento retomar temas de coyuntura y hacer un aporte al debate.

Referencias

  • Jelin, Elizabeth. (2017). La lucha por el pasado. Cómo construimos la memoria social. Siglo xxi.

Sitios de interés



Recepción: 18/10/2019. Aprobación: 20/05/2020.

Vol. 21, núm. 6 noviembre-diciembre 2020

Creencias ambientales mexicanas. La importancia de construir sociedades resilientes

Orlando Puente Zubiaur Cita

Resumen

¿Los animales y las plantas tienen tanto derecho a existir como los humanos? En dónde usted vive, ¿cómo diría que es la situación del medio ambiente? ¿Se había preguntado alguna vez la opinión de los mexicanos hacia éste? La dimensión ambiental en los albores del siglo xxi es un libro basado en la opinión pública, y los datos que ahí se presentan fueron obtenidos de encuestas nacionales sobre el dominio del tema del medio ambiente en México. La gran mayoría de las preguntas de la encuesta nacional impactan en el lector de manera personal, lo que obliga a la reflexión consciente de los problemas que enfrenta el mundo, nuestro país, nosotros mismos y las siguientes generaciones. Finalmente, el libro concluye al enfatizar la importancia de la educación y la difusión de los problemas ambientales para la construcción de sociedades más resilientes.
Palabras clave: medio ambiente, dicotomía naturaleza/cultura, creencias, educación ambiental.

Mexican environmental beliefs. The importance of building resilient cities

Abstract

Do animals and plants have as much right to exist as humans do? How would you say is the environment situation where you live? Have you ever wondered the opinion of Mexicans towards the environment? La dimensión ambiental en los albores del siglo xxi is a book based on public opinion, where the data presented was obtained from national surveys on the domain of the environment topic in Mexico. The vast majority of the questions in the National Survey impact the reader in a personal way, forcing a conscious reflection of the problems faced by the world, our country, ourselves and the following generations. Finally, the book concludes by emphasizing the importance of education and the diffusion of environmental problems for the construction of more resilient societies.
Keywords: environment, dichotomy nature/culture, beliefs, environmental education.

Introducción

La dimensión ambiental en los albores del siglo xxi ha sido de mi agrado para ser referenciada en mi investigación doctoral, principalmente porque aborda la temática sobre las creencias, los hábitos y la memoria socioambiental. En mi trabajo de investigación, he pretendido construir una encuesta que me ayude a observar las actitudes ambientales de una población. Por lo anterior, me fue útil aplicar algunas de las interrogantes propuestas en este libro, que llenó todas mis expectativas de lo que uno mismo y la población en su mayoría respondería, así como del significado ambiental que esto conlleva. De igual manera, es interesante puesto que acerca al lector a comprender el nivel de impacto que los problemas ambientales ocasionan en las sociedades humanas, en particular, como en el planeta tierra, en general.

La construcción del libro

La dimensión ambiental en los albores del siglo xxi forma parte de una colección de 26 obras titulada Los mexicanos vistos por sí mismos. Los grandes temas nacionales. Ésta fue el resultado analítico de diversas encuestas nacionales realizadas por el Área de Investigación Aplicada y Opinión del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam). Fueron 93 investigadores y 48 jóvenes asistentes dirigidos por Julia Isabel Flores Dávila, quienes se encargaron de diseñar y levantar 25 encuestas ―a 1200 casos cada una―, en todo el país.

La idea surgió en 2014 ―aunque sigue siendo una obra muy actualizada―, en medio de un contexto de profunda incertidumbre e indignación por la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa. “¿Cuál es el papel de la unam en estas realidades?” se preguntaba el entonces rector de la Universidad, José Narro Robles:

Si bien es cierto que nuestra institución no tiene la posibilidad de resolver problemas tan complejos, tampoco puede permanecer indiferente a ellos. Lo que se intentó fue recoger las voces, los pensamientos y reflexiones de los mexicanos; es a ellos a quienes nos dirigimos y a los que nos interesa escuchar (Ímaz, 2015, p. 12).

Como sugiere el cuarto tomo de Los grandes problemas de México del Colegio de México (colmex), uno de los grandes temas nacionales e internacionales de la actualidad tiene que ver con los problemas ambientales que enfrenta nuestro mundo: “una realidad caracterizada por condiciones de deterioro, contaminación, pérdida de la biodiversidad, deforestación, así como por fallas institucionales y en el cumplimiento de las leyes y normas ambientales” (p. 11). Los problemas ambientales generan retos interdisciplinarios para el futuro inmediato, porque se convierten en obstáculos para la calidad de vida, el desarrollo económico y, ciertamente, el estilo de vida cada vez menos sustentable de occidente (semarnat, 2019, p. xv). En este sentido, La dimensión ambiental recoge y analiza el pensamiento y la concepción mexicana. El texto cuenta con la autoría de ocho especialistas ―Marjory González, José Luis Gutiérrez, Paula Vargas, Rosalía Camacho, Dalia Ayala, Marisol Anglés, Rosalía Ibarra y Ana Gisela Beristain―, coordinados por Mireya Ímaz Gispert, quien ha tenido una importante trayectoria en los ámbitos de las ciencias biológicas, ambientales y sustentabilidad.

