Vol. 22, núm. 6 noviembre-diciembre 2021

Buscar el mejoramiento docente en la educación a distancia

Alexis Haro Piña Cita

Resumen

La educación siempre ha estado en el desarrollo del ser humano. Desde que los padres decidieron instruir a sus hijos en aspectos como la caza o el cuidado de sí mismos, ésta ha servido para mejorar la calidad de vida y, del mismo modo, ha evolucionado drásticamente con el paso del tiempo. En medio de la pandemia de la covid-19, los docentes nos hemos visto obligados a no tener sesiones educativas de forma presencial, a las cuales estábamos acostumbrados. Con ello, obtuvimos experiencias en las que se pone en evidencia que nos hace falta desarrollar habilidades para clases digitales. El objetivo principal de este artículo es mencionar las áreas de oportunidad que tenemos en la educación a distancia. Asimismo, se revisarán cuestiones como: ¿qué beneficios tiene la educación en línea?, ¿qué aspectos en contra tiene?, ¿qué problemáticas existen? y ¿qué áreas de oportunidad tenemos en este momento y cómo podemos implementarlas?
Palabras clave: apoyo, escuela secundaria, desempeño académico, participación de padres de familia, clases en línea.

Searching for teacher improvement in online education

Abstract

Education has always been key for the development of human beings. Since parents decided to instruct their children in aspects such as hunting or taking care of themselves, it has served to improve the quality of life and, in the same way, it has drastically evolved over time. During covid-19 pandemic, teachers have been forced not to have face-to-face educational sessions, to which we were accustomed. With this, we obtained experiences that evidence the need to develop skills in digital classes. The main objective of this article is to mention the areas of opportunity that we have in distance education. In the same way, we review questions such as: what benefits does online education have? What are its cons? What problems exist? What areas of opportunity do we have at this time and how can we implement them?
Keywords: support, online education, high school, academic performance, parent’s involvement.

Introducción

La finalidad de este artículo es discutir las áreas de oportunidad en la educación a distancia, así como las posibilidades de aprovechar este tipo de enseñanza al máximo. Lo anterior conllevará mejores resultados cuando tengamos la posibilidad de aplicar de nueva cuenta esta modalidad tanto a corto como a largo plazo. Los beneficiados en la lectura de este texto serán los docentes, instituciones, padres de familia y directivos. Con ello, se podrá generar una visión en las áreas de oportunidad que existen en la educación a distancia, para facilitar la mejora del nivel educativo en los nuevos ciclos.

Autores como Balarin, Tobon, Cabello y Borges nos hacen reflexionar que la educación a distancia tiene ya un tiempo con nosotros y que puede ser mejorada mediante el cambio en las áreas de oportunidad. Las ideas que estos autores nos otorgan hacen hincapié en acciones que aumentarán el nivel de efectividad en este tipo de enseñanza y, gracias a ello, podremos generar una educación que garantice eficiencia y no un estancamiento. Para concluir, tenemos la finalidad de determinar cómo mejorarla, así como poder sacarle provecho.

El contexto de la pandemia

Debido a la aparición del virus sars-CoV-2, la educación a nivel global tuvo que cambiar de forma radical durante 2020 y 2021. Aún con las vacunas disponibles al momento de escribir este artículo, esta pandemia estará con nosotros por más tiempo del que pensábamos y el volver a la normalidad es muy distante, por lo que se origina una problemática para el sistema educativo. Aunado a todo esto, los docentes hemos enfrentado dificultades en la modalidad de enseñanza a distancia, la cual no esperábamos y que nos tomó de sorpresa.

¿Qué problemáticas está enfrentando el sistema educativo? En el ámbito de las clases en línea, algunas de las principales dificultades son: el desconocimiento de las plataformas digitales, alumnos —junto a padres de familia— que no saben cómo se lleva a cabo la educación a distancia, docentes que palidecen ante la tecnología nueva, presión de organismos educativos que necesitan ofrecer el producto para poder existir e, incluso, abandono escolar. Estas son algunas de las problemáticas más notorias y que aún no hemos atendido a gran escala en México.

Si buscamos mejorar en este ámbito, debemos realizar cambios y modificaciones pertinentes entre los involucrados en el proceso de enseñanza-aprendizaje. No esperábamos que esta nueva modalidad de educación fuera tan determinante y el que estemos en medio de una pandemia nos ayuda a entender su importancia.

Padres de familia y estudiantes

Así como los docentes y las instituciones ofrecen educación, también la familia influye en lo que aprenden los estudiantes. La educación inició en casa y después se crearon las escuelas, por lo cual la responsabilidad no sólo recae en las instituciones y/o docentes.

Balarin (2008) menciona que los padres de familia y los alumnos no comprenden el logro educativo ni cómo poder mejorarlo, pues muy pocos padres fueron capaces de especificar su rol con relación al proceso de aprendizaje de sus hijos y cómo pueden brindar apoyo en casa. Del mismo modo, relata que las familias con altos recursos económicos y niveles educativos están en mejor posición de apoyar el aprendizaje de sus hijos, mientras que las de menos recursos se inclinan a retrasar dicho aprendizaje. Esto no significa que los hijos de familias de clase alta tengan capacidades de pensamiento superiores, sino que tienen la facilidad de poder monitorear la educación de sus hijos dada la falta de necesidades económicas.

Otro de los actores principales en el proceso de enseñanza-aprendizaje es el alumno y éste no sólo coexiste con personas en su aula, sino también en su casa. Ramírez y Andrade (2005) mencionan que los hábitos y conflictos que el joven percibe pueden contribuir al desarrollo de sus costumbres y prácticas sociales. Esto, en primera instancia, nos revela que una familia que dé seguimiento a su hijo podrá sacarle provecho a la educación a distancia, mientras que una que no lo haga afectará el desempeño académico del estudiante, lo que incluye la posibilidad de deserción.

Tobón (2006) aporta que las características del entorno socioeconómico y los nuevos cambios terminan afectando a las instituciones educativas. Los padres de familia ya no están tanto tiempo en casa como antes y, por ende, es difícil tener una supervisión en cada uno de los miembros de la familia. Encima de eso vivimos en una situación de pandemia, con la cual el contacto humano ha sido reducido para no crear más contagios.

Atria (2012), por su parte, exhibe las condiciones sociales de los países del continente americano y de cómo afectan a los estudiantes. Los valores y actitudes, así como el desempleo, violencia, problemas familiares y, en especial, la situación económica son problemas que los afectan y que se ven reflejados en su desempeño académico y en la motivación para aprender.

Tanto estudiantes como padres de familia tienen la responsabilidad de actuar en el proceso de enseñanza-aprendizaje, pero esto no significa que dicha responsabilidad recaiga totalmente en ellos. Nosotros como docentes o instituciones educativas también participamos en dicho proceso y, por consiguiente, no podemos delegar la responsabilidad educativa únicamente a la familia.

Instituciones educativas

Las instituciones educativas son las encargadas de ofrecer un lugar donde se genera el proceso de enseñanza-aprendizaje y su tarea es brindar un espacio donde los estudiantes puedan recibir una educación de calidad, así como desarrollar un proceso de socialización sin impedimentos. Sin embargo, con la pandemia han surgido dificultades que no esperábamos en estos y otros aspectos.

La situación de las escuelas es muy interesante. Flores (2020) realizó una comparación entre dos institutos privados y pudo encontrar que una de esas dos escuelas se destacaba en conocimientos informáticos de una computadora, pero al mismo tiempo la otra institución se destacaba en aspectos como el uso de plataformas como Netflix. Esto no dista mucho de la realidad presente en todas las escuelas. Aunque tenemos problemáticas similares, cada escuela es distinta y si lo que buscamos es elevar el nivel académico, entonces, necesitamos atender las necesidades que afectan al proceso de enseñanza-aprendizaje de cada institución.

Las instituciones educativas siempre están en un proceso de transformación y, dado que debemos manejar la educación a distancia, éstas deben adaptarse a una nueva realidad, donde la meta principal es que la educación llegue a todos los estudiantes posibles. Con esto como punto de partida, podemos definir que el éxito en el rendimiento de los aprendices reside también en la escuela y no exclusivamente en el alumnado, por lo cual debemos de brindar un servicio que permita generar aprendizaje.

Domínguez Martínez (2010) expone que esta educación debe realizarse con una relación cordial entre docentes y padres de familia. Por ende, tanto los padres y profesores deben dar su apoyo continuo en el proceso educativo. En cuanto a este aspecto, Cabello (2016) relata que el marco de la participación de las familias parte de los mecanismos habilitados para ello, y es ahí donde podemos encontrar que se trata de un trabajo conjunto, que depende de todos y no de unos cuantos.

Para culminar, Pedro (2006) plantea que la participación de los padres de familia puede entorpecer la labor del maestro. Él menciona que existen padres sobreprotectores, que no dejan al docente trabajar o que quieren tener el control de la educación en sus manos. El docente es un agente que busca brindar educación y si algo lo detiene, entonces, no podrá proporcionarla. Con la tendencia al uso de nuevas tecnologías en esta realidad a distancia, los padres de familia deben también conocer cómo se usarán dichas herramientas, para que no surjan conflictos a futuro. Si los padres de familia le dan un uso incorrecto a la tecnología van a ocasionar más daño a los estudiantes.

Nuevas tecnologías

Un detalle que llama la atención es que desde hace años las nuevas tecnologías han transformado el comportamiento de la sociedad y ésta se ha adaptado al mismo ritmo. En el caso de la educación, la tecnología ha aportado muchísimas herramientas que facilitan la tarea del proceso de enseñanza-aprendizaje. Como los aparatos tecnológicos como televisores, tabletas, teléfonos inteligentes y computadoras salen al mercado constantemente, éstos tienden a bajar su precio, lo cual permite que puedan ser obtenidos por una mayor cantidad de la población.

Solano (2013) afirma que las nuevas tecnologías ya son parte de las familias y que han cambiado la forma de comunicarnos. Prácticamente cualquier persona puede tener acceso a estos dispositivos, ya que su costo puede llegar a ser bajo. Maria (2010) señala, por su parte, que la educación ya se ha unido a los nuevos medios digitales y comenta que internet puede usarse para obtener nuevos conocimientos, así como facilitar nuestra vida ante los problemas cotidianos. A pesar de que éste es el objetivo de toda tecnología, se debe de tener una supervisión continua, porque las personas pueden desvirtuar su uso de forma muy fácil y volverla un distractor.