Como bien refiere la presentación del libro, en México no existen muchas investigaciones acerca de las actitudes ambientales de la población. En este sentido, el trabajo realizado en esta obra es de suma importancia porque las percepciones, los valores y las creencias conforman en gran medida las actitudes ambientales: “La manera en la que las personas construyen su relación con el entorno, interpretan los cambios que ocurren en él, explican sus causas y proponen soluciones” (p. 31). Comprender las creencias de la población en general debe ser el inicio de cualquier esfuerzo por cambiar los hábitos y las actitudes; incluso, de la educación ambiental y las acciones políticas.

Es importante destacar que las encuestas tienen ciertas implicaciones y complicaciones que no pueden ser obviadas. Una encuesta es como una fotografía: es una imagen de un momento y un lugar determinado. De la percepción que los individuos tienen de sí mismos, porque “pone en juego el entramado de conocimientos y sentimientos contenidos en las respuestas” (p. 22). Las respuestas siempre están influidas por el contexto y, en este caso, la encuesta fue realizada en noviembre de 2014, unos meses después del problema de los estudiantes de Ayotzinapa, justo cuando la opinión y la atención pública se centraban concretamente en eso. Es claro que esto tuvo ciertas implicaciones en las respuestas de la gente que, según refieren los autores, consideraron los problemas ambientales en séptimo lugar de una lista de diez opciones (p. 42). A pesar de lo anterior, las encuestas sirven de contraste entre la teoría y la práctica; parafraseando a Ricardo Pozas en el Preámbulo, “entre el saber académico respecto de los problemas estudiados científicamente” (p. 26).

Contrastando datos de la realidad ambiental

¿Considera usted que el cambio climático ha afectado su vida diaria? ¿Cuánto cree usted que sabe sobre las soluciones de los problemas ambientales? ¿Se había hecho alguna vez este tipo de preguntas? Esta obra se basa en el supuesto de que las percepciones ambientales son construcciones sociales, definidas como la manera en la que cada individuo aprecia y valora su entorno, natural y social. Son dinámicas e históricas. Se modifican constantemente con base en nuevas informaciones e interacciones sociales que ocurren en una comunidad:

Las percepciones, junto con los valores y el conocimiento, conforman las actitudes ambientales, es decir la manera en la que las personas construyen su relación con el entorno, interpretan los cambios que ocurren en él, explican sus causas y proponen soluciones (p. 31).

En este sentido, es interesante el planteamiento inicial de los autores. Ellos sugieren que para los encuestados los problemas ambientales serios son los que pueden ubicarse claramente en su entorno inmediato, como la contaminación del aire o del agua. No obstante, otros problemas no tan visibles. Como el cambio climático, suelen observarse tan alejados de la cotidianidad, que difícilmente se perciben. Los autores explican que la encuesta refleja preocupación de la población hacia el cambio climático, pero más de la mitad no tiene una idea correcta de lo que es (p. 135).

El análisis que los autores realizaron de los datos recabados se entrecruza con diversas teorías sobre el daño ambiental y la relación de éste con las percepciones humanas. Como sugiere Jared Diamond (2006, cap. 14), el deterioro ambiental es tan gradual que muchas veces la gente es incapaz de observar los cambios y discernir su magnitud acumulada. A esto le llama amnesia del paisaje: el cambio tan paulatino del medioambiente pasa inadvertido para quienes, por haber estado envueltos por ese paisaje año tras año, lo observan inamovible. De igual forma, William Hirst y Charles B. Stone (2015, p. 106-107) proponen que un estudio más completo sobre la memoria colectiva debe contemplar también el olvido colectivo. Lo que una sociedad construye de su pasado en parte estará relacionado con lo que olvida. Conjugando las posturas de Diamond y Hirst/Stone, resultan evidentes los análisis sobre el cambio climático en el trabajo de Ímaz. Ocurre de forma tan paulatina y la memoria de la gente ―se sugiere en La dimensión ambiental― “es muy corta y expresiones como ‘nunca había hecho tanto calor’, ‘nunca había llovido tanto’, ‘este frío no se había vivido jamás’ son constantes en las conversaciones año con año” (p. 139).

Los autores, en esta obra, describen la responsabilidad que los gobiernos e instituciones tienen sobre los problemas ambientales. Por ejemplo: la crítica a la falta de presupuesto, al interés en el cuidado del medio ambiente, a las políticas de protección, la educación ambiental y la difusión de los problemas, son temáticas constantes que van hilando el discurso del libro. Desde el capítulo 2, “El México que nos rodea”, hasta el 7 “Saberes y opiniones”, los autores evidencian la falta de interés y/o conocimiento que la autoridad empeña en dichos problemas. También dedican muchas palabras a explicar la importancia de políticas públicas adecuadas en el manejo de los recursos y ofrecen cifras oficiales muy interesantes. Por ejemplo, explican que el costo total del agotamiento y degradación ambiental de México asciende a 5.7% del producto interno bruto, en contraste con 1.2% (p. 40) que se dedica a la protección ambiental a través de políticas públicas, campañas educativas, aplicación de energías renovables, etcétera.

En promedio, los 34 países de la ocde, recaudan 1.59% de su pib mediante impuestos de este tipo. México, por lo contrario, al ofrecer un subsidio a la producción y consumo de combustibles fósiles es el único país que “subsidia” procesos contaminantes por un monto que equivale a 1.28% de su pib (p. 40).

Paradójicamente, sugieren los autores, el gobierno destina recursos que aumentan la degradación del medio ambiente. Sin embargo, quizás la postura más recurrente en el libro tiene que ver con la educación y el manejo de la información. Muchas de las preguntas de la Encuesta Nacional evidencian la falta de conocimiento y comprensión de la población acerca de los problemas de este tipo. Esto pasa no sólo con el cambio climático ―como ya se mencionó en líneas anteriores―, sino también con tecnologías alternativas, como los paneles fotovoltaicos, calentadores solares, recuperación de lluvia y tecnologías ahorradoras de agua. Según los datos recabados en la encuesta, más de 85% mencionaron no utilizar ninguna de las anteriores, ya que no sabían que existían o no contaban con los recursos para instalarlos en sus hogares (p. 108). Los autores sugieren que el ingreso familiar es un factor determinante; aunque la falta de información adecuada en las campañas de gobierno y la falta de interés de los medios de comunicación, acrecientan el problema. Explican que la ausencia de la temática ambiental en la televisión coincide con la poca importancia que le otorgan los encuestados: “siendo probablemente un factor clave, junto con la educación, en la conformación ―o la no conformación― de una cultura ambiental” (p. 154).

Evidentemente, la perspectiva general del libro no quedaría cubierta si no abordamos la participación y responsabilidad que los autores atribuyen a los encuestados. Ciertamente, como ellos mencionan, la participación y el involucramiento de la población tienen estrecha relación con una gobernanza ambiental más adecuada. Y, en este sentido, los autores se muestran esperanzados por la disposición personal interpretada en la encuesta. A la gran mayoría (71%) le preocupaban los problemas ambientales ―algunos por ser conscientes de la relación entre la degradación ambiental y la calidad de vida, en otros casos debido al bombardeo mediático que ha posicionado este tema en el cine, la televisión y la prensa―. Sin embargo, principalmente quienes tienen estudios de licenciatura o posgrado se mostraban con más interés de participar en organismos y colectivos de protección (p. 80-82). La gente parecía dispuesta a pagar más por los productos en pro del medio ambiente. Además, consideraban que uno de los grandes problemas estaba relacionado con los bajos impuestos y la ineficiencia en la recaudación de los mismos. El capítulo 4 “Del dicho al hecho” habla enteramente de este esperanzador escenario. Excepto por un punto importante, cerca del 89% de los encuestados afirmaron nunca haber participado en alguna asociación o firmado alguna petición ambientalista. Como bien dice el refrán: “del dicho al hecho, hay mucho trecho”.

Los autores ponen “el dedo en la llaga”, al señalar la contradicción existente entre las percepciones ambientales y las actitudes. Sugieren que las actitudes ambientales (lo que se hace, lo que ocurre) están ampliamente delimitadas por diversos factores como: el ingreso, las experiencias individuales, culturales y sociales. “De ahí que los resultados de las actitudes de los encuestados pueda distanciarse de sus percepciones e intenciones, en tanto unas y otras no tienen una relación lineal o directa” (p. 87). Es decir, los encuestados afirmaban estar interesados en mejorar las condiciones ambientales de su entorno, pero muy pocos de ellos habían participado activamente en acciones, campañas o, incluso, firmando peticiones colectivas (p. 88). En este sentido, los autores afirman que no fue posible analizar los elementos de forma aislada, por lo tanto, se basaron en la interpretación del conjunto de datos ofrecidos por la encuesta en general.