La educación a distancia ha existido desde hace bastante tiempo y ha cambiado en consecuencia. Esta modalidad, que se utiliza fundamentalmente como auxiliar en el proceso de enseñanza-aprendizaje, ha tomado fuerza en los últimos años, especialmente en los sectores de educación superior. Sin embargo, en 2020 y 2021, todas las escuelas en México se vieron forzadas a utilizar la educación a distancia, dados los riesgos sanitarios que conlleva tener clases presenciales en medio de una pandemia.

En el dominio de la tecnología, autores como Cabero-Almenara et al. (2020) afirman que los estudiantes están inmersos en redes sociales y que esto puede causar adicción. En su estudio, encontró que la adicción a estas plataformas puede ser explicada por la satisfacción/tolerancia, problemas, obsesión por estar informado y la necesidad de estar conectado.

Otros como García y Fernández (2016) destacan una fuerte presencia de dispositivos móviles en jóvenes y adolescentes. Si bien, las redes sociales pueden ser empleadas como distractores, también pueden utilizarse para comunicar, interactuar, y localizar y demandar información, e incluso para crear convivencia, diversión y nuevos lenguajes de comunicación.

¿Cómo funciona la educación a distancia?

Ko y Rossen (2001) definen la educación a distancia como un proceso que incluye cursos dictados a través de correo electrónico, video, conexión vía teléfono o por televisión satelital. Esta es una forma de aprendizaje que no implica la clase tradicional, en la cual los estudiantes y el instructor deben estar en el mismo lugar al mismo tiempo.

Kearsley (2002), por su parte, menciona las características de la educación en línea: colaboración, conectividad, que está centrada en el estudiante, que no tiene límites de lugar y tiempo, que puede ser explorada, tener conocimiento compartido, experiencia multisensorial y autenticidad. Todas estas características son sumamente importantes para poder llevar de forma fructífera este tipo de aprendizaje y sin ellas nos estancaríamos.

¿Por qué avanzó tanto la educación a distancia?

Lorenzo (2007) habla que este tipo de educación comenzó a ganar mucha fuerza debido a su apertura, flexibilidad, eficacia, economía, privacidad, individualización, socialización, interacción, innovación y acceso a la calidad. Como podemos notar, son bastantes los beneficios que ofrece, y bien usada tiene la posibilidad de elevar el nivel académico de quienes la reciben.

Estos aspectos, como el poder acceder a los temas de forma instantánea (con el beneficio de que cada día internet crece de forma inconmensurable), así como que la interacción sea más directa y que el retorno de comentarios quede evidenciado, pueden ser aprovechados de forma idónea, con mejores resultados a futuro. Si nosotros disponemos y utilizamos esto a nuestro favor los resultados serán superiores.

Aun así, no todo es benéfico en la educación a distancia. Borges en su artículo “La frustración del estudiante en línea. Causas y acciones preventivas” (2005) hace notar las frustraciones que tienen cada participante del proceso de enseñanza-aprendizaje. Para los estudiantes, éstas incluyen el no disponer de suficiente tiempo, las expectativas irreales, el no tener estrategias y destrezas adecuadas para la formación en línea, no participar en actividades colaborativas, desconocer los canales de ayuda y no tener en cuenta el coste económico añadido. Algunos de los alumnos, incluso, tienen miedo por el desconocimiento de lo que se avecina.

Del lado del docente, tenemos factores como el no dar respuesta o darla tardíamente en la retroalimentación, tener presencia nula en el aula, no ser claro con las indicaciones, no mostrar cercanía con los estudiantes y contribuir a la sobrecarga del aprendiz. Kearsley (2002) hace notar que la educación en línea no es para todos los docentes, ya que exige más tiempo, conocimientos avanzados en programas de computadora y, sobre todo, el que el educador disfrute hacer este tipo de modalidad. Si el docente no encuentra el gusto por ella, entonces, la experiencia que tanto él como el estudiante vivirán no será grata.

Obviamente, también debemos mencionar las preocupaciones de las instituciones educativas y entre ellas resaltan el ofrecer una ayuda técnica deficiente, no ofrecer la adecuada capacitación en línea al docente, no dar una formación preliminar al estudiante, brindar expectativas irreales a los aprendices, pérdida de matrícula y no tener organizado el curso. Todas estas preocupaciones se suman al impacto económico que han recibido instituciones privadas, donde parte de sus estudiantes han emigrado a escuelas públicas. En el mismo sentido, las escuelas públicas han recibido un aumento de estudiantes que necesitan ser educados a distancia, lo cual conlleva a nuevas problemáticas. Es fácil solicitar que todos los alumnos tengan acceso a un dispositivo para clases en línea, pero la realidad apunta a que no todos pueden permitirse un gasto como ese, por más económico que pueda llegar a ser el dispositivo.

Para terminar, Vivanco (2020) describe el papel de los padres de familia y el acompañamiento que han hecho en medio de la pandemia. Algunos son analfabetos tecnológicos y por ello no cuentan con las habilidades para brindar un apoyo ni supervisión. Asimismo, el tiempo que los padres de familia pueden dedicar al apoyo educativo es variable. Algunos han conservado su empleo mientras que otros lo han perdido y necesitan salir a buscar los recursos necesarios, lo que causa un abandono en la supervisión. En familias con un poder adquisitivo alto, algunas de estas dificultades pueden ser inexistentes, pero para las de escasos recursos incluso son un impedimento para obtener la educación necesaria. Una familia de bajos ingresos difícilmente podrá tener una computadora, internet, teléfono inteligente o incluso una televisión, por lo cual no podrían llevar a cabo la educación a distancia.

Estas problemáticas no son nuevas, han existido desde hace más de 15 años. Siguen con nosotros y no sólo han aumentado gracias a la pandemia, sino que también su impacto en el aspecto académico ha sido mayor.

Áreas de oportunidad

Churchill (2004) sugiere la creación de un comité de aprendizaje en línea, la recolección de datos para propósitos educativos, el uso de una plataforma para la institución y seguir creando cursos de capacitación en línea. Todo esto con el objetivo de eliminar los problemas más comunes que se enfrentan en la educación a distancia.

Otra área de oportunidad es que debemos generar capacitación docente, estudiantil, de padres de familia y, por supuesto, de directivos en el área de este tipo de enseñanza, ya que no es un sistema que todos dominemos y, cuando se es necesario aplicar de forma inmediata, se denotan las fallas. No hacerlo causará complicaciones que pueden llevar meses en ser resueltas, y eso es algo que no podemos permitirnos en estos momentos.

Basándonos en lo analizado por Belén y Lázaro (2017), dentro de las áreas de oportunidad para estudiantes y padres de familia encontramos: el acordar la dedicación necesaria para la educación a distancia, ajustar lo necesario para aumentar la cantidad y calidad del tiempo disponible, revisar el volumen de los trabajos exigidos, saber cómo solicitar ayuda, participar activamente, y conocer la forma en la cual se entregarán las evidencias. Como podemos observar, no son situaciones complejas de realizar y el que los capacitemos beneficiará en gran manera el proceso educativo.

En el caso de los docentes, tenemos que fomentar la formación en línea, ayudar al estudiante en la adquisición de estrategias y destrezas, propiciar la colaboración entre alumnos, diseñar tareas/evaluaciones adecuadas, indicar qué esperamos de los aprendices, y hacer saber el margen de tiempo para la entrega de evidencia.

En el apartado de actividades durante las clases a distancia, podemos realizar la retroalimentación como comentarios escritos en las actividades que se nos envían, mostrar trabajos ya hechos para que sirvan de referencia, reflexionar sobre los temas en lugar de evidenciar calificaciones, proponer actividades que fomenten la estimulación del pensamiento, tomarnos tiempo en la clase para solucionar dudas emergentes, entre otras. Resulta necesario ser flexibles con los tiempos de entrega, sin embargo, eso no significa que los estudiantes los definan.

Para culminar, en el tema de áreas de oportunidad, encontramos que, para los directivos e instituciones educativas, se recomienda propiciar la colaboración entre docentes, ofrecer formación tanto para alumnos, padres de familia, docentes y directivos. Asimismo, el proporcionar ayuda técnica eficiente y asegurarse de que el material de aprendizaje sea adecuado servirá para poder tener éxito y, por ende, un servicio de calidad.

Conclusiones

Con la llegada del nuevo ciclo escolar 2021-2022, en México y muchos otros países, existe preocupación sobre la eficacia de la modalidad a distancia. Con plataformas como Google Classroom, Microsoft Teams, Webex, Zoom o los canales de televisión que brindaron su apoyo para impartir clases, el ofrecer un servicio de enseñanza a distancia no es complejo, lo difícil es asegurarse de poder dar una experiencia de calidad al educando, para que pueda desarrollar su proceso de enseñanza-aprendizaje.

Si queremos elevar el nivel educativo y desarrollar el proceso de enseñanza-aprendizaje, debemos llevar a cabo acciones como trabajar en conjunto. No obstante, dichas acciones deben ser constantes y no efímeras.

Nadie esperaba esta pandemia y todos hemos sido afectados de alguna forma u otra. Saldremos de esta situación, pero la clave reside en lo que estamos haciendo en este momento para superarla. Por ello, es vital que ofrezcamos lo mejor que podamos en la modalidad de educación a distancia.