No obstante, quizás en este sentido los autores pecaron un poco de ingenuidad esperanzadora. Es posible que en gran medida tenga relación con un aspecto vital abordado en la misma presentación y que tiene mucho que ver con algunas de las creencias generalizadas, específicamente la dicotomía naturaleza-cultura. Históricamente, en Occidente se ha creído en una supuesta separación entre lo natural y lo humano. Herencia de la antigüedad, la dicotomía está presente incluso en el Génesis del Antiguo Testamento, desde el momento en que Dios creó a los humanos, a su imagen, para señorear al resto de los animales. En esta concepción del mundo, más allá de las ciudades se encuentra lo natural; como un oasis donde existe todo lo ajeno a lo humano, las ciudades han sido concebidas para resguardar a los humanos de un mundo “salvaje y hostil”. Dicha dicotomía ha guiado las creencias occidentales como hábitos de acción y delimitado la interacción entre la humanidad y la naturaleza, considerada lo otro (Myllyntaus y Saikku, 2001, p. 143). Esta dicotomía está presente en múltiples creencias occidentales comunes, como las ideas generalizadas de una separación entre razón e instinto, humanos y animales, hábitat humano y naturaleza, entre muchos otros ejemplos. El antropocentrismo ha impuesto gradualmente la idea de la humanidad como poseedora, ordenadora y protectora del entorno natural y sus recursos (Milesi, 2013, p. 6).

Debido a esta dicotomía, la gente tiene muchas dificultades para comprender la relación intrínseca existente entre sociedad y naturaleza, que conforma el sistema socioambiental. Sin embargo, en las encuestas la gente suele responder lo “socialmente deseable”, aunque en la práctica, como se demuestra en la misma encuesta, realmente no preste mucha importancia a los problemas ambientales, tal cual se pudo percibir cuando los encuestados colocaron los problemas ambientales en séptimo lugar de una lista de diez opciones. Aun así, vale la pena dar el voto de confianza, como sugieren los autores, e interpretar los resultados de la encuesta con resquicios de optimismo.

A manera de conclusión

Es momento de que cada uno de nosotros realicemos, como introspección, una reflexión en torno al medio ambiente. Los autores de este libro describen, de manera simplificada y muy amena, un discurso ambiental y una serie de preguntas resueltas por medio de encuestas, que impactan en el lector de manera personal, obligando a la reflexión y concientización de los problemas que enfrenta el mundo, nuestro país, nosotros mismos y el futuro de las siguientes generaciones.

También, La dimensión ambiental en los albores del siglo xxi es una herramienta práctica y extremadamente útil para los estudios ambientales en general. Al no existir muchas investigaciones de este tipo en México, la obra carga con una doble responsabilidad: por un lado, abrir la mesa de discusión para valorar y revalorar los problemas ambientales, sus causas y el impacto de las creencias y perspectivas de la población. Esto es importante porque las voces de los mexicanos representan el pensamiento de la población, lo que permite observar las creencias y, por ende, los hábitos que rigen el día a día del mexicano. Sólo conociendo estos aspectos es posible redirigir la educación y las políticas en favor de sociedades más resilientes con el medio ambiente. Por otro, esta investigación aporta a la construcción de una ciudadanía informada, crítica y participativa, que impulse nuevas actitudes. Tal cual lo sugieren los autores (p. 168): “También es urgente socializar el conocimiento de las causas y los efectos de los procesos que afectan los socioecosistemas y que las personas tengan herramientas necesarias para tomar decisiones informadas”. En las últimas décadas, la crisis ambiental ha cuestionado la sustentabilidad de la forma de vida humana, no la del planeta que encontrará la forma natural de adaptarse. Este tipo de investigaciones nos ayudan a comprender que la sustentabilidad va más allá de la política y la economía, nos compete a todos como sociedad. Como sugiere enrique Leff: “Pues junto con la crisis ambiental que pone en riesgo la vida, hoy vivimos una crisis moral que cuestiona el sentido de la vida humana. Y esto invita no sólo a una reflexión, sino a una re-educación…” (2009, p. 14)

Referencias

  • Diamond, J. (2006). Colapso: por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen (Ricardo García Perez, Trad.). Debate.
  • Hirst, W. y Stone, C. (2015). A Unified Approach to Collective Memory: Sociology, Psychology and the Extended Mind. En S. Kattago (Ed.), The Ashgate Research Companion to Memory Studies (pp. 103-115). Tallinn University.
  • Leff, E. (2009). La esperanza de un futuro sustentable. Transatlántica de educación, (9). 94-103.
  • Lezama, J. L. y Graizborg, B. (Coords.) (2010). Los grandes problemas de México. El Colegio de México. (iv. Medio Ambiente).
  • Milesi, A. (2013). Naturaleza y cultura: una dicotomía de límites difusos. De prácticas y discursos. Cuaderno de ciencias sociales, (2).http://biblioteca.clacso.edu.ar/Argentina/ces-unne/20141001053559/Milesi.pdf.
  • Mireya Atzala, I. G. (Coord.) (2015). La dimensión ambiental en los albores del siglo xxi. Miradas desde la diversidad. Encuesta Nacional de Medio Ambiente. Universidad Nacional Autónoma de México.
  • Myllyntaus, T. y Saikku, M. (Coords.) (2001). Encountering the past in nature. Ohio University Press.
  • semarnat. (2019). Informe de la Situación del Medio Ambiente en México, edición 2018. semarnat.


Recepción: 03/10/2018. Aprobación: 26/08/2020.

Vol. 21, núm. 6 noviembre-diciembre 2020

Una competencia de pesos pesados por el dominio del mundo

Guillermo N. Murray-Tortarolo y Fabiola Murguía-Flores Cita

Resumen

Los seres humanos somos la especie dominante de nuestro planeta por donde se lo vea. Hemos cambiado los flujos de materia e información, entendido nuestro universo a profundidad y hasta modificado la esencia de la vida, los genes. Pero bajo un indicador ecológico, la dominancia, determinada por la masa de una especie, no necesariamente resultamos como los grandes campeones. En este artículo comparamos la biomasa de los seres humanos contra la de las plantas, los microorganismos y nuestro animal domesticado favorito, las vacas, a través de tres rondas de lucha de pesos pesados. Gracias a los cálculos más recientes, la tecnología satelital y las supercomputadoras, podemos darnos cuenta de que no ganamos ninguno de los tres asaltos, pues la biomasa de nuestros compañeros de planeta es mucho mayor a la nuestra. Acompañamos, entonces, en esta pelea de los gorditos, para descubrir un mundo dominado por todos, menos nosotros.
Palabras clave: biomasa global, dominancia ecológica, biosfera, biología cuantitativa.

A heavyweight competition for world domination

Abstract

We humans are the dominating species of our planet. We have largely modified the matter and information fluxes of our planet, we have a deep understanding of our universe, and we even altered the very essence of life, genes. However, under one key ecological indicator, dominance —determined by the biomass of a species—, we may not be the sole rulers. In this article, we compared the biomass of human beings against plants, microorganisms and our favorite domesticated animal, cows, through three heavy-weight box rounds. Thanks to the most recent calculations, satellite technology, and supercomputers, we will show how we easily lose all three rounds, and how the biomass of our planetary neighbors is much bigger than ours. Join us, in this chubby box championship, to discover a world ruled by everyone, but us.
Keywords: global biomass, ecological dominance, biosphere, quantitative biology.

Introducción

Los seres humanos hemos modificado nuestro planeta como ninguna otra especie. Hemos alterado de manera radical los flujos de energía, materia e información, modificando el clima de la Tierra, la productividad de ciertas especies y hasta la misma esencia de la vida: los genes. Por donde lo veamos, somos seres superiores en nuestro mundo, los grandes amos y señores de la vida en la Tierra… ¿Cierto?

Posiblemente no. Tomemos el ejemplo de la dominancia ecológica para explicarlo. Una de las labores que más les gusta a los ecólogos es determinar la composición y estructura de las comunidades vegetales. Para ello, utilizan distintos índices, entre ellos el famoso índice de dominancia, que usa parámetros como la frecuencia, la abundancia y, en particular, la biomasa de las especies, para con ello determinar su “peso” en un ecosistema. La biomasa es, literalmente, el peso (la masa) que tiene una especie viva, y funciona como un buen indicador de su éxito ecológico (si tienes mucha masa, ¡debe ser porque te va muy bien!).

Entonces, basándonos en este simple indicador, ¿somos los más abundantes en el planeta? ¿Es acaso la biomasa de los seres humanos mayor que la de otros organismos vivos, y somos los ganadores en el campeonato de pesos ecológico? En este artículo te lo platicamos. Como un campeonato de box, a lo largo de tres rondas pondremos a pelear la “gordura” de los humanos contra la de otros organismos y, te adelantamos, no ganamos ni una sola vez.

Round 1: humanos vs. plantas

Ronda uno. En la esquina izquierda tenemos a nuestros favoritos, llenos de sangre y huesos, los seres humanos. En la esquina derecha, a las duras, cafés, verdes e inmóviles, las plantas.