Referencias

  • Andrés Cabello, S. y Giró Miranda, J. (2016). La participación de las familias en la escuela: una cuestión compleja. Revista De Evaluación De Programas y Políticas Públicas, 1(7), 28-47. https://doi.org/10.5944/reppp.7.2016.16302.
  • Balarin, M. y Cueto, S. (2008). La calidad de la participación de los padres de familia y el rendimiento estudiantil en las escuelas públicas peruanas. Grade; Niños del Milenio.
  • Rodríguez Fernández, S. y Romero Lozano, M. (2015, mayo-agosto). La función tutorial en Educación Infantil y Primaria: desempeño profesional del profesorado. Revista Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 18(2),43-56. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=217036214005.
  • Borges, F. (2005). La frustración del estudiante en línea. Causas y acciones preventivas. Digithum, (7), 0. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=55000706.
  • Cabero-Almenara, J., Pérez-Díez de los Ríos, J. L. y Valencia-Ortiz, R. (2020). Escala para medir la adicción de estudiantes a las redes sociales. Convergencia, 27, e11834. https://doi.org/10.29101/crcs.v27i0.11834.
  • Churchill, A. (2004). Ensuring quality in online higher education courses. University of Massachusetts.
  • Domínguez Martínez, S. (2010, mayo). La Educación, cosa de dos: La escuela y la familia. Temas para la educación. Revista digital para profesionales de la enseñanza, (8). https://www.feandalucia.ccoo.es/docu/p5sd7214.pdf.
  • Flores, E. (2020). Competencias digitales en educación secundaria, una comparación entre dos escuelas privadas de la ciudad de Durango. Redie.
  • García, M. y Fernández, C. [Coords.] (2016). Si lo vives, lo compartes. Cómo se comunican los jóvenes en un mundo digital. Fundación Telefónica-Ariel.
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  • Ko, S. y Rossen, S. (2001). Teaching online: A practical guide. Houghton Mifflin.
  • Lorenzo, G. (2007). Por qué va ganando la educación a distancia. Editorial del Bened.
  • Maria, R. L. (2010, enero-abril). El uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación ( ntics). Revista Electrónica “Actualidades”, 10(1), 1-13. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=44713068018.
  • Ramírez Ruiz, M. y de Andrade, D. (2005). La familia y los factores de riesgo relacionados con el consumo de alcohol y tabaco en los niños y adolescentes (Guayaquil-Ecuador). Revista Latino-Americana de Enfermagem, 13(1), 813-818. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=281421851008.
  • Solano, A. y Viñaras, M. (2013). Las nuevas tecnologías en la familia y la educación: retos y riesgos de una realidad inevitable. Ediciones ceu.
  • Tobón, S., Carretero Díaz, M. Á, García Fraile, J. A. y Rial Sánchez, A. (2006). Competencias, calidad y educación superior. Cooperativa Editorial Magisterio.
  • Vivanco-Saraguro, A. (2020). Teleducación en tiempos de covid-19: brechas de desigualdad. CienciAméRica, 9(2), 166-175. https://doi.org/10.33210/ca.v9i2.307.


Recepción: 17/08/2020. Aprobación: 19/01/2021.

Vol. 23, núm. 1 enero-febrero 2022

Cultivar la diversidad e inclusión en la educación

Verónica Cervantes López Cita

Resumen

A través de los años, la educación en México ha tenido constantes cambios debido a las diferentes reformas educativas, con la visión de elevar la calidad educativa, tomando en cuenta la diversidad e inclusión de los alumnos en todos los ámbitos del contexto escolar donde se desenvuelven. Resulta inquietante lo que será la educación dentro de pocos años con un sistema educativo justo e incluyente, ya que en la actualidad se llevan a cabo diversas estrategias de oportunidad para que los alumnos sean tomados en cuenta y ver la diversidad de cada uno como herramienta que favorezca el proceso de enseñanza aprendizaje y engrandecer las culturas y diferencias.
Palabras clave: Diversidad, identidad, inclusión, educación intercultural.

Cultivate diversity and inclusion in education

Abstract

Throughout the years, education in Mexico has had constant changes due to different educational reforms, with the vision of raising educational quality, considering the diversity and inclusion of students in all areas of the school context where they operate. It is disturbing what education will be in a few years with a fair and inclusive educational system, since at present various strategies of opportunity are carried out so that students are taken into account and see the diversity of each one as a tool that help the teaching-learning process and enhance cultures and differences.
Keywords: Diversity, identity, inclusion, intercultural education.

Introducción

Uno de los factores que enfrenta el ámbito educativo es la diversidad de alumnado que atiende, por lo que es conveniente aprovechar la riqueza que se tiene ante esas diferencias para convertirlas en fortalezas y para que cada centro educativo lo aborde de una manera que repercuta favorablemente en el proceso educativo, así como también en los integrantes de las familias y por consecuencia en la sociedad en general.

De esta manera, “La inclusión en el ámbito de la educación no sólo postula el derecho de las personas a ser diferentes como algo legítimo, sino que valora explícitamente la existencia de esa diversidad y promueve el trato equitativo”. (Secretaría de Educación Pública [SEP], 2017), promoviendo con ello que los estudiantes conserven tanto sus raíces como su esencia.

Un sistema educativo justo e incluyente constituye una de las palancas más eficaces para la transformación de la sociedad. Como señala Solari, para que la educación de calidad pueda tener el efecto de producir menor desigualdad, ella misma debe ser lo más igualmente distribuida posible. Cuando eso no ocurre, la desigualdad educativa limita la posibilidad de que niñas, niños y jóvenes en desventaja puedan salir de esa situación. (SEP, 2017).

Sin duda, los estudiantes al sentirse valorados sin importar la diversidad que se presente, se desenvolverán de una forma positiva, con una mejor autoestima y con la visión de apoyar a sus pares.

Desarrollo

El ser humano por naturaleza es un ser social, nace, crece y se reproduce dentro de varios ambientes, formándose para ser parte de una sociedad y dadas las características de la misma, lo va a formar como individuo. Por esto, cuando entra al ámbito educativo ya tiene una personalidad propia que va definiéndose con el transcurrir del tiempo hasta llegar a la meta, aunque esta sea corta en la mayoría de los casos. No todos los que ingresan al nivel medio superior logran terminar o continuar con sus estudios, una de las causas es la discriminación que viven por la diversidad que presenta cada uno y que resulta difícil adaptarse a un contexto de inequidad.

De acuerdo con los indicadores de media superior, la tasa de eficiencia terminal es del 66.7%, el 71.3% mujeres y 62.2% hombres; teniendo así un porcentaje de abandono escolar total de 10.3%, 8.3 mujeres y 12.5 % hombres. (SEP, 2021). En estos datos se incluyen las modalidades escolarizada y no escolarizada.

Indudablemente, como lo menciona Morales (2015) “lo que diferencia a cada ser humano es importante no solo de una forma individual, sino en interacción con las particularidades de las otras personas, punto clave dentro de los planteamientos de la interculturalidad en el abordaje de la diversidad” (p.4). Es necesario ver la educación como una posibilidad de cambio y de resolución de problemáticas que se presentan.

El docente ocupa un espacio muy importante en la vida diaria de cada alumno, porque contribuye con otra parte de la educación que es la de auxiliar con herramientas que ayuden a formarlo como individuo, para que se incorpore a una vida democrática y aprenda a salir adelante por sí mismo. Como tal, el educador deberá tomar actitudes positivas y empáticas que conlleven a una relación fructífera, y el educando cada día muestre más interés por el trabajo áulico. Deberá ser guía, apoyo, empático, tenaz, audaz para dar seguimiento a esta ardua tarea que es la de formar personas con principios y valores bien cimentados que se lleven a la práctica diaria en la vida cotidiana.

Para llegar a plenitud como seres humanos se necesita de otros. Aprender a vivir juntos es indispensable para realizar cualquier actividad.

Gran parte de la labor que se realiza en cualquier asociación social, educativa o empresarial, requiere que varias personas, con habilidades distintas, que se pongan de acuerdo y formen un equipo de trabajo. La paz y un mejor futuro, dependerá de que se logre desarrollar en todos, y principalmente en los educandos, habilidades para aceptar las diferencias, entenderse y colaborar unos con otros de manera inclusiva.

“La inclusión, pues, como propósito escolar alcanza a todos los alumnos; conlleva no excluir a nadie de la formación a la que tienen derecho por razones de justicia y democracia”. (González, 2008); tomando en cuenta que tienen derecho a la educación y que se debe brindar de la mejor manera para que su desarrollo sea eficaz y de calidad.

Es por lo anterior que los docentes tienen un gran compromiso de ayudar a que los educandos se desenvuelvan de forma inclusiva, con habilidades y tomen en cuenta que es necesario estar en constante actualización para poder cumplir con los requerimientos que la labor demanda.

“Es importante que, desde los procesos de formación tanto inicial como permanente, se promueva entre el profesorado la adquisición de las competencias necesarias para dar respuesta a los retos que supone la Educación Intercultural”. (Figueredo y Ortíz, 2014).

Entendiendo por dichas competencias interculturales, aquellas que permiten a las personas convivir en una sociedad diversa, así como comunicarse y relacionarse con los demás, también valorar las diferencias y expresar sus propias ideas; es muy importante practicar la empatía, la tolerancia y sobre todo el respetar los valores, creencias y la historia de cada alumno con el que socializan.

En definitiva, “es necesario cultivar actitudes interculturales, es decir, los docentes deben favorecer el desarrollo de competencias comportamentales en sus estudiantes a través de la formación de valores, tanto dentro como fuera del aula, hacia sus compañeros y personas adultas”. (Alarcón y Márquez, 2019).

Harris y Chapman; Muijs et al. (como se citó en Murillo et al., 2010), mencionan:

La educación inclusiva entendida como una escuela para la justicia social se rige por valores y principios tales como:

  1. Integridad y honestidad.
  2. Justicia y equidad.
  3. La promoción del respeto por todos los individuos.
  4. El reconocimiento de que todos los estudiantes tienen derecho a una educación basada en la igualdad de oportunidades.
  5. Preocupación por el bienestar y el desarrollo integral de los profesores y los estudiantes.
  6. Todos los estudiantes pueden aprender.
  7. La escuela debe responder a las necesidades particulares de cada estudiante.
  8. El punto de vista de los estudiantes es importante y tomado en cuenta.
  9. La diferencia es vista como una oportunidad para aprender y como una fuente de enriquecimiento.

Cabe resaltar, que el trabajo en colectivo y la unificación de criterios no solo de los docentes sino de todos los que laboran en las instituciones educativas son imprescindibles para el desarrollo de una educación en la diversidad, se busca siempre que los resultados sean favorables y que de ello resulten experiencias exitosas que se puedan mejorar aún más con la práctica.

Con respecto al tema, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (1917), hace referencia a la educación intercultural como un derecho de todo individuo.

Garantizar e incrementar los niveles de escolaridad, favoreciendo la educación bilingüe e intercultural, la alfabetización, la conclusión de la educación básica, la capacitación productiva y la educación media superior y superior. Establecer un sistema de becas para los estudiantes indígenas en todos los niveles. Definir y desarrollar programas educativos de contenido regional que reconozcan la herencia cultural de sus pueblos, de acuerdo con las leyes de la materia y en consulta con las comunidades indígenas. Impulsar el respeto y conocimiento de las diversas culturas existentes en la nación. (Art. 2º B. II).