En primer lugar, revisemos la cantidad de individuos de la que estamos hablando y, así, hagamos un cálculo de su biomasa. De acuerdo con los últimos datos que revisamos (junio 2020), en este momento hay 7,790,202,015 personas en el mundo y para cuando leas esta nota seguro se habrá incrementado en algunos cuantos millones. Si el promedio de nuestro peso es de 70 kg, significa que los seres humanos tenemos una biomasa de 545 millones de toneladas. Esto lo sabemos gracias a los impecables récords de natalidad y mortalidad que lleva cada país.

No obstante, este no es el caso para los árboles… No hay ninguna nación que se haya dedicado a contar cada uno de ellos y tomar nota de cómo cambian sus poblaciones. Por suerte, en la era moderna contamos con satélites de resolución espectacular. Gracias a ello Tomas Crowther y colaboradores, en un artículo publicado en la revista Nature en 2015, estimaron que existen 3.04 billones de árboles, algo así como 422 por cada persona. De hecho, encontraron que, gracias a las plantaciones humanas, existen más árboles en la actualidad que hace 35 años. Siguiendo con sus estimados, Yinon Bar-On y colaboradores, calcularon la biomasa vegetal, en un artículo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, en 2018, y obtuvieron un valor de 4.5 billones de toneladas. En otras palabras, las plantas tienen algo así como 7500 veces más biomasa que la de los seres humanos. ¡Ups! No ganamos ni por poquito.

Round 2: humanos vs. microorganismos

Bueno, la ronda anterior era algo predecible. Los árboles son demasiado grandes, demasiado pesados y están por todos lados. Seguro que entonces le podemos ganar a los más diminutos, a los invisibles microorganismos.

Comienza así nuestro segundo round. Nuevamente, en la esquina izquierda tenemos a los monos vestidos, que se enfrentan a nuestro nuevo retador, los minúsculos, microscópicos y más viejos habitantes del mundo: los microorganismos (ojo, el coronavirus se quedó afuera, por prevención a nuestra salud).

En la esquina de los pequeñines se encuentran todos los que miden menos de 5 micras, ¿sabes cuánto es eso? Una micra es la millonésima parte de un metro, así que somos como alrededor de 1.7 millones de veces más grandes que estos organismos. Sin embargo, en este caso el tamaño no es lo que importa si no la abundancia. Dentro de la categoría de microorganismos aquí agrupamos a las arqueas y las bacterias.1 Estos organismos fueron las primeras formas de vida en aparecer en nuestro planeta, por lo que tienen una alta capacidad de adaptación a casi cualquier ambiente. En la actualidad existen microorganismos en cada rincón de nuestro planeta, pueden habitar desde profundas fosas marinas, aguas sulfurosas volcánicas, estómagos de animales, hasta la masilla de nuestros dientes. De acuerdo con un estimado reciente (2019) de Hans-Curt Fleming y Stefan Wuerts, publicado en la revista Nature, hay aproximadamente 1030 bacterias y arqueas en todo el planeta. Este es un número muy grande, es un nonillón, o un 1 seguido de 30 ceros, de bichos; algo así como que el doble de microorganismos en la Tierra sería el mismo número de estrellas en la vía láctea. Tan sólo en una pizca de suelo puede haber hasta 40 millones de células bacterianas y hasta un millón en una gota de agua.

¿Por qué son tan abundantes? Por dos razones: tienen una alta capacidad adaptativa y su ciclo de vida es corto en comparación con los humanos, así que están por todos lados y se reproducen muy rápido. Su capacidad de adaptación es extraordinaria, ya que ningún otro ser vivo en nuestro planeta se atreve a vivir en los barrios donde éstas se la pasan de maravilla. Un ejemplo de estos ambientes son los géiseres y los cráteres de volcanes activos, lugares superinhóspitos e inhabitables por cualquier mortal, ¿cierto? Pues no es así. Existe un amigo llamado Pyrococcus furiosus y como ya lo imaginas por su nombre, esta arquea pueden vivir en ambientes extremadamente calientes, de hecho su temperatura ideal es arriba de los 80ºC (¡temperatura que mataría a cualquier humano!). Otro ambiente muy extremo es el Mar Muerto, en el cual la salinidad es tan alta que si te echas un trago de esa agua te deshidratarías hasta la muerte. Sin embargo, las bacterias del género Halobacterium son más que felices ahí, pues sus adaptaciones les permiten vivir sin problemas en este ambiente salino. También están los microorganismos que soportan muchísima radiación como Thermococcus gammatolerans; los que viven en lo más profundo del mar, donde la presión es muy grande (como para aplastar a un humano y su auto), como Shewanella y Moritellaque se han encontrado a 11,000 metros bajo el mar; también los hay que viven en lo más profundo del suelo, como Bacillus infernus que puede vivir hasta a 2,700 metros bajo la superficie. Así que estos amigos habitan cada rincón y cada nicho de la Tierra.