En la todos de los planteles educativos se encuentran casos diversos, donde es necesario implementar estrategias para que se trabaje de una manera inclusiva el trato hacia los educandos y a la vez que ellos desarrollen habilidades donde se vea favorecido el proceso de enseñanza aprendizaje, así como las competencias que le servirán en la resolución de problemas que se presenten a lo largo de su vida, tal como se menciona en uno de los principios rectores que guían la Estrategia Nacional de Educación Inclusiva (ENEI) en materia de educación inclusiva y que hace referencia a:

Diversidad: se traduce en una multiplicidad de formas de pensamiento, sentimiento y cultura. Es inherente a cualquier comunidad humana, sea pequeña o grande. La diversidad es expresión de libertad y se encarna jurídicamente en el derecho a la diferencia. Las sociedades abiertas y democráticas la protegen y la cultivan. En la educación básica se pretende que la diversidad sea una ventaja en dos sentidos: por un lado, permite aprender a convivir y, por otro, promueve el desarrollo cognitivo de los educandos. (SEP, 2019, p. 76)

En relación a la idea anterior, es indispensable que se cuente en los planteles educativos con un liderazgo efectivo, ya que de ello depende en gran parte el éxito en el desarrollo de cualquier estrategia que se pretenda implementar, el seguimiento correspondiente a casos que se presenten, así como también para la gestión tanto de recursos y apoyos en beneficio de toda comunidad escolar.

Implementar estrategias de equidad e inclusión en el sistema educativo implica responder y enfrentar, desde los procesos formativos actuales, a las desigualdades que se gestaron en el pasado, incluso desde el propio sistema educativo, y que han impedido y limitado el crecimiento integral y la movilidad social de millones de personas en México. Indica un proceso de transformación en el que las escuelas se desarrollan y adaptan a la diversidad de los alumnos. La diversidad y las diferencias nos enriquecen y nos hacen partícipes de una sociedad que aspira cada día a ser más justa e incluyente. La heterogeneidad debe reconocerse como cualidad cotidiana más que excepcional en el sistema educativo, puesto que gracias a ellas podremos desarrollarnos como personas iguales en capacidades sin importar nuestras condiciones de origen. (SEP, 2017).

Conclusión

Para que en México se desarrolle favorablemente la inclusión escolar y se acepte la diversidad en la educación, es imprescindible tener en cuenta la importancia del compromiso docente, así como de un liderazgo efectivo, para poder llevar a cabo la concientización sobre el gran trabajo que se puede realizar en conjunto con un fin común, que es el de mejorar la calidad educativa para que los alumnos sin importar su contexto, adquieran y desarrollen habilidades para un aprendizaje que le sirva para toda la vida.

Por lo antes expuesto, se puede llegar a las siguientes conclusiones del corto análisis sobre la diversidad e inclusión en la educación.

  • Todo cambio, reforma o transformación es bueno, pero sin un seguimiento es muy difícil y nada satisfactorio; por lo que los docentes tienen la responsabilidad de ser flexibles y adoptar una actitud positiva ante los cambios que se presentan, con la finalidad de que los alumnos desarrollen habilidades dentro de un contexto donde se reconozca su diversidad.
  • Aceptar los beneficios que puede tener la diversidad en todos sus aspectos dentro del contexto escolar.
  • Estar todos los docentes en el mismo canal y buscar las estrategias adecuadas para en realidad llevar a cabo la inclusión con equidad y eficacia.
  • Como docentes, estar en constante actualización, para un mejor desarrollo de los educandos.
  • Buscar como trabajadores de la educación, la manera de que el alumno se vaya apropiando de conocimientos basados en su interés y necesidad; así como también, implementar la equidad educativa.
  • Que nuestras autoridades acepten realmente el cambio que se requiere, para el bienestar de todos los inmiscuidos en el ámbito educativo, pero principalmente el de los educandos, ya que ellos son el futuro de nuestro México.
  • Contar en la institución educativa con un liderazgo efectivo, que guíe, gestione y sobre todo apoye en todo momento las acciones que deban realizarse para llevar a cabo la educación en la diversidad.

Hablar de equidad e inclusión es referirnos a un método que invita a la reflexión permanente sobre cómo transformar y mejorar los sistemas educativos, con el propósito de que respondan y atiendan la riqueza personal, social y cultural de los estudiantes. (SEP, 2017).

Referencias

Obras consultadas

  • Centro de Escritura Javeriano. (2020). Normas APA, séptima edición. Pontificia Universidad Javeriana, seccional Cali. https://cutt.ly/uIpxKpr


Recepción: 05/05/2021. Aprobación: 08/12/2021.

Vol. 23, núm. 1 enero-febrero 2022

Filosofía para niños y adolescentes desde la neuroeducación

Axel Rubalcava Gámez y Pablo Luis Hernández Adame Cita

Resumen

En este artículo, primeramente, se explica de manera concisa la dualidad sociedad-educación, que conlleva que los cambios sociales impactan gradualmente en los educativos y viceversa, dichos cambios dan origen a proyectos tanto sociales como educativos, de estos últimos se describen dos que han sido revolucionarios en las últimas décadas, por un lado, la Filosofía para niños y adolescentes de Matthew Lipman y Ann Margaret Sharp, y por el otro, la Neuroeducación. Después, se comprende el primer proyecto educativo mencionado desde los hallazgos científicos del segundo. Finalmente, se plantea la cuestión de que, si se puede hablar del surgimiento de un nuevo paradigma que podría denominarse Neuroeducación Filosófica o Neurofilosofía para niños y adolescentes o simplemente hablar de ambos proyectos educativos por separado, pero sin dejar de lado la comprensión hecha de uno sobre la mirada del otro.
Palabras clave: Filosofía para Niños y Adolescentes, pensamiento multidimensional, comunidad de diálogo filosófico y Neuroeducación.

Neurophilosophy for children and adolescents: stimulating multidimensional thinking

Abstract

In this article, first, the society-education duality is concisely explained, which implies that social changes gradually impact educational ones and vice versa, these changes give rise to both social and educational projects, of the latter, two projects are described that are being revolutionaries in the last decades, on the one hand, Philosophy for Children and Adolescents of Matthew Lipman and Ann Margaret Sharp, and on the other, Neuroeducation. Afterwards, the first educational project mentioned is understood from the scientific findings of the second. Finally, the question arises as to whether it is possible to speak of the emergence of a new paradigm that could be called Philosophical Neuroeducation or Neurophilosophy for Children and Adolescents or simply to speak of both educational projects separately, but without neglecting the understanding made of one on the gaze of the other.
Keywords: Philosophy for Children and Adolescents, multidimensional thinking, community of physiological dialogue and Neuroeducation.

Introducción

La raza humana está en constante evolución, la globalización y la sociedad del conocimiento a través de las ciencias y las tecnologías crecen a pasos agigantados, por lo que requieren individuos capaces de pensar globalmente y al mismo tiempo, que actúen localmente tomando en cuenta las características socioculturales, geográficas, históricas y económicas de la sociedad donde estén inmersos. Es así como, los cambios generales y particulares de la humanidad demandan pedagogías adaptadas y en constante evolución perfectible, es decir, que estén continuamente mejorando, puesto que existe una dualidad sociedad-educación, donde los cambios sociales impactan gradualmente en la educación y viceversa.

En las últimas décadas, más precisamente las de la segunda mitad del siglo xx y las que han transcurrido del siglo xxi, han emergido varios proyectos educativos revolucionarios como la Filosofía para niños y adolescentes y la Neuroeducación, en contraposición de la educación bancaria donde el docente y/o madre/padre de familia como autoridad trasmiten los conocimientos al alumno, éste último desde un rol pasivo, receptivo y no reflexivo (mecánico). No obstante, no ha habido muchos estudios en los que se comprenda el proceso teórico y práctico del primer proyecto educativo mencionado desde los hallazgos científicos del segundo. Por tanto, este artículo pretende, de una manera breve, comprender la Filosofía para niños y adolescentes desde la Neuroeducación.

Desarrollo

Primeramente, la Filosofía para niños y adolescentes —que tiene su raíz filosófica en el método socrático, el pragmatismo y el pluralismo— es una propuesta pedagógica que se empezó a crear a finales de los años sesenta en Estados Unidos por Matthew Lipman y Ann Margaret Sharp con los objetivos de que los estudiantes —desde el nivel inicial o preescolar hasta el bachillerato— construyan y clarifiquen conceptos filosóficos, desarrollen y practiquen habilidades de pensamiento y exploren y consoliden valores a través de la metodología de la comunidad de diálogo filosófico donde se establecen y evalúan acuerdos de participación democrática, se leen episodios y capítulos de las novelas filosóficas —o se usan otros materiales curriculares—, se lleva a cabo un diálogo filosófico donde se analiza y reflexiona la lectura por medio de preguntas y se enriquece con ejercicios, planes de discusión y actividades contenidas en los manuales para acompañar al facilitador en un ambiente de aprendizaje donde los integrantes se sientan seguros física, socioemocional y mentalmente (Echeverría, 2011).

Por otro lado, la Neuroeducación “es una nueva visión de la instrucción y la educación basada en los conocimientos acerca de cómo funciona el cerebro” (Mora, 2019, p. 29).

Figura 1. La Neuroeducación (Adaptación de Guillén, 2017).

Además, de acuerdo con Francisco Mora (2019), la Neuroeducación apunta a conocer las herramientas que la Neurociencia provee a la educación para hacerla más eficiente: que sirvan para identificar problemas neurológicos y/o psicológicos que impidan o interfieran en el aprendizaje de los estudiantes; que sirvan para formar mejores ciudadanos críticos, creativos y emocionalmente inteligentes; y que ayuden al maestro en mejorar su transposición didáctica, entendida como el proceso en donde se modifica o adapta el saber para hacerlo asequible de ser enseñado.

La forma de pensar, sentir y ser de una persona es el producto del funcionamiento de su cerebro en interacción con el resto de sus órganos y en relación con el medio que lo rodea. Tanto el cerebro como las neuronas que yacen en él son plásticas, es decir, cambiantes; a esta característica se le conoce como neuroplasticidad. Estos cambios neuronales son causados por estímulos que el cerebro, a través de la percepción y los sentidos, capta del medio ambiente. Las características de cada contexto —familiar, educativo y sociocultural— permean en el desarrollo de las áreas cerebrales de cada individuo. Por tanto, cada cerebro humano es diferente debido a su neuroplasticidad (Mora, 2019).