Gracias a su enorme abundancia y capacidad para vivir en casi todos los ambientes terrestres, las bacterias y las arqueas representan alrededor de16% de toda la biomasa del planeta. Traducido a toneladas, es algo así como 0.7 billones, o mil veces la materia de todos los seres humanos; por lo que nuestros pequeños amigos le ganan por mucho al Homo sapiens en cuanto a biomasa (¡y en su capacidad de vivir en todos lados!).

Round 3: vs. el resto de los animales

¡Que horror! Ni a los grandes, ni a los chicos les ganamos. Pero seguramente es porque son muy distintos a nosotros. Seguro ganaremos si nos enfrentamos a alguien más parecido: nuestros primos móviles, el resto de los animales. Casi exhaustos, pero aquí vamos por última vez, la pelea final: humanos contra el resto de los animales.

A lo mejor en este punto ya te habrás dado cuenta de que hasta ahora no había sido una pelea justa. Estábamos enfrentando a los seres humanos —una sola especie—, contra los miembros de otros reinos (plantas, y bacterias y arqueas, respectivamente), así que claramente hay un poco de trampa. No hagamos lo mismo para los animales, porque de seguro si nos enfrentamos a una única especie, entonces, sí podríamos ganar. Para el caso de los animales, pongamos el terreno un poco más justo, pongamos a “pelear” a los hombres contra su rumiante favorito: las vacas.

Primero, revisemos el número de habitantes vacunos en nuestro planeta. De acuerdo con el último estimado de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (mejor conocida como fao por sus siglas en inglés), para el 2018 —el más reciente estimado— había 1,489,744,504 vacas en todo el mundo. ¡Esto es equivalente a una vaca por cada cinco personas! Y el número sigue creciendo y creciendo, por la incesante demanda por carne y leche en todas partes. Ahora bien, una vaca promedio pesa unos 500 kilos que, multiplicado por el número de vacas, nos da una biomasa de… ¡744 millones de toneladas o un 36% más que la de todos los humanos que habitamos este planeta! Así que perdimos este asalto también. ¡Que desilusión! ¡ Y nosotros pensando que dominábamos este planeta!

Los reyes del mundo

Como les hemos mostrado en estos últimos párrafos, los humanos no somos los dominantes planetarios en términos de biomasa. Bajo cualquier indicador ecológico de dominancia, las vacas son los grandes ganadores cuando se trata de una sola especie y las plantas, cuando hablamos de todo un reino. Esto no quiere decir que deberíamos de “engordar” como humanidad para ganar la competencia y mucho menos significa que debemos eliminar a todos los demás competidores, ¡aunque le estamos echando ganas!

Esta dominancia es el resultado de una estructura ecológica básica global. En primer lugar, necesitamos a las plantas —y las algas—, porque son las productoras de biomasa de nuestro planeta, al llevar a cabo la fotosíntesis. Gracias a ellas todos los demás organismos pueden crecer y existir. Sin plantas, no habría biomasa para nadie más.

Pero la vida no se trata sólo de acumular masa, también necesitamos recircular los nutrientes, a través de la descomposición para seguir creciendo. Para eso tenemos ese enorme número de microorganismos, encargados de mantener el equilibrio planetario, al degradar los restos vegetales y animales, permitiendo que la materia se reintegre al sistema. Los microorganismos son los grandes recicladores que hacen posible la permanencia de la vida en nuestro planeta.

Finalmente, somos muchas —muchísimas— personas en este planeta y necesitamos alimentarnos todos. Dada nuestra evolución, tenemos una tendencia natural a que nos encante la carne y, mientras la dieta dominante siga siendo carnívora, seguiremos teniendo miles de millones de vacas para satisfacer esta demanda. Sólo en esta parte podemos esperar un cambio en la dominancia, si decidiéramos, como humanidad, reducir nuestro enorme consumo de carne. Mientras tanto, seguiremos “pesando” menos que nuestros primos rumiantes.

Así que cada uno de los pedazos de esta historia, de estos rounds, estaba destinado a perderse. No hay manera de que exista un equilibrio global. Si la biomasa humana fuera mayor a la de las plantas o los microorganismos no habría forma de mantener esta dieta carnívora, si no es con muchísimas reses. Esta teoría se conoce como la pirámide ecológica, y fue propuesta por primera vez en 1942 por Evelyn Hutchinson y Raymond Lindeman, pero sólo gracias a la tecnología actual, al fin se ha podido demostrar con estimaciones planetarias.

Como nota final, queremos recalcar que, aunque no dominemos en términos de biomasa, no debemos olvidarnos de los profundos impactos de nuestra humanidad en el mundo. Somos los principales causantes de un calentamiento excesivo y acelerado, de la modificación en la composición química de las capas de fluidos globales —océanos y atmósfera—, de la contaminación masiva de ecosistemas terrestres, de la pérdida de biodiversidad, el cambio en la cubierta vegetal…, por mencionar algunos. Nuestros impactos son muchos y profundos. Ninguna especie en toda la historia había logrado mover la cantidad de materia y energía como nosotros; o modificar el paisaje global de manera tan profunda. Contemplado desde cualquier otro punto de vista —que no sea solamente la biomasa—, realmente somos los reyes del mundo, aunque hasta ahora mantenemos un reinado tiránico.

Referencias

  • Bar-On, Y. M., Phillips, R. y Milo, R. (2018). The biomass distribution on Earth. Proceedings of the National Academy of Sciences, 115(25), 6506-6511. doi: https://doi.org/10.1073/pnas.1711842115.
  • Crowther, T. W., Glick, H. B., Covey, K. R., Bettigole, C., Maynard, D. S., Thomas, S. M., Smith, J. R., Hintler, G., Duguid, M. C., Amatulli, G., Tuanmu, M. N., Jetz, W., Salas, C., Stam, C., Piotto, D., Tavani, R., Green, S., Bruce, G., Williams, S. J., … Bradford M. A. (2015. 10 de septiembre). Mapping tree density at a global scale. Nature, 525(7568), 201-205. doi: https://www.doi.org/10.1038/nature14967.
  • Flemming, H. C., y Wuertz, S. (2019). Bacteria and archaea on Earth and their abundance in biofilms. Nature Reviews Microbiology, 17(4), 247-260. doi: https://www.doi.org/10.1038/s41579-019-0158-9.
  • fao stats. (s. f.). Consultado el 15 de febrero de 2020. http://www.fao.org/faostat/es/.


Recepción: 17/06/2020. Aprobación: 21/10/2020.

Vol. 22, núm. 2 marzo-abril 2021

¿Cómo prevenir la caries dental?

Federico Morales Corona Cita

Resumen

Este podcast tiene como objetivo brindar información importante y puntual acerca de qué son las caries, su origen y cómo se pueden prevenir.
Palabras clave: caries, salud dental, podcast, divulgación de la ciencia.

How to Prevent Tooth Cavities?

Abstract

The goal of this podcast is to give relevant and specific information about what tooth cavities are, their origin and the way we can prevent them.
Keywords: tooth cavities, dental health, podcast, science popularization.

Introducción

A través de mi experiencia como odontólogo, uno de los principales retos que he identificado ha sido la divulgación de la información. Sé sin duda que, comparado con las importantes enfermedades cubiertas por el esquema de vacunación, por ejemplo, la caries dental no parece tan importante. Es precisamente por razones como ésta, que las autoridades del país descuidan la importancia de la salud bucal. No es sino con el esfuerzo del gremio, como en el caso de la odontología, que temas de importancia como la caries dental se logran rescatar y se puede difundir información seria y consensada a la población en general, con el objetivo de reducir los problemas, en este caso, de la caries dental.

Por supuesto que este pequeño podcast es sólo una minúscula parte de toda esa información por difundir, pero, en él, quiero aplicar algo que les comento a los pacientes cuando toco el tema:

—Gran parte de la responsabilidad de la situación de la caries dental en México no es de los pacientes, sino de nosotros los odontólogos, que somos quienes contamos con la información puntual, pero que no la difundimos lo suficiente para provocar un impacto.

La información es una gran herramienta para la solución de los problemas, el contar con ella puede hacer la diferencia.

El desarrollo de este podcast me ha dejado como aprendizaje la motivación para utilizar las nuevas herramientas digitales en la divulgación de la información. Ésta ha sido una actividad que he ido incrementando con el paso del tiempo. Esta experiencia me deja en claro que, no importa lo pequeño que parezca, la aportación puede ser muy grande.

No puedo dejar de agradecer a la cuaieed por la oportunidad de aprendizaje que brindan en las diferentes herramientas digitales, con buenas plataformas, y el desarrollo de nuevas habilidades académicas. Ejemplo de ello es el taller “Herramientas para la educación docente. De lo oral a lo digital”, que sin su ayuda no hubiera sido posible lograr esta participación.



Sitios de interés



Recepción: 14/01/2021. Aprobación: 12/02/2021.

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Revista Digital Universitaria Publicación bimestral Vol. 18, Núm. 6julio-agosto 2017 ISSN: 1607 - 6079