En tanto, las células nerviosas son las que viven en el sistema nervioso donde podemos encontrar neuronas y glías. Las neuronas, por medio de interacciones bioquímicas y eléctricas, producen conexiones llamadas sinapsis, a la formación de estas se le conoce como sinaptogénesis. Las sinapsis tienen la función de comunicar información —que se recibe del medio ambiente— de una neurona a otra, dicha información es transportada por sustancias químicas conocidas como neurotransmisores entre las cuales están: la serotonina, dopamina, las endorfinas, la epinefrina (adrenalina), norepinefrina (noradrenalina), entre otros. Las dendritas son aquellas partes de la neurona, en forma de raíces, que se encargan de transmitir y recibir las señales que se producen por las sinapsis. Por otro lado, las glías tienen la función de sostener y nutrir a las neuronas (Mora, 2019). Para mejor entendimiento en la referencia (García, 2019) se presenta un video donde se explica visualmente el proceso de formación de sinapsis o sinaptogénesis.



Video. Qué son las sinapsis. (Cerebrotes, 2019).

Las funciones de cada neurotransmisor son las siguientes: la serotonina produce felicidad y regula el ciclo sueño-vigilia; la dopamina causa sensaciones placenteras, la regulación de la memoria y el aprendizaje; la endorfina ocasiona una sensación de placer y euforia, promueve la calma y mejora el humor; la adrenalina o epinefrina se encarga de poner alerta al cuerpo; la noradrenalina o norepinefrina está implicada en la motivación; el glutamato es importante para la memoria y la mediación de la información motora, sensorial, cognitiva y emocional; y la acetilcolina participa en los procesos de memoria, asociación y pase de sueño y vigilia (García-Allen, 2016).

El cerebro, de manera general, se divide en tres partes: primitivo, límbico y neocórtex: el cerebro primitivo —o reptil— se encarga de los instintos básicos de supervivencia: deseo sexual, búsqueda de alimentos, el miedo a la muerte, etcétera; el cerebro límbico se ocupa de la afectividad —sentimientos, emociones y deseos—; y el cerebro neocórtex se responsabiliza de pensar de forma racional, creativa, abstracta e imaginativa (Hinojosa, 2012).

Si el medio ambiente que rodea al individuo es fundamental en el desarrollo de habilidades físicas, cognitivas y socioafectivas producto de la sinaptogénesis —formación de sinapsis o conexiones entre neuronas— y la neuroplasticidad —característica neuronal de estar en constante cambio—, entonces la puesta en práctica de la comunidad de diálogo filosófico donde se usan novelas filosóficas y/u otros materiales curriculares de forma gradual y eficiente produce cambios neuronales en el cerebro del estudiante. Se infiere que la construcción y clarificación de conceptos filosóficos, el desarrollo y practicidad de habilidades de pensamiento y la exploración y consolidación de valores son las manifestaciones de la formación de sinapsis y conexiones neuronales estimuladas mediante el diálogo filosófico.

Para lograr lo anterior, el docente debe ser, como dice Lipman, un facilitador “filosóficamente humilde y pedagógicamente fuerte” en donde planifique, implemente y evalúe estrategias pedagógicas y actividades didácticas (estímulos) que atiendan a las necesidades de aprendizaje de los estudiantes manifestadas en su dimensión filosófica para que reaccionen produciendo los neurotransmisores que ayuden a encender la chispa de la curiosidad y la admiración en ellos y así darle paso a que el pensamiento multidimensional se estimule.

De acuerdo con Echeverría (2011), el pensamiento multidimensional es la meta educativa de la propuesta pedagógica de Filosofía para Niños y Adolescentes, y está formada por tres dimensiones: la primera es la crítica, la capacidad humana para pensar por sí misma; la segunda es la creativa, la habilidad de las personas para inventar cosas, ideas y soluciones ante los problemas; la tercera es la cuidadosa/valorativa, la destreza de la gente para tomar en cuenta a los demás desde los valores, la democracia y la congruencia entre el pensar, sentir, decir y hacer; sin embargo, otra investigación realizada por Leslie Cázares (2014) proponen una cuarta, la colaborativa, que es la capacidad de los individuos para mirar hacia el bien común tomando en cuenta la diversidad de ideas, intereses, necesidades, etc.

Nadie nace filosofando, es decir, nadie viene a este mundo pensando multidimensionalmente —pensando crítica, creativa, cuidadosa/valorativa y colaborativamente—. No obstante, según la neuroeducación, se nace con la potencialidad de filosofar, que sólo con el aprendizaje, producto de la implementación y evaluación de propuestas pedagógicas como Filosofía para niños y adolescentes con su metodología comunidad de diálogo filosófico logra convertir en hecho aquello que estaba únicamente en potencia. Entre más pronto se estimule el pensamiento multidimensional en los estudiantes más provechosos van a ser, puesto que las estimulaciones sinápticas, como afirma Francisco Mora (2019), son más frecuentes de pequeños que de grandes. Por eso Lipman (Echeverría, 2011) mencionó que el pensamiento filosófico se debe empezar a practicar desde pequeño y no esperarse hasta la universidad.

El pensamiento multidimensional se manifiesta a través de las habilidades de pensamiento las cuales se dividen en razonamiento, indagación, formación de conceptos y traducción/transferencia; la dimensión crítica se exterioriza en las habilidades de razonamiento e indagación, la dimensión creativa en las habilidades de indagación y formación de conceptos, las dimensiones cuidadosa/valorativa y colaborativa en las habilidades de traducción/transferencia (Echeverría, 2011).

Razonamiento Indagación Formación de conceptos Traducción/ transferencia
Conversión Formación de hipótesis Hacer distinciones Saber escuchar
Hacer Inferencias adecuadas Proponer ejemplos y contraejemplos Establecer conexiones Ser sensible a los sentimientos de los demás
Dar buenas razones Cuestionar adecuadamente Definir Inferir visiones del mundo
Realizar buenas analogías Contrastar Detectar similitudes Tener imaginación moral
Detectar presuposiciones Pedir evidencias Ser razonables Tener mente abierta
Pensar hipotéticamente Demandar criterios Relacionar, construir con la ayuda de los demás Respetar a los demás
Pensar silogísticamente Ser sensible al contexto Poner el ego en perspectiva
Detectar contradicciones Autocorregirse Seguir la indagación hacia donde ésta conduzca
Estandarizar Crear alternativas

Tabla 1. Tipos de habilidades de pensamiento (Adaptación de Echeverría, 2011).

Es evidente que, la naturaleza crítica y creativa de las habilidades de razonamiento, indagación y formación de conceptos se comprenden a través de la neurociencia cognitiva ya que esta investiga el desarrollo, la estructura y el funcionamiento de las áreas cerebrales que se estimulan cuando se ponen en práctica la creatividad y racionalidad.

Figura 2. Los lóbulos cerebrales (Adaptación de Guillén, 2017).

Por otro lado, la naturaleza cuidadosa/valorativa y colaborativa de las habilidades de traducción/transferencia se comprenden por medio de la neurociencia afectiva porque ésta estudia las estructuras cerebrales que están implicadas en los procesos emocionales y sentimentales (Goleman, 2016). En la Figura 3. Se muestran las partes del sistema límbico, que es aquella parte del cerebro que se encarga de la afectividad.

Figura 3. Partes del sistema límbico (Adaptada de Mora, 2017).

En cuestión de los valores dentro de las neurociencias, nace la Neuroética, que estudia, de forma general, el funcionamiento del cerebro y, en forma particular, los sistemas neuronales que, en interacción con un contexto sociocultural determinado, dan como resultado un ser ético y moral caracterizado por la puesta en práctica de valores tales como la puntualidad, la responsabilidad, la individualidad, el autocontrol, el respeto, la nobleza, la libertad, entre otros (Mora, 2019).

La Filosofía para niños y adolescentes y la metodología de la comunidad de diálogo filosófico tienen la intención de desarrollar y poner en práctica habilidades de pensamiento y explorar y consolidar valores en los estudiantes de educación básica y media superior, por medio de la construcción y clarificación de ideas o conceptos filosóficos y de la práctica consciente de los acuerdos de participación democrática para así, generar hábitos educativos que tienen su origen, como señala Goleman (2016) en los circuitos y redes neuronales que nacen de la neurogénesis, denominada como la capacidad neuronal de producir nuevas células nerviosas como las neuronas; una parte —células madre— se centra en crear más células nerviosas y la otra parte se van a la región del cerebro donde haga falta, transformándose en las células requeridas donde su cometido tiene que ver con el aprendizaje.

Conclusiones

Es así como se comprende brevemente la Filosofía para niños y adolescentes desde la Neuroeducación, aunque aún falta mucho camino por investigar. La cuestión queda en que, si se puede hablar, a partir de dicha comprensión, de una Neuroeducación Filosófica o de una Neurofilosofía para niños y adolescentes o simplemente hablar de ambos proyectos educativos por separado, pero sin dejar de lado la comprensión hecha de uno desde la mirada del otro; dado que el pensamiento multidimensional que plantea Lipman y Sharp se ve sustentado sólidamente por los hallazgos científicos de las neurociencias.

Referencias

  • Cázares, L. (2014). Imbricar Filosofía para Niños y Jóvenes en los centros escolares. Barcelona: Octaedro.
  • Cerebrotes. (2019, 19 de diciembre). Qué son las sinapsis – El diccionario del cerebro. . YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=DEzT_JM6WfY.
  • Echeverría, E. (2011). Filosofía para Niños. México D.F.: Ediciones SM.
  • García-Allen, J. (2016). Tipos de neurotransmisores: funciones y clasificación. Psicología y Mente. https://cutt.ly/PUw3u1h.
  • Goleman, D. (2016). El cerebro y la inteligencia emocional: Nuevos descubrimientos. Barcelona: Ediciones B, S. A. .
  • Guillén, J. C. (2017). Neuroeducación en el aula. De la teoría a la práctica. USA: Createspace Independent Publishing Platform.
  • Hinojosa, M. (2012). Tips para preparar la clase diaria. Conceptos claves para las competencias docentes. D.F.: Trillas.
  • Mora, F. (2017). Cómo funciona el cerebro. Madrid: Alianza Editorial.
  • Mora, F. (2019). Neuroeducación. Sólo se puede aprender aquello que se ama. Madrid: Alianza Editorial.


Recepción: 11/05/2021. Aprobación: 08/12/2021.

Vol. 23, núm. 2 marzo-abril 2022

Antropología ecológica: ¿mezcla de ciencias o déjà vu?

María Esther Nava-Bringas Cita

Resumen

El presente artículo narra las asombrosas similitudes que encontré entre una ciencia ambiental y una ciencia social. Como bióloga, estudiar antropología ecológica se convirtió en un déjà vu al descubrir que compartía los conceptos, intereses, percepciones e incluso esfuerzos de dicha disciplina, al estudiar aquellos fenómenos que nos permitirán construir un mundo mejor, mediante la educación para la sustentabilidad. Comprender que necesitamos unos de otros para la generación de nuevos saberes y compartir los existentes es el inicio de una visión real multidisciplinaria en la academia, lejos de vicios y egoísmos arraigados, que sólo han obstaculizado los esfuerzos hasta ahora realizados para alcanzar la aún utópica sustentabilidad de nuestro planeta.
Palabras clave: antropología, ecología, sustentabilidad, educación.

Ecological anthropology: science combination or déjà vu?

Abstract

This article recounts the striking similarities I found between an environmental science and a social science. As a biologist, studying Ecological Anthropology became a déjà vu as I discovered that both disciplines share concepts, interests, perceptions and even efforts, to study those phenomena that will allow us to build a better world through education for sustainability. Understanding that we need each other to build new knowledge and share the existing one is the beginning of a real multidisciplinary vision in the academy, far from ingrained vices and selfishness that have only hinder the efforts to achieve the still utopian sustainability in our planet.
Keywords: anthropology, ecology, sustainability, education.

Viviendo un déjà vu

¿Te ha pasado que experimentas un episodio y tienes la sensación de haberlo vivido antes? A mí me sucedió en una práctica de campo, en la que, desde que bajé del autobús escolar hasta que subí una pequeña colina, experimenté sensaciones que parecía haber vivido anteriormente en ese mismo orden. No obstante, donde me encontraba era un sitio que no había visitado nunca (ver figura 1).

Laguna Atexcac, Puebla

Figura 1. Laguna Atexcac, Guadalupe Victoria, Puebla. a. Mi primer déjà vu hace 20 años. b. Mismo lugar, 2020.

Cuando me inscribí al curso de Antropología Ecológica, estaba bastante nerviosa y un tanto renuente. Ahora sé que se debía, principalmente, a lo poco que sabía hasta hace unos meses sobre la antropología como una ciencia. Al existir un Museo de Antropología en mi ciudad y haberlo visitado innumerables veces desde mi niñez, según yo, era algo que no tenía relación alguna con mis gustos, aptitudes o habilidades. Me llevé una gran sorpresa cuando, con el avanzar de las clases, descubrí que ésta tenía más cosas en común con mi formación de lo que creía.

Como bióloga de profesión y maestra de la materia de Ecología en mi universidad, siempre he tenido muy claro cuál es el objetivo de las ciencias ambientales. Al entrar a un posgrado cuyas raíces son netamente sociales, me vi en la necesidad de escoger entre las materias optativas que me entregaron al iniciar el semestre. De inicio, y sin pensarlo, descarté Antropología ecológica y Sustentabilidad, sin embargo, debíamos acordar con nuestros asesores qué materia nos ayudaría más en nuestro proyecto, por lo que, casi por mero requisito, mandé un correo con la lista de las materias ofertadas, solicitando el aval de aquellas que consideraba serían las mejores opciones para mí. El correo de respuesta me cayó cual balde de agua fría: leí que debía entrar a la materia de Antropología, pues me ayudaría con mi “visión social”. No me quedó de otra y, entonces, me inscribí a dicho curso (ver video).



Introducción a la materia de Antropología ecológica (Divulgando el Patrimonio, 2022).


Para una bióloga inquieta como yo, el inicio fue un tanto lento, pero era necesario comprender la historia, así como las bases de la antropología para poder ligarla con la ecología. Fue cuando abordamos la definición de antropología ecológica me enganché. Al escuchar el objeto de estudio como ciencia, pedí la palabra y comenté que así, tal cual, estaba oyendo el concepto de ecología “pura”, casi para promover una pelea desde la tercera cuerda de un ring entre estas dos ciencias. Así continué un par de clases más, cerrada a la idea de que se trataba más de un plagio o un déjà vu de conceptos.

Con el paso de las clases empecé a visualizar que, si bien tenían evidentes similitudes conceptuales, los biólogos hacemos ecología con bichos y plantas, mientras que los antropólogos hacen lo mismo con humanos. ¡Entonces, no era un plagio, mucho menos un déjà vu! Comencé a visualizar a la antropología ecológica como una ciencia perfectamente mezclada, en donde se comparten los sabores de los ingredientes para generar un resultado maravilloso.

Lo maravilloso de esta ciencia es que se basa justamente en estudiar a los humanos: esos seres que se distinguen de los demás por tener la capacidad de razonar y que, además, ¡conforman el grupo al cual pertenezco! Resultó una sensación muy extraña el despertar de una bióloga a las ciencias sociales, pues, ¡nunca me había visualizado como un objeto de estudio! Podía, en consecuencia, exponerles a mis alumnos cómo nosotros, un grupo de seres racionales, hemos hecho tanto daño a nuestra única casa, nuestro planeta, al grado de experimentar daños en todos los sentidos de nuestra vida, ya que, no me había detenido a pensar que justo la antropología estudia nuestros comportamientos, acciones y consecuencias).

La clave está en los conceptos

Revisemos juntos las definiciones de ambas ciencias, estoy segura de que con ello comprenderán mi sentir. La antropología es definida de manera general como la ciencia que estudia, analiza y diagnostica la variabilidad cultural y biológica del hombre en el espacio y en el tiempo (Jiménez, 2016). Por otro lado, tenemos a la ecología, definida como la ciencia que estudia las relaciones de los organismos o grupos de organismos con su medio (Odum, 1972). En ambas ciencias el objeto de estudio son los seres vivos y su relación con el espacio/ambiente en el cual se desarrollan, es decir, ambas se preocupan por la vida como punto de partida.

Entre la década de los cincuenta y los setenta, de manera paralela al surgimiento de la preocupación mundial por la crisis ambiental, se desarrolló la antropología ecológica en respuesta a la ecología cultural,1 un subcampo de la antropología dirigido por el antropólogo Julian Steward. Al mismo tiempo, el antropólogo Roy Rappaport recuperó de la ecología el concepto de ecosistema para la antropología ecológica, considerándolo como “el total de las entidades vivientes y no vivientes íntimamente relacionadas en intercambios materiales dentro de una porción definida de la biósfera” (Rappaport, 1971:238).

La antropología ecológica surge, entonces, como una disciplina académica en torno a los debates para superar la dicotomía naturaleza + cultura en el estudio de las relaciones humanas y ambientales. Su objeto de estudio son las interacciones entre el sistema ambiental y el sociocultural en un territorio determinado (Jiménez, 2016). Los primeros estudios de la antropología ecológica exploraban la idea de que los humanos, como poblaciones ecológicas, debían ser la unidad de análisis de estudio. Así, la cultura se convirtió en el medio por el cual la población altera y se adapta al ambiente (Ingold, 2021). Por lo tanto, lo que los biólogos hacemos con las poblaciones de aves, cícadas, hormigas, orquídeas o serpientes, los antropólogos lo han visualizado con los humanos. Entonces, nosotros (los biólogos) únicamente hemos estudiado las consecuencias de nuestro existir.

Quienes estudiamos biología tenemos la necesidad de comprender qué hay y qué sucede en el ambiente, a veces a nivel micro (bacterias, hongos) o a nivel macro (cualquier bicho o planta). Algunos otros hemos incluso estudiado la conducta de los animales, cuyos resultados nos han ayudado a comprender cómo los humanos nos comportamos con nuestro ambiente, con otros seres vivos y entre nosotros mismos. Con ello, es inevitable que los biólogos tengamos “en la punta de la lengua” el cambio climático global, sus consecuencias y el cómo podemos revertirlas si adoptamos en nuestras acciones cotidianas el concepto de desarrollo sostenible.2

Figura 2. Escultura de estrella en el Museo de sitio de Xochicalco, Morelos.

Sin embargo, para variar, el nacimiento de la antropología ecológica tiene mucho en común con el concepto de desarrollo sostenible: los dos surgieron por la preocupación de las acciones de los humanos en su entorno y en ambos casos se busca comprender las relaciones entre los humanos (humanos–humanos), así como su entorno (humanos–otros seres vivos y humanos–entorno) en el tiempo y espacio, de modo que este medio perdure y se mantenga. Lo anterior fue otro golpe a mi ego ambientalista y ecologista: ¿por qué los antropólogos sí pudieron construir una disciplina que sumara a ambas ciencias y los ecólogos no? ¿No podía ser ecología antropológica en lugar de antropología ecológica?

Otro impacto se dio cuando entramos al tema de la cultura: la antropología ecológica hace evidente la necesidad de comprender e integrar la cultura en sus estudios, entendida como un conjunto de reglas, comportamientos y cosmovisiones, en la cual las personas dan forma a su acción social. En este sentido, al contrario de lo que ocurre con el concepto inicial de desarrollo sostenible —en el cual no se contempló integrar a la cultura como el elemento social más importarte—, el concepto actual de sustentabilidad incluye cuatro ejes principales: ambiental, social, económico y cultural.

Cabe mencionar que el concepto de cultura es flexible y depende de las particularidades de cada población. No podríamos terminar este artículo si tratáramos de definir su importancia, pero puedo introducirles que fue Marvin Harris quien, a finales del siglo xx, la definía como adaptativa, con la cual el ser humano es parte de la naturaleza que lo rodea y, por ello, debe seguir sus normas, lo cual le permite sobrevivir y, al mismo tiempo, desarrollarse dentro y con ella. Con Harris nació, a finales de los sesenta, una corriente denominada materialismo cultural, que centra su atención en la interacción entre la conducta y el entorno físico establecido a través del organismo humano y de su aparato cultural (Harris, 2001). Se trata de un pensamiento contemporáneo al creciente movimiento ambiental que daría origen a la concepción de desarrollo sostenible, en donde se buscaban las causas de las diferencias y similitudes del pensamiento humano, reelaborando las perspectivas teóricas de Marx, White y Steward. El materialismo cultural de Harris puede contribuir a la búsqueda de posibles soluciones para alcanzar el desarrollo sostenible.

Hoy comprendo que la antropología ecológica y el concepto de desarrollo sostenible nacieron en el mismo contexto, buscando analizar las acciones de los humanos, conceptualizándonos como los seres vivos que, siendo parte de un ambiente, hemos generado impactos negativos e irreversibles, los cuales podrían llevarnos a nuestro fin si no se toman acciones integrales reales. Es curioso que una de mis justificaciones sobre la importancia de la ecología en mis clases consistía en decirles a mis alumnos que debemos visualizarnos como parte de una cadena, en donde si falta un eslabón, ésta se rompe y es difícil componerla para que quede igual que al principio; allí estaba yo metiendo las ideas de antropología en mis clases de ecología sin darme cuenta.

Educación ambiental

Dentro de todo este despertar entre la ecología, la antropología y el desarrollo sostenible, es inevitable hablar de otro tema fuertemente relacionado con la antropología ecológica: la educación ambiental. De acuerdo con Macedo y Salgado (2007), la educación ambiental focaliza los problemas ambientales derivados de las actividades humanas, enfatiza la necesidad de conservar el ambiente y, en cierta manera, individualiza las acciones y comportamientos para el ambiente, al separar los problemas en temas específicos.

Resulta que la educación ambiental surgió en el mismo período que la antropología ecológica y el desarrollo sostenible, también como resultado de la preocupación mundial por el medio ambiente, y ha sido usada como un proceso mediante el cual todas las personas pueden adquirir conciencia de la importancia de preservar su entorno para realizar cambios en sus acciones y conductas. Así comenzaron diversos esfuerzos a nivel mundial por integrar el conocimiento ambiental en las escuelas, inicialmente en el nivel básico y con un eslogan que todos hemos escuchado alguna vez: “los niños son el futuro del mundo”. Por ello, la educación ambiental se focalizó en los infantes.

Sin embargo, como Jiménez (2016) menciona en su libro Antropología ecológica: “educar es aprender a criticar” (Jiménez, 2016: 23). Esta premisa nos permite considerar que es posible cambiar las cosas. Haciendo referencia a Lewis Mumford, Jiménez (2016) también nos dice que “las ideas son el motor real de las transformaciones de la humanidad” (Jiménez, 2016:35). Con el paso de los años la educación ambiental ha evolucionado y hoy se habla de educación ambiental para la sustentabilidad, que, a diferencia de la educación ambiental, contempla una educación en todos los niveles, a lo largo de toda la vida (o sea, que se sostenga por todos en todo momento), de manera participativa, incluyente, equitativa y segura, certificando el desarrollo humano y contribuyendo a cambios sociales o culturales (Dieleman y Juárez-Nájera, 2008; Maldonado Salazar, 2018).

Actualmente se observan los problemas ambientales de modo integral, no como resultado de las acciones humanas, sino como consecuencia del conflicto existente entre los objetivos y las necesidades de la humanidad. Esta educación integra a la diversidad cultural, social, económica y biológica, tratando de alcanzar una meta: calidad de vida. Además, “desarrolla sus acciones para el ambiente y busca la participación de todos los niveles” (Macedo y Salgado, 2007; Maldonado Salazar, 2018). Si bien, estos conceptos y procesos de cambio se han planteado desde hace más de treinta años, no nos hemos acercado al fin de construir un planeta sostenible. ¿Entonces, en qué hemos fallado?

Perspectivas integrales para la contemporaneidad y el futuro

Hoy en día seguimos enfrentando la contaminación, los desequilibrios insostenibles, el agotamiento de recursos y la violencia. Éstas se encuentran asociadas al individualismo, con el que solamente se desea obtener beneficios particulares a corto plazo, dejando de lado la responsabilidad colectiva con el presente y el futuro (Sarmiento Medina, 2013), así como lo busca la sustentabilidad.

Si pensamos en un planeta sustentable, veremos que sigue siendo una meta difícil de alcanzar. La antropología ecológica nos muestra que la sustentabilidad necesita ser flexible y adaptarse regionalmente, lo cual puede ser estudiado a través de la cultura de cada pueblo, de cada región. Es a través de la cultura que seguramente podremos descubrir cómo en los saberes tradicionales continúan presentes las ideas de respeto por el ambiente. Si retomamos esos saberes y los replicamos, seguramente podríamos observar poblaciones, comunidades y regiones sustentables en menor tiempo.

Figura 3. Zona arqueológica de Quiahuiztlán, Villa Rica, Veracruz.

La educación como herramienta de cambio debe, entonces, ser siempre visualizada de manera integral y transversal; el eje ambiental les compete a todos los seres vivos del planeta, pero los seres humanos somos quienes transformamos los ecosistemas para satisfacer nuestras necesidades. Por ello, debemos tomar acciones que nos ayuden a mitigar y también a compensar los efectos dañinos en nuestro entorno. La educación debe ser concebida bajo una perspectiva por la dignificación humana, partiendo de las necesidades o intereses del propio proceso de desarrollo humano (Martínez Gómez, 2017).

Debemos entonces desaprender, dejar ir ciertos conocimientos, supuestos, destrezas, modos de pensar, y permitir que afloren y se desarrollen nuevos marcos mentales o destrezas que nos permitan retomar el rumbo hacia la sustentabilidad. Resulta importante desaprender en este mundo que hemos cargado de egoísmo, en donde cada uno de nosotros, en algún momento, nos hemos sentido mejores o superiores a algo o a alguien, donde seguimos creyendo que al estudiar en cierta área o profesión no necesitaremos de nadie y de nada más.

El pedagogo y filósofo brasileño Paulo Freire visualizó la educación como la herramienta que enseña a las personas a pensar, pues somos quienes cambiamos el mundo. Freire decía que nadie podía educar a otra persona si primero no se educaba a sí misma y que, además, la educación se lleva a cabo entre las personas, siempre con la mediación del entorno en el cual se desarrollan (Freire, 1971). Por eso debemos comprender que nadie puede ser todólogo, siempre necesitaremos de los conocimientos, capacidades, habilidades y destrezas de los demás; hay que aprender a trabajar en equipos multidisciplinares para sobrevivir y salir adelante.

La educación es —y debe ser— un tema transversal que integre el manejo de valores con una visión holística y que proporcione así elementos sólidos para cubrir los cuatro pilares de la educación: aprender a ser, aprender a conocer, aprender a hacer dentro del ámbito personal, y, aprender a vivir juntos en el ámbito social (Martínez Gómez, 2017).

Desde la escuela se puede contribuir a la generación de la cultura y, por lo tanto, a la demanda de cambio hacia la sustentabilidad. La tarea de las escuela consiste en formar personas con conciencia de los límites del planeta conocidos y que sepan que existe otra manera de relación con el sistema natural: la relación sustentable (Luffiego García, M., y Rabadán Vegara, 2000). Debemos formar personas que posean conocimientos acerca de los sistemas complejos del ambiente que nos rodea, pero buscando un cambio actitudinal y de estilo de vida.

Conclusión

La antropología ecológica me ha permitido comprender que, si visualizamos todos los aspectos particulares de una región, es posible alcanzar la sustentabilidad en ella, pues su análisis permite encontrar de manera estructurada e integral los componentes sociales, ambientales, económicos y culturales de una población en particular y de ellos se pueden encontrar los saberes que necesitan ser reaprendidos y reconocidos por sus integrantes, desechando, por otro lado, aquellos conocimientos que con la globalización se han arraigado y no toman en cuenta el respeto por el ambiente.

Sólo si consideramos cambiar nuestros comportamientos hacia una concepción integral y holística, seremos capaces de alcanzar la aún útopica sustentabilidad en nuestro planeta. De este modo, construiremos sociedades capaces de trabajar en conjunto, al aprovechar los conocimientos, capacidades y destrezas de cada uno de nosotros, y dejar a un lado el egoísmo personal y profesional que nos mantiene ciegos ante nuestra catastrófica realidad.

Referencias

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Material de interés

  • Antropociencia (Revista La Ciencia y el Hombre, Universidad Veracruzana)

Agradecimientos

Agradezco infinitamente el apoyo e impulso brindado por la Dra. Xochitl León-Estrada, Profesora Investigadora de El Colegio de Veracruz, quien gracias a su entusiasmo académico y su visión transdisciplinar, generó un verdadero cambio en el pensamiento de la autora.



Recepción: 12/9/2018. Aprobación: 4/10/2018.

Vol. 23, núm. 3 mayo-junio 2022

Golden Points: gamificación en el aula

Cecilia Madero Cita

Resumen

Debido a los cambios en el modelo educativo propuestos por la Secretaría de Educación Pública, se busca mejorar el aprendizaje significativo de los alumnos, con un enfoque basado en el incremento de interés y participación. En este documento se describe la estrategia didáctica Golden Points que utiliza gamificación, técnica que está siendo actualmente estudiada como una posibilidad para incrementar la motivación y el aprovechamiento de los contenidos educativos por parte de las y los estudiantes en aulas virtuales y presenciales.
Palabras clave: motivación, gamificación, aprendizaje significativo, didáctica, modelo educativo.

Golden Points: gamification in the classroom

Abstract

Due to the changes in the educational model proposed by the Mexican Ministry of Public Education, the aim is to improve meaningful learning in students, with an approach based on increased interest and participation. This document describes the Golden Points didactic strategy that uses gamification, a technique that is currently being studied in order to increase motivation and the use of educational content by students in virtual and face-to-face classrooms.
Keywords: motivation, gamification, meaningful learning, didactics, educational model.

Introducción

La Secretaría de Educación Pública (sep, 2016) planteó un cambio en la forma en la que se dan y reciben las clases: en el nuevo modelo educativo se propone una mayor flexibilidad y enfoque en el aprendizaje profundo, significativo y situado, que esté más orientado a las necesidades de aprendizaje del alumno. Estos cambios son posibles gracias a la modificación de tácticas de enseñanza-aprendizaje dentro de las aulas presenciales y virtuales.

En el marco de estas nuevas tácticas, podemos encontrar la gamificación, la cual consiste en tomar algunos elementos que hacen a los juegos adictivos y entretenidos, y trasladarlos a oros contextos, como la educación. Diversos estudios como los presentados por Jamaluddin et al. (2017), y Poole et al. (2014) demuestran un mejor rendimiento académico y un mayor compromiso en el desarrollo de actividades, participación y reacciones efectivas al contenido gracias a la gamificación. Esta técnica se puso a prueba con una dinámica denominada Golden Points en diferentes universidades en Monterrey y mostró resultados positivos.

Antecedentes

La educación en México está pasando por una importante transformación derivada del cambio de enfoque por parte de sep, quien enuncia en 2016 un nuevo modelo educativo, con una propuesta curricular centrada en el aprendizaje profundo, situado y significativo; dicha propuesta se pronuncia en contra del enfoque anterior, el cual se centra más en la enseñanza que en el aprendizaje. La sep, además de criticar la falta de flexibilidad del modelo anterior, propone que en las escuelas se lleve a cabo un proceso más activo, autorregulado, enfocado en metas, colaborativo y que facilite los procesos de construcción de significados y conocimientos.

Por otro lado, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (ocde) (2019) evidenció que México se encuentra por debajo del promedio de graduados: sólo 17% de la población cuenta con un título de educación superior, cifra que se encuentra muy por debajo de la media (37%) La ocde también señala que 50% de los empleadores consideran que la educación que reciben los egresados no es adecuada para su sector y/o necesidades.

Ritchel (2010) describe algunas de las razones por las que algunos alumnos se salen de los programas escolares, y relaciona como principal motivo la falta de motivación e interés hacia el contenido. Esta falta de interés se puede observar a través del ausentismo escolar y las constantes distracciones que hay en el salón de clases: como las relacionadas al uso de los teléfonos inteligentes, internet y, ahora, las cámaras apagadas en las aulas virtuales.

El uso de la gamificación se ha explorado en diversos estudios, y se le ha dado prioridad al impacto que tiene en la motivación de los estudiantes, tanto en la modalidad presencial como en ambientes digitales. En Nuevo León se han llevado a cabo estudios que ponen a prueba estas técnicas con alumnos de ingeniería. Uno de ellos es el de Díaz-Ramírez (2020), quien concluyó que los alumnos expuestos al ambiente gamificado tuvieron un desempeño más activo y mejores calificaciones. También está el llevado a cabo por Vázquez (2020), que nos habla de la implementación de la dinámica de Golden Points con resultados positivos en motivación y participación por parte de sus alumnos de nivel profesional.

Aprendizaje significativo

En 1963, Ausubel propuso la teoría del aprendizaje significativo, en la que consideró diferentes situaciones que ayudan al alumno a retener y aprender nuevas ideas, conceptos y herramientas, que se ligan al conocimiento previamente adquirido. En 1983 planteó que la actitud de querer aprender algo nuevo por parte del individuo y la presentación de material relacionado a un conocimiento previamente adquirido, que se pueda relacionar con el nuevo material, son condiciones necesarias para que ocurra el aprendizaje significativo.

En este sentido, Howland et al. (2012) desglosaron cinco dimensiones relacionadas al aprendizaje significativo:

  1. Aprendizaje cooperativo. Las ganas e intención de los alumnos para interactuar con los instructores y otros compañeros durante el proceso de aprendizaje.
  2. Aprendizaje activo. Las ganas o intención de los participantes por explorar nueva información por medio del proceso de aprendizaje.
  3. Aprendizaje auténtico. La capacidad que tienen los alumnos de relacionar los problemas de la vida cotidiana con las soluciones aprendidas.
  4. Aprendizaje constructivo. La habilidad de los estudiantes de crear un nuevo entendimiento, al integrar conocimiento anterior con el nuevo y ser capaces de articular lo que han aprendido.
  5. Aprendizaje intencional. La habilidad de los estudiantes para establecer sus propias metas, autorregularse, identificar faltas de información y ser capaces de resolver la ausencia de entendimiento de los contenidos.

Gamificación

De acuerdo con Zichermann y Cunningham (2011), la gamificación es la aplicación de elementos de juego, particularmente de videojuegos, dentro de contextos más serios, como puede ser un contexto educativo. Consiste en tomar elementos que hacen que los juegos sean motivantes y entretenidos y los plantea en entornos que no son de juego, como el ambiente educativo. El objetivo de la gamificación es influir en la conducta psicológica del jugador y hacer que pase más tiempo en un juego, para motivarlo a llegar hasta el fin, así como generar un ambiente de competitividad para que el alumno dé lo mejor de sí y tenga nuevas metas por cumplir.

La gamificación en la táctica puede tomar diversas formas, y cada uno de los implementadores o profesores puede tener su propia narrativa adaptada a su contexto, y por medio de ésta promover la motivación y deseo de aprendizaje de cada alumno. De acuerdo con Chou (2016), cada ambiente gamificado puede ser analizado con la herramienta Octalysis, que clasifica la motivación extrínseca e intrínseca, y divide los ocho principales impulsores a la acción: significado y llamado épico, desarrollo y logros, empoderamiento de la creatividad y retroalimentación, sentido de posesión y propiedad, influencia social y relación, escasez e impaciencia, predictibilidad, curiosidad, y pérdida y evitación.

Para el correcto entendimiento de la gamificación debemos de cuidar no confundirla con otros modelos, como las teorías de juegos, la ludificación, el aprendizaje basado en juegos, entre otros. El objetivo de la gamificación es influenciar positivamente a un jugador, para incrementar su motivación y su involucramiento dentro del sistema, que finalmente lo llevará a modificaciones de conductas o a un mejor procesamiento de la información que le rodea.

Considerando las condiciones para el aprendizaje significativo, se está llevando a cabo un estudio dentro de una Universidad de Nuevo León que pretende relacionar la gamificación con el aprendizaje significativo. En él, se usan pruebas de contraste (antes y después) y se mide la percepción del alumno con la escala MeLearn, propuesta y validada por Ghazali et al. (2020), la cual se enfoca en las cinco dimensiones del aprendizaje significativo.

La leyenda de los Golden Points

Los Golden Points surgieron en el año 2013, en una preparatoria local de Monterrey, como una estrategia para incrementar el nivel de interés, participación, atención y motivación de los alumnos por el contenido de una materia. Posteriormente el desarrollo se llevó a un nivel más avanzado agregando elementos de gamificación que se relacionan con la herramienta Octalysis. Propuesta por Chou (2016), los elementos agregados fueron: significado y llamado épico, desarrollo y logros, retroalimentación, sentido de posesión y propiedad, influencia social y relación, y pérdida y evitación.

La dinámica consiste en otorgar puntos especiales, llamados Golden Points, a cada alumno, a cambio de su participación en clase, siempre y cuando dicha participación otorgue valor al contenido expuesto. Por medio del uso de una narrativa motivadora, los alumnos pueden pasar por diferentes niveles e intercambiar los Golden Points por recompensas relacionadas con la acreditación de la materia.

Como se observa en la figura 1, los alumnos reciben retroalimentación sobre su nivel, cantidad de puntos y posiciones, con base en un tablero que se presenta al inicio de cada clase.

Alumna usando el tablero de Golden Points

Figura 1. Alumna usando el tablero de Golden Points.
Créditos: elaboración propia.

En la figura 2 podemos observar el tablero de Golden Points propuesto por Vázquez (2020). En él, se enumera a los alumnos y se marcan sus participaciones, las primeras participaciones sirven para subir de nivel hasta llegar a nivel consultor, y a partir desde ese momento empiezan a obtener Golden Points. Dentro de este tablero se establecieron las reglas de la dinámica, y se utilizaron avatares para cada uno de los niveles.

Finalmente, en la figura 3 se observa el modelo de recompensas propuesto por Vázquez (2020). Las recompensas parten desde una falta, justificar una llegada tarde, hasta modificar la calificación final.

Tablero de seguimiento de Golden Points

Figura 2. Tablero de seguimiento de Golden Points (Vázquez, 2020).
Ejemplo de recompensas en la dinámica Golden Points

Figura 3. Ejemplo de recompensas en la dinámica Golden Points (Vázquez, 2020).

La gamificación en el aula

En México aún tenemos poca información sobre los beneficios de utilizar gamificación dentro de aulas presenciales y virtuales, por ahora la efectividad de los Golden Points para influir en el aprendizaje significativo está siendo analizada y puesta a prueba en una facultad dentro de la Universidad Autónoma de Nuevo León. Los resultados preliminares apuntan a que los alumnos que se involucraron con la táctica de los Golden Points han tenido mayor interés por los contenidos de la clase y más participación, pasando de 10% de alumnos participando a 64%, en tan sólo 11 días. Esto es consistente con las observaciones de Vázquez (2020), quien utilizó esta táctica en otras universidades en el área metropolitana de Monterrey, y logró un efecto positivo en la motivación de los alumnos para involucrarse en su aprendizaje, a tal grado que fueron más allá del contenido propuesto por el currículo de la materia.

Sin embargo, el uso de la gamificación dentro de las aulas requiere que la profesora o profesor tenga claro qué objetivos pretende alcanzar. De igual manera, debe de tener cuidado de no perder el control, para no convertir la dinámica en un juego que carezca de estructura de aprendizaje. Por este motivo, se recomienda que cada profesora o profesor adapte las dinámicas a su estilo y a los objetivos de cada materia, se debe de buscar contar una historia creíble, que motive al estudiante a ser parte de la dinámica y se debe de buscar que éste quiera continuar hasta el final, además de generar un ambiente controlado, libre de estrés, que promueva la interacción activa.

Reflexión final

Este artículo contribuye con la divulgación de la técnica de gamificación, la cual está siendo estudiada en diferentes contextos educativos, obteniendo, hasta el momento, excelentes resultados en lo que se refiere a motivación. La gamificación puede ser utilizada en aulas virtuales y presenciales, y aunque se relaciona directamente con tecnología desarrollada como videojuegos, sus elementos pueden ser aplicados utilizando herramientas básicas como Excel, cartulinas y otros elementos didácticos que permiten el seguimiento de tableros de progreso, puntos e insignias.

Referencias

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Recepción: 25/06/2021. Aprobación: 07/12/2021.

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Revista Digital Universitaria Publicación bimestral Vol. 18, Núm. 6julio-agosto 2017 ISSN: 1607 - 6